Al día siguiente, cuando You XiaoMo salió de su habitación, sus compañeros de al lado ya habían partido hacia el Salón de Hierbas Mágicas. Su relación con ellos no era ni cercana ni distante. Normalmente, cuando se cruzaban, se limitaban a saludarse con cortesía y nada más. Por lo tanto, definitivamente no tenía un vínculo estrecho con ellos.

Era evidente que cada uno era consciente de su propia situación incierta. Después de todo, no poseían un talento innato sobresaliente y, además, eran los discípulos más nuevos. Por eso, tenían que ser más diligentes y tratar de acercarse a los discípulos mayores desde temprano en la mañana para ganarse su favor. En cambio, You XiaoMo fue el último en llegar.

Nuevamente, el encargado de guiarlos ese día era Da Shixiong Fang ChenLe. Como anteriormente había tenido una buena impresión de You XiaoMo, simplemente le hizo un leve gesto con la cabeza al verlo llegar y no lo reprendió por su tardanza.

Sin embargo, algunos discípulos no estaban tan contentos de haber tenido que esperarlo. Al ver que Da Shixiong no decía nada al respecto, su desagrado hacia You XiaoMo sólo aumentó. Él, por su parte, se sintió un poco avergonzado por haber llegado tarde, sin darse cuenta de que los demás empezaban a resentirse con él. No podía hacer nada al respecto; se había quedado leyendo hasta altas horas de la noche y, como resultado, se despertó tarde.

Solo después de que You XiaoMo tomó asiento, Fang ChenLe comenzó la lección del día.

El trabajo de un mago consistía en refinar píldoras mágicas, pero eso no significaba que cualquiera pudiera hacerlo solo porque quisiera. Para ello, se necesitaba un elemento crucial: la fuerza del alma. Solo las almas con auras de color poseían esta fuerza. Por lo tanto, el primer paso para convertirse en mago era estimularla.

Cómo estimular la fuerza del alma era el punto más importante de la lección de Fang ChenLe.

—Existe un riesgo al despertar esta fuerza, aunque no es un peligro extremo. Mientras sigan los pasos que les indicaré, no habrá problemas— explicó Fang ChenLe mientras repartía personalmente una hierba mágica a cada uno.

Cuando todos recibieron la suya, continuó su explicación:

—Lo que tienen en sus manos es una hierba mágica llamada Hierba del Alma. Es una hierba mágica de nivel dos. A diferencia de otras hierbas, su principal propósito no es la elaboración de píldoras mágicas, sino estimular la fuerza del alma.

Mirando a los discípulos con seriedad, añadió:

—Ahora, busquen la hoja más tierna en el centro y cómanla. Enseguida sentirán su efecto. Puede que experimenten un poco de dolor, pero solo resistan y pasará.

Al escuchar esto, todos estaban ansiosos por probar la hierba mágica. You XiaoMo no fue la excepción. Con cuidado, escogió la hoja más tierna y la colocó en su boca.

Quince minutos después, finalmente recuperó la conciencia. Sin embargo, su cabeza estaba cubierta de sudor, y su espalda estaba completamente empapada, como si lo hubieran sacado del agua.

El primer pensamiento que cruzó por su mente fue que lo habían engañado. Ahora entendía lo que realmente significaba “un poco de dolor”. No era solo un poco, sino una agonía insoportable que lo hizo desear la muerte. Casi se mordió la lengua en el proceso. Afortunadamente, logró resistir hasta el final.

Miró a los demás. Aunque todos habían sobrevivido, algunos estaban en un estado lamentable, tirados en el suelo como si hubieran pasado por una pesadilla.

—Parece que todos han logrado superar la prueba. Déjenme felicitarles por haber cruzado con éxito el umbral del mundo de la refinación de píldoras mágicas.— Fang ChenLe les sonrió con satisfacción, sin inmutarse por las miradas de reproche que le dirigían.

Aunque todos pensaban que Da Shixiong era un tramposo astuto, nadie se atrevió a decirlo en voz alta.

—Da Shixiong, ¿ahora podemos empezar a refinar píldoras mágicas?— preguntó You XiaoMo, aún esforzándose por mantener la compostura.

—Por supuesto, ya que todos han logrado estimular la fuerza del alma. Pero primero, debo advertirles algo.— Al ver que You XiaoMo fue el primero en recuperarse, Fang ChenLe le dedicó un leve gesto de aprobación. Todos aguzaron el oído.

—Esto ya lo mencioné en la lección de ayer. Las hierbas mágicas de nivel uno son las de menor rango, por lo que son fáciles de conseguir. Tienen acceso ilimitado a ellas. Sin embargo, con las hierbas mágicas de nivel dos, el Pico de la Tierra les asignará una cantidad determinada cada mes, según su progreso y desempeño.

You XiaoMo supuso que esto era para evitar el desperdicio, pero al mismo tiempo presentaba un gran problema. Antes de que pudiera abrir la boca para preguntar, alguien se le adelantó.

—Da Shixiong, ¿qué sucede si gastamos toda nuestra cuota?

—Si quieren más, solo pueden conseguirlas mediante el intercambio. Hay dos formas de hacerlo. Una es utilizando su esfuerzo físico para ganar puntos de mérito, y luego canjear esos puntos por hierbas mágicas. Pueden obtener estos puntos limpiando el comedor o el Salón de Hierbas Mágicas. También pueden ayudar a los demás ancianos a cuidar las hierbas mágicas, vigilar los jardines y realizar otras tareas similares— explicó Fang ChenLe con una sonrisa.

Al escuchar esto, todos se miraron entre sí con incredulidad. Claramente, no esperaban tener que hacer trabajos manuales después de tanto esfuerzo para ingresar en la Secta Tian Xin.

You XiaoMo, intrigado, preguntó: —Da Shixiong, ¿y cuál es la otra forma?

La sonrisa de Fang ChenLe se ensanchó. —La otra forma es muy sencilla. Pueden bajar hasta el pie de la montaña y comprarlas en las tiendas que venden hierbas mágicas. Pero, claro, deberán pagar de su propio bolsillo. La Secta Tian Xin no impone restricciones estrictas al respecto, y cada discípulo tiene permitido descender dos veces al mes.

Al escuchar esto, algunos Shixiongs suspiraron de alivio. Pero, en cambio, la expresión de You XiaoMo se ensombreció. Esa opción no le servía en absoluto, porque no tenía dinero.

Parece que ahora tenía una nueva misión: ¡hacer dinero!

Traducido por Ji Shenn

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