Él preguntó repentinamente y al principio, Ji He no entendió, inconscientemente le devolvió la pregunta: “¿Qué cicatriz?”

Antes de que Gu Zongyan respondiera, su cerebro se quedó repentinamente en blanco. Aparte de esa, ¿qué otra cicatriz podría tener en su cuerpo?

Como era de esperar, Gu Zongyan respondió: “La del abdomen”.

El corazón de Ji He se aceleró repentinamente y sus pupilas se dilataron al mirar a Gu Zongyan.

Ke Bao nació por cesárea, cuando lo dio a luz, inevitablemente quedó una cicatriz de color rosa pálido en el abdomen de Ji He, no muy larga, que se extendía desde el ombligo hacia abajo hasta la ropa interior. En estos dos años ya se había desvanecido bastante.

Nunca se le había ocurrido que Gu Zongyan la vería. Seguramente la notó cuando le cambió la ropa anteriormente.

El corazón de Ji He se encogió y, sin darse cuenta, apretó los dedos sobre su muslo. Gu Zongyan preguntó tan repentinamente que, con esa cicatriz tan obvia y en un lugar tan especial, su mente quedó en blanco, sin poder inventar ninguna excusa para responderle.

Al ver que de repente se quedaba callado, Gu Zongyan insistió con más urgencia: “¿Te hiciste alguna cirugía?”

Con sus conocimientos médicos, si Ji He fuera una niña, esa cicatriz haría pensar primero en una cirugía ginecológica como un parto, pero él era un niño, y Gu Zongyan no podía imaginar qué tipo de cirugía requeriría una incisión allí.

Y Ji He claramente intentaba ocultar esto, su mirada nerviosa, aunque reprimida con fuerza, no pudo escapar a los ojos de Gu Zongyan. Tartamudeó diciendo: “Una pequeña cirugía de antes…”

“¿Qué cirugía?”, insistió Gu Zongyan.

Ji He miró fijamente la pantalla de la computadora, pero no hizo ningún movimiento, respondiendo nerviosamente: “Una cirugía para sacar algo…”

No quería responder directamente, y el semblante de Gu Zongyan se ensombreció aún más.

“Ji He”, la frente de Gu Zongyan se arrugó más, su profunda mirada penetrando en los ojos de él, “No te pregunto otras cosas, pero sobre tu cuerpo, espero que me lo cuentes”.

Hizo una pausa y su voz sonó ronca y baja al agregar: “Me preocupo”.

En estos años, estuvo ausente de la vida de Ji He. Él huyó a un país extranjero, y de alguna manera tuvo un hijo, viviendo una vida cómoda y tranquila, como si no necesitara a este extraño en su vida, como en los tres años anteriores sin él.

Pero no podía, necesitaba a Ji He.

Ya lo había perdido durante tres años, no podía soportar perderlo más.

Un silencio cayó entre ellos. Ji He bajó la mirada, su expresión oculta, pero en el rincón invisible para los demás, sus manos inconscientemente arrugaron el suave material, como si hubiera algo muy difícil.

Gu Zongyan esperó pacientemente frente al escritorio.

Después de un rato, finalmente Ji He habló:

“Todo esto pasó hace mucho tiempo”, levantó la mirada hacia Gu Zongyan, su voz baja, el ceño ligeramente fruncido, como si estuviera considerando cómo expresarlo. “No te preocupes, realmente no pasa nada, ahora ya me he recuperado por completo, te lo aseguro”.

La mirada de Gu Zongyan se endureció más, mirándolo fijamente.

Ji He terminó de hablar, pero sin obtener respuesta, volvió a guardar silencio. Sabía que la respuesta que Gu Zongyan quería no era esa, pero no tenía forma de contarle todo ahora mismo.

Aunque sabía que cuando Gu Zongyan se enterara, probablemente no le haría nada a él ni a Ke Bao, pero este asunto era demasiado extraño, que un hombre diera a luz, ni él mismo podía creerlo.

Ahora todo iba bastante bien, aunque no lo admitiera, en su corazón sabía que tenía sentimientos por Gu Zongyan, lentamente lo estaba aceptando, intentando construir una relación normal con él.

Y este asunto era una variable.

En su nerviosismo, no podía estar seguro de si Gu Zongyan aceptaría esta extraña particularidad suya.

Pero tampoco podía soportar la mirada de Gu Zongyan en este momento, no podía seguir mintiendo, y su determinación inevitablemente se ablandó.

“No quiero hablar de esto…”, movió los labios un par de veces antes de decir lentamente: “Si más adelante tengo la oportunidad, te lo contaré, ¿de acuerdo?”

Gu Zongyan miró su mirada suplicante durante mucho tiempo sin decir palabra.

“En serio, ahora no tengo ningún problema de salud, puedes estar tranquilo”, Ji He aceleró su tono, sus grandes ojos mirando al otro con súplica, “¿Te lo contaré después, vale?”

Parecía que hoy realmente no tenía intención de hablar, Gu Zongyan miró fijamente su rostro, su corazón se hundió, definitivamente había algo oculto.

“Está bien”, respondió en voz baja después de un rato, suavizando luego su tono con resignación: “Lo hablaremos después”.

“Ve a lavarte, haré el desayuno”. Después de decir eso, revolvió el cabello de Ji He y salió de la habitación.

Ji He miró su espalda alejándose hacia la cocina, sin apartar la mirada hasta que desapareció. De repente tuvo una sensación indescriptible en su corazón.

Pero Gu Zongyan no insistió más y él también se sintió aliviado en secreto.

Esperaría un poco más, hasta que el momento fuera más propicio, se lo contaría.

Cuando el pequeño Bao despertó y vio que la enfermedad de su papá finalmente había sanado, se puso muy feliz, girando alrededor de Ji He como un pequeño trompo, luego se pegó a su regazo, abrazando su cuello y hablando sin parar.

Ji He también estaba muy contento, lo miró de arriba abajo varias veces, lo alzó para calcular su peso, y fue entonces cuando confirmó que Gu Zongyan lo había cuidado bastante bien estos días.

Realmente no esperaba que una persona como Gu Zongyan pudiera jugar con un niño de vez en cuando, ya era increíble, y que incluso pudiera convivir sin problemas con un niño pequeño durante varios días, realmente sorprendió mucho a Ji He. Intentó imaginar a Gu Zongyan con el ceño fruncido cambiando el pañal a un niño y no pudo evitar reírse.

El pequeño Ke Bao no notó la expresión de Ji He y siguió informándole con voz aniñada sobre todo tipo de cosas, incluyendo que el tío le había preparado leche muy caliente, le dio un baño que le ardían los ojos, le enseñó a construir torres muy altas con bloques, solo que a la hora de dormir no lo abrazaba como su papá.

Pero podía entenderlo, su papá estaba enfermo y necesitaba abrazos, él no estaba enfermo y podía dormir solo.

Ke Bao estuvo muy cerca de Gu Zongyan estos días, evidentemente se familiarizó mucho con él, sus ojos brillaban al contar estas cosas, ya no tenía el miedo y la timidez de antes.

Ji He escuchaba con una sonrisa, respondiéndole de vez en cuando, sintiendo en su corazón como si una pluma lo acariciara suavemente, como si algo se estuviera derritiendo poco a poco.

Gu Zongyan ya no volvió a preguntar sobre la cicatriz, se quedó para cuidar a Ji He un día más, hasta confirmar que su salud se había recuperado por completo, y luego se dispuso a irse.

Antes de salir, cubrió por completo el rostro de Ke Bao con su gran mano, besó suavemente los labios de Ji He y luego le sonrió, besando también su frente, antes de darse la vuelta para irse.

Ji He abrazó a Ke Bao, aturdido permitiendo sus acciones, y lo vio subir al auto y alejarse.

Su corazón se llenó de un dulce anhelo, permaneció sentado en el sofá por un rato hasta que éste se desvaneció lentamente.

Gu Zongyan no mostró nada fuera de lo normal, y de principio a fin no se dio cuenta de que en el frasco de medicinas de su mesita de noche faltaban algunas pastillas.

El clima se estaba volviendo cada vez más frío, nevó durante mucho tiempo en el país E, y finalmente cayó la primera nevada en la ciudad costera. Se acercaba el Año Nuevo.

Gu Zongyan estaba de pie frente a un enorme ventanal, mirando los copos de nieve que caían afuera. Solo había una delgada capa de nieve, nada comparado con donde estaba Ji He, donde la nieve de la entrada y las escaleras fácilmente podría cubrir las piernas de una persona.

Se oyó que tocaban a la puerta: “Toc, toc, toc”.

Gu Zongyan se dio la vuelta y respondió con calma: “Adelante”.

El asistente He Jing entró a grandes zancadas y se detuvo frente al escritorio, entregando unos documentos a Gu Zongyan:

“El laboratorio envió los resultados del análisis farmacológico”.

El semblante de Gu Zongyan se tensó, tomó los documentos sin decir palabra, abriéndolos rápidamente para revisarlos.

Leyó varias páginas seguidas, su mirada se detuvo finalmente en la última, su ceño más fruncido:

“…¿Restablecimiento uterino?”

“Sí, esta droga ha cambiado de nombre, generalmente se usa para tratar los dolores que sufren las mujeres después del parto debido al restablecimiento uterino. El efecto terapéutico es mucho mejor que las drogas normales”.

El asistente He Jing continuó: “Pero al mismo tiempo, sus componentes son más intensos y puede causar reacciones de rechazo, afectando el sistema inmunológico, por lo que actualmente ya no se usa en la medicina tradicional. Sólo un laboratorio en el país A sigue produciendo esta droga”.

“…”

“¿Se ha verificado? ¿Estás seguro de que no tiene otros usos?” preguntó Gu Zongyan.

El asistente He Jing se sorprendió, el reporte que llegó aquí era información precisa, verificada capa por capa. Gu Zongyan normalmente no haría este tipo de preguntas obvias, así que respondió seriamente:

“Se ha verificado, no tiene otros usos, solo se usa para ese trastorno”.

Hizo una pausa y agregó: “El análisis recomienda no tomar esta droga a menos que sea un dolor intenso, el daño al cuerpo humano es demasiado grande”.

Gu Zongyan se quedó en silencio.

El asistente He Jing de repente sintió que el aire a su alrededor se volvía demasiado frío y silencioso. En esta oficina solo había una persona hablando, y cuando se detuvo, el silencio cayó de inmediato a su alrededor, su corazón comenzó a acelerarse involuntariamente.

Mucho después, Gu Zongyan finalmente volvió a hablar: “¿Obtuvieron la lista de transacciones?”

“No”, el asistente He Jing vio que su jefe apretaba los papeles hasta que sus dedos se pusieron blancos, y respondió con más cautela: “Este laboratorio es muy privado, no pudimos obtener la lista real de compradores. Después de negociar…”

El asistente He Jing se detuvo de nuevo, continuando después de un momento: “Escuchamos un nombre familiar”.

“¿Quién?”

“Zhou Shufeng”.

De repente, se hizo un silencio sepulcral.

Cuando el asistente He Jing recibió la información de A, también se sorprendió mucho. Gu Zongyan los había hecho investigar a esta persona Zhou Shufeng, pero los resultados aún no habían llegado cuando inesperadamente obtuvieron noticias suyas en el otro lado.

No sabía por qué Gu Zongyan los había hecho investigar a esta persona, ni por qué de repente les había dado unas pastillas para hacer un análisis farmacológico exhaustivo, pero por la expresión de Gu Zongyan, sin duda este era un asunto de suma importancia.

El asistente He Jing se inquietó, enderezando más la espalda. Todo esto no era algo que él debiera especular, solo tenía que esperar las instrucciones de Gu Zongyan.

Sin embargo, esperó mucho tiempo y Gu Zongyan no dio ninguna orden.

Sus ojos parecían clavados en el informe que tenía en la mano, sus pupilas oscuras e insondables, los labios apretados en una línea recta.

El asistente He Jing solo lo miró una vez y apartó discretamente la mirada.

No supo cuánto tiempo pasó, pensando que Gu Zongyan ya no diría nada más, pero de repente volvió a hablar:

“Reserva los boletos más rápidos para ir al país E, ahora mismo”.

Su voz sonaba tan ronca que parecía estar hablando entre dientes, y el asistente He Jing al prestar atención, creyó percibir un ligero temblor. Su corazón se sobresaltó y rápidamente respondió: “Sí”.

Mientras se dirigía a grandes zancadas hacia la salida, Gu Zongyan lo detuvo una vez más:

“Continúen investigando a Zhou Shufeng, con la mayor rapidez posible”.

 El autor tiene algo que decir   :  

Ya casi está ahí.

Inventé todo sobre las drogas, así que no seas elegante.

Traducido por ItsMeRae

☕ Apoya el proyecto en Ko-fi