Capítulo 12

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Lin Yan aceptó el bollo y le dio las gracias con una sonrisa.

A-die Lin y la cuñada mayor tomaron cada uno un bollo y se apartaron a un lado, dejándole espacio a la joven pareja.

Lin Yan creía que se lo tomaba con calma, pero cuando Zhang Moyuan le sonrió, no pudo evitar sonrojarse.

Quién iba a decir que acabaría ligándose al hombre más increíble del libro.

—¿Cuándo llegaste? 

—Acabo de llegar.

Mientras Lin Yan comía su bollo, Zhang Moyuan empezó a organizar los frascos en el estante de madera con naturalidad. Parecía un erudito de los pies a la cabeza, pero no se mostraba torpe al hacer ese tipo de tareas.

A-die Lin se tragó el bollo a toda prisa. —Pequeño Zhang, descansa un poco, deja que lo hagamos nosotros.

Zhang Moyuan sonrió con amabilidad. —No pasa nada, tío. A partir de ahora seremos familia, esto es lo que debo hacer.

A-die Lin estaba cada vez más satisfecho con él.

Aunque para A-die Lin, Lin Yan no tenía nada que envidiar a ningún ge’er del pueblo, en el fondo sentía que este matrimonio con Zhang Moyuan era un ascenso social para su familia.

Aunque la noche anterior Zhang Moyuan había mostrado mucha sinceridad, A-die Lin seguía teniendo una pizca de preocupación en el fondo de su corazón. Pero al ver que Zhang Moyuan estaba dispuesto a hacer incluso estas tareas menores, por fin se sintió verdaderamente tranquilo.

Después de recoger todo, la cuñada mayor se llevó las cosas a casa primero, mientras A-die Lin los acompañaba a comprar los artículos para la boda.

A-die Lin llevó a Lin Yan a un lado y le advirtió: —Yan’er, aunque uno solo se casa una vez en la vida, tenemos que ser comedidos. A los hombres no les gustan las esposas que gastan el dinero sin control.

Lin Yan sabía que esa era la mentalidad general de la época, así que asintió. —No te preocupes, A-die, lo entiendo.

La primera parada fue la sastrería.

Al oír que querían hacer trajes de boda, el encargado sacó inmediatamente varios rollos de tela roja del interior y dijo con alegría: —Estas telas acaban de llegar. Miren, esta tiene hilos de oro entretejidos, es muy elegante. Y esta otra se llama brocado de nubes, es la misma que usó la hija del magistrado en su boda hace poco.

Probablemente debido a la presencia de Zhang Moyuan, el encargado se esforzó por recomendarles las mejores telas.

A-die Lin se acercó a tocar una y retiró la mano al instante, temiendo estropearla.

Le lanzó una mirada discreta a Lin Yan.

Justo cuando Lin Yan iba a hablar, escuchó a Zhang Moyuan decir: —Todas estas están bien. ¿Solo podemos elegir una?

Al oír eso, el encargado dijo de inmediato: —Además del traje de boda, pueden cortar algunas piezas para hacer otras prendas. También se verán bien para el uso diario.

Dicho esto, fue al interior y sacó telas de otros colores.

A-die Lin se apresuró a agitar la mano. —No necesitamos estas, no las necesitamos.

Zhang Moyuan sonrió. —Tío, usted tiene más experiencia que nosotros, ayúdenos a elegir rápido.

Y empujó las telas hacia A-die Lin.

Lin Yan también sonrió. —Sí, A-die, a mí me parecen todas bien. Elige tú, te haré caso en todo.

El encargado, que era muy astuto, no necesitó más indicaciones y empezó a presentarle las telas a A-die Lin.

A-die Lin había vivido media vida recibiendo solo desprecio e indiferencia de los demás; esta era la primera vez que alguien lo trataba con tanta atención.

Por un momento, no supo qué hacer con las manos y los pies.

Después de elegir la tela para el traje de boda, Zhang Moyuan le pidió a Lin Yan que eligiera algunas más para el resto de la familia Lin. Es una boda, naturalmente toda la familia debe verse alegre y festiva.

La sonrisa del encargado casi le llegaba a las orejas; le habría gustado acompañarlos hasta el final de la calle.

Al salir, A-die Lin recuperó un poco la cordura y dijo nervioso: —Pequeño Zhang, ¿no hemos comprado demasiado? 

—No se preocupe, tío. Casarse es un evento único en la vida, no es demasiado. 

—De verdad es un poco excesivo.

A-die Lin había hecho cuentas en silencio: eran ocho personas en la familia Lin. Lin Yan compró tres conjuntos, y los otros siete uno cada uno, todos de la mejor tela. ¿Cuánto dinero habrá costado eso?

A-die Lin se arrepintió muchísimo; debería haberlos detenido antes.

No sé si se podrán devolver.

Lin Yan lo tomó del brazo y le dijo con una sonrisa: —A-die, ahora sé ganar dinero. Además, Zhang Moyuan es un erudito. La boda de un erudito no puede ser demasiado miserable, ¿verdad?

Zhang Moyuan soltó una risita.

A-die Lin lo entendió de repente. Es cierto, el pequeño Zhang es el único erudito de la Aldea Jiahe, y Yan’er será la esposa del erudito. Si es demasiado pobre, se reirán de ellos.

Además, durante todos estos años en la Aldea Jiahe, la familia Lin siempre había tenido que bajar la cabeza y ser pisoteada por los demás. En el fondo, A-die Lin también quería levantar la cabeza y sentirse orgulloso por una vez.

Al ver que la expresión de A-die Lin se relajaba, Lin Yan miró a Zhang Moyuan con aire provocador.

Mira, sigo siendo el mejor.

A Zhang Moyuan le pareció adorable.

La siguiente parada fue la joyería.

Como la Aldea Jiahe era muy pobre, en los últimos años la gente no solía comprar joyas para las bodas; como mucho, compraban una horquilla para adornarse un poco.

Pero Zhang Moyuan no tenía que preocuparse por eso. Eligió una horquilla de perlas y le preguntó a Lin Yan: —¿Qué te parece esta?

A decir verdad, Lin Yan no apreciaba mucho estas cosas; en el fondo seguía siendo un hombre.

—Si a ti te parece bien, está bien.

Zhang Moyuan le entregó la horquilla directamente al encargado. —Por favor.

El encargado se la envolvió con una sonrisa radiante.

Luego, Zhang Moyuan cogió una horquilla de jade blanco. —¿Y esta?

Lin Yan asintió. —No está mal.

Zhang Moyuan se la entregó al encargado.

Aunque A-die Lin estaba ansioso por el gasto, no dijo nada al final.

—¿Te gusta esta dorada?

Lin Yan la miró. —Es bonita, pero demasiado llamativa.

Zhang Moyuan lo pensó y se la entregó al encargado.

Lin Yan: —¿?

Se apresuró a detenerlo y susurró: —Es demasiado llamativa, no tendré ocasión de ponérmela.

Ya lo había entendido: siempre que diera una opinión mínimamente positiva, Zhang Moyuan se la daría al encargado para que la envolviera.

Así que a partir de entonces fue directo.

—No es bonita. 

—No me gusta mucho. 

—No me queda bien.

Al final compraron muchas cosas de todos modos. Zhang Moyuan incluso compró una horquilla de jade blanco para A-die Lin y otra para la cuñada mayor.

Las siguientes compras fueron mucho más sencillas. A-die Lin eligió los dátiles y frutos secos para la boda, y Zhang Moyuan solo se encargó de pagar.

Era una buena hora de la tarde para ir de compras. Tan Xin y otro ge’er del pueblo, Ding Yu, también habían quedado para comprar cosas.

Ding Yu soltó de repente un “eh”. —¿Ese no es el joven Yan?

Tan Xin miró inmediatamente en la dirección que indicaba.

Lin Yan acababa de entrar en una frutería. Aunque solo se le veía de espaldas, Tan Xin lo reconoció al instante.

Tan Xin también era bastante guapo y había crecido recibiendo elogios de la gente del pueblo. Además, su familia tenía un barco de pesca, por lo que vivían mejor que la mayoría en la Aldea Jiahe.

En teoría, no debería tener preocupaciones, pero cada vez que la gente del pueblo hablaba de él, acababan mencionando la belleza de Lin Yan, diciendo que si no fuera porque la familia Lin era pobre y el padre Lin un sinvergüenza, Lin Yan sería el mejor partido del pueblo.

Lo que más le molestaba era que, aunque él era el único en el pueblo digno de Zhang Moyuan, el padre Lin tenía la desfachatez de ir pregonando por todas partes el asunto de Lin Yan y Zhang Moyuan, hasta el punto de que la gente de otros pueblos pensaba que Lin Yan era la esposa de Zhang Moyuan.

Tan Xin dijo con el rostro sombrío: —Vamos, entremos a ver.

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