Aunque en parte había subestimado a su oponente, Ye Cheng podía sentir con claridad que la fuerza del otro estaba muy por encima de la suya. No era un rival al que pudiera derrotar en este momento.
Si A-Xu estuviera aquí, definitivamente no habría perdido. Una vez más, había avergonzado a A-Xu.
Li Fenhe miró a un derrotado Ye Cheng con incredulidad, como si estuviera presenciando un fenómeno único en el mundo, y bajó la voz para decir:
—Lo hiciste a propósito
Sospechaba que Ye Cheng fingió ser derrotado para hacer avergonzar a shizun.
El rostro de Ye Cheng se ensombreció, pero no respondió a las palabras de Li Fenhe. No podía discernir el nivel de cultivación de la persona frente a él, ni percibir su aura y, sin embargo, sentía una extraña familiaridad.
Bajó la mirada y observó con atención el sombrero de paja que ocultaba el rostro del otro. Parecía ser un artefacto mágico capaz de ocultar el aura temporalmente. Este tipo de objetos solo podían encontrarse en el Reino Demoníaco. ¿Por qué un cultivador común lo usaría al visitar una secta?
Era casi seguro que esos dos eran cultivadores demoníacos, y uno de ellos tenía un nivel superior al suyo. Porque solo así podían ocultar sus auras por completo.
No sabía que existieran cultivadores demoníacos como esos.
—¿Lo viste con claridad?
Chu Xuyun guardó su espada, pero no pudo evitar hacer una pregunta:
—¿En qué falló el movimiento de espada anterior?
Ye Cheng guardó silencio. ¿Por qué esta persona estaba tan ansiosa por dar lecciones?
No pronunció palabra. Fingió envainar la espada, pero con un ligero giro de la punta, arrancó de un movimiento el sombrero de paja que cubría la cabeza del otro.
El sombrero cayó al suelo, revelando un rostro que seguía siendo desconocido.
Chu Xuyun lo miró con sorpresa y lo elogió generosamente:
—Sí, así es como se usa este movimiento.
La Espada Flor de Peral que Levanta el Vino consistía precisamente en aprovechar el instante en que los pétalos quedaban suspendidos en el aire para cortarlos.
Como era de esperar de Yu Cheng, aprendía con una rapidez asombrosa.
Ye Cheng lo miró con frialdad. En ese momento no tenía cabeza para pensar en técnicas de espada; ese conjunto de movimientos ya lo dominaba a la perfección. Solo había cometido un error momentáneo. Lo que más le preocupaba era si había avergonzado a A-Xu.
Ye Cheng volvió la cabeza y se encontró con las miradas atónitas de sus discípulos.
Lin Ze fue el primero en aplaudir: —¡Shizun debe haber cometido ese error a propósito para enseñarnos! ¡Con razón nunca lograba dominar esta técnica! ¡Así que así se usa!
An Suning se unió de inmediato:
—¡Gracias, shizun! Este discípulo ha aprendido mucho. ¡Siento que ahora comprendo mejor esta técnica de espada!
Yu Cheng: —…
Parecía que ellos estaban más preocupados que él por la posible vergüenza de A-Xu.
—Ustedes, ya basta…— Li Fenhe no pudo evitar hablar. —Incluso Shizun puede equivocarse a veces, ¿no es algo normal?— Hizo una pausa y luego miró a Yu Cheng.
—Aunque creo que Shizun demostró deliberadamente un movimiento incorrecto, es realmente impresionante. Este discípulo lo ha memorizado.
Por el honor de Shizun, podía decir algunas mentiras descaradas.
Tan Mo, que había estado observando todo el tiempo, murmuró a Chu Xuyun con asombro:
—¿Les lanzaste un hechizo? ¿Qué les pasa?
Chu Xuyun apretó los labios y no respondió.
En la secta Taiqing, ‘Chu Xuyun’ ya no era solo un nombre, sino una bandera que no podía permitirse caer.
—¿Quiénes son ustedes realmente? ¿Por qué irrumpieron en la residencia de mi Shizun?
Lin Ze los miró perplejo, con un destello de cautela en sus ojos.
Antes de que Chu Xuyun pudiera hablar, Tan Mo se adelantó:
—Somos de la secta vecina. Como el gran torneo está cerca, vinimos a visitar al Señor Inmortal para aprender un poco.
Li Fenhe los miró con comprensión:
—¿Vinieron a robar técnicas?
Tan Mo: —… Puedes entenderlo así.
Qué descortés es este discípulo.
Al escuchar a Tan Mo, Yu Cheng entrecerró los ojos. Este no era el momento de revelar sus identidades. Por ahora, seguiría el juego para descubrir sus intenciones.
—Si vienen a visitar al Señor Inmortal, primero deben pedir permiso al líder de la secta.
Lin Ze intentó decir algo más, pero Yu Cheng levantó una mano para detenerlo y de lado, guió a Chu Xuyun y Tan Mo hacia los aposentos.
Los discípulos no tuvieron más remedio que rendirse. Pensaron que con el Inmortal presente, incluso si había intrusos malintencionados, él podría manejarlo.
Justo antes de entrar en los aposentos, Li Fenhe murmuró en el oído de Yu Cheng: —Te advierto que no avergüences más a mi Shizun. Muestra algo de cortesía con los invitados. Voy a practicar esgrima.
Yu Cheng lo miró de reojo. Este idiota ni siquiera notaba lo sospechosos que eran estas dos personas. En el futuro, fácilmente moriría sin saber cómo.
Por fortuna era lo suficientemente tonto. Si fuera como Ji Lianzhou, probablemente habría otra persona en el retrato.
Dentro de los aposentos, el mobiliario sencillo no coincidía con el estatus del Señor Inmortal Taiqing. No se diferenciaba de los dormitorios de otros discípulos, excepto por estar más limpio.
Tan Mo miró alrededor y no vio ni un solo objeto valioso.
—Ser un Inmortal te queda mal. Mejor hubieras sido un cultivador demoníaco.
Chu Xuyun tosió suavemente, escondió discretamente la manzana podrida de la mesa y la tiró debajo, con las puntas de las orejas enrojecidas.
No era pobre. El líder de la secta le daba mucho dinero, pero como practicaba todos los días, no sabía en qué gastarlo.
Yu Cheng tomó una taza de té y bebió un sorbo. Realmente quería saber qué planeaban estas dos personas.
—Oímos que el Señor Inmortal fue secuestrado por el Señor Demoníaco hace unos días. Estuvimos muy preocupados. ¿Cuándo regresó? ¿Logró eliminar al Señor Demoníaco?— Tan Mo miró significativamente a Yu Cheng.
—Ese Señor Demoníaco es despiadado. Que el Inmortal haya regresado con vida es una gran fortuna para nosotros.
Yu Cheng alzó la mirada hacia él y dijo con voz tranquila:
—Gracias por tu preocupación. Incluso sabes exactamente cuándo regresé.
No necesitaba fingir frente a ellos. Después de todo, estos dos cultivadores demoníacos no sabían que A-Xu practicaba el Camino del Silencio.
Tan Mo se atragantó y, sin rendirse, dijo:
—Por supuesto. En este torneo de las sectas, el Señor Inmortal es un oponente formidable para nosotros. Por supuesto que debemos estar atentos. Acabo de ver al Inmortal enseñar a sus discípulos. ¿A cuál favorece más?
Yu Cheng frunció ligeramente el ceño y dijo en voz baja: —Todos son buenos.
—¿Es así?— Tan Mo sonrió. —Cómo escuché que el Señor Inmortal tiene un discípulo más favorecido llamado Li Fenhe, con quien comparte profundos lazos y que incluso ese Yu Cheng que antes estuvo bajo su tutela, por más alto que fuera su talento, no podía igualar a Li Fenhe en obtener el favor del Señor Inmortal.
Estas cosas, Tan Mo las supo por boca del mismo Yu Cheng.
Sabía a quién envidiaba y odiaba más Yu Cheng, así que estaba seguro de que Yu Cheng no dejaría pasar esta oportunidad dorada de eliminar a Li Fenhe. Solo necesitaba añadir un poco más de leña al fuego.
Al caer estas palabras, la expresión de Yu Cheng efectivamente se tornó sombría y fría.
—Ese Li Fenhe es ciertamente un discípulo genio raramente visto en el mundo—. Tan Mo continuó echando leña al fuego, clavando la mirada en la expresión de Yu Cheng, —De estar en su lugar, yo también elegiría a Li Fenhe, y no a ese Yu Cheng que cayó en el camino demoníaco.
Yu Cheng, tú y yo somos de la misma clase.
Chu Xuyun favorece a Li Fenhe, deberías odiarlo, no amarlo, ¿cómo es que no lo entiendes?
—Yu Cheng no es mi discípulo—, Yu Cheng habló con calma. —No está bajo mi tutela, ¿para qué compararlo?
—El Señor Inmortal habla con razón—. Tan Mo soltó una carcajada aún más descarada. —¿Cómo merece ese Yu Cheng ser discípulo del Señor Inmortal? Un cultivador demoníaco tan audaz que quiso engañar a su maestro y destruir sus raíces, el Señor Inmortal no estaría mal al matarlo…
Aún no terminaba de hablar, cuando abruptamente fue interrumpido por una voz,
—Estás diciendo tonterías.
Chu Xuyun apretó su labio inferior, armándose de valor, y habló en voz baja, —¿Quizás fue porque Yu Cheng al principio no quería dejar que el Señor Inmortal se acercara?
Tan Mo guardó silencio un momento, y dijo perplejo, —¿qué conexión hay entre estas dos cosas?
—Es que…— Chu Xuyun tenía las puntas de las orejas enrojecidas, su voz aún más baja, sin atreverse a mirar los ojos de Yu Cheng, —quizás el Inmortal Señor pensó que, al principio, Yu Cheng lo odiaba mucho.
Yu Cheng lo miró atónito, durante un largo rato, hasta que reaccionó a lo que decía el otro, y murmuró:
—¿Cómo lo sabes?
Al principio, ciertamente no le agradaba Chu Xuyun, solo que Yu Cheng nunca había pensado en la razón desde esta perspectiva.
Chu Xuyun bajó aún más la cabeza, —lo adiviné al azar.
—Tú deberías decir menos tonterías, ¿adivinar qué? ¿Acaso puedes conocer los pensamientos del Señor Inmortal? Si existiera un método de cultivo que impida hablar en este mundo, debería ser perfecto para ti—. Tan Mo deseaba taparle la boca, cuando casi había logrado que Yu Cheng odiara a Li Fenhe, Chu Xuyun siempre arruinaba sus planes.
Al oír esto, Yu Cheng de pronto soltó una risa, como si hubiera entendido algo, y dijo con tono significativo:
—Quieres decir… el Camino del Silencio.
Tan Mo no esperaba que realmente existiera tal cosa, quedó sin palabras un momento, y rápidamente cambió de tema:
—Lo dije sin pensar, mejor sigamos hablando de ese Li Fenhe…
—No es necesario hablar de él.
Yu Cheng bajó las pestañas, apoyando la barbilla mientras miraba a Chu Xuyun, quien tenía la cabeza agachada sin atreverse a levantarla, con una sonrisa profunda:
—Ahora siento mucha curiosidad, este compañero Daoísta que entiende tan bien mis pensamientos, ¿qué más sabes de mí? ¿Por qué no lo dices todo de una vez?
Tan Mo: —¿?
Se inclinó, bloqueando la mirada de Yu Cheng hacia Chu Xuyun:
—¿Qué puede saber? En nuestra secta solo es un mandadero, no lo tomes en serio.
—Ya no lo sé.— Chu Xuyun también murmuró.
Yu Cheng contuvo la risa, acercándole una taza de té caliente, y dijo con voz suave: —Este compañero Daoísta predice las cosas como un dios, seguramente es un sabio capaz de adivinar y conocer el destino celestial. ¿Por qué no me ayudas a calcular por qué hay un retrato de un espadachín inmortal en mi habitación?
¿Retrato de un espadachín inmortal?
Chu Xuyun frunció el ceño. No recordaba ningún retrato. ¿Acaso aparte de Lianzhou existía otro espadachín inmortal?
—Creo que deberíamos volver a hablar de Li Fenhe…— Tan Mo se interpuso entre sus miradas entrelazadas, hablando con dificultad: —¿De verdad no les importa ni un poco este chico Fenhe?
Nadie le respondió.
Chu Xuyun reflexionó complejo. Él ignoraba por completo lo del retrato. ¿Sería que antes lo había usado para nivelar las patas de una mesa?
—No puedo calcularlo.
La sonrisa en los labios de Yu Cheng se desvaneció gradualmente. Humedeció sus labios y dijo lentamente:
—No es nada importante. No importa si no puedes calcularlo. De todas formas, ya he roto ese retrato.
Dicho esto, observó detenidamente la expresión de Chu Xuyun, buscando si mostraba el más mínimo atisbo de dolor, lástima, ira o resentimiento.
Pero Chu Xuyun no mostró nada.
Su rostro era normal, sereno como el agua, e incluso se rascó la cara.
Chu Xuyun pensaba que no importaba si encontraban el retrato de Lianzhou, con tal que no descubrieran ese otro retrato que había escondido, todo estaría bien. De lo contrario sería demasiado vergonzoso.
Afortunadamente, por la actitud de Yu Cheng, parecía no haberse dado cuenta. Chu Xuyun suspiró aliviado en su interior.
Al ver que por fin terminaban de hablar del maldito retrato, Tan Mo respiro hondo y dijo:
—Para esta visita al Señor Inmortal, he preparado un gran regalo, esperando ayudar al Señor Inmortal y su amado discípulo a brillar en el Gran torneo de las sectas.
Sacó de su pecho un colgante de jade y, sonriendo, lo extendió hacia Yu Cheng: —Esta es la Joya de Bendición de mi secta. Como somos rivales, esta joya no tiene el efecto de aumentar el cultivo, es solo un obsequio de buenos deseos.
Yu Cheng finalmente dirigió su mirada hacia él. Las intenciones de este individuo eran demasiado obvias. Una y otra vez había avivado el odio entre Li Fenhe y él mismo, resultando extremadamente sospechoso.
Seguramente este colgante de jade también ocultaba algún misterio. Quizás después de que Li Fenhe lo usara, moriría instantáneamente. Entonces, ¿no sería imposible completar la tarea que A Xu le había asignado?
Al pensar esto, Yu Cheng extendió la mano para recibir el colgante de jade, pero justo cuando estaba a punto de tocarlo, repentinamente soltó la mano.
El colgante de jade cayó al suelo, emitiendo un crujido.
—¡Qué haces!—
Tan Mo lo miró incrédulo. Ese colgante contenía un gusano Gu que había refinado durante noventa y nueve días. Su plan original era que, si Yu Cheng realmente no mataba a Li Fenhe, el colgante eliminaría en secreto a Li Fenhe y luego culparía a Yu Cheng.
Maldición, ¿acaso Yu Cheng no lo atrapó a propósito?
Se apresuró a agacharse para recoger el colgante, solo para descubrir que ya estaba hecho pedazos, y el gusano Gu en su interior había desaparecido.
Tan Mo se sintió aterrorizado. ¿Y si ese gusano Gu se arrastraba a algún rincón y le daba un mordisco a alguien por accidente…?
Con el corazón ansioso, estaba a punto de meterse bajo la mesa para buscarlo cuando, de repente, Chu Xuyun le sujetó el hombro.
Tan Mo: —¿?
—El colgante de jade está roto, ayúdame a buscarlo—. Tan Mo intentó con urgencia apartar la mano de Chu Xuyun que lo sujetaba, pero descubrió que Chu Xuyun no se movía en absoluto.
Tan Mo: —… ¿Qué estás haciendo? ¡Ayúdame a buscarlo!
¡De lo contrario, todos moriremos!
Chu Xuyun seguía sujetando con fuerza a Tan Mo, con la frente ligeramente empapada en sudor.
No puede ser.
Absolutamente no puede ser
—Bajo la mesa estaba precisamente ese retrato que había escondido en secreto.
Traducido por 21Rb_BINGQIU
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