Poco a poco, Chi Ning se dio cuenta de que algo andaba mal.
Hace un momento, los dos habían estado luchando ferozmente, pero se notaba que todavía se estaban conteniendo.
Pero ahora, los movimientos de Gu Lingxiao y Shen Qiuting se volvieron más despiadados, como si ambos quisieran empujar al otro hacia la muerte.
Chi Ning estaba horrorizado: —No pueden seguir peleando así.
Zong Dai era un hombre de cabeza dura, así que no vio cuál era el problema: —El Shidi Gu siempre ha sabido hasta dónde ir y cuándo detenerse, además, ese es su buen amigo.
Chi Ning agarró su espada Tahong, vigilando en todo momento los movimientos de los dos hombres.
Al ver que Gu Lingxiao realmente había perdido la cabeza, Shen Qiuting fingió retroceder hasta quedar atrapado contra un antiguo árbol, aparentemente, sin ninguna salida.
La espada Zhaichen apuntó directamente hacia el corazón de Shen Qiuting.
Shen Qiuting levantó su propia espada para enfrentarlo, pero no utilizó toda su fuerza. Era como si hubiera expuesto deliberadamente la parte más vulnerable de su cuerpo, para que Gu Lingxiao pudiera herirlo gravemente.
Era una trampa hábilmente diseñada, atrayendo a su presa un paso a la vez.
Giró su espada y le hizo un profundo corte al brazo derecho de Gu Lingxiao, pero no intentó bloquear la afilada hoja que se dirigía directamente hacia su pecho.
Pero justo un momento antes de que su plan pudiera tener éxito, Shen Qiuting fue empujado por una misteriosa fuerza.
Shen Qiuting cayó a varios metros de distancia, y cuando se dio la vuelta, vio claramente a la persona que se estaba enfrentando a Gu Lingxiao.
Era Chi Ning.
La espada Zhaichen se incrustó en el grueso tronco del árbol, apenas unos centímetros al lado del cuello de Chi Ning.
Si Chi Ning inclinara la cabeza, la afilada hoja de la espada cortaría su garganta.
Cuando Gu Lingxiao vio que alguien había arruinado sus planes, retiró violentamente la espada y envolvió sus cinco dedos alrededor del cuello del hombre frente a él: —¿Cómo te atreves a detenerme?
Cuando Chi Ning vio que las pupilas de Gu Lingxiao eran de color rojo sangre y que no había ningún rastro de lucidez en sus ojos, supo que había enloquecido.
Soportó el agudo dolor en su cuello y dijo: —Lingxiao…
Pero llamarlo así solo resultó en un trato más brusco.
La mente de Chi Ning estaba un poco desorientada, escuchó vagamente los gritos de Zong Dai y Xiao Jing, quienes querían salvarlo, pero fueron detenidos por la barrera que Gu Lingxiao había levantado en algún momento. También sintió un pesado olor a sangre.
¿Cómo podía haber sangre?
Chi Ning utilizó sus últimas fuerzas para levantar la manga de Gu Lingxiao, y vio una profunda herida de espada en el antebrazo del otro hombre, lo suficientemente profunda como para ver el hueso. La sangre escarlata empapó gran parte de las túnicas blancas de Chi Ning.
—La herida… ¿Te duele…? —Chi Ning abrió y cerró sus pálidos labios, apenas podía hablar.
En trance, Chi Ning recordó al Gu Lingxiao de su vida anterior, el hombre estaba tan loco que no le importaba torturarlo hasta hacerle perder la mitad de su vida.
Pero Gu Lingxiao era aún más despiadado consigo mismo. Este hombre nunca buscaba tratamiento médico, no importa cuán gravemente herido estuviera, dejaba que la herida cicatrizara sola, confiando únicamente en su constitución corporal especial como descendiente de los demonios.
Cada vez que Chi Ning lo veía, encontraba nuevas heridas que se sumaban a las viejas y horribles cicatrices.
Pero Gu Lingxiao no parecía sentir dolor, solo presionaba a Chi Ning contra la cama y le hacía el amor, susurrándole al oído sobre los nuevos lugares que había conquistado y el número de personas a las que le había cortado la cabeza.
En ese momento, Chi Ning le diría: —Morirás. —Y Gu Lingxiao le sujetaría de las muñecas y le respondería: —Entonces iremos juntos al infierno.
…
Chi Ning tenía demasiado miedo de que ese escenario vuelva a repetirse en esta nueva vida. Preferiría ir al abismo él mismo, antes que dejar que Gu Lingxiao experimente nuevamente el sufrimiento.
Sus fríos nudillos tocaron el brazo de Gu Lingxiao, temblando mientras buscaba la herida, y pronto, sus limpios dedos se empaparon de sangre.
Chi Ning intentó desesperadamente limpiar la sangre de Gu Lingxiao.
Gu Lingxiao escuchó a su presa, a quien tenía agarrada por el cuello, decir: —¿Te duele… Lingxiao? Suéltame… Y te ayudaré a curar tus heridas…
Todo el mundo dice que la línea de sangre de los demonios es inferior, sin embargo, temen la gran fuerza que tiene la sangre de los demonios.
Se rumorea que la sangre de un demonio puede quemar la hierba y los árboles cuando gotea al suelo, hoy finalmente Chi Ning pudo tocarla y sólo sintió que era realmente caliente.
El aire de sus pulmones se había agotado hace mucho tiempo, y su débil energía espiritual no podría durar mucho más. Los ojos de Chi Ning se oscurecieron: —Si muero, seré el único que irá al infierno, así que no me sigas…
No sabía qué palabra había estimulado a Gu Lingxiao, pero los cinco dedos que estaban apretando fuertemente el cuello de Chi Ning se aflojaron repentinamente, dándole una pequeña esperanza para seguir viviendo.
El aire fresco entró a sus pulmones en oleadas, Chi Ning perdió el punto de sujeción y cayó al suelo, tosiendo violentamente debido a la feroz asfixia.
Gu Lingxiao se medio agachó para mirarlo, sus pupilas seguían teniendo el color de las llamas.
Después de examinar a Chi Ning por un momento, la figura de Gu Lingxiao se tambaleó y cayó en los brazos de Chi Ning.
Chi Ning sintió que lo habían estrangulado hasta dejarlo tonto, y cuando vio a Gu Lingxiao inconsciente, su primera reacción fue sostener al hombre para comprobar si seguía respirando.
Xiao Jing se apresuró a separarlos, y una vez que sintió el pulso del corazón de Gu Lingxiao, dijo: —El bastardo no está muerto, todavía sigue vivo.
Xiao Jing volvió a maldecir en voz baja: —Estaría mejor muerto, a esto se le llama ser mordido por un perro, ¿por qué se volvió loco cuando todo estaba bien?
Chi Ning sabía que Xiao Jing estaba hablando así debido a la ira, por lo que no dijo nada e intentó levantarse, tambaleándose.
Zong Dai lo ayudó a levantarse, y miró las impactantes marcas de dedos en el cuello de su Shizun. Había un rastro de terror genuino en su voz: —Me asusté, me asusté muchísimo, si Shizun fallece repentinamente, seré como una viuda de hierba…
Chi Ning palmeó el dorso de la mano de su discípulo principal de manera tranquilizadora, su voz ronca era desagradable de escuchar: —Estoy bien.
Apartó a Zong Dai y se acercó a Shen Qiuting: —Tendré que pedirte que mantengas en secreto lo que sucedió hoy. —Chi Ning tosió un par de veces: —Si escucho sobre esto en otro lugar, no te lo perdonaré.
Chi Ning estaba pálido y débil, y las marcas en su cuello le daban un aspecto lamentable.
Apenas podía mantenerse en pie, pero todas sus palabras eran firmes y estaban destinadas a proteger.
En realidad, estaba protegiendo al hombre que casi lo mata.
Un montón de emociones atravesaron el corazón de Shen Qiuting, apretó los puños con tanta fuerza hasta que sus venas fueron visibles, pero en la superficie todavía dijo respetuosamente: —Sí.
…
Por la noche, las luces en el Salón Yaoguang permanecieron encendidas.
Chi Ning estaba sentado en una silla de madera frente a la cama de Gu Lingxiao, las velas se consumieron una tras otra, pero él ni siquiera cambió de postura.
Zong Dai trajo dos cuencos de medicina y los colocó uno por uno sobre la mesa: —Este es para Shizun, y este otro es para el Shidi.
Chi Ning se bebió todo su cuenco de medicina, era tan amargo que se le entumeció la lengua: —Es muy difícil para ti ocuparte de dos tipos de medicamentos.
—Shizun trabaja más duro que yo. —Zong Dai le aconsejó a Chi Ning: —Shizun debería volver primero, yo me quedaré a hacer guardia.
—Lleva durmiendo dos días seguidos. —La mirada de Chi Ning se posó en los ojos herméticamente cerrados de Gu Lingxiao: —Me quedaré con él otra vez, y le daré su medicina.
Zong Dai no pudo persuadir a Chi Ning, así que tuvo que cerrar la puerta e irse.
La habitación volvió a estar en silencio. Después de que Chi Ning le diera a Gu Lingxiao su medicina, se inclinó hacia adelante y examinó la herida en el brazo de este último.
En los últimos dos días, parecía que la única prueba de que Gu Lingxiao seguía vivo eran sus heridas que poco a poco se iban curando.
Evidentemente, todos los meridianos de su cuerpo estaban en buen estado, pero este discípulo suyo simplemente no quería despertarse.
Chi Ning levantó la manta de Gu Lingxiao y pensó para sí mismo: No sé en qué vida cometí un pecado tan grande como para que los Cielos me envíen un enemigo tan problemático.
Estaba claro que Gu Lingxiao lo hirió primero, pero ahora yacía aquí, como si él fuera la víctima.
Esta vez, Chi Ning estaba decidido a castigar severamente a Gu Lingxiao. Cuando se despierte, lo enviará con Xie Jiuze para que ayude a reparar el salón, moviendo ladrillos todo el día bajo el sol abrasador.
También será castigado con copiar el Método del Corazón cien veces.
Después de eso, tendrá que plantar nuevos árboles, reemplazando todos los que destruyó.
—Cuando despiertes… —Chi Ning suspiró suavemente: —No voy a culparte de nada cuando despiertes.

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