Episodio 002

Repetir, repetir y volver a repetir.

Lo único que podía considerarse un alivio era que, dentro de todo eso, al menos él podía intentar algo nuevo cada vez para sobrevivir.

Si cambiaba sus acciones, también cambiaban los sucesos que le seguían, y dependiendo de qué palabras escogiera al encontrarse por fin con otro superviviente, podía incluso influir en el actuar de esa persona. No sabía que llegaría a experimentar tan vívidamente un sueño lúcido de libertad tan extrema como solo había escuchado en palabras.

Durante aproximadamente una semana tomó las pesadillas consecutivas como algo serio e incluso intentó evitar dormir, pero todo fue en vano. Cada vez que caía dormido, de nuevo estaba de pie en medio del estudio de una habitación, obligado a vivir el mismo comienzo una y otra vez como si alguien lo hubiera estampado en una plantilla.

Incluso si al abrir los ojos dentro del sueño se daba cuenta, como era típico de un sueño lúcido, de que ‘esto es un sueño’, saber lo que ocurriría después lo hacía terriblemente angustioso.

Extremadamente estresado por todo esto, Junseong decidió por fin acudir a terapia. Sin embargo, solo recibió respuestas genéricas como: “Es el estrés de haber dejado recientemente tu trabajo”, “Debes gestionar bien el estrés”, “Te recomiendo dejar los juegos e irte de viaje con tus amigos”. Nada de eso le servía en absoluto.

Incluso mientras se aferraba a la terapia como a un clavo ardiendo, sus pesadillas no mostraban el menor signo de cesar.

Ya que de todas formas tenía que soñar lo mismo todos los días, Junseong decidió buscar una forma de escapar del lugar apenas despertara dentro del sueño. Como sabía que tendría que enfrentarse a zombis horribles y espantosos, pensó que quizá era mejor despertarse antes de ser devorado por ellos. Cualquiera querría evitar la sensación de unos zombis monstruosos clavando los dientes, compitiendo entre sí y desgarrando su piel sin piedad.

Lo primero que intentó fue despertar la sensibilidad del cuerpo.

Cómo relajar los músculos cuando uno sufre parálisis del sueño; trató de mover los dedos uno por uno para intentar despertar.

Pero por más que se esforzara en moverlos dentro del sueño, lo único que lograba era mover sus dedos perfectamente normales. Redescubrió que la parálisis y los sueños lúcidos eran cosas totalmente distintas.

Luego intentó métodos que implicaran dolor físico. Dado que pellizcar la mejilla suele usarse para comprobar el dolor al intentar determinar si alguien está soñando, pensó que también podría ser útil para despertar.

Su esperanza duró poco.

Aunque todas las sensaciones estuvieran vivas, por alguna razón no podía sentir dolor, así que tampoco podía despertarse haciéndose daño a sí mismo.

Tras pensarlo a fondo, su última opción fue ‘suicidarse’.

Aunque en su vida nunca había contemplado esa palabra en su diccionario personal, al menos esta vez lo vio como un simple método para despertar del sueño, por lo que no tuvo más remedio que elegirlo. Cuando lo mordían los zombis, despertaba sin falta, así que tal vez morir de otra manera también lo haría abrir los ojos.

En cuanto el sueño comenzó otra vez, corrió hasta la azotea del edificio y, cerrando los ojos con fuerza, saltó. Podía hacerlo porque era plenamente consciente de que estaba en un sueño.

Pero, como burlándose de Junseong, el sueño lo colocó de nuevo en el centro del estudio. Luego volvió a repetir el inicio de un nuevo episodio del brote zombi. Como si le obligara a que volviera a pensar el problema que había abandonado.

Al final, solo quedaba un método para despertarse.

Morir a manos de un zombi.

Parecía la única y cruel solución para escapar del sueño.

Para cuando estaba ya tan torturado por pesadillas inexplicables que su salud empezaba a resentirse…

—¿No es como un juego de roguelike? (n/t: juego de mazmorras al azar, donde peleas contra monstruos y recoges tesoros que te ayudan a la ofensiva y a la defensa). 

Un amigo que lo visitó por primera vez en mucho tiempo dijo aquello fascinado por el sueño de Junseong. A diferencia de él, que estaba preocupado, su amigo incluso bromeó diciendo que a él sí le gustaría soñar algo así.

—Cuando mueres, vuelves siempre al principio y tienes que empezar de cero.

Puso de ejemplo la característica típica de un roguelike y, con una mirada excitada, insistió en que el sueño de Junseong era exactamente eso.

Cuando lo pensó detenidamente, fue exactamente como él dijo.

Sacando la función básica pero esencial de ‘guardado’, la estructura del sueño de Junseong era muy parecida a la de un juego roguelike.

—Si es un roguelike de zombis… al final debe ser desarrollar una vacuna o exterminarlos a todos, ¿no?

Las palabras de su amigo fueron para el abatido Junseong como una luz clara.

Aunque aún no tenía idea del porqué tenía que soñar esto una y otra vez, si después de morir todo se repetía desde el inicio, entonces prefería esforzarse y llegar al final. Si lograba ‘pasar el juego’, quizá ya no tendría que volver a soñar aquello.

Al pensarlo así, su mente se calmó de inmediato. En vez de simplemente dejarse morder a ciegas para despertar, decidió concentrarse en crear estrategias de manera activa para superar el juego.

¿Cuáles eran exactamente las características y debilidades de los zombis?

¿Dónde encontrar refugios seguros y cómo conseguir comida?

¿Qué aliados eran necesarios para terminar el juego y cómo hallarlos?

¿Cuál era la solución definitiva para acabar con el brote zombi?

Cuando aceptó el sueño como un juego completo, la mente de Junseong comenzó a funcionar con más claridad que nunca.

*** ** ***

Dos meses habían pasado desde que puso un pie en el mundo apocalíptico del sueño.

Ese fue también el día en que, justo después de descubrir la solución para detener el brote zombi, fue atacado por sorpresa y murió.

Al despertar y salir de la ducha, con el mismo buen humor de siempre, no pudo contener un profundo suspiro.

—Haa…

Su mirada se posó en la transmisión en vivo de internet que encendía por costumbre al despertarse.

[En algunas zonas de la ciudad de Inhan está ocurriendo un gran disturbio…]

Era una noticia demasiado familiar para que la confundiera; escuchó un fuerte pitido a continuación. El estridente sonido de la alerta de emergencias martilló en la cabeza de Junseong. Al escuchar la alerta, tomó su teléfono casi sin pensar, con ojos llenos de confusión.

[10:44 AM]

La misma hora a la que siempre ‘despertaba’ en el sueño.

«¿Qué es esto? ¿Estoy soñando otra vez?». Era natural que pensara eso.

Siempre que abría los ojos en el sueño, lo primero que escuchaba era la voz urgente del presentador en la transmisión que tenía la costumbre de dejar encendida. Después sonaba en el teléfono una alerta estridente, y al mirar la hora siempre eran las 10:44 a.m.

Era exactamente igual al sueño.

Por ello, pensó que quizá se había vuelto a dormir inmediatamente después de despertar.

—Pero… las sensaciones son distintas como para pensar que acabo de dormirme. Si fuera un sueño, lo notaría.

En todos los sueños anteriores había una sensación clara e inequívoca de que eran ‘un sueño’. Por más realista que fuera, sabía con claridad ‘esto es un sueño’, y eso evitaba que perdiera la cordura.

Junseong, con el ceño fruncido, miró hacia el baño.

En el pequeño baño no había ventana, solo un pequeño extractor, así que siempre dejaba la puerta entreabierta tras ducharse. Así que ahora también la puerta estaba entreabierta, y a través de ella podía ver el espejo del lavabo empañado por el agua caliente.

«En el sueño no habría tenido ni tiempo para ducharme con tanta calma».

El comienzo del sueño era siempre idéntico, sin tiempo para disfrutar de una ducha tranquila como hoy.

Luego miró la fecha mostrada en el teléfono.

«Y tampoco habría una fecha tan clara».

En los sueños, cualquier dato referente a fechas aparecía extrañamente borroso e ilegible. Incluso si preguntaba a otra persona, sus respuestas sonaban como balbuceos de un bebé.

En cambio, ahora la fecha actual en el teléfono se le mostraba nítida.

Cuanto más pasaba el tiempo, más convencido estaba de que aquello era ‘realidad’.

Tratando de calmar el corazón desbocado por la ansiedad, bajó la mirada a su teléfono para revisar el mensaje que acompañaba la desagradable alarma que acababa de escuchar.

Mensaje de emergencia

[Ministerio de Función Pública y Seguridad

Se han producido simultáneamente disturbios de gran escala en distintas zonas de la ciudad de Inhan.

Por favor, evite absolutamente salir o realizar actividades al aire libre].

El contenido del mensaje también era idéntico.

Junseong, por costumbre, apagó la alarma del mensaje. Sabía que en menos de 30 minutos las comunicaciones se cortarían, pero que antes de eso llegarían más mensajes de emergencia uno tras otro, y no quería que las notificaciones atrajeran a los zombis.

Aunque actuaba como dictaba la costumbre, su mente estaba sumida en un caos abrumador.

Todo era igual al sueño: las noticias en la transmisión, los mensajes de emergencia, sus propias acciones, todo.

Cuanto más lo pensaba, más se le erizaba la piel.

«¿Y si aún estoy soñando?»

—No puede ser real que haya zombis… claramente tiene que ser un sueño.

«Sí… esta vez es solo que no me doy cuenta de que estoy soñando. Estoy en un sueño, pero no lo sé».

Su mente, intentando sofocar la confusión abrumadora, quería hacerlo pensar que estaba soñando. Y, al pensarlo así, empezó a tranquilizarse.

Pero entonces, al recordar la mayor diferencia entre sueño y realidad, su mente se quedó en blanco.

Hace un momento, al salir de la ducha, se golpeó ligeramente la punta de los dedos contra el toallero al intentar coger una toalla. El dedo le dolió agudamente y recordó haber exclamado “¡Ah!” mientras se llevaba el dedo al puño por reflejo.

Junseong no apartó la mirada de la duda que surgió en su mente. Sin pensarlo más, usó el teléfono en su mano para golpearse con fuerza el muslo.

Si realmente fuera un sueño, aunque las sensaciones existieran, no podría sentir dolor. Pero sí era la realidad…

—…Ugh.

Sentiría dolor. Como ahora.

Mirando su muslo dolorido, Junseong tragó saliva.