CAPÍTULO 14

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Incluso el día de hoy abrí mis ojos en este mundo. Después de lavarme y negar que me maquillaran como si usara un disfraz y que rehusara comer, pensé en el cumpleaños de Eris.

En un reino en donde la ceremonia de mayoría de edad se llevaba a cabo con tanto esmero, era obvio que no me daría cuenta de cuán inusual sería ya que la familia imperial se ofreció a hacerse cargo de los preparativos.

Ahora era imposible revertir el asunto de ser atrapada por el Emperador, no me quedaba más opción que tener que soportarlo, creyendo que esto también debería de pasar.

Si bien era tolerable la ceremonia de mayoría de edad, el problema venía después de eso. Una vez que dicha ceremonia se llevará a cabo por medio de la familia Imperial, Eris Mizerian sería presentada como princesa heredera, por lo tanto, formaría parte de la misma familia Imperial, lo que hacía que el compromiso de matrimonio fuera prácticamente imposible de romper, aunque el príncipe no se casó con Eris en la novela, no hubo ninguna mención sobre el hecho de que se rompió el compromiso.

¿La ruptura fue considerada como algo casual? Y creo que lo único que hizo Eris como prometida fue acosar a Helena, pero eso se podía hacer incluso después de que el compromiso fuera roto.

—”Es molesto que me traten como combustible para hacer que el amor entre ellos sea más ardiente. El asunto del príncipe y Helena es algo más urgente y debo de hacer un gran esfuerzo para salir de esta situación. ¿Qué tipo de fuerza es esta si un tipo te está cargando y el otro te envuelve? ¿Acaso yo te pedí que te casaras conmigo? ¡Fue algo que decidieron las familias!”

Como me sentí molesta, de repente comencé a patear la cama y gritar cuando llamaron a mi puerta.

Tosí para aclarar mi garganta, ya que fue algo vergonzoso.

—Mmm… ¿Quién es?

—…Soy yo. —Respondió Anakin.

—¿Qué sucede?

—Mi hermana menor… desea verla.

¿Descubrió algo? Reaccione de inmediato, levantando mi cuerpo. Fue una buena noticia en este mundo donde solo hay cosas molestas, aunque me preocupaba un poco el tener que encontrarme con la niña.

Hay muchos ojos que me observan y mi apariencia por lo general destacaba de manera inusual aun cuando salía de casa, pero hay un dicho que dice que, si deseas esconder un árbol, el mejor lugar para esconderlo es en el bosque. Un lugar con mucha gente.

No sería extraño incluso si la niña y yo estuviéramos juntas.

—Dile a tu hermana que vaya a la tienda de postres más grande.

—De acuerdo.

Lauter, era como mucho la tienda de postres más grande del reino. Un edificio de cinco pisos.

El edificio en sí con un exterior de color coral brillante que me recordaba al Hotel Budapest y una moldura blanca.

En el primer piso se mostraba el pan y había un mostrador con comida para llevar. El lugar oficial en donde se podía ver el pan era en el segundo piso y los bocadillos en el tercer piso. El pan y los bocadillos en exhibición fueron etiquetados uno por uno. Era una forma en la que recogía una placa a un lado, salía del lugar y pagaba por ello.

En el cuarto piso estaban los asientos para los plebeyos ricos mientras que en el quinto estaban los lugares para los nobles que se sentaban para disfrutarlo.

Los pisos cuatro y cinco eran diferentes en su interior, el cuarto piso estaba abierto, por lo que solo había mesas y sillas, en cambio el quinto piso era más elaborado, con habitación privadas, aun así, los nobles por lo general les ordenaban a sus sirvientes que le trajeran los postres a casa para poder comerlos.

Podía usar el quinto piso, pero otros nobles podrían atrapar a Eris entrando a una habitación privada, por lo que decidí usar el cuarto piso ya que tenía el entorno perfecto y la gente en ese lugar debería de estar ocupada hablando entre ellos como para notarla.

De cualquier forma, sería fácil resaltar por lo que necesitaba un atuendo más modesto y escondí mi cabello con un gran sombrero. La joyería también debe de cambiarse por algo más modesto y barato.

Como no usé ni maquillaje o corsé ¿No sería suficiente para engañar a los demás?

Fue agradable recorrer el segundo y tercer piso mientras elegía las cosas que se veían deliciosas, luego sentarse en el cuarto piso y mirar a mi alrededor.

Después de un rato el asistente que trajo mi pedido conmigo, fue exhibiendo los bocadillos uno a uno sobre la mesa.

Los nobles usaban un plato de cinco niveles, pero los plebeyos parecían tener un límite de tres. Había bollos con mermelada, pasteles, tartas y bollos con frutas en escabeche.

Cuando las tazas de té y las teteras estaban preparadas, Anakin y su hermana menor vinieron a verme a tiempo.

La hermana menor estaba ocupada mirando a su alrededor.

—Por favor, siéntate.

—¿Eh? Si…

Una vez que la niña se sentó, Anakin de forma natural se paró detrás de ella. Era mejor que tenerlo detrás mío, pero me preguntaba si debería de hacerlo en un lugar como este donde hay mucha gente, además en ese momento me hacía pasar como una plebeya adinerada.

—Siéntate tú también.

—… ¿Se refiere a mí?

—Entonces puedes seguir interfiriendo en mi camino por tu puesto. Es solo que es molesto para mí.

Anakin sacó una silla y se sentó a un lado de la niña, para ser honesto, el tamaño fue pensado principalmente para las mujeres, por lo que era algo pequeño para que él se sentará, sin embargo, eso no era asunto mío.

—Mencionaste que deseabas verme.

—Sí, el sacerdote al que está buscando, encontramos el lugar en donde vive ahora.

—¿Dónde está?

La niña miró a su alrededor durante un rato, después sacó la nota que estaba escondida en su mano.

Bonitao, era una región que no conocía muy bien, por lo que tenía que regresar a casa y ver un mapa.

Asentí con la cabeza y traté de tomar nota, pero la niña tomó el papel y se la metió a la boca para tragarla. Estaba tan sorprendida que la observé con una cara de desconcierto, pero la niña se rió con una expresión casual.

—Dijiste que la confidencialidad es la más importante. Ni siquiera sé lo que está escrito ahí de todos modos.

—¿Qué pasa si te enfermas?

—Crecí comiendo de las cosas que tiraban en las calles, un pequeño trozo de papel no hará que me enferme.

Humph, la niña que resoplaba se veía tan tierna, así que empuje la taza. Si trabajas duro, debes de ser recompensada.

—Vamos, come todo lo que quieras y podemos pedirlo para llevar si queda algo.

—¿En serio? ¿No importa si me lo como todo?

—Por eso lo pedí.

La niña que dijo que no sabía qué hacer, comenzó a llevarse la comida a la boca. Estaba preocupada por si le llegaba a dar indigestión, pero no me molesté en mencionarlo y Anakin me miró mientras decía.

—Puede comer, si así lo quiere.

—No, pero es que…

—¿Pero?

—¿Qué piensa hacer? Se tarda unos 15 días en llegar a ese lugar.

—15 días… “Mi ceremonia de mayoría de edad es en 15 días ¿debería de ir después de la ceremonia?”

Mientras contemplaba eso, la niña levantó la mano en secreto mientras seguía comiendo.

—Puedo ir.

—…No yo misma quiero hablar con el sacerdote.

A pesar de que el sacerdote se ha jubilado, se dice que fue un Sumo Sacerdote, por lo que si me veía, estaba segura de que reconocería que soy una forastera a simple vista y la historia podría ser más fácil.

Le hice una seña a Anakin y él le entregó una bolsa pequeña con monedas de oro a la niña.

—Es la cantidad que prometí.

—Muchas gracias.

—Me haré cargo de tu parte de manera separada, así que dale cada centavo.

Ante mis palabras la niña no pudo ocultar su expresión decepcionada. En verdad trató de robarlo.

—¿Vendiste los aretes?

—No…

—¿Por qué?

—Es un desperdicio. Fue la primera vez que trabajé para ganar algo y no me lo quitaron.

¿Quitar? Cuando mire a Anakin y parpadeo antes de explicarse.

—El padre de la niña era un alcohólico y adicto a las apuestas por lo que le quitaba el dinero que ella conseguía mendigando.

—¿No vivían ustedes dos juntos?

—Estando borracho se metió en una pelea y murió. —La niña escupió en el suelo antes de limpiarlo con el pie. Parece que era una costumbre hacer eso.

—No soy su pariente, pero la estaba protegiendo como pago por la renta.

—¿Y ahora?

—Ahora yo me protejo sola.

—Pero todavía tienes un largo camino para recorrer y volverte un adulto.

La niña se lamió el dedo lleno de mermelada y habló como si no importara.

—Tengo que actuar como un adulto de todos modos. Lejos de pensar en ser protegida, es posible que solo pensemos en comer y en estos momentos todos los niños de los barrios marginales viven solos, por lo que no pasa nada.

Dijo que era así y yo asentí con la cabeza porque no quería hablar más.

De repente hubo un murmullo alrededor, por lo que miré hacia arriba. Helena y Heebris caminaban desde lejos.

Rápidamente bajé la cabeza y presioné mi sombrero firmemente para cubrir mis ojos. Afortunadamente, no parecía verme.

—Señor ¿No es un sacerdote? Lo llevaré al piso de arriba.

El empleado reconoció a Heebris por lo que trató de conducirlos al quinto piso. Es posible que Heebris se preocupara por los ojos de la gente desde el momento en que llegó, pero Helena lo golpeó suavemente en las costillas sacudiendo la cabeza.

—¡Oh, no es necesario! Podemos comer aquí ¿Cierto?

—Por favor, denos una mesa en este lugar.

Cuando el empleado desapareció, Helena le susurró a Heebris y también golpeé el costado de Anakin para preguntarle.

—¿Qué están diciendo?

—”No soy una joven noble por lo que me meteré en problemas si voy al quinto piso”

—Es una locura en verdad…

Ahora que lo pienso, Helena en la novela no sabía que Heebris era el Sumo Sacerdote hasta llegar casi a la mitad ¿Cómo es que no lo sabía? Debido a que la ropa es diferente para los sacerdotes y el Sumo Sacerdote no pude comprenderlo ¿Acaso no fue el empleado quien se dio cuenta con solo un vistazo? No solo fue eso, el empleado estaba guiando, pero ella lo detuvo. Era misterioso.

Después de un tiempo, se colocó un plato de cinco niveles frente a Helena y Heebris. No importa a dónde fuera, el sumo sacerdote era tratado como un noble, independiente de su origen. Helena parecía ser incapaz de distinguir la diferencia entre el quinto y un tercer nivel.

De todos modos, cuando se colocaron los bocadillos, el flujo de aire a su alrededor cambió. Las personas que conversaban comenzaban a mirar a Heebris y Helena y dado que Heebris es el Sumo Sacerdote más joven de la historia, también era famoso entre los demás sacerdotes. No, aparte de eso, es extraño no mirar la forma en que ambos se veían.

Un cabello plateado que brillaba y unos ojos morados; Helena con una sonrisa encantadora que derretía el corazón de todos y que brillaba con luz propia.

Heebris, que estaba sentado frente a ella, con un rostro formidable. Tenía el cabello negro y lacio con toques castaños, su piel era del color del chocolate más fino que estaba derretido, sus rasgos fuertes que se parecían más a los de un miembro de la nobleza de un país extranjero, además su atuendo de Sumo Sacerdote estaba ajustado de forma perfecta, claramente tenía la intención de ser ascético, pero sus efectos resultaron contraproducentes, ya que creaba una apariencia seductora que se requería ser eliminada.

Helena y Heebris iniciaron su conversación. Anakin me miró preguntándome si quería saber de qué hablaban, por lo que asentí con la cabeza. Era obvio incluso si él no me lo decía.

—”Supongo que todos te miran porque eres guapo”

—”Si te gusta puedes comerlo.”

—”Las cosas dulces hacen que la gente se sienta bien.”

—”No prestes atención a los ojos de las otras personas”

 

♦♦♦◊  ♦♦♦◊  ♦♦♦◊

Gracias por la ayuda, Hikari~.

Traducido por Rajesh Rouv
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