—Por favor, conviértete en mi única y preciosa familia, a la que amaré con toda mi alma.
Cuando el príncipe extranjero finalmente tomó su mano y susurró, la niña sólo pudo asentir en silencio, incapaz de controlar los latidos de su corazón.
Esta es la historia de una niña, que quiso formar parte de la familia de alguien.
*** ** ***
De repente, la sacaron a rastras de la torre, la ataron y caminó durante mucho tiempo con los ojos vendados. La sensación de sus finos zapatos le decían que era un suelo de piedra frío y duro.
Amelia, se estremeció levemente al oler el desconocido aroma a metal en el aire fresco de la mañana.
Los sonidos de la gente, no, los sonidos de los soldados. Armas que ocasionalmente causan fricción y el calor que se condensa como una presa antes de estallar.
Finalmente, le quitaron la tela negra que cubría sus ojos y se encontró parada en el centro de la muralla del castillo.
—Mira, Amelia.
Ella parpadeó.
Tan pronto como sus ojos, que habían estado ocultos durante mucho tiempo, se acostumbraron a la luz, aparecieron a su vista largas filas de arquero y soldados de infantería, apiñados en las murallas del castillo.
Dentro de las puertas del castillo, las unidades de lanceros de Rohan estaban listas para salir corriendo en cualquier momento, y miles de unidades de infantería alineadas a ambos lados del castillo estaban inmersas en silenciosa emoción mientras esperaban que comenzara la batalla.
Y las tropas aliadas, acamparon como un enjambre de hormigas en la llanura más allá de las murallas. Incluso la bandera del Sacro Imperio Delcross brillaba más, entre las banderas aliadas.
Sólo después de observar toda la escena con sus ojos, Amelia giró la cabeza hacia un lado y estableció contacto visual con el hombre que le había vendado los ojos.
El Rey de Rohan, Leonard.
Hubo un tiempo en que no tenía dudas de que se convertiría en la familia que más amaría en el mundo, pero al final, él la engañó y la traicionó, empujando su vida al abismo. Él fue quien incriminó y destronó a una mujer inocente y la encarceló en una fría torre durante años.
Leonard miró los ojos extremadamente secos de Amelia y levantó una comisura de la boca.
—¿Es injusto?, ¿me culpas? Pero todo esto es el castigo que merece la hija de ese Imperio pecaminoso ¿No eres tú la principal culpable de esta Guerra Santa?
Amelia no mostró ninguna reacción. Porque sabía que todo lo que él dijo, era en realidad una mentira, sólo un ataque falso.
Ni los que hablaban ni los que escuchaban sabían quién era el verdadero culpable de esta guerra.
El fuerte viento que soplaba sobre los muros del castillo agitó el poco atractivo cabello corto y rosado.
Leonard miró la escena por un momento como fascinado, luego levantó la mano y tocó suavemente el final.
—El plan de Romain no tuvo ni la mitad de éxito. Tu maldito padre hizo un gran trabajo capturando a los topos de ese reino.
Le despeinó el cabello, le cepilló las mejillas ásperas y finalmente agarró su esbelto cuello.
—Entonces tienes que pagar por ello. Te cortaré la cabeza ahora y lo convertiré en el comienzo de esta guerra.
Amelia cerró los ojos cuando sintió que la mano que apretaba su cuello se tensaba. Ya no hubo más arrepentimientos por una vida llena de dolor.
Sin embargo, esperaba que las Fuerzas Aliadas al menos rompieran las ambiciones de este hombre cruel y lo aplasten completamente para que no pueda obtener nada de lo que desea. Ese era su único deseo.
Fue en ese momento cuando estallaron los disturbios en el frente.
El campamento aliado a lo lejos comenzó a temblar y pronto una sombra negra saltó del campamento.
Era únicamente un solo caballero.
Fue un ataque repentino que se produjo, sin ningún signo del inicio de la guerra.
Leonard la agarró del cuello y entrecerró los ojos, mirando el campamento de las fuerzas aliadas. A medida que la conmoción crecía, parecía ser una acción accidental y no algo planificada por parte del campamento enemigo.
Después de un rato, un grupo de caballeros salió corriendo uno tras otro desde el campamento aliado. Parecía que tenían prisa por perseguir al caballero que iba al frente.
—Ese caballero…
A medida que la figura se acercaba, los murmullos en el campamento de Rohan se hicieron más fuertes.
La armadura negra del caballero y la enorme espada a su espalda, e incluso a sus lados tenía unas lanzas.
¡Un hombre famoso que hasta hace poco tenía bastante notoriedad estaba corriendo contra las paredes de la muralla sin la ayuda de nadie!
—… ¡El demonio negro!
—¡Es el demonio negro de Delcross!
—¡Es el príncipe heredero de Delcross! ¡El príncipe heredero!
Puaj-
El caballero de armadura negra sacó una jabalina. Cuando la lanza corta quedó envuelta en una siniestra aura de color rojo oscuro, todo el muro del castillo comenzó a temblar.
¿Estaba loco? Todavía estaba dentro del alcance de las flechas, así que, ¿arrojaría su lanza allí?
—¡Disparen, disparen! ¡¿Qué están haciendo los arqueros?! ¡Dense prisa y disparen a ese tipo!
Cuando las órdenes de Leonard se anunciaron con confusión…
¡Un fuerte silbido del viento!
Las flechas se elevaron en el aire, cubriendo el cielo de negro, y un momento después golpearon el suelo con una aceleración aterradora.
Sin embargo, el alcance todavía era un poco corto. El caballero pasó corriendo tranquilamente por el campo de flechas con su jabalina apuntando en la misma posición.
—¡Mierda…!
Mientras los arqueros recargaban rápidamente sus flechas, el príncipe heredero, que había reducido la distancia a otros 50 metros, finalmente arrojó la jabalina que había estado apuntando.
¡Kwaaaaang!
La lanza, esparciendo Aura, voló con una fuerza aterradora y golpeó el suelo justo en frente de la puerta del castillo. Aunque apenas pudo llegar a la muralla del castillo, los rostros de los soldados se pusieron tensos cuando vieron el suelo profundamente lleno de cráteres.
—¿Es…siquiera humano?
—¡Listos para disparar!
—¡Listos para disparar!
Cientos de flechas se elevan por el aire a la vez.
El príncipe heredero sacó la espada de su espalda y creó una amplia pantalla con su aura, desviando la mayoría de las flechas. Sin embargo, no fue suficiente para bloquear todas las enormes cantidades de flechas que se dirigían hacia él.
Con un chillido el caballo cayó y el príncipe heredero cayendo también, rodó por el suelo. Se preguntaron si se levantaría para darse la vuelta, pero no fue el caso.
¡Kuannggg!
La otra jabalina voló de nuevo. Esta vez aterrizó de lleno en el centro exacto de la muralla del castillo.
—Este loco…
Con un par de flechas clavadas en su armadura, el caballero negro comenzó a correr hacia la muralla del castillo nuevamente.
Aunque no era nada comparado con la velocidad de un caballo, la tenacidad con la que continuaba corriendo hacia la muralla del castillo, con su aura de color rojo oscuro floreciendo por todo su cuerpo, era nada menos que aterradora.
El cuello del caballero comandante temblaba de tensión mientras esperaba recargar.
Amelia estaba parada en la pared, observando todo el asunto mientras Leonard la sostenía con la mano. Sus ojos, que se habían vuelto casi insensibles, temblaron levemente, mostrando por primera vez una agitación emocional.
Aunque ella misma había renunciado a su propia vida, alguien más no se había rendido y corría sin dudar ni un solo momento hacia el lugar que seguramente sería un error fatal.
¡Whoosss!
La lluvia de flechas cayó sin piedad hacia el príncipe heredero una vez más. Pero esta vez no fue el único en afrontarlo. Esto se debió al grupo de caballeros que corrían tras el príncipe y que había abandonado el campamento sin permiso. Ellos lograron alcanzarlo mientras sus ataques se concentraban en él, levantaron sus escudos todos a la vez.
¡Tas! ¡Tas! ¡Tas!
La barrera creada al entrelazar los escudos se convirtió instantáneamente en un panal.
—¡Hey! ¡Tú…! ¡Bastardo loco!
Un caballero no identificado arrojó un escudo desgastado y le gritó algo inadecuado a Su Alteza el Príncipe Heredero.
Leonard se mordió los labios con nerviosismo.
—… ¿podrá llegar hasta aquí? ¿En verdad puede alcanzar este lugar?
Los caballeros formaron un círculo con el príncipe heredero en el centro y comenzaron a avanzar poco a poco.
Antes de que se dieran cuenta, estaban dentro del alcance directo de los disparos y las flechas comenzaron a llover indiscriminadamente, pero todos en el grupo parecían tener un alto nivel como usuarios de Aura, por lo que se turnaron para abrir sus espadas y reducir la distancia hasta el muro del castillo.
El príncipe heredero estaba rechazando flechas frenéticamente con su rostro desnudo expuesto, como si hubiera perdido su casco mientras rodaba por el suelo.
Ojos de aspecto feroz y una mandíbula que se ha vuelto ligeramente más afilada con la edad. Era un rostro familiar, pero algo desconocido para Amelia. Mientras tanto, la mitad de su cabello rubio claro está empapado de sangre, como si una flecha le hubiera rozado.
—…Morres.
No pensó que tuvieran una relación tan cercana incluso desde que eran pequeños, pero entonces… ¿Por qué ese niño estaba intentando alcanzarla tan desesperadamente? Al mismo tiempo, los similares ojos grises de las dos personas se encontraron.
En ese momento… los ojos de Morres se abrieron como platos.
Phuuk-
Un dolor agudo se extendió por el pecho derecho de Amelia.
—…
Amelia bajó la cabeza y miró fijamente la daga alojada en su cuerpo. Las manchas de sangre que se extendieron de rojo sobre el vestido raído eran tan irreales como pétalos de flores que florecían.
Lentamente giró la cabeza, siguiendo la mano que sostenía la daga, y miró el rostro de Leonard.
Sus ojos estaban extremadamente desesperados, pero al mismo tiempo, su boca mostraba una sonrisa amarga.
—Si eres tan importante para ellos, ¿qué puedo hacer? No me queda más remedio que devolverte, pero…
—…
—… Nunca te entregaré de forma segura.
¡Zas!
Apenas estaba parada en el borde de la muralla del castillo, confiando en la mano de Leonard, y fue fácilmente empujada fuera de la pared con un suave empujón.
—¡Amelia!
Escuchando a Morres gritar su nombre desde lejos, cayó impotente al suelo.
Lo que veía, más allá de la vista al revés, era un cielo azul tan tranquilo como una mentira. Creyó ver un pájaro desapareciendo más allá de las nubes, pero luego perdió el conocimiento.
El sonido de alguien gritando o chocando armas. El ruido de la carne al romperse.
—… ¡Amelia, Amelia! ¡Hermana! ¡Despierta!
Amelia abrió los ojos mientras el sonido seguía llamándola.
¡Coff! ¡Coff!
Tan pronto como tosió, sintió que le ardía el pecho. Ella giró sus ojos y miró a su alrededor.
En medio del campo de batalla, donde se enfrentan tropas de ambos bandos. Morres se sentó junto a Amelia, que estaba acostada, y presionó su pecho donde estaba insertada la daga con la mano que sin el guantelete.
—Mor…
Quería pronunciar su nombre, pero no salió ningún sonido. La daga debió haber dañado sus pulmones, así que cada vez que intentaba respirar, podía escuchar el sonido del viento yéndose y la sangre que se escapaba de su boca.
—Shh…. No hables, quédate quieta, hermana. La herida se está abriendo. Te atrapé cuando caías, pero el lugar en donde te apuñalaron no es bueno…
Morres habló con dulzura mientras empujaba suavemente a Amelia, que seguía luchando.
—Padre vendrá dentro de un rato. Esas lesiones no son nada para él, así que no tienes que preocuparte. Lo sabes bien, ¿verdad?
El rostro de su hermano menor también palideció debido a la tensión. Continuó hablando con Amelia, como si quisiera tranquilizarla a ella y a él al mismo tiempo.
—Espera un momento. Amelia. Espera un poco más, y cuando llegué Padre, todo estará bien…
Ah, Su Majestad el Santo Emperador. Su padre.
Al pensar en él, las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos secos de Amelia por primera vez en muchos años.
Después de oponerse a su matrimonio con Leonard hasta el final y, en última instancia, cuando ella decidió repudiar y abandonar su hogar, nunca más envió un mensaje a su padre. Incluso si se volvían a encontrar con en estos momentos… ¿Amelia que podría decirle?
Morres, que había sentido su culpa, habló en un susurro.
—Amelia. Padre siempre está pensando y preocupándose por ti, mi hermana. No está enojado contigo en absoluto, cuando lo veas más tarde, simplemente finge no saberlo y dale una sonrisa ¿lo entiendes?
—…
—Estaba tan desanimado después de perder a Logan no hace mucho, que me dio un poco de miedo. Si algo malo le pasa a mi hermana, no sé qué es lo que tendría que hacer. Él necesita a mi hermana.
Amelia abrió mucho los ojos y miró su rostro ante el tono suave que no era característico de Morres. Había estado evitando el contacto visual con Amelia hace un momento y los ojos grises desenfocados miraron fijamente al vacío.
Ahora que Amelia lo pensaba. Creyó que era por nerviosismo, pero… ¿Por qué tiene su rostro tan pálido?
—… Y en este punto, me gustaría disculparme brevemente. Lamento haberte hablado con dureza y haberte atormentado de forma inmadura cuando era joven. Hice todo mal…
Amelia, que examinaba de cerca a Morres, se sobresaltó. No lo notó porque estaban uno frente al otro, pero la armadura en su espalda estaba llena de docenas de flechas.
La mayor parte de la sangre que empapaba la mano que presionaba el pecho de Amelia era de él.
Amelia se dio cuenta de que Morres debió haber saltado a la lluvia de flechas para atraparla mientras caía del muro del castillo. A pesar de que cayó desde un lugar tan alto, ¿por qué no tenía otras heridas y por qué ni siquiera una flecha la había rozado?
En esa fracción de segundo, Morres derramó todas sus fuerzas por Amelia. Y solo entonces notaron las voces de los caballeros que los rodeaban gritando a todo pulmón.
—¡Por favor espere un poco más, Su Alteza!
—De todos modos, siempre haces todo lo posible, ¿verdad?, ¿eh?… Príncipe, ¡ya veremos cuando salgas de aquí!
—¡Su Majestad vendrá pronto! ¡Alteza, no debe de quedarse inconsciente!
Amelia sollozó impotente al sentir que la respiración de Morres gradualmente se desvanecía.
¡Ah! Es por mi culpa.
Cómo llegué sola a Rohan, su padre tuvo que seguir realizando una diplomacia desfavorable y su hermano menor, el príncipe heredero, tuvo que precipitarse hacia la muerte que estaba claramente planeada.
Y a pesar de todos sus sacrificios, ella finalmente va a morir siendo una carga para ellos.
Fue entonces cuando el cielo de repente empezó a ponerse rojo.
♦◊♦ ♦◊♦ ♦◊♦
Gracias por la ayuda.

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