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Wu Ziping deseaba con todas sus fuerzas que todo lo anterior hubiera sido un sueño, pero cuando alguien lo pateó fuera de la cama, sus fantasías se hicieron pedazos…
—Li Hentian1, qué grandes agallas tienes para atreverte a pasar la noche en mi lecho.
La voz gélida era aún más fría que el suelo bajo su cuerpo; un rastro de frialdad cayó desde arriba y la temperatura en la habitación, llena de luz solar, descendió varios grados de golpe.
Por instinto, Wu Ziping miró hacia donde provenía la voz. La persona que ayer lo había follado hasta dejarlo inconsciente estaba sentada sobre la cama. La solapa de su inmaculada túnica interior estaba ligeramente abierta, dejando entrever un pecho firme. Wu Ziping lo miraba desde abajo; debido al contraluz, no podía ver claramente el rostro de aquella persona, pero podía sentir el peligro y la indiferencia que emanaba.
Él estaba sentado en el suelo, y aquel joven lo miraba con desprecio, como si fuera una hormiga. Esa persona se veía tan joven, pero hizo que Wu Ziping sintiera la inmensa distancia entre ellos: uno en el cielo y otro en la tierra, uno noble y otro vil.
Una diferencia abismal.
Esa opresión invisible hacía que uno quisiera que la tierra se lo tragara. En ese breve intercambio de miradas, Wu Ziping quedó atónito.
—¿Te di permiso para mirarme?
Acompañando ese tono cada vez más gélido, el pie del joven se posó sobre el hombro de Wu Ziping. Esa frialdad le dio a Wu Ziping la ilusión de que sería pateado lejos en cualquier momento. Sin embargo, el joven solo usó su pie para apartar la cara de Wu Ziping, que estaba dirigida hacia él, y luego lo retiró con asco, limpiándoselo después con un pañuelo de seda…
Wu Ziping probó el sabor de la humillación. Había vivido más de treinta años y nunca nadie lo había tratado así. Si no fuera porque le dolían la cintura y las piernas, realmente habría querido darle un puñetazo a ese mocoso que no conocía la inmensidad del cielo y la tierra, para enseñarle lo que es la educación…
Quizás el joven notó la insatisfacción de Wu Ziping, porque soltó un resoplido frío y se puso de pie. Se arregló la túnica interior con lentitud y elegancia, y su mirada, llena de desdén, no volvió a detenerse en Wu Ziping ni un segundo más…
—¿Qué pasa? ¿Insatisfecho? ¿Quieres adoptar la postura de un padre para educarme? Li Hentian, dime, ¿crees que mereces ser un padre? Hoy en día, ¿todavía tienes las cualidades para ser el padre de mí, Li Luo2?
Wu Ziping sintió como si algo le explotara en el oído; al instante, se le entumeció el cuero cabelludo…
¿Qué acababa de decir esa persona?
El cerebro de Wu Ziping hizo cortocircuito. Dijo que era su padre…
¡¿Eran padre e hijo?!
Pero… pero ayer hicieron esa clase de cosas…
Una noticia impactante tras otra lo golpeaba sin cesar; esto ya había excedido el rango de lo que una persona normal podía aceptar…
Wu Ziping se quedó pasmado.
¿A qué clase de lugar había llegado exactamente? ¿Y qué tipo de cosas cargaba sobre sus espaldas el dueño de este cuerpo…?
—Li Hentian, ¿todavía no te largas? ¿Qué, planeas seducir también a mis guardias?
Al ser mencionado por esa persona, Wu Ziping se quedó atónito un momento, y solo entonces reaccionó con lentitud, recordando que todavía estaba sentado en el suelo.
La cara interna de sus muslos estaba adolorida y entumecida, y el lugar por donde más habían entrado y salido le ardía como fuego continuamente. No sabía qué rencor existía entre padre e hijo, pero Wu Ziping sabía que aquel tipo definitivamente no había tratado bien a este cuerpo.
El suelo era de piedra, un concepto totalmente diferente al piso de madera. Wu Ziping solo sentía que su mitad inferior estaba tan fría que se le entumecía. Incluso si esa persona no lo hubiera echado, él debería levantarse.
Sin embargo, para su sorpresa, cuando intentó ponerse de pie temblando, los tendones de ambas piernas parecieron ser extraídos en un instante. Solo vio un borrón ante sus ojos y, con un golpe seco, todo su cuerpo volvió a caer al suelo…
No tenía ni una pizca de fuerza en las piernas…
¿Exactamente cuánto tiempo estuvo dándole para dejarlo así…?
Quizás pensando que Wu Ziping era un inútil, la persona resopló con frialdad. Inmediatamente después, Wu Ziping escuchó el sonido de la puerta abriéndose. Él estaba completamente desnudo; justo cuando Wu Ziping quería buscar algo para cubrirse, la luz sobre su cabeza fue bloqueada en un instante…
Una pesada colcha de algodón aplastó a Wu Ziping por completo, cubriéndolo herméticamente. Aquella voz fría y distante atravesó la colcha, llegando a sus oídos de forma difusa…
—Envíenlo de regreso. Después del desayuno, partimos.