Linternas de flores brillan en el cielo nocturno, y la cera de las velas gotea sobre el borde de la mesa.

A medianoche, Chu Xuyun fue despertado abruptamente por un beso mientras alguien le pellizcaba la cara.

Yu Cheng aún sostenía su muñeca con fuerza, como si temiera que él pudiera escaparse de nuevo.

Chu Xuyun de repente se dio cuenta de que su ropa había sido removida por completo, y que tanto sus muñecas como sus tobillos estaban atados con delgadas cadenas doradas, sujetándolo firmemente a la cama.

¿Qué estaba haciendo Yu Cheng?

—¿Ya estás sobrio?

La suave voz de Yu Cheng resonó en sus oídos. Chu Xuyun levantó la cabeza y notó que él parecía extrañamente calmado, aunque ya no se mostraba tan enojado como antes.

Las yemas frías de los dedos de Yu Cheng rozaron suavemente la mejilla de Chu Xuyun. La mirada de Yu Cheng se volvió más intensa, como una niebla fina y penetrante en la penumbra de la noche. 

—Si ya estás despierto, sigamos. Esta noche tenemos muchas cosas que hacer.

Le acercó una hoja delgada con el contrato de matrimonio celestial y murmuró en un tono persuasivo: 

—Mi señor inmortal, léelo en voz alta.

Chu Xuyun respondió en voz baja: 

—No puedo leerlo.

—¿Por qué no?— La voz de Yu Cheng se tornó fría y severa. —Dímelo, estoy escuchando.

Chu Xuyun ni siquiera se atrevió a mirarlo a la cara y murmuró: 

—En realidad, no soy tan bueno como crees.

Al escuchar esto, Yu Cheng se quedó en silencio por un momento, luego soltó una risa baja. 

—¿Solo por eso?

Había demasiado que decir. Chu Xuyun respiró suavemente, sabiendo que si no lo decía hoy, tal vez nunca tendría el valor de hacerlo. Así que apretando los dientes y dijo: 

—Soy muy tonto. Desde que era pequeño, cuando estudiaba, mis maestros decían que no era inteligente. Hay muchas cosas que no puedo entender por mí mismo, y tiendo a obsesionarme con detalles sin importancia. Soy omnipotente y aparte de la cultivación, no tengo nada por lo que la gente me admire.

Yu Cheng lo miró fijamente, sin interrumpir sus palabras.

—Mis pinturas son feas, mi comida es horrible, y enseñar a mis discípulos solo funciona porque ellos son inteligentes y tienen talento.

Chu Xuyun bajó la cabeza, su voz cada vez más baja. 

—Te gusta una versión de mí que es demasiado perfecta, pero yo no soy así. Si nos casamos y luego descubres que soy un idiota, que siempre te causo problemas, que no sé hacer nada y que arruino todo… te arrepentirás.

Cuando terminó de hablar, Yu Cheng seguía absorto en sus palabras. Después de un largo silencio, murmuró pensativamente: 

—Entonces, ¿no estabas planeando huir con Ji Lianzhou?

Chu Xuyun levantó la cabeza, sorprendido, y dijo con incredulidad: 

—No, solo tenía miedo…

Miedo de que Yu Cheng, al descubrir la verdad, lo mirara con desprecio.

Eso sería demasiado terrible, incluso peor que ver apio.

Solo pensar que Yu Cheng podría dejar de quererlo, Chu Xuyun sintió ganas de llorar.

Rara vez lloraba. Ni siquiera había llorado cuando su padre no le daba de comer de pequeño.

—Yu Cheng, ¿por qué no dices nada?— Chu Xuyun apretó los labios, sin esperar que llegaría el día en que él mismo instaría a Yu Cheng a hablar. —¿En qué estás pensando?

¿Quién era el que practicaba el camino del silencio aquí?

El rostro de Yu Cheng seguía medio oculto en la sombra de las velas, haciendo imposible adivinar sus pensamientos. Atado de manos y pies, Chu Xuyun se sentía cada vez más ansioso.

—Estoy pensando que tal vez el camino del silencio del señor inmortal ya no se puede seguir cultivando—. Yu Cheng de repente soltó una risa suave, con un toque de regodeo en su corazón.

Chu Xuyun apretó los labios, visiblemente molesto y dijo:

—Hace mucho que no puedo cultivarlo.

El Camino del Silencio se basaba en la tranquilidad mental, pero su mente en ese momento estaba menos tranquila que la de los cultivadores demoníacos que vigilaban afuera.

Ahora solo quería saber si Yu Cheng lo despreciaría. El camino del silencio ya no importaba.

—Mi señor inmortal, como dije que me gustaba tu apariencia fría, distante e inteligente, pensaste que no me gustaba la persona real que eres—. Yu Cheng tomó su rostro entre sus manos y murmuró: —Parece que el Señor Inmortal realmente no es tan inteligente, pero es muy adorable.

Chu Xuyun: —…

Yu Cheng, cuanto más lo pensaba, más gracioso le parecía. 

—Eso fue solo un consuelo porque vi que Yin Xuzhao te lastimó con sus palabras. ¿Realmente no lo entendiste?

—¿Pero por qué me consolarías?— Chu Xuyun miró a Yu Cheng con confusión. No se sentía triste, las palabras de Yin Xuzhao no lo habían afectado en absoluto.

Quería seguir escuchando las explicaciones de Yu Cheng, pero este de repente dejó de hablar.

—Primero lee el contrato de matrimonio celestial, de lo contrario no te lo diré.

El papel delgado fue colocado frente a Chu Xuyun nuevamente. Este lo miró con cuidado y preguntó: 

—¿De verdad quieres hacer el pacto conmigo? ¿No te arrepentirás?

Yu Cheng entrecerró los ojos y sonrió. 

—Léelo rápido.

Chu Xuyun: —… Oh.

No tuvo más remedio que mirar la delgada hoja frente a él y comenzar a leer en voz alta: 

—Chu Xuyun desea pasar esta vida con Yu Cheng… ¿De verdad no te arrepentirás?

Yu Cheng guardó silencio por un momento, luego se acercó al oído de Chu Xuyun y murmuró: 

—Si no lo lees, no seré amable.

Sus dedos rozaron repentinamente un punto sensible en el cuerpo de Chu Xuyun con cierta fuerza. Chu Xuyun tembló como si hubiera recibido una descarga eléctrica e intentó retorcerse para escapar de las manos de Yu Cheng, pero sus manos y pies estaban firmemente atados, sin posibilidad de huir.

—Lo leeré… Yu Cheng, lo leeré.

Chu Xuyun no tuvo más remedio que leer obedientemente el pacto que Yu Cheng había escrito: 

—Chu Xuyun desea pasar esta vida con Yu Cheng, unidos como alas de pájaro, compartiendo las mismas virtudes y corazones, convirtiéndonos en compañeros de Dao. Si traiciono este pacto… no podré tener un compañero de Dao en esta vida, nunca podré alejarme ni un paso de Yu Cheng, y estaremos entrelazados por nueve vidas y nueve reencarnaciones.

¿Por qué su contrato de matrimonio parecía más largo que el de Yu Cheng?

¿El contrato que Yu Cheng había leído antes era el mismo que el suyo?

En ese momento le dolía un poco la cabeza y no lo había escuchado bien, pero debía ser el mismo.

Después de leer el pacto, una cuerda roja apareció en las muñecas de ambos. La cuerda serpenteó en el aire y finalmente se ató firmemente a la muñeca del otro antes de desaparecer.

El pacto celestial estaba hecho. A partir de ese momento, eran compañeros de Dao legítimos.

Al ver la cuerda roja desaparecer en sus muñecas, Yu Cheng pareció relajarse y volvió su mirada hacia Chu Xuyun.

Sus ojos, claros y brillantes, solo reflejaban a una persona.

Yu Cheng se inclinó y besó suavemente los labios de Chu Xuyun, murmurando: Ahora te responderé lo que me preguntaste.

El corazón de Chu Xuyun se aceleró de inmediato, sus pestañas temblaron y no se atrevió a moverse.

—Si no eres inteligente, si no eres omnipotente, sino un tonto que no sabe hacer nada.

Yu Cheng no pudo evitar reírse y dijo sin pensarlo: 

—¿No sería eso aún mejor?

¿Cómo podría arrepentirse?

Este era Chu Xuyun.

Una persona tan perfecta que resultaba imposible criticarla, pero que de repente descubría que también tenía defectos, y que esos defectos insignificantes eran precisamente cosas que él podía ayudar a compensar. ¿No era eso una prueba de que estaban hechos el uno para el otro?

Él sabía pintar, cocinar y, ocasionalmente, podía ayudar a Chu Xuyun a disciplinar a sus discípulos.

Yu Cheng estaba genuinamente feliz, incluso más que el día que llevó a Chu Xuyun al palacio demoníaco.

Antes, solo podía retener a Chu Xuyun mediante amenazas y sobornos, pero ahora podía convertirse en la otra mano de Chu Xuyun, ayudándolo en las cosas que no podía hacer bien.

—Querer a alguien no siempre significa amar su personalidad, su inteligencia o su talento excepcional. A veces, es simplemente porque hizo algo que nadie más hizo, o dijo algo que nadie más dijo. Sentir que alguien es especial es la primera etapa del amor. Solo cuando lo consideras especial, quieres conocerlo más— la voz de Yu Cheng era suave, tan tierna que hacía que el corazón de Chu Xuyun se calentara.

Chu Xuyun lo miró con desconcierto, sintiendo de repente que, en este aspecto, Yu Cheng parecía entender más que él.

—¿Soy especial para ti?

Yu Cheng lo miró de reojo y dijo: 

—Es una larga historia. Si puedes recordar nuestro pasado y reflexionar sobre ello, encontrarás la respuesta.

En otras palabras: descúbrelo tú mismo.

Chu Xuyun se sintió perdido. ¿Qué había en su pasado que hacía que Yu Cheng lo considerara especial?

Su memoria era realmente mala. ¿Por qué Yu Cheng tenía que hacerle preguntas en un momento como este? Desde pequeño, odiaba responder preguntas.

—Te daré una pista,— dijo Yu Cheng con aire misterioso. —Hace siete años, a principios del verano, en el templo de Taiqing, en tu habitación.

Su voz se detuvo abruptamente. Chu Xuyun levantó la mirada hacia Yu Cheng, ansioso: 

—¿Y qué más?

—Eres muy codicioso, A-Xu. Descúbrelo tú mismo.

Chu Xuyun apretó los labios y lo miró con reproche

Esa pista no servía de nada, era como si no hubiera dicho nada. Ahora estaba aún más confundido.

Después de esperar un rato y ver que Chu Xuyun seguía sin recordar, Yu Cheng decidió no esperar más. 

—Si no lo recuerdas, piénsalo más tarde. Hoy es un día de celebración, primero la noche de bodas.

—Yu Cheng…— Chu Xuyun todavía quería preguntar más,  pero pronto no pudo emitir ningún sonido coherente.

Yu Cheng no pudo evitar acariciar su cabello negro y murmuró con admiración: 

—La voz de A-Xu es muy hermosa, pero deberías llamarme ‘esposo’.

La primera persona que propuso el Camino del Silencio merecía morir, por haberlo privado de escuchar los pensamientos de Xuyun durante tanto tiempo.

Sin embargo, las cadenas de oro no las quitaría. Lucían muy bien en las manos de Xuyun.

Chu Xuyun sintió que tal vez lo habían drogado, porque no importaba lo que Yu Cheng hiciera, su corazón latía rápidamente. Quería cubrirse el pecho, pero no podía mover las manos. Después de un largo rato, su voz era tan baja como el canto de un pájaro, murmurando suavemente:

—Esposo.

—Te quiero mucho, esposo.

El cuerpo de Yu Cheng se tensó por un momento, y luego sus movimientos se aceleraron repentinamente. Tomó el rostro de Chu Xuyun y lo besó aún más profundamente.

—Yo también te quiero mucho, A-Xu.

Ya no era el señor inmortal, era A-Xu.

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Hace siete años, a principios del verano, en el templo de Taiqing.

El clima era cálido, y en la habitación de Chu Xuyun, Yu Cheng se escondía debajo de su escritorio.

Tan pronto como Chu Xuyun regresara a su habitación, lo vería de inmediato.

Hoy, definitivamente obtendría una explicación de Chu Xuyun. ¿Por qué lo había llevado a la secta, pero luego lo evitaba todo el tiempo, sin mencionar siquiera la posibilidad de aceptarlo como discípulo?

Después de llegar a la Secta Taiqing, Yu Cheng se enteró de que, aunque Chu Xuyun parecía joven, ya era un Inmortal famoso en todo el mundo.

Si seguía a Chu Xuyun en el camino del Dao, en menos de cinco años, podría regresar al Reino demoníaco para vengarse.

Pero Chu Xuyun no lo había vuelto a ver desde que lo llevó allí.

Debían ser los rumores que lo señalaban como un demonio, lo que hizo que Chu Xuyun dudara.

No podía permitir que Chu Xuyun lo tratara como un juguete. Si hoy Chu Xuyun no accedía, no saldría de esta habitación.

Después de un rato, Chu Xuyun finalmente regresó.

Desafortunadamente, llevaba una espada, y lo que era aún más desafortunado, tan pronto como entró en el dormitorio, detectó el aura demoníaca de Yu Cheng.

En el momento en que la punta de la espada tocó su pecho, Yu Cheng nunca había sentido que su corazón latiera tan rápido.

Traducido por 21Rb_BINGQIU

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