—Caballeros, ¿les gustaría adquirir una copia de La leyenda sobre el Sabio de las Tres Espadas?— El narrador sonrió mientras abría la bolsa de monedas que colgaba de su cintura, extendiendo con la otra mano un libro sobre la leyenda del Sabio de las tres espadas.
—Esta historia narra cómo el Sabio de las Tres Espadas y el Señor Inmortal Taiqing cultivaron juntos, como amigos de la infancia. Si lo compran, les regalo además una copia de La biografía del Señor Inmortal.
Amigos de la infancia.
Vaya forma de describir esa relación.
Yu Cheng entrecerró los ojos y continúo bebiendo con indiferencia su té, ignorando al narrador que, sin darse cuenta, seguía insistiendo.
—¿Por qué no compran uno? ¡La historia es realmente fascinante! Además, incluye un manual de técnicas de espada. Podrían llevárselo y practicar, ¡quién sabe si algún día alcanzarán una fracción de la habilidad del Sabio de las tres Espadas!
Al escuchar esto, el rostro de Yu Cheng se tornó aún más frío. Sus dedos, ocultos en las mangas, se cerraron lentamente, listos para actuar, pero se detuvo en seco cuando…
Chu Xuyun se levantó lentamente, sacó algunas monedas de su anillo de almacenamiento y se las entregó al narrador. Entre los agradecimientos efusivos del hombre, recibió los dos libros.
El rostro de Yu Cheng se tensó, su mirada cayó sobre el libro de la leyenda sobre el Sabio de las Tres Espadas que descansaba en la palma de Chu Xuyun, y su corazón se hundió.
Era cierto, amigo de la infancia.
Chu Xuyun siempre aparecía junto a Ji Lianzhou, como si sus nombres estuvieran atados. Dondequiera que se mencionaba a uno, el otro no podía faltar.
En el corazón de Chu Xuyun, probablemente nadie tenía más peso que Ji Lianzhou.
Chu Xuyun, satisfecho después de comer, no notó la mirada cada vez más intensa de Yu Cheng. Abrió casualmente el libro de la leyenda sobre el Sabio de las Tres Espadas.
Quería ver por qué la biografía de Lianzhou era digna de comprarse, mientras que la suya era un mero regalo.
Tras hojearlo, se dio cuenta de que solo contenía algunos relatos de la vida de Lianzhou. El manual de técnicas de espada incluido era el mismo que todos los discípulos principiantes de la Montaña Sansheng recibían.
Maldición, me estafaron.
Chu Xuyun frunció los labios, descontento, y dejó el libro sobre la mesa. Lo consideró un desperdicio tirarlo, así que, después de pensarlo un momento, lo empujó hacia Yu Cheng.
Que lo use como leña para el fuego.
—Señor Inmortal, no me lo dé, no lo quiero.
La voz fría de Yu Cheng resonó.
Chu Xuyun hizo una pausa, alzó la vista hacia él y se encontró con los ojos de Yu Cheng, cargados de resentimiento. Yu Cheng lo miró solo un instante antes de apartar la mirada y tomar su taza de té, bebiendo en silencio.
Chu Xuyun: —…
¿Qué pasó?
Observó con cuidado la expresión de Yu Cheng, sin entender por qué estaba molesto.
Después de pensarlo un momento, Chu Xuyun extendió lentamente la mano para recuperar el libro de la leyenda del Sabio de las Tres Espadas.
Si no lo quería, podía usarlo para nivelar una mesa.
Al ver que Chu Xuyun parecía completamente indiferente a sus sentimientos, Yu Cheng apretó aún más los dedos, casi clavándose las uñas en la palma.
No entendía por qué Chu Xuyun le daba ese libro.
¿Acaso quería que practicara las técnicas de espada, con la esperanza de que algún día alcanzara una el nivel de habilidad de Ji Lianzhou?
De repente, Yu Cheng agarró la mano de Chu Xuyun, mirándolo fijamente.
—He cambiado de opinión.
Chu Xuyun parpadeó, confundido, y soltó el libro.
Yu Cheng tomó el libro de la leyenda del Sabio de las Tres Espadas y, con un movimiento de sus dedos, hizo aparecer una llama azul oscura. Ante los ojos de Chu Xuyun, redujo el libro a cenizas.
Chu Xuyun mostró una leve expresión de sorpresa, y luego extendió la otra mano, ofreciéndole la biografía del Señor Inmortal Taiqing.
Sabía que Yu Cheng quería jugar con el fuego. Aquí tenía otro libro para quemar, ya que todo lo que decía era mentira.
Yu Cheng lo miró con una mirada sombría y murmuró:
—Señor Inmortal, ¿por qué molestarse? ¿Es Ji Lianzhou tan importante para ti?
Solo porque había quemado el libro de Ji Lianzhou, ahora le ofrecía el suyo, como si estuviera dispuesto a compartir el mismo destino que él.
¿Eso era lo que quería?
Chu Xuyun guardó silencio.
¿Había mencionado a Lianzhou en algún momento?
—Gracias por el libro, Señor Inmortal. Este lo guardaré para leerlo con calma—. Yu Cheng, con una expresión impasible, abrió la biografía del Señor Inmortal Taiqing y añadió con un tono significativo:
—Leeré cada página, cada línea, hasta memorizar cada palabra, hasta que cada hoja lleve las huellas de mis manos.
Luego, alzó la vista y miró directamente a Chu Xuyun.
Sus ojos estaban llenos de deseo, como si quisiera marcar a Chu Xuyun como suyo para siempre.
Chu Xuyun desvió la mirada.
Guau.
No sabía que Yu Cheng fuera tan aficionado a la lectura.
Por cierto, sus padres admiraban a los eruditos. Desde pequeño, siempre habían esperado que se convirtiera en un académico destacado. Lamentablemente, Chu Xuyun carecía de talento literario y ni siquiera podía componer un poema decente. Si no fuera por su talento en el cultivo, probablemente seguiría en su aldea, cultivando apio con su padre.
De repente, una idea brillante cruzó la mente de Chu Xuyun. Sus ojos se iluminaron: había encontrado la manera de que sus padres aceptaran a Yu Cheng.
Si Yu Cheng podía fingir ser un erudito estudioso, su padre no se opondría a su relación.
Era el plan perfecto. Así, su familia estaría tranquila y dejarían de enviar a las casamenteras del pueblo para presentarle mujeres cada año.
—¿Señor Inmortal?— La mirada de Yu Cheng se oscureció aún más. Sabía que Chu Xuyun, siendo tan inteligente, había entendido su insinuación, pero simplemente no le importaba.
Si era así, no le quedaba más remedio que actuar.
—Es hora de regresar—. Yu Cheng se levantó y, sin dar opción, tomó la mano de Chu Xuyun. Algunas miradas curiosas se volvieron hacia ellos, pero Yu Cheng no se inmutó.
Las relaciones entre hombres eran algo extraño en este mundo, y el propio Yu Cheng sabía que era peculiar. Pero a él le gustaban los hombres, o más precisamente, solo le gustaba Chu Xuyun.
Chu Xuyun se dejó sacar de la posada, igual de indiferente a las miradas ajenas.
No era que le gustaran los hombres, simplemente le atraían las personas hermosas, y en su corazón, Yu Cheng era el más hermoso.
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Tan pronto como cruzaron el umbral del palacio demoníaco, un penetrante olor a sangre les golpeó el rostro.
Yu Cheng soltó la mano de Chu Xuyun, frunciendo el ceño mientras observaba a su alrededor. Por todas partes yacían los cuerpos de cultivadores demoníacos, muertos con un solo y preciso golpe de espada.
A Yu Cheng no le importaban las vidas de estos cultivadores demoníacos. Eran solo los restos de las fuerzas del anterior Señor Demoníaco. Sin embargo, solo podía pensar en una persona que se atreviera a causar tal caos en su palacio demoníaco.
—Señor Inmortal, parece que tu inseparable amigo de la infancia ha venido a buscarte—. Yu Cheng miró a Chu Xuyun, sintiendo cómo la envidia hervía en su pecho.
—Qué coincidencia, supongo que hoy la biografía del Sabio de las Tres Espadas ganará un nuevo capítulo lleno de acción.
Chu Xuyun no respondió. Bajó la mirada hacia las heridas en los cuerpos de los cultivadores demoníacos. Efectivamente, era Lianzhou. Un solo golpe mortal, con una poderosa intención de espada que aún parecía resonar en las profundidades de las heridas.
¿Por qué tenía que venir Lianzhou justo ahora? Ni siquiera había tenido tiempo de sellar el pacto con Yu Cheng.
Seguro que el líder de la secta lo había enviado para llevarlo de vuelta.
Chu Xuyun apretó los labios y, de repente, agarró la muñeca de Yu Cheng, girándose para abandonar el palacio demoníaco.
Pero justo cuando se daba la vuelta, una voz familiar resonó detrás de él.
—Ah-Xu.
El movimiento de Chu Xuyun se detuvo en seco. Lentamente, se volvió, instintivamente llevando a Yu Cheng detrás de él.
Ji Lianzhou sostenía una espada, mirándolo desde la distancia. Naturalmente, notó el pequeño gesto de Chu Xuyun y frunció ligeramente el ceño.
—¿Qué estás haciendo?
Yu Cheng, de pie detrás de Chu Xuyun, no prestó atención a Ji Lianzhou. Solo sentía la mano de Chu Xuyun agarrando la suya con fuerza.
Por un momento, se quedó aturdido, mirando una y otra vez.
¿Chu Xuyun lo estaba… protegiendo?
Su corazón latió rápidamente, pero Yu Cheng no dijo nada, permitiendo que Chu Xuyun lo guiara en silencio.
—Ah-Xu— Ji Lianzhou llamó de nuevo, esta vez con un tono más suave.
—El líder de la secta Taiqing me envió para rescatarte.
Aunque lo que realmente quería preguntar era por qué Chu Xuyun sostenía la mano de Yu Cheng, pero por alguna razón, no se atrevía a hacerlo.
Chu Xuyun lo miró fijamente durante un largo rato, y finalmente sacudió la cabeza con determinación.
No se iría.
Incluso si Lianzhou intentaba golpearlo, no se movería. Ya había decidido casarse con Yu Cheng.
—Sé que tienes un buen corazón y no quieres abandonar a Yu Cheng, pero él ya está más allá de la redención—. Ji Lianzhou conocía muy bien cuánto esfuerzo había invertido Chu Xuyun en Yu Cheng. Aunque no eran maestro y discípulo, su relación era cercana.
Si Ah-Xu no quería que matara a Yu Cheng, probablemente era solo por compasión.
Pero esa compasión era también la debilidad de Ah-Xu. Si no hubiera sido tan indulgente con Yu Cheng, ¿cómo habría podido Yu Cheng volverse tan desenfrenado, reduciendo a Ah-Xu hasta este estado?
Había adelgazado mucho.
Ji Lianzhou ignoró el ligero aumento de peso en las mejillas de Chu Xuyun.
—Yu Cheng es ahora el Señor Demoníaco. Ha caído en el camino demoníaco. Si no lo matamos, solo causará más desastres.
Cada palabra que decía Ji Lianzhou hacía que Yu Cheng sintiera una risa irónica brotando en su interior.
—También podría preguntarte qué tipo de camino demoníaco es ese ‘Camino del Silencio’ que inventaste— Yu Cheng soltó una risa fría.
—A lo largo de la historia, nadie ha ideado una técnica tan ridícula.
Al escuchar esto, Ji Lianzhou se detuvo visiblemente, su rostro se tornó rígido y algo incómodo.
—… ¿Cómo sabes eso?
Yu Cheng sonrió con frialdad.
—¿Qué crees?
Ji Lianzhou miró a Chu Xuyun con incredulidad, murmurando para sí mismo: —¿Incluso le contaste eso?—
Chu Xuyun asintió con un poco de vergüenza.
Al ver esto, Ji Lianzhou no pudo evitar respirar profundamente.
—El Camino del Silencio en realidad es falso. Sé que es estúpido, pero Ah-Xu, ¿por qué le contaste a otros las bromas que decíamos de niños?
Chu Xuyun parpadeó, confundido.
Yu Cheng también se quedó atónito.
—¿Qué broma?—
Chu Xuyun había practicado el Camino del Silencio con seriedad, incluso en la cama, se esforzó por no emitir ningún sonido.
Ji Lianzhou apretó los labios, visiblemente frustrado.
—Cuando teníamos siete años, se me ocurrió que, si existía el Camino de la Indiferencia, ¿por qué no podía existir un Camino del Silencio? Pensé que si no hablabas, podrías cultivar. Era solo una broma que le conté a Ah-Xu.
No estaba explicando específicamente esto para Yu Cheng, solo no quería que Yu Cheng lo considerara un tonto.
—Eran solo palabras de niños, Ah-Xu. ¿Por qué se lo contaste a Yu Cheng?
Al escuchar esto, los ojos de Chu Xuyun se abrieron de par en par y agitó las manos rápidamente.
¡No, no era así! ¡El Camino del Silencio realmente existía! ¡Fue gracias a él que había cultivado tan rápido y se había convertido en el Señor Inmortal Taiqing!
—Ah-Xu, ¿qué te pasa? Di algo.
Ji Lianzhou suspiró, pero al ver la expresión de impotencia en el rostro de Chu Xuyun, de repente notó algo extraño.
En un instante, se dio cuenta, y con voz sorprendida, exclamó:
—¿Acaso tú…?
Yu Cheng también miró a Chu Xuyun con asombro, y una idea audaz flotó en su mente.
Chu Xuyun… ¿se había tomado esas bromas en serio?
Traducido por 21Rb_BINGQIU
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