—Es porque no pueden confiar en las brujas y les temen; lo encubrieron desde el inicio. Borraron su existencia desde un principio y la incorporación de la “magia” a la “ingeniería” es una de sus iniciativas. En primer lugar, no existe tal cosa como la magia y todo lo que pensaron que era verdadera magia solo era cerámica con poderes.
—Cuando nos conocimos me dijiste que las brujas eran perseguidas.
—Bueno, los estándares de ser “perseguido” varían con cada persona, por ejemplo, si tu hogar está infestado de gusanos y ratas que te amenazan para que dejes tu casa y sino lo haces se volverán más activos…definitivamente cuenta como un tipo de persecución desde el punto de vista de esa persona.
Medea fingió que comenzaba a llorar de manera desconsolada, solo eran lágrimas de cocodrilo.
Si, ella estaba fuera de la causalidad, era convincente que las brujas no fueran nombradas en la novela. Después de todo era un personaje que Dios, o sea, el autor de la novela no fijo.
—Pero no te preocupes mucho por ello, incluso si una bruja llega a tener un gran poder no es capaz de destruir el mundo.
—¿Por qué?
—Incluso si nace una bruja con tales pensamientos, nuestras hermanas la mantienen bajo control y en los casos más extremos podemos votar para matarlas. Bueno, por lo general, en la mayoría de los casos son las brujas las que están cansadas de vivir y solicitan el voto a favor de su muerte…
Cuando dijo eso, la mirada de Medea se volvió un poco apagada, después al verme ella sonrió como si no pasara nada.
—Es una pena, tú que eres una forastera tienes la cualidad para ser una de nuestras hermanas, si quieres quedarte puedo ayudarte.
—Si, también creo que una bruja será más feliz que ser una prometida.
—Si, tener a ese hombre de este lado como un familiar…
Hablamos durante mucho tiempo después de eso, sobre los futuros que nunca se harían realidad pero que me hacían sonreír con solo imaginarlos.
*** ** ***
(PERSPECTIVA DE HELENA)
Si eres de clase baja, pero eres hermosa tendrás mucha suerte. Cuando era una niña, mi madre a veces caminaba hacia mí con un cuchillo. Apoyaba la hoja afilada en mi mejilla, una y otra vez luego…lo dejaría caer y comenzaría a llorar.
Conociendo la forma de pensar de mi madre, no la culparía si hubiera decidido hacerme un corte en mi rostro.
Tal vez, si mi familia no hubiera sido incriminada y destruida, mi madre no se comportaría de esa forma. A veces, en los días en que ella no podía soportarlo, bebía hasta enloquecer, extrañando a su familia que yacía muerta.
En esos días consolaba a mi madre hasta que ella se dormía
—”Madre no llores, todo estará bien.”
Yo en verdad estaba bien, pero en el fondo del corazón de mi madre, siempre pensó que tenía una deuda conmigo y ni siquiera sabía que esa deuda me pesaba tanto.
“Debes de ser buena, ya no puedo protegerte” es lo que me decía mi madre constantemente, cómo un hábito.
Debes reír, no importa lo duro que sea, debes fingir que no sabes nada, no digas lo que sabes. Debes de vivir cómo si fueras estúpida y así lo hice.
Yo era alguien tan buena que sobresalía como un borde en el palacio imperial. Todos sentían lástima por mí y me lo dejaron fácil. A pesar de que era una plebeya y una sirvienta de bajo rango, pertenecía a una familia noble e incluso tenía una buena relación con varios miembros de la familia Imperial.
Mi madre fue la niñera del príncipe Alec, prácticamente era mi hermano de pecho y su Majestad la Emperatriz, que no tuvo hijas, estaba particularmente encantada conmigo.
Cada vez que intentaba lavar la ropa o limpiar según los deberes de una sirvienta, Alec o la Emperatriz me llamaban para no hacer nada.
—”Antlebloom, su majestad la está llamando. Debe de ir”
—”Pero aún no he hecho mi parte.”
—”¿Cómo te atreves a hacerla esperar?”
Mientras continuaba lavando la ropa, me regaño la sirvienta. Cada vez que dudaba una y otra vez porque sentía lástima por la sirvienta que haría mi trabajo, pero ella me dio un ligero codazo.
—”Ve antes de que vuelvas a meterte en problemas.”
—”Lo siento mucho, si me dan bocadillos los traeré para dártelos, en verdad lo siento.”
De niña era ignorante y terca, una vez que me llamaron no fui hasta que terminé mis deberes, pensé que eso era lo correcto y eso es lo que debía de hacer.
Cuando regresé del trabajo, mi madre me azotó hasta hacerme sangrar por no haber ido a tiempo, pero yo estaba bastante orgullosa; las piernas que me hormigueaban eran una muestra de mi convicción. Sin embargo, un día me encontré con la escena de Alec, que estaba insultando a una sirvienta porque no había llegado una vez que fui llamada.
Me disculpe con ella y a pesar de que aceptó mis disculpas, con un rostro cansado me dijo:
—”Tú deber es servirles por lo que no debes de rechazarlos.”
Fue en ese momento cuando lo supe, no importa lo amables que sean conmigo, no importaba lo bonita que fuera o cuanto me quieran. Entre ellos y yo hay una brecha llamada estatus que nos divide y no tenía el derecho de negarme desde el principio.
Si yo no iba, alguien más estaría en desventaja, pero si voy alguien sigue perdiendo, era tan contradictorio y tan injusto.
A veces sentía que estaba a la deriva, sin pertenecer a ninguna parte y no era aceptada a pesar de que trataba de adaptarme.
Era de esa forma.
Si me hablan debo de ir para allá y después de dejarlos debía regresar con mi madre y calmar su llanto.
Eso me puso un poco triste.
Si lo pienso detenidamente, ella me odio desde el primer día en que la conocí. Era común que ella me pateara en la espinilla a escondidas, justo por debajo de la mesa o me pisaba los pies con sus tacones.
Incluso a una edad temprana, con frecuencia me molestaba o mentía para que yo me metiera en problemas y disfrutaba de eso. La intensidad aumentó cuando me di cuenta que no podía lastimarla ya que yo era una plebeya.
En una ocasión, hubo una fiesta de té en donde estaban presentes Alec, Jason, Eris y yo. Ellos dijeron que era su amiga de infancia y que me lo merecía.
Jason dijo que no le importaba, pero a Eris no le agradó el hecho de estar sentada en la misma mesa que una plebeya y ella me llamó para después encerrarme en un armario en una esquina.
—”¡Eris! ¡Por favor déjame salir!”
—”¡No me llames Eris! ¿De verdad crees que te has convertido en una noble solo porque su majestad te trata con amabilidad? ¿O estás tan desesperada por elevar tu estatus y dejar de ser parte de la casa de un traidor?”
—”Pero solo obedezco las órdenes de su majestad…”
Cuando le dije eso, Eris giró sus ojos y espetó bruscamente.
—”¿Por qué debería preocuparme tu situación? Ya sea que estén fingiendo morir o te rompas una pierna debes de cuidarte tu misma…si vuelves a actuar de esa manera tan pretenciosa serás vendida a un burdel para que puedas elevar tu estatus tanto como lo deseas.”
Eris se dio la vuelta y desapareció. Me dejaron agazapada en un armario angosto y oscuro que no podía abrirse, puede haber estado encerrada por varios días si no fuera por una criada que avisó que no había regresado.
Alec y su Majestad tuvieron un ataque de ira y mandaron a buscar al culpable, pero tanto Eris como yo guardamos silencio. Al día siguiente, Eris se reunió conmigo, me abrazo y con lágrimas en los ojos dijo con una fuerte voz:
—”Helena, no sabes lo preocupada que estaba…”
—”Señorita…”
—”Oh, por favor, solo llámame Eris”
Estábamos en frente de todos y con una voz tan baja que solo yo podía escuchar me susurro:
—”Recuerda lo que te dije”
Eris agarró mi mano temblorosa y sonrió de una forma tan deslumbrante.
Sí, en ese momento la odie un poco. Desde ese día, cada vez que estaba atrapada en un lugar oscuro y pequeño no era capaz de respirar bien.
Eris era una niña que siempre trabajó duro. Si era como los demás, doblaba su esfuerzo y si era menos que los demás trabajaba tres veces más duro. Dijo que ella siempre tenía que ser la mejor.
¿Qué es lo que la impulsaba tanto? No lo sabía.
Cómo alguien que no podía tolerar los errores, se animó a sí misma. Siempre puede tener otra oportunidad, pero ¿Por qué pensará que quedarse atrás es humillante?
Alec siempre tenía palabras negativas para ella, y la razón de eso era porque el Marqués tenía un lado tan astuto como el de una serpiente y Eris debía de ser igual ya que se parecía al Marqués.
Alec me llamó, por lo que dejé mi trabajo y me acerqué al jardín trasero en donde me esperaba. Entonces la vi.
Vi a Eris llorando, sin aliento y escondida en el jardín trasero.
Estaba llorando con sus manos cubriendo su boca en caso de que su llanto se escapara. Agachada de esa forma parecía tan pequeña, me escondí porque pensé que había visto algo que no debía.
A lo lejos vi como Alec caminaba para encontrarse conmigo y.… tan pronto cómo Eris escuchó su voz, se secó las lágrimas.
En ese pequeño tiempo, borró todo rastro de pena, se colocó una gruesa máscara y sonrió como una hermosa flor a Alec.
Se sintió extraño al ver a una niña pequeña vestida con esas ropas y el maquillaje de un adulto. Pensé que si yo fuera una noble ¿Estaría caminando hacia el mismo futuro que ella? Estaba segura de que no sería capaz de soportarlo. No importa cuánto te desprecie uno no puede vivir de esa forma.
Nunca seremos capaces de entendernos.
Pero en ese día a principios de verano, cuando el sol brillaba, decidí que le perdonaría cualquier cosa que me hiciera.
Independientemente de mi promesa, mi madre odiaba a Eris, no, no se trataba de solo odiarla, era casi aborrecimiento. La familia Mizerian fueron los que incriminaron a su familia y por la cual el apellido Antlebloom colapso.
Eris, que no había nacido en ese momento, no podría tener la culpa de eso, pero mi madre solía chismear con la emperatriz, diciendo que estaba fingiendo no ser consciente de que sería la próxima emperatriz.
No importa lo que dijera, nada de eso funcionó y yo solo respondía diciendo que no lo sabía.
La ira de mi madre alcanzó su clímax una vez que por accidente en una de las cacerías fui golpeada con un arco.
Mi madre estaba furiosa diciendo que Eris trató de matarme con ese arco, ella no fue la que me golpeó sino otra dama que no tenía experiencia en la caza, pero no escuchó, diciendo que era seguro que Eris le hubiera ordenado a esa dama para que lo hiciera.
Esa vez, en secreto, mi madre buscó veneno.
No podía acusar a mi madre ni dejar morir a Eris. Si mi madre mataba a Eris, era muy probable que mi madre deba de morir para pagar su ofensa y no podía perder a la única familia que tenía solo por eso
Al ver a mi madre usando el veneno, yo estaba que moría de ansiedad. Luego, cuando la tetera con el té finalmente fue traída, me aferré con cuidado a mi corazón palpitante y tomando la tetera me dirigí a la sala donde Eris estaba esperando a Alec, con un vestido azul miraba de forma ansiosa por la ventana.
Tenía que terminar con todo esto antes de que llegara Alec.
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Gracias por la ayuda, Hikari~.

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