Esa noche, You XiaoMo no esperó a que Ling Xiao regresara y simplemente se fue a dormir. Después de correr todo el día, cuando su cabeza tocó la almohada, pronto cayó en un sueño profundo. Ni siquiera supo cuándo regresó Ling Xiao.

Al día siguiente, antes del amanecer, You XiaoMo fue despertado por un fuerte golpeteo en la puerta junto con una voz familiar que lo llamaba. Era tan ruidoso que sus dos oídos comenzaron a zumbar fuertemente. Con los ojos cerrados, usó una de sus manos para taparse los oídos y continuó durmiendo.

Ling Xiao abrió los ojos y bajó la mirada, atrapando la vista de una cabeza negra y esponjosa usando su pecho como almohada nuevamente. El dueño de esa cabeza estaba nuevamente como la noche anterior, como un pulpo de ocho patas envuelto alrededor de su cuerpo. Afuera, el sonido del golpeteo era como un gong y, sin embargo, él dormía como un tronco. Ling Xiao miró por la ventana y vio que todavía estaba oscuro. Además, se había acostado relativamente tarde la noche anterior, no es de extrañar que estuviera profundamente dormido.

Ling Xiao movió cuidadosamente a You XiaoMo a un lado. Después de bajar de la cama, envolvió la manta alrededor de su cuerpo. Al perder la fuente de calor cálida y acogedora, el cuerpo de You XiaoMo se estremeció involuntariamente y enterró la mitad de su rostro en la manta. La otra mitad expuesta estaba brillante y roja, extremadamente llamativa. Ling Xiao no pudo evitar pellizcarlo. La sensación suave y sedosa casi lo hizo no querer irse.

Después de arroparlo, Ling Xiao se puso un conjunto de ropa y fue a abrir la puerta.

La persona que golpeaba la puerta era Luo Xia. Probablemente porque había sucedido algo importante, estaba tan ansioso que toda su cabeza estaba cubierta de sudor. Cuando Ling Xiao abrió la puerta, casi no pudo evitar golpearse el pecho. Al verlo salir, inmediatamente gritó casi rociando su saliva: —¡Da Shixiong, es realmente malo! ¡El anciano Jiang está en problemas!

—Espera un segundo— la expresión de Ling Xiao cambió un poco. Pronunció esas palabras e inmediatamente se dio la vuelta y se dirigió a la habitación interior para cambiarse de ropa.

Al entrar en la habitación interior, inmediatamente vio que You XiaoMo, que debería haber estado durmiendo cómodamente en la manta, ahora tenía un brazo colgando. El delicado brazo pálido parecía el de una mujer, delgado y uniforme como un tallo de loto. Un vistazo y era obvio que no había recibido entrenamiento físico antes.

Ling Xiao de repente se sintió disgustado de que fuera tan delgado y débil. Si era tan débil, ¿qué pasaría si no podía escapar de los enemigos?

En ese momento, alguien no se dio cuenta de que había comenzado a preocuparse infinitamente por el futuro de You XiaoMo.

Justo entonces, You XiaoMo, que estaba profundamente dormido, de repente se arrastró y se sentó. Ambos ojos estaban perdidos mientras miraban a Ling Xiao, que estaba parado frente al armario. Ling Xiao obviamente no esperaba que se despertara de repente. Acababa de quitarse la ropa y aún no se había puesto otro conjunto. Su fuerte y robusto pecho estaba simplemente expuesto al aire.

Ling Xiao vio que no hizo ningún movimiento después de levantarse, así que estaba a punto de decir algo cuando escuchó la voz interrogante de You XiaoMo: —¿Hubo alguien golpeando la puerta hace un momento?

—….— Ling Xiao pensó que esta reacción era un poco demasiado lenta.

You XiaoMo no esperó su respuesta y miró por la ventana el cielo afuera. Al ver que estaba gris y nublado sin signos del sol, levantó la manta y se acostó de nuevo. Todo el proceso sucedió fluidamente, la manta abultada solo revelaba un mechón de cabello negro.

Ling Xiao, —….—

Después de un rato, Luo Xia, que estaba encerrado fuera de la puerta, golpeó suavemente: —Da Shixiong, ¿estás listo?

Ling Xiao terminó rápidamente de vestirse y salió de la habitación, cerrando suavemente la puerta detrás de él antes de irse con Luo Xia. Luo Xia estaba aquí bajo las órdenes del Gran Maestro para llevar a Ling Xiao a hablar sobre la situación con el anciano Jiang. En el camino, Luo Xia le contó a Ling Xiao todo lo que sabía.

En resumen, el anciano Jiang probablemente se metió en algunos problemas. Ayer, después de que terminó la competencia, el anciano Jiang y el Gran Maestro se fueron juntos. Ambos hablaron sobre asuntos relacionados con la competencia durante una hora antes de que el anciano Jiang se fuera. El Gran Maestro había pensado que el anciano Jiang debería haber regresado a su habitación. En realidad, todos pensaban lo mismo.

Inesperadamente, esa mañana, antes del amanecer, un discípulo fue a su habitación a llamarlo y descubrió que no estaba en su habitación.

El anciano Jiang estaba a cargo de la competencia, por lo que tenía muchas cosas que hacer. Por eso, generalmente se levantaba bastante temprano. Ese discípulo descubrió que el anciano Jiang todavía no se había despertado cuando ya eran las seis y media de la mañana, así que fue a despertarlo.

Al descubrir que el anciano Jiang no estaba allí y tampoco con los otros Ancianos, ese discípulo se dio cuenta de que algo no estaba bien y fue a informar al Gran Maestro. El Gran Maestro inmediatamente envió gente a buscarlo. Al final, encontraron la tableta de jade del anciano Jiang en un acantilado colgante. El Gran Maestro y los otros Ancianos sospecharon que lo más probable era que el anciano Jiang hubiera sido asesinado, así que llamaron a todos juntos. Ling Xiao, como el Gran Discípulo, por supuesto debía asistir.

—Todos ustedes ya deben saber por qué los he llamado aquí hoy. Quiero escuchar lo que piensan con respecto a la desaparición del anciano Jiang— dijo Tang Fan con calma. Su expresión no reflejaba en absoluto que la secta Tian Xin acababa de perder a un Anciano importante. Después de decir esto, sus ojos cayeron en la primera posición a su derecha, Ling Xiao: —Xiao-Er, tú ve primero.

Ling Xiao se puso de pie y juntó las manos mientras hablaba: —Gran Maestro, siento que primero debemos asegurarnos de si el anciano Jiang está desaparecido o si ya ha sido asesinado. Su discípulo sabe muy poco y por eso no tiene forma de juzgar por ahora.

Tang Fan no asintió ni negó con la cabeza. Miró a los demás: —¿Todos ustedes también piensan de esta manera?

Al escuchar esto, los Shidis que generalmente tenían una buena relación con Ling Xiao asintieron y expresaron su acuerdo. En cuanto a Lei Ju, que estaba al lado de Ling Xiao, su rostro mostraba una expresión de desdén bastante obvia.

—Lei Ju, parece que no tienes la misma opinión que Xiao-Er. ¿Estás diciendo que tienes un punto de vista diferente?— Tang Fan fue el primero en notar la expresión de Lei Ju, pero no mostró ningún desagrado.

—Respondiendo al Gran Maestro. Lei Ju pensó que no importaba si el anciano Jiang está desaparecido o asesinado. Es suficiente para mostrar que hay algunas personas que albergan malas intenciones aquí. Todos aquí deben recordar el pandemónium que ocurrió no hace mucho. Se dijo que muchas sectas eliminaron espías demoníacos de entre sus filas. Aunque no se descubrieron demonios en la secta Tian Xin, no significa que no los haya. Así que, en mi opinión, la desaparición del anciano Jiang probablemente esté conectada con los demonios— Lei Ju juntó las manos hacia Tang Fan, sus ojos estaban llenos de la intención de robar el protagonismo. Luego miró a Ling Xiao de manera amenazante.

—Lo que dijo Lei Ju es razonable, pero no hay que ser demasiado impulsivo para evitar que todos se pongan ansiosos— dijo Tang Fan con calma, sin revelar ni un ápice de sus pensamientos. En la superficie, estuvo de acuerdo con su punto de vista, pero por debajo lo atacó. Este movimiento fue con uno llamado una llama oculta.

—Gracias por la guía, Gran Maestro— dijo Lei Ju, juntando las manos una vez más, sin mostrar ni un ápice de incomodidad en su rostro. En cambio, miró con suficiencia a Ling Xiao. En comparación con las breves palabras de Ling Xiao que no parecían decir nada, sintió que su respuesta era mejor.

Después de que Lei Ju se sentó, el anciano Xiao en el lado opuesto, que también era su shifu, abrió la boca. —Da Shixiong, Gran Maestro, sospecho que hay espías en el Linaje Central. La desaparición del anciano Jiang debe tomarse en serio.

La mirada de Tang Fan recorrió a todos los presentes, diciendo: —Encontramos signos de lucha donde desapareció el anciano Jiang. Uno de los involucrados era el anciano Jiang. Me temo que parecía más sombrío que esperanzador. Pero para que esta persona realmente pueda igualar la fuerza del anciano Jiang, sospecho que el asesino es uno de nosotros aquí.

Al escuchar estas palabras, todos los presentes mostraron expresiones variadas.

Los ancianos astutos y experimentados no mostraron ningún cambio en sus expresiones. En cuanto a los pocos discípulos más jóvenes, todos sus pensamientos estaban escritos en sus rostros.

El anciano Du, que estaba al lado del anciano Xiang, se rió como el Buda de la Risa, como si no le afectara el ambiente. Acariciando su mechón de barba gris, rompió fácilmente la tensa atmósfera: —Entre nosotros, los que pueden igualar la fuerza de Jiang-shidi, aparte de nosotros, son solo Lin-shizi y Lei-shizi.

—Du YunCai, ¿qué estás insinuando? ¿Estás diciendo que mi discípulo es el asesino?— El anciano Xiao inmediatamente habló enojado.

—Anciano Xiao, no hay necesidad de enojarse. Sabes muy bien que solo estoy hablando de las posibilidades— dijo Du YunCai, riendo hasta que sus ojos se estrecharon en rendijas.

El anciano Jiang todavía quería objetar, pero fue cortado con calma por Tang Fan: —Lo que dijo el anciano Du es razonable. Lin Xiao y Lei Ju tienen un talento sobresaliente, de hecho, pueden enfrentarse al anciano Jiang. Para demostrar que no tienen nada que ver con la desaparición del anciano Jiang, solo tenemos que preguntarles dónde estaban cuando el anciano Jiang desapareció. Eso sería suficiente.

—Yo iré primero— dijo Lei Ju, levantándose primero.

—El anciano Jiang debe haber desaparecido alrededor de las siete y media. Entonces, desde entonces hasta la medianoche, ¿dónde estabas y hay alguien que pueda confirmarlo?— Los ojos de Tang Fan eran como cuchillas frías, brillando fríamente hacia Lei Ju. La calma de antes cambió instantáneamente a una amenaza sutil.

La expresión de Lei Ju cambió bruscamente, diciendo seriamente: —Durante este tiempo, estuve con algunos de mis Shidis. Estábamos hablando de la competencia del día siguiente hasta las siete y diez. Después de eso, regresé a mi habitación. En ese momento, el que compartía la habitación con mí, Jiang Liu-shidi, ya estaba en la habitación. Él puede confirmar que después de que regresé a la habitación, estuve en meditación profunda, sin dar un solo paso afuera.

—Anciano Du, tendré que molestarte— dijo Tang Fan, asintiendo hacia Du YunCai.

El anciano Buda de la Risa, Du, se sintió bastante arrepentido de que ya no pudiera disfrutar de este drama. Pero sabía la seriedad del asunto, así que se levantó, juntó las manos hacia Tang Fan y salió del salón principal para buscar a Jiang Liu.

—El siguiente turno es de Lin-shizi— dijo el anciano Xiao, con una mirada amenazante hacia Ling Xiao, que estaba sentado en el asiento principal.

Desde el momento en que Ling Xiao entró hasta ahora, su desempeño fue digno de elogio. No demasiado notable, pero tampoco insignificante. Sin signos de pánico o inquietud. Sin dejar migajas para las pocas personas que lo observaban constantemente.

Al escuchar las palabras del anciano Xiao, Ling Xiao se puso de pie y dijo fácilmente: —Respondiendo al Gran Maestro. Durante ese tiempo, estuve junto con You-shidi. En ese momento, él estaba refinando píldoras mágicas a mi lado. Él puede servir como mi testigo.

—Anciano Xiao, tendré que molestarte para traer a You XiaoMo aquí— dijo Tang Fan.

—¡Sí, Gran Maestro!— El anciano Xiao se puso de pie y juntó las manos. Antes de salir del salón principal, miró inescrutablemente a Ling Xiao.

Traducido por Ji Shenn

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