Capítulo 22: No tenía idea de que fueras tan atrevido

Cuando Ji He era pequeño, era delgado y menudo, y a veces era intimidado por otros niños debido a sus peculiaridades. Al principio no podía defenderse y solo lloraba y se quejaba con la maestra y con su mamá, pero la maestra siempre lo dejaba pasar, diciendo que los niños debían llevarse bien, y su mamá lo defendía, pero luego ella ya no estuvo.

Así que Ji He tuvo que aprender por sí mismo que cuando estaba en peligro, tenía que escapar, debía hacer que los enemigos bajaran la guardia, debía atrapar al líder primero.

Afortunadamente, cuando creció, se encontró con buenas personas, así que estas habilidades de supervivencia no le fueron de mucha utilidad.

Pero hoy, se encontró en una situación similar de nuevo, y su instinto de supervivencia hizo que sujetara fuertemente el cuello de Lin Shuyi.

Todavía tenía lágrimas en la cara, no podía soltar las manos para limpiarlas, así que solo sorbió por la nariz y le gritó a los guardaespaldas: “¡No se acerquen!”

Lin Shuyi siempre había sido delicado y mimado, los guardaespaldas no se atrevían a lastimarlo, así que de verdad no se atrevieron a acercarse, pero él todavía tenía que fanfarronear:

“¡Te atreves! ¿Sabes quién soy? Mi familia Lin y mi hermano Gu no te dejarán ir…”.

Ji He rápidamente apretó más fuerte sus manos, Lin Shuyi empezó a toser incómodamente, y en un rato su cara se puso roja, agitando sus manos salvajemente. De repente escuchó una voz baja en su oído: “Levántate”.

Luego la mano que apretaba su cuello se aflojó un poco, Lin Shuyi pudo respirar de nuevo, y se calmó bastante, levantándose lentamente del suelo.

Él era delgado y pequeño, de menos de 1.70 metros, más bajo que Ji He, así que no era difícil controlarlo.

Ji He se paró detrás de él, sujetando su cuello con el codo, y lo llevó adentro de la casa.

El mayordomo y sirvientes abrieron la boca en shock, viendo incrédulos este giro repentino de los acontecimientos.

“Llama a Gu Zongyan,” Ji He sorbió por la nariz otra vez, y con voz nasal le dijo al mayordomo: “toma mi teléfono, está en el estudio.”

El mayordomo todavía no se recuperaba de la impresión, y se quedó pasmado por un momento después de escuchar la orden de Ji He, luego miró a los guardaespaldas bloqueando su camino.

Ji He apretó el cuello de Lin Shuyi de nuevo, haciéndolo jadear sin poder respirar, graznando como un pato:

“Déjalo…cof…déjalo ir.”

Los guardaespaldas se hicieron a un lado, y el mayordomo corrió escaleras arriba para tomar el teléfono de Ji He, y bajó rápidamente de nuevo. Ji He le dijo la contraseña, y él inmediatamente siguió las instrucciones, marcando el número de Gu Zongyan y poniendo el altavoz.

No pasó mucho tiempo antes de que contestaran, una voz profunda y resonante salió del auricular, que incluso parecía tener un tono de risa: “¿Ji He?”

“¡Hermano Gu, hermano Gu, sálvame!” Lin Shuyi gritó de inmediato. Ji He no tuvo más remedio que apretar su cuello de nuevo para que no pudiera hacer ruido.

Hubo silencio por un segundo del otro lado del teléfono, luego se escuchó una voz fría como hielo: “¿Qué pasó?”

Ji He estaba demasiado lejos para gritar, así que le indicó al mayordomo Liu que respondiera.

El mayordomo Liu dijo con voz temblorosa: “El joven maestro Lin vino a la villa, queriendo llevarse al joven maestro Ji…”

Hizo una pausa, “Ahora está siendo controlado por el joven maestro Ji.”

Hubo silencio por unos segundos del otro lado del teléfono.

“¿Alguien resultó herido?” preguntó de repente.

Gu Zongyan no aclaró a quién se refería con la pregunta, pero el mayordomo Liu tuvo la sensación de que preguntaba por Ji He, así que respondió temblando: “Le dieron una bofetada al joven maestro Ji, su cuerpo… su cuerpo tiene moretones, no sé dónde está lastimado.”

Incluso a través del auricular, pudo sentir claramente cómo la respiración del otro lado se volvía más gélida, una sensación de frío lo invadió, y la voz del otro lado dijo tajante: “Diles que no se muevan, voy para allá.”

Luego colgó el teléfono.

Los dos grupos permanecieron en un punto muerto, Ji He no se atrevía a aflojar su control sobre Lin Shuyi, y Lin Shuyi por supuesto tampoco la estaba pasando bien, con la cara roja por la presión en su cuello.

Casi una hora más tarde, se escuchó el sonido de un auto estacionándose afuera de la puerta.

Gu Zongyan entró a grandes pasos a la casa, con un aura helada rodeándolo, el ceño fruncido, como un dios de la muerte; pero después de ver la situación adentro, pareció soltar un suspiro imperceptible de alivio.

Inmediatamente su mirada se enfocó en Ji He, con un poco de asombro.

Tan pronto como lo vio entrar, Lin Shuyi volvió a gritar: “¡Hermano Gu, sálvame!”

Esta vez Ji He no lo detuvo, y cuando Gu Zongyan se acercó, soltó los brazos y liberó a Lin Shuyi.

Lin Shuyi, ahora libre, se inclinó tosiendo un par de veces, y cuando su respiración se normalizó, montó en cólera de nuevo. No había podido darle una lección a este don nadie, e incluso había sido controlado por él, estaba perdiendo la cara completamente.

Ahora que su hermano Gu estaba aquí, sintió que tenía respaldo de nuevo, y se volvió aún más arrogante, cerrando el puño para golpear la cara de Ji He, maldiciendo: “Hijo de… no creas que te saldrás con la tuya hoy…”

Pero antes de que pudiera completar el insulto, su puño fue interceptado de repente, una gran mano agarró su muñeca con tanta fuerza que sintió que su codo se rompería en cualquier momento.

Miró hacia atrás, encontrándose con la mirada de Gu Zongyan, que de alguna manera se sentía como la de una bestia salvaje en lo profundo de la jungla. Un escalofrío recorrió su espalda, y tartamudeó: “Hermano Gu…”

Gu Zongyan no dijo nada, pero cualquiera podía sentir la enorme presión que emanaba de él, como un volcán a punto de hacer erupción. Lin Shuyi nunca había visto a su imponente hermano Gu de esta manera, no pudo evitar que las piernas le temblaran, y fue incapaz de decir nada.

Luego, Gu Zongyan agitó el brazo y lanzó a Lin Shuyi al suelo.

Dio un paso al frente, parándose frente a Ji He, y con la mano tocó suavemente la mejilla golpeada, que todavía tenía rastros de lágrimas secas.

La piel de Ji He era blanca y delicada, así que el área golpeada se veía especialmente hinchada y enrojecida, con finas líneas rojas. No había prestado atención al dolor después del golpe inicial, pero ahora que Gu Zongyan tocaba con sus dedos ásperos, sintió que su cara ardía y dolía, inconscientemente volteó la cabeza para evitar la mano del hombre.

Al ver que le causaba malestar, el hombre retiró su mano, con su mirada oscura fija en él. Un momento después, preguntó: “¿Dónde más estás herido?”

Ji He levantó su codo derecho, al saltar del auto aterrizó sobre Lin Shuyi, pero luego se raspó contra el suelo cuando se volteó, rasgando la ropa del codo y dejando no solo polvo sino rastros de sangre; definitivamente se había roto la piel.

También al levantar la mano notó que los nudillos estaban llenos de raspones que dejaban ver la piel enrojecida, resaltando en su pálida mano.

Solo mencionó estas heridas obvias, y dijo: “También me duele la espalda.”

La presión alrededor de Gu Zongyan bajó otro grado: “Ve arriba con el mayordomo para que te cure”.

Ji He miró a Lin Shuyi tirado en el suelo con expresión de shock, sabiendo lo que le esperaba, así que no dijo más y obedientemente subió las escaleras.

Viendo desaparecer la espalda de Ji He en el pasillo, la mirada de Gu Zongyan finalmente se dirigió a Lin Shuyi en el suelo, con ojos sombríos y expresión amenazante.

Lin Shuyi no pudo evitar temblar, y llamó con voz temblorosa: “Hermano Gu…”

“¿Cómo te atreviste a tocar lo que es mío”, resonó la voz baja y peligrosa de Gu Zongyan, “quién te dio ese valor?”

Los nervios de Lin Shuyi se sacudieron violentamente, invadido por un enorme terror. No pudo decir nada más, solo suplicó instintivamente: “Lo siento…me equivoqué…”

“Todavía no estás en posición de disculparte conmigo”, su voz era como hielo, “que tu padre venga a verme.”

Apenas dijo esto, los guardaespaldas de Gu Zongyan inmediatamente levantaron a un aterrorizado Lin Shuyi y lo arrastraron al auto.

Por otro lado, el mayordomo atendía las heridas de Ji He en la sala de estar del segundo piso. Había estado tan enfocado en controlar a Lin Shuyi que no había notado sus propias lesiones, pero ahora todo el dolor había vuelto, el agua fría sobre sus manos dolía y picaba, no pudo evitar retirarlas.

El mayordomo no tuvo más remedio que decir una y otra vez: “Seré más suave, sanará más rápido si le pongo medicamento.”

Ji He asentía, pero a la siguiente vez volvía a encogerse.

Cuando Gu Zongyan subió, vio esta escena; le indicó al mayordomo que bajara, y se sentó frente a Ji He para curarlo él mismo.

Sujetó firmemente los dedos de Ji He, quién ya no pudo retraerse aunque lo intentó un par de veces, así que se rindió y dejó tranquilamente que Gu Zongyan lo curara.

Vio la expresión cambiante del hombre, y no se atrevió a decir nada. Gu Zongyan seguramente castigaría a Lin Shuyi, y aunque no se casaría con él, Lin Shuyi seguía siendo el mimado hijo menor de la familia Lin, quizás Gu Zongyan pensaría que se había extralimitado, considerando que Lin Shuyi seguramente había caído más fuerte que él cuando lo derribó, y luego lo había estrangulado por tanto tiempo.

Justo cuando pensaba en explicar la situación, y decir que había actuado obligado por las circunstancias, Gu Zongyan habló primero, con voz grave:

“No tenía idea de que fueras tan atrevido”.