En frente de la puerta de la habitación, ya estaban en guardia los subordinados de Iván. Puedo decir que son ellos por la ropa que visten, es igual que la de su jefe.
Bueno, lo mismo va para mí.
Gian: Gracias por su arduo trabajo.
Estoy frente a los dos guardias que se encontraban rígidos delante de la puerta. Ellos voltean su mirada hacia mí. No siento hostilidad, pero….
¿Cómo decirlo? Sus miradas me inquietan. Lo más probable es que los subordinados de Iván solo hayan jurado lealtad a Iván y no a todos los de CR5.
Bueno, por mi está bien.
Gian: -¡Aah!. Tengo hambre.
Iván: -Y a mí que me importa.
Mamá, él no es muy amable con sus palabras.
Miro alrededor viendo la habitación.
Gian: -Whooo. Whooo Whooo Whooo.
Esta habitación es sin duda mejor que las demás. Hay un espacio amplio, surtido, con una suite de salón, y una ventana enorme que muestra el largo de la terraza.
Incluso hay una chimenea y un armario enorme de pared, abastecido con alcohol. El tamaño del colchón de la cama es de tamaño King y tiene, además, un bonito baño. Incluso a María Antonieta le encantaría dormir aquí.
Si yo tuviera esta habitación para mí, al menos la compartiría con una mujer en su lugar….
Iván: -¿Hnm? ¿Dijiste algo?
Gian: -No es nada.
Estaba seguro, que Iván cuando entró a la habitación se había quitado su chaqueta para relajarse y quedarse dormido sin preocupación o eso pensé.
Pero él, pasando y caminando por la habitación, dando vueltas alrededor mirando cada cosa de los espacios, como si estuviera muy ocupado investigando.
Después de que confirmo el lugar, camina hacia la puerta de la habitación abriéndola mostrando a sus subordinados que estaban de guardias y les dio algunas órdenes.
Iván: -¿Lo entendieron? Vigilen como es de costumbre. No vayan a dejar el auto de nuevo.
Subordinado de Iván A: -Si, Jefe.
Whoo, con qué jefe.
Iván: -Ah, y tú. Ve a comprar en el mismo lugar de siempre algo de bebida fría y también comida caliente. Asegúrense de estar bien.
Dice muchas palabras en inglés que no comprendo. Sus subordinados solo escucharon y asintieron a todo lo que les dijo.
Después de que se retiran rápido para cumplir las órdenes, Iván maldice algo como “joder” en voz baja y cierra la puerta como si hubiera sido ofendido.
Entonces… ya tranquilo, se dirige hacia la cama.
Gian: -¿Ya es hora de dormir?
Iván: -Claro que no, idiota. Este es mi lado, ni se te ocurra entrar.
Gian: -Es obvio.
Gian: -Oye, ¿Qué vamos hacer mañana?
Iván: -¿Hma? Mmmm…. Lo sabrás al seguirme. Y si con eso no lo descubres es que eres un tonto.
Gian: -Vaya que eres estricto. ¿Tan problemático es ese trabajo?
Iván:-Cuando me sigas, lo sabrás.
No tiene sentido enojarse con él por eso
Suena el teléfono de la habitación. Iván sin moverse de la cama, me hace una señal indicándome que lo contestara yo. Si será arrogante…
Gian: -Hola, habla al país subterráneo.
Bernardo: -Tengo algo que quiero encargarte. ¿Puedes salir ahora de tu habitación?
Gian: –Claro. Acabo de terminar algún tipo de reunión clandestina.
Bernardo: -Me gustaría darte algo. Dile a Iván alguna excusa y ven.
Cuelgo el teléfono
Gian: -Aaaaah—. Iré un rato a ver a Bernardo.
Iván: -¿Qué dijiste? ¡¿Qué carajos decidiste sin pedir mi consentimiento tan de repente?!
De repente, él me lanza esas agresivas palabras y mi mira de manera molesta. Incluso yo puedo enojarme ante eso.
Gian: -¿Qué? ¿Ni siquiera podré ir al baño sin antes pedirle permiso a mi compañero de cuarto?
Iván: ¡ Qu…! ¡Y yo que sé. ¡Vete de una vez!
Gian: Gracias……
Salí de la habitación para dirigirme a la habitación de Bernardo.
Gian: Whohooo, sí que lo estás haciendo~
Después de que entró por la puerta custodiada y pasó a la sala, observó varios papeles de basura, así como telégrafos, documentos y cartas. Esto es como el río, el rey del río de los bajos mundos, Bernardo.
Hay innumerables agujeros perforados sin piedad en la pared con las líneas telefónicas que se ramifican y conectan con la manada de teléfonos agrupados en el escritorio de Bernardo.
Todos los teléfonos son para el trabajo de Bernardo. Están conectados a los teléfonos públicos en Daivan, así como a los teléfonos de las tiendas, la policía de la ciudad, a los edificios de gobierno e incluso a la casa del jefe. Esto es la web eléctrica del nuevo siglo.
Bernardo actualmente toma sus propias herramientas para crear aún más teléfonos para sí mismo. Solo contando los sistemas de teléfono, definitivamente hay más de diez. Parece que está teniendo algo de diversión.
Luchino también está en la habitación. Él está descansando en un sofá que está en la esquina de la habitación disfrutando de un cigarrillo.
Bernardo: -Perdón por el desorden. Todavía hay algunos cables que debo arreglar.
Gian: -Bueno, entonces será mejor que me vaya pronto. ¿Qué es lo que me querías dar?
Bernardo: -Aah. Pero antes, quiero hablar acerca de ese tipo.
Dos signos de interrogación aparecen encima de mi cabeza. Bernardo suspira y deja a un lado sus herramientas.
Bernardo: -Es sobre Iván…. Pienso que lo entiendes, hay algunas veces que es problemático relacionarme con él.
Gian: -Ah, sí. Es sobre eso.
Estaba por mencionar que ya estaba hasta el cuello de él…
Luchino: -Él es diferente a nosotros. Después de todo, él es solamente un tipo que no entiende sobre el linaje de sangre o la lealtad.
Luchino escupe esas palabras dejando soltar el humo más allá de la pared.
Gian: –Ah, claro. ¿Es por aquello? El hecho de que él no tenga sangre italiana.
Pienso que eso para mí no es ningún problema. Pero hay algunos chicos que dicen que los merecedores para ser un capitán deben de tener sangre pura y que sus padres sean italianos.
Luchino: -Cuando él fue elegido como nuevo capitán, muchos estuvieron en contra, pero yo no lo estuve porque él es astuto y aunque tiene esa manera de ser, es bastante listo.
Gian: -¿Es así?
Luchino: -Pero… No es alguien en el que puedas aprender siendo tú el próximo jefe. Bueno, solo ten cuidado.
Gian: -Qu…¿A qué te refieres con eso?
Luchino: -Él no tiene orgullo ni honor. No importa la cantidad de dinero que gane o lo fuerte que sea en una pelea, si no tiene eso, no es diferente a los otros.
Luchino: -No olvides que nosotros tenemos la Cosa Nostra. Él es problemático porque no se da cuenta de eso.
Luchino: -Bueno…. Puede que estando con Gian, él pueda poco a poco a identificarse con la familia.
Bernardo me da una pequeña sonrisa amarga, como si estuviera disculpándose conmigo… lo que significa que fue por esto que él me llamó, para que Luchino pudiera decirme esto.
Por alguna razón comienzo a sentirme algo irritado. Esto se siente como si estuviéramos chismeando a espalda de él cuando no está. No es una buena sensación.
Luchino: -Ah, es cierto. Gian, hablando de esto. Estás desarmado, ¿verdad?
Gian: -¿Eh? Mm, si.
Luchino: –A partir de mañana, iras junto con ese idiota a dar una vuelta por los territorios ¿verdad? Puede que esos bastardos de GD puedan aparecer.
Luchino toma un maletín que estaba debajo de sus pies y lo coloca sobre la mesa. Abre los broches y lo que hay adentro son…
Gian: -¿Son pistolas?
Son cuatro piezas, cada una tiene un brillante color negro forrado en el interior. No tengo idea de lo que pretende, pero…
Luchino: -Toma la que gustes. Es para prevenir en caso de que algo ocurra.
No me siento muy entusiasmado por esto. Miro hacia las pistolas, son delegadas con una forma extraña. Tomo una de ellas y la analizo, ufff es bastante pesada.
Luchino: -¿Qué pasa? De todas ellas ¿Tenías que elegir esa? Esto es como las partes extras de una serie.
Gian: -¿Eh? Esta, de alguna manera, se me hace genial. ¿Quieres que elija otra?
Con una expresión agria, Luchino comienza a enseñarme cómo utilizar el semiautomático. La palanca que se utiliza para la carga de balas es algo único. Funciona como una puerta corredora, esto es genial.
Bueno, no creo que la utilice. Me guardo la pistola en mi cinturón y reajusto mi camisa y pantalón. Con esto, no creo que quiera decir que esté listo.
Gian: -Gracias, Luchino.
Luchino: -Ten cuidado. Todavía no he podido regresarte el favor que te debo. Aunque sea, espero que puedas independizarte como capitán.
¿Favor?… Aah, por la fuga de la cárcel.
Gian: -Entonces, regresaré a mi habitación.
Luchino: -Si, esfuérzate.
Bernardo: -Que tengas una buena mañana.
Formo una gran burbuja con la goma de mascar y la rompo, quedando el sonido en la habitación antes de salir.
Gian: -Ya llegué, papá.
Iván: -Qué pasa, has regresado. Y pensé que al fin podría dormir en paz.
Gian: -Pues lo siento por eso. Incluso los príncipes árabes no reciben ese lujo con demasiada frecuencia.
Iván: -…Tsk.
Ah, ahí va. Cuando ve mi cara, le doy una sonrisa y de repente cambia su estado de ánimo y me dice con irritación.
Iván: -¡Ya cállate, pulpo!
Al echar un vistazo, observo que Iván tiene una toalla sobre la mesa en la cual tiene trozos de metal negro brillante, plata oxidada y acero…
Está haciendo el mantenimiento a su arma. Por alguna razón, esto me toma por sorpresa. Pensé que él sería un hombre un poco bueno.
Gian: -Eso, ¿es tu pistola? ¿Es automática?
Iván: -Cállate. No me hables, me distraes.
Gian: -Esta es la mía. ¿Es buena no?
Con cuidado tratando de no espantar a Iván, abro mi chaqueta y le muestro mi arma pegada en mi cinturón.
Iván: -¿Es una ruger? No está mal. Esa es una buena arma, tiene un valor como de un reloj de oro. Puede que sea cuestión de tacto, pero he escuchado que se siente increíble cuando te acostumbras a ella.
Demasiado abstracto. No tengo idea de lo que está hablando.
Gian:-¿Cuál es la tuya?
Iván:-Es la mejor, yeah.
Iván arma su pistola dejando que oiga el sonido llamativo de cuando está cargada, antes de hablar.
Iván: -Es el nuevo modelo 45 desarrollado por la fuerza militar estadounidense. Con un balazo de ella puede mandar a volar a un elefante.
Gian: -¡Ehheeee!
Se escuchan unos golpes en la puerta de la habitación. Fue un sonido algo grande, por lo que la mano del hombre ha de ser algo grande.
Gian: -¿Hm? ¿No será uno de tus subordinados?
Dije eso… Iván solamente miró hacia la puerta, pero sorprendentemente no se movió.
Gian: -Oye…
Cuando dije eso… esta vez, se escuchó la voz del hombre tras la puerta.
Subordinado de Iván B: -Disculpe jefe, acabo de regresar, perdone el retraso.
Iván todavía no ha movido su cuerpo ni siquiera sus ojos.
Se escuchan tres golpes de la puerta. Luego al fin Iván se mueve. Cuando me di cuenta Iván ya tenía sus dedos en la perilla.
Iván: -Entra.
Al fin la puerta se abre y entra el subordinado. Trae numerosas bolsas.
Iván: -Ah-ah. Pensaba que podría comerme todo esto yo solo.
Iván con movimientos manda a su subordinado a que se vaya, mientras deja su arma y comienza a ver que hay en las bolsas. Huelo aceite, carne, cebolla y salsa de tomate.
Y también algo de picante.
Iván: -Come. Hoy invito.
Gian: -No me digas… ¿Esto es la cena?
Iván: –Ves que afuera está claro, ¡tú, pulpo!.
No me refiero a eso. Se supone que este es un hotel de Daivan ¿no? Además estamos en una de las plantas que tiene suites ¿no es así? Tenemos dinero ¿no?
Gian: -No, ¿Por qué no llamas al servicio de la habitación?
Iván: -Entonces, está bien que tú lo llames.
¿Qué pasa con este tipo?
En verdad que me irrita, pero aun así recuerdo que yo mismo me metí en este lío, así que solo tomé una de las cajas de la bolsa.
Hay un largo bollo dentro cortado a la mitad. Tiene una gran salchicha atrevidamente gruesa y está cubierta con salsa de tomate con mucha cebolla.
Cuando le doy una enorme mordida, la mostaza escondida bajo me pica haciendo que me salgan algunas lágrimas. Pero no está mal.
Hay una botella de cerveza para cada uno; le saco el corcho a mi bebida y le doy unas sorbidas. Me trago toda la bebida antes de hablar.
Gian: -Puede que…
Iván: -¿Hham? ¿Qué pasa?
Gian: -¿También has encargado comida para mí?
Iván me mira con una cara como si una piedra hubiera caído en su comida antes de regresar su mirada.
Iván: -Bueno, fue de paso, de paso. Como sea, apúrate a comer tú, pulpo.
Gian: -¿Y? ¿Por qué no llamaste al servicio de habitación?
Él frunce el ceño, poniendo una mirada de espasmo, mientras le da una mordida al Hog Dog con sus dientes.
Iván: -Bueno, aprovechando que lo mencionas te lo diré. Yo no confió en los trabajadores de aquí.
Gian: -¿Crees que los chicos del servicio de habitación pudieran envenenar la comida? Es imposible.
Iván: -No es malo ser precavido. Además…. Los cocineros de este jodido hotel preparan comida acorde a lo que les mandan sus superiores.
Gian: -¿Y qué pasa con eso?
Iván: -No quiero comerlo, deberías de pensarlo bien.
Recuerdo sobre los toques de la puerta que dio el subordinado de antes… Ya veo, Iván….
¿Será su aspecto? ¿O su impresión? Sea lo que sea, me doy cuenta de que el ambiente se torna algo precavido. Él es demasiado cuidadoso y cauteloso.
Gian: -Ya entendí por qué no llamaste al servicio de habitación. Pero, ¿Cómo puedes estar seguro que el servicio que prepara esta comida tampoco la haya envenenado?
Iván hace una mueca al oír mis palabras, como si estuviera por mostrar la mejor mano en una partida de póker, mientras me responde.
Iván: -De vez en cuando, voy a comprar comida de ese lugar.
Gian: -Ya veo.
Iván: -Además, mis subordinados son diferentes a los demás. Ellos tienen sus huevos bien puestos.
A primera vista me dio la impresión de que él se ve como un idiota que nunca piensa las cosas, pero inesperadamente hmmm ¿es cuidadoso? ¿O es cobarde?
Gian: -Supongo que es mejor no criticar a las personas por su apariencia.
Tomó otro Hog Dog que estaba a lado,… ¡no, espera!, ¿Qué es esto? ¿Una especie de gran cosa frita? La traigo a mi boca y….
¡Urgh, es pescado!. Y es muy agrio y ¡¡¡picanteeeee!!!
Gian: -Kuuku… pero, aun así, ¿no crees que vas demasiado lejos?
Iván: -Pues quien sabe. Como el jefe está desaparecido sin tener ningún tipo de rastro y además puede haber traidores dentro de la organización…
Iván: -Además, no confió en los otros capitanes.
Iván vacía su cereza de una sola vez.
Iván: -También esta organización, ¿No será que ya no le queda mucho tiempo al CR:5?
Gian: -Oye, oye…
Es por qué dices cosas como esta, que él….
Iván: -Bueno, a mí eso…, no es de mi incumbencia. A diferencia de alguien, yo puedo hacer lo que quiera sin preocuparme mucho por esta organización. Haciéndolo y así, gano mucho dinero.
Gian: -Me pregunto si así funciona.
Iván: -Bueno, aun así, no haré algo que perjudique a la organización porque le debo mucho al abuelo Cavalli y al jefe.
Iván: -Por el momento no lo haré.
No tienes porqué decir cosas como esta. No tengo intención de pasar por lo que Luchino y los demás me advirtieron, pero se siente como si él estuviera esperando el mejor momento.
Este idiota… es completamente incorregible.
Iván: -Bueno eso es todo. Entiendes el significado de aferrarte a mí, ¿verdad? Si no tienes cuidado, te acabarán echando, aunque te lleves bien con todos.
Gian: –No recuerdo haber prometido que le entraría.
Iván: –Si vas a decidirlo, es ahora el momento de hacerlo. Quédate a mi lado, preparándote para cruzar a través de la suciedad, o…
Iván: -Puedes dar la vuelta y salir de aquí. Sé un buen chico y lograrás que llame al servicio de habitación. Puedes elegir lo que gustes.
Por dios, él solo sigue diciendo lo que quiere…
OPCIONES:
- Este Hog Dog, es el mejor.
- Crees que a este punto abandonaré.
Elegir: este Hog Dog, es el mejor.
Este tipo, es el tipo de persona que puede conseguir enemigos fácilmente. Pero… no quiero iniciar una pelea.
Saco algo que sigue envuelto en papel y lo desenvuelvo. Lo que hay en el interior es…
Gian: -Este Hog Dog, ¡Es el mejor! Hmm.
Uaa, ¿no es esto cebollas fritas y salsa de chile lo que lo cubre? De repente me siento como si hubiera tomado el camino equivocado en el cruce de caminos de mi vida.
Iván: -Oh, sí, Es bueno.
Se nota que lo tomé por sorpresa por un segundo… y como si estuviera tratando de cubrir lo de hace un momento, él toma un poco de su porción.
Iván: -Hm, esto es tan crujiente ¿es bueno no?
Gian: -Hm, si es bueno.
Iván: -Hice que mi subordinado fuera al este por esto. Esto proviene de un puesto al lado del puente del este.
Nos adentramos en el conocimiento geográfico de la ciudad mientras comemos. Por alguna razón, me siento como un mocoso hablando de su nuevo almuerzo.
Gian: -Mientras nosotros estuvimos presos…. ¿Las tiendas también han cambiado un poco, no crees?
Iván: -Últimamente, han incrementado más tiendas mexicanas. También hay más teatros alemanes. Hay obras que son creadas especialmente para los viejos.
Gian: -¡Whaa!. ¿Eso no se puede comprar por aquí?
Iván: -Para nada. Como decirlo, …es como si ya hubiera ponche. Es como lo que le gustan a los jodidos abuelos y abuelas.
Gian: -Eso es cruel.
Terminamos nuestra cena mientras hablábamos de nuestras habitaciones de primera clase.
Iván: -Fuaaa. En serio, es difícil ser un tragón.
Gian: -Yo también pensé lo mismo.
Iván: -Cállate, tonto. Bueno, ahora…
Iván caminó hacia su cama, y de esa forma se subió en ella.
Iván: -Tú también ya apúrate a dormir. Si no te levantas mañana temprano por haberte desvelado por masturbarte te despediré.
Gian: -¿Quién carajos se masturbaría? De todos modos, al menos quítate los zapatos
Iván: -Cállate. El hacer la cama no es tu trabajo ¿verdad? Como te dije antes, yo…
Iván: -Yo no confió en ellos.
Gian: …. que conveniente….
Iván se gira entre las sábanas. ¿Ni siquiera va a tomar un baño? Bueno, supongo que no habrá problema el que yo tampoco lo haga.
Al menos eso es algo bueno.
Tiro mi cuerpo al sofá. Ahora que lo pienso, la comida, los golpes de la puerta, sus zapatos en la cama….
Todo esto son signos de la prevención de Iván.
Él manda a sus subordinados a comprar comida de la ciudad para evitar el envenenamiento.
Los golpes que dan a la puerta puede que sea como una forma de comunicarse en caso de invasión enemiga o si algo raro está pasando.
Me pregunto, ¿Por qué me lo mostró a mí?
Apago la enorme lámpara principal antes de hablar.
Gian: -Oye, Iván.
Iván: -¿Qué quieres?, eres molesto.
Gian: -Tú, no eres quien pareces.
Iván: -¿Ahaa?
Gian: -Como decirlo, eres cauteloso y no esperaba que pensaras. Así que estoy algo sorprendido.
Iván: -Lo que quieres decir, bastardo es que, hasta ahora, siembre me considerabas un idiota ¿verdad?
Gian: –……….
Iván: -¡No te quedes callado imbécil te voy a matar!
Yo solo me había dado una imagen de lo que estaba haciendo a través de su mundo. Pensé que solo era un simple pandillero de sangre caliente, pero estaba equivocado.
Escuchó el sonido de alguien que se hundía, aún más profundamente, en el colchón.
Iván: -…. Yo……
Iván: –Yo, deseo obtener algo antes de morir.
Iván: -No es solo una cosa…
Iván: -…. Yo….
Gian: -Iván… oye, Iván…
Doctor: -Por el momento él está estable, pero es probable que no…
Doctor: -Bueno, entonces coloquemos el soporte de vida.. Entendido, entonces sigamos.
Doctor: -Es familiar del presidente…. Ya veo, entonces algún conocido…. Bueno, por favor pónganse en contacto con los altos ejecutivos y la administración.
Yo …
Yo llegué a tener un amigo ….
Segundo día
Mierda, este cabrón sigue durmiendo como un bebé.
He tenido que llamarlo varias veces, pero no hay respuesta. Es como si fuera un cadáver.
Entonces….
Gian: -Fhmm…. No había razón para levantarse tan temprano.
Digo temprano pero ya son las 8:00. Los otros y específicamente Bernardo, ya se han levantado desde hace tiempo.
Después de pensar un poco….
Entré a darme un baño. Dejo de insistir y fui a darme una ducha, entré en la tina con el agua templada y con la espuma del jabón cubrí mi cuerpo y cara.
Wow, se siente como que ha sido un largo tiempo desde que he hecho esto…
Todos mis pensamientos fluyen con el agua, pensando acerca de mí mismo, sobre Iván y sobre el trabajo…
Ah, si… ¿Qué dijo que iba hacer?
Iván: -…………….
Gian: -Wow. ¿Qué?, ¿Ya estabas levantado?
Iván se encontraba sentado en la cama y allí sentado su rostro expresa una terrible seriedad, o solo estaba somnoliento.
Iván: -Me quedé dormido….
Gian: -No, te despertaste porque te quedaste dormido ¿no es así?
Iván: -Ya es de mañana… ¿Por cuánto tiempo me quede dormido?
Gian: -¿Qué pasa? ¿Sufres de insomnio?
Iván murmuró para sí mismo, como si estuviera meditando sobre algo. De repente, sus ojos se voltean hacia mí, mirándome fijamente.
Iván: -………
Gian: -¿Hm? ¿Qué pasa?
Iván: -No es nada. Debemos irnos. Date prisa y prepárate.
Iván se levanta de la cama y tira su chaqueta antes de ir al lavamanos del baño. Un rato más tarde, él sale con el cabello húmedo.
Iván: –Vámonos. Comeremos afuera.
Aah, lo supuse.
Iván manda a llamar a algunos de sus subordinados a la entrada del hotel. Nos dirigimos a la parte de atrás, llegando a donde se encontraba un sedán de color negro.
Gian: -¿Eh? ¿Tu auto era así de sencillo?
Iván: -Tenemos que hacer una parada en un lugar. Vamos, sube.
Por un momento pensé que me tocaría conducir, pero no. Uno de sus subordinados tomó el lugar del chofer y aceleró este sedán Ford modelo A o B ¡yo que sé!
Iván parece estar pensando sobre algo con el ceño fruncido. Me resulta muy difícil cambiar mi humor como ese, por alguna razón. Sin embargo, me mantengo ocupado tratando de hacer burbujas con mi chicle.
Cuando el auto entra a una de las principales carreteras y se dirige directamente hacia la ciudad, al este, hago estallar una nueva bomba de chicle. En eso….
Gian: -Oye, ¿Qué es lo que dijiste que haces?
Iván: -Hago cualquier cosa que genere dinero. Actualmente superviso mercancías de contrabando. Después… las mujeres. Ya sabes, prostitutas.
¡Ahh, vaya tipo!
Iván: -También manejo el alcohol… pero eso no va muy bien.
Aah, ya que menciona esto…
Gian: -Así que, esta cosa del contrabando…Básicamente, ¿tu estas muy a la mano con el transporte legal, ¿verdad?
Iván: -¿En qué otra cosa existe el contrabando? El tener dinero y obtener subordinados, te ayuda a mantenerte en pie en los negocios.
Gian: -No será que, ¿estás ahorrando para salir de la delincuencia?
Serás tonto. Por lo mismo de que somos yakuzas, hemos abarcado casi todos los negocios por lo cual eso significa que atraemos cualquier tipo de ojos. Joder, es por eso que tratar con mocosos…
Gian: -Si, sí, sí. Pues perdóname, hermano mayor….
De repente, me doy cuenta de algo.
Gian: -¡¡¡AHHHHHHH!!!
Iván: -Q… ¡que! ¿Qué te pasa, tu pulpo?
Gian: -Acabo de darme cuenta. Tú, ¡eres más joven que yo!
Iván: -¿Ha? ¿Qué pasa con eso?
Gian: -Es por eso que, deberías tratar mejor a tus mayores.
Iván: -No seas tonto. He tratado con tipos que son tan viejos que podrían ser tus padres. ¡No eres más que un mocoso!.
Gian: -Aun así, yo seré el próximo jefe. Como sea, al menos deberías de darme un poco más de respeto.
Iván: -Pues si quieres tener algo de respeto, primero haz algo que sea digno de admiración. Después de eso, hablaremos de este asunto.
Gian: -Sí, si.
Hubiera sido mejor no sacar el tema.
El auto pasa por un sinnúmero de pequeños puertos. Miro los puertos pesqueros llenos de pescadores italianos por el rabillo del ojo.
Nuestro auto se detiene en un puerto de embarque lleno de enormes grúas de pie como esqueletos colosales.
Iván: -Es aquí. Ahora caminaremos un poco.
Gian: -¿Qué es lo que debería de hacer?
Iván: -Solo mantente atrás de mí. No vayas a decir algo.
Gian: -Ah, ya veo.
Estamos en un puerto lleno de grúas metálicas bien alineadas. Los sonidos metálicos que hacen estas máquinas son como de metales chocando, que suenan como si estuviéramos dentro de una fábrica de hierro.
El olor pútrido de la sal, óxido, aceite, suciedad, el sudor… rodea este aire lleno de suciedad, los trabajadores machistas pasan con prisa alrededor del puerto, ya que se encuentran trabajando.
Trabajador 1: -¡Don! ¡Buenos días!
Trabajador 2: -¡Jefe! ¡Buen trabajo!
Trabajador 3: -¡¡Hola!!
Por un momento sentí que esto sería una pelea por la manera en que están gritando y dirigiéndose hacia nosotros. Iván solo agita una mano en su dirección y los ignora.
De vez en cuando, un hombre viene y entabla una conversación con nosotros, gritando con un ininteligible inglés. Y parece que Iván está en la misma onda que ellos.
¿Para mí? Es imposible.
Iván: -¿En dónde está esa jodida carga de Canadá?
Trabajador 1: -¡Sigue en la zona cinco! Esos bastardos siguen interponiéndose en nuestro camino sin importar a donde vayamos.
Iván: -¡Entiendo! ¡Yo me encargaré de esos! ¡Ustedes sigan trabajando!
No tengo ni idea de que están hablando.
Mientras camino siguiendo a Iván, siento que ahora puedo entender un poco a lo que se refería con “poder confiar”.
Es cierto que si tienes a muchas personas como ellos, que dan todo de sí en su trabajo de carga y transporte marítimo, puede que llegue a significar todo para ti como pandilla.
Iván: -Si al menos una de tus bolas mostrara capacidad, yo podría irme al siguiente puerto y dejarte a cargo aquí. Pero probablemente te lancen mierda en un segundo.
Gian: -Cállate. Además, no me gustaría. El tener que estar con un grupo de gorilas como ellos que solo se violentan tras recibir un disparo…
Iván: -No eres nada confiable. Como sea, deberás de adaptarte de todos modos a este tipo de vida.
Nos deslizamos a través de las enormes tropas de contenedores, arrastradas por el flujo de grúas y rieles.
Iván: -¡Pues es hora de almorzar! ¡Vayamos a comer!
Por alguna razón, Iván parece estar de muy buen humor. No me da ganas de preguntar la razón, así que simplemente camino tras de él.
Caminamos hacia afuera sobre un muelle de hormigón tan viejo que parece que está por derrumbarse en el océano en cualquier momento. Esta vez, nos dirigimos hacia el montón de chozas.
El almuerzo de hoy fueron gachas de chinatown.
Estuvieron bastante deliciosas.
Gian: -Cinco centavos por pedido, teniendo una moneda de diez centavos nosotros dos. Deberías haber dejado un poco más de propina.
Iván: -¿Aha? ¿De qué estás hablando?
Iván se detiene y se da la vuelta para mirarme. La expresión de su cara me recuerda a un gato que olía algo raro.
Iván: -Ya es una gran sorpresa para ellos que un grupo de yakuzas vengan a pagar por mí por ser uno de los importantes. ¡Como si fuera a mostrarme de nuevo!
Por alguna razón, siento que ha perdido el hilo de la conversación.
Iván: -¡Además está eso! ¡Eso que Luchino hace, en donde paga extra y todos ellos se apegan aún más! Esa no es la forma de hacerlo.
Iván:-¡Eso es lo mismo como si trataras estúpidamente a los demás! ¿No es simplemente grosero el que tires el dinero sobre la persona en su cara? ¡¿No lo crees?!
El arte y la forma de vida supongo que varía en cada persona, supongo que si.
Gian: -Supongo que tienes tu forma de pensar.
Iván: -¡Eso es obvio! Mierda, vámonos.
Iván y yo nuevamente comenzamos a caminar por los caminos húmedos. No entiendo su manera de pensar… no, más bien él es muy peculiar.
En ese momento, de repente Iván se detiene, y casi choca contra él.
Gian:-¿Hm? ¿Qué?
Iván: -Ya está aquí el motivo de ejercitarnos.
Un muchacho aparece corriendo hacia nosotros, pareciendo como si rodara. Es un chico blanco, luciendo un sombrero desvanecido con chaleco.
Niño: -¡Señor! ¡Esos tipos están en la tienda! ¡Mi papá!
El chico grita con un confuso inglés. Ese “señor” del que habla … ¡ah! se refiere a Iván.
Iván: -¿Están donde Sam?
Iván escupe esas palabras cuando de repente comienza a seguir al niño, de igual manera los sigo. Estoy tenso ya que siento un escalofrío por mi cuello.
Gian: -¿Alguna salida?
Iván: -No existe nada como eso.
Iván suena inusualmente feliz. Nos pegamos más al niño, ya que corremos junto a él.
El niño nos lleva a lo que parece ser una tienda de mercancías, que está dentro de un edificio de ladrillo, en un rincón de la ciudad.
Pero…….
Gian: -Qué pasa, no hay nadie aquí.
Ah, esta tienda es de judíos. Si, ese símbolo es de ellos.
No había nadie en la tienda. El niño llora y se lamenta de algo.
Iván: -Espera en la tienda, te traeré de regreso a tu padre.
Con solo esas palabras, Iván se voltea hacia la salida caminando con grandes pasos. Agarra una de las paletas y se la mete en la boca.
Yo tomo un chicle y me lo meto en la boca siguiéndolo.
Hay un almacén que se ha transformado en una especie de fábrica. Los golpes de vapor y sonidos de martillo se distinguen a distancia en forma continua en un alboroto ruidoso, como si estuvieran practicando con los tambores.
La cabeza de Iván gira alrededor como un perro de rastreo. Él, olfatea el aire y camina hacia una de las puertas.
Gian:-La tienda de antes, ¿era una tienda de judío?
Iván: -Si, pertenece a un judío llamado Sam. Él se encarga de todo lo referente al dinero. Bueno, para mí es como una especie de banquero.
Iván empuja la puerta, y al momento en que la abre, llega hacia mí un olor nauseabundo picando mi cara.
Con que es una fábrica de baños. Iván entra en ese lugar, y ahí…
Gamberro A: -Solo basta decir “Si”. ¿O acaso no sabes decir solamente eso en inglés?
Gamberro B: –Que molesto es este judío. ¡Vayamos a incendiar su tienda!
Hay varios hombres, algunos que con tan solo mirar se ven respetables y otros que sin importar como los mires no se ven respetables. Los cuatro hombres toman algo del suelo.
Gamberro A: -¡Los policías, ni los miembros de la familia Toscanini nunca ayudarían a un judío estúpido como tú! ¿Lo entiendes verdad?, si es que quieres mantener tu negocio, entonces…
Iván: -¿No creen que sería mejor que ustedes murieran?
Con esas palabras que Iván les dijo literalmente, los hombres dieron un pequeño salto y voltearon.
Gamberro A: -¡¿Qué dijiste?!
Gamberro B: -No sé quién eres, pero lo que dijiste ahora fue interesante. ¿Quieres que limpiemos el baño como lo hicimos con este tipo?
Uno de los matones le da una patada al hombre que está en el suelo. ¿Él es el dueño de la tienda, Sam?
Iván: -Bueno, tendré que hacer que ustedes, bastardos, limpien con sus dientes el piso.
Gamberro B: -¡¿Qué dijiste, mocoso?!
Gamberro A: -Bastardos, ¿De qué pandilla son ustedes?
Los pandilleros se agrupan alrededor de nosotros en el baño estrecho.
Iván: -Serás cabrón. Eres pandillero y no sabes quién soy yo. Escucha, nosotros somos….
Gian: –Yo soy el limpiador de baños y este es el limpiador con dulzura de baños.
Iván: -Si serás….
Iván me miró con unos ojos reprobatorios. Y al mismo tiempo…
Gamberro A: -Bastardo, ¡! ¡¡Diciendo cosas sin sentido!!
Uno de los matones camina hacia mí con intención de tomar mi cuello.
Gamberro A: -¡Whaaa!
Los pies de Iván fueron más rápidos. Él había levantado uno de sus pies hacia arriba como si tratara de mostrar la parte inferior de su zapato. El hombre terminó volando a la pared opuesta.
El dejó de moverse. Mm,… no, él comenzó a moverse. Solo un poco se movió para vomitar sangre de su boca.
Gamberro B: -¡¡B-Bastardo!!
Un momento después, los otros tipos asustados comenzaron a gritar. Los tres pandilleros empuñando cuchillos se abalanzaron para atacarnos, pero…
Pero como el baño es estrecho, terminaron empujándose mutuamente en sus caras tratando de salir.
Iván los empuja hacia adelante con un puñetazo y patada, uno por uno. Los ruidos dolorosos sonando hacen eco a través de la habitación, infinidad de veces.
Gamberro B: -Gu… guahhhh….
Poco después los cinco hombres se encontraron rodando en el suelo del baño.
Gian: -Whoaa, yo no hice nada—
Iván ayuda a levantarse al dueño de la tienda que se encontraba tirado en el piso desde antes y comienza a hablarle en inglés.
Iván: -Ve a un doctor, Sam. Si llegas a morir me pondrías en un aprieto.
El hombre sin fuerza asiente y con unas palabras de agradecimiento, deja la escena horripilante detrás.
Uno de los matones da un gemido tratando de levantarse de la tierra, cuando Iván le da un zapatazo en su estómago.
Gamberro B: -¡¡Guah!!
Iván: -Bueno.
Iván tira del cabello del hombre.
Gamberro B: -¡!Ghe! ggu!
Y lo golpea tirando de él hasta aventarlo en la taza del baño sucia de orina. Su cara se puso amarilla por el pis sobre él y lo hizo de nuevo.
Iván: -Una fregona podría funcionar mejor.
Iván lo lanza fuertemente y lo vuelve a alzar. El matón aletea alrededor como si estuviera jugando en el charco de sangre y vomita, hasta que Iván lo levanta de nuevo por la nuca.
Iván: -Di “I´m sorry”. Al menos podrás entender este nivel de inglés ¿verdad?
Gamberro A: -.. Ba.. Bastardo… Nosotros somos… del capitán de GD….
Gamberro A: –¡Guah! Para…
Gamberro A: -Hi, ayu… ¡Ayúdenme!
Iván: -¿Dónde está el “lo siento”?
Gamberro A: –Uhh… pe, perdóname…. Lo siento…
Iván: -No te escucho.
Deja al hombre en el suelo donde la sangre comienza a superar el vómito. Suelto un suspiro.
Gian: -Estos tipos, ¿son parte del GD?
Iván: -Quien sabe. Que molesto. Es por esto que debo de venir de vez en cuando.
Gian: -¿No podrías simplemente dejarles esto a tus subordinados?
Iván: -De todas maneras, yo soy el que debo ver por todos aquí. Aunque no soy muy bueno en manejar asuntos como la contabilidad o negocios. He perdido mucho por esto.
Gian: -Ah. Yo también soy malo, en la contabilidad.
Iván: -¡Eres un inútil!
Salimos del baño como si solamente hubiéramos ido a orinar.
Gian: -Pero vaya que si eres fuerte peleando a puñetazos.
Iván: -Eso no se puede contar como una buena pelea.
Oh, ni siquiera se inmutó. ¿Estará feliz? He oído hablar antes de que él era violento. Pero ahora que estamos aquí, es como si la violencia le trajera vida.
Iván: -Bueno, aún en nuestro equipo… Luchino solo se ve rudo por su cuerpo robusto, Giulio es de temer, pero si le quitas su cuchillo ya no se ve de temer.
Suspiro…Yo solo lo halague un poco. Realmente es un idiota ¿No es así?
Nosotros….
Regresamos al auto para dirigirnos al almacén en la estación de Daivan. Mientras nos dirigimos al almacén de ahí….
Al llegar da un grito con el hombre encargado de ahí, comprobando algo del contenido de la carga.
Ya veo…. Este tipo, el hacerse conocido en su territorio y haciéndose el importante por su línea de trabajo.
Entonces llegó la hora de comer. Iván y yo nos dirigimos a comprar algo para comer en uno de los puestos de los trabajadores en la parte posterior del almacén.
Gian: –Uwaa. Ese tipo grita ¡carne!, ¡aceite! ¿Es alemán?
Iván: -Creo que es polaco, o tal vez ¿húngaro? No lo sé bien. Oh, como sea, ahora te toca pagar a ti.
Gian: -No traigo la cartera.
Iván: -¡Pero ¡qué significa eso! ¡Bastardo! Como se te ocurre venir sin nada.
¿Qué clase de adulto eres si solo te la pasas mascando tu goma de mascar todo el día como un loco?
Gian: -Cállate. Se me olvidó la cartera porque no parabas de apurarme para que ya nos fuéramos.
Iván: -¡!AHHH!! ¡! ¡Eres un inútil! ¡En verdad un inútil, muérete!
Iván se la pasa aventando palabras como joder, mierda, infierno mientras se acerca al mostrador para pagar. Sumando por los dos, hace un total de 70 centavos.
Honestamente, solo estábamos hablando de un pequeño cambio.
Después nos dirigimos de nuevo al auto, comenzando a conducir hacia alguna parte. En el camino, Iván se cruza de brazos y dice:
Iván: -Dormiré un poco. También deberías dormir.
Gian: -Pero ¿qué te pasa de repente? ¿Es hora de tu siesta de la tarde?
Iván cierra sus ojos y su boca.
Gian: -No comiences a actuar como un gato. Aunque me digas que debería de dormir primero me gustaría prepararme.
¿Eh?
Iván: -…………
Gian: -Ehhee. En verdad se durmió.
No sé qué pensar, si me sorprende o me desespera. Entonces, de repente el conductor dirigió su mirada hacia mí por el espejo retrovisor
Gian: -Tu jefe, se quedó dormido.
Subordinado de Iván B: -Eso… eso parece.
El auto atraviesa la ciudad, llevando a un hombre que está profundamente dormido, ni siquiera ronca, dirijo mi mirada hacia el paisaje.
Gian: -Este tipo, ¿siempre se queda dormido en el auto?
El conductor, dirigió su mirada hacia mí. De alguna manera, esto es algo complicado de decir
Gian: -Está bien, él duerme como si fuera un cadáver.
Subordinado de Iván B: -Si, él siempre descansa en el auto, pero, nunca lo había visto dormir de esta manera tan relajada. ¿Por qué hoy duerme de esta manera?
Ahora que lo menciona, Iván dijo algo en la habitación…Esta mañana, dijo algo acerca de quedarse dormido. ¿Solo me quería tomar el pelo?
Gian: -Por cierto, ¿este auto, a donde nos está llevando?
Subordinado de Iván B: No nos dirigimos a un lugar en específico. El jefe siempre me pide que, mientras esté descansando, conduzca por cualquier parte de la ciudad.
Entiendo, ya que, si permanece siempre en movimiento, es menos probable que pueda ser atacado mientras él duerme. Lo comprendo, total la familia también paga la gasolina.
Gian: -No sé si sea solo un idiota o sea inteligente.
El sueño trata de entrarme mientras seguimos de esta manera.

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