Era un día de primavera, la suave brisa balanceaba las flores y el canto de las oropéndolas llenaba el bosque profundo.
Gu Lingxiao, de diez años, estaba de pie bajo un árbol esperando a que su Shizun saliera de la gran puerta que tenía delante.
Esta vez, la reclusión de Chi Ning duró dos años. Gu Lingxiao fue llevado al Salón Yaoguang, y cuando apenas se estaba familiarizando con el entorno, Chi Ning desapareció de su vida.
Da-shixiong Zong Dai, quien estaba a cargo de su educación, dijo que Shizun entraba en reclusión durante varios años seguidos, se concentraba tanto en su cultivo que no se preocupaba por los asuntos mundanos.
Al ver que Chi Ning salió de la cámara de piedra, Gu Lingxiao, cuyas piernas estaban entumecidas por estar mucho tiempo de pie, esbozó una hermosa sonrisa.
El inmortal se acercó a él y le acarició la parte superior de la cabeza: —Zai Zai, has crecido mucho.
—La abuelita que recoge hierbas en la parte trasera de la montaña dijo lo mismo. Dijo que, dentro de unos años, seré un adulto. —Gu Lingxiao respondió.
En un instante, habían pasado otros dos años más. A escondidas, Gu Lingxiao escuchó una conversación entre su Shizun y el Maestro del Pico Xie.
—En los últimos años, el Shidi no es como en los viejos tiempos, cuando solías ir a la cámara de piedra para cultivar. Por fin hay algunos fuegos artificiales en el Salón Yaoguang.
Chi Ning respondió: —Mi pequeño discípulo está creciendo muy rápido, debo pasar más tiempo con él.
Xie Jiuze sonrió y dijo: —Parece como si estuvieras criando a un hijo.
Durante mucho tiempo, antes de escuchar esta conversación, Gu Lingxiao se había sentido insignificante.
Cuando Chi Ning lo acogió, no fue diferente de adoptar un gatito o un cachorro.
Shizun era frío, distante y orgulloso, no le dedicaba a nadie una segunda mirada.
No fue hasta este momento que Gu Lingxiao se dio cuenta de que Chi Ning había hecho algunas concesiones por él, que el corazón de Chi Ning era capaz de albergar a otras personas.
Entonces el pequeño discípulo se esforzaría mucho más, intentando ganarse más el corazón de Chi Ning.
Así que trabajó muy duro en su cultivo, y cada vez que progresaba, Chi Ning le decía algunos cumplidos.
En ese momento, Gu Lingxiao pensó que, mientras el inmortal lo mirara una vez más, le entregaría toda su vida.
El inmortal, por el contrario, se burló de él y lo desechó como si no valiera nada.
Al final, no importa cuánto se esforzó el pequeño discípulo.
Chi Ning parecía tan inalcanzable, alguien que no era de este mundo, Gu Lingxiao no pudo evitar preguntarse: ¿Había algo que fuera realmente importante para Chi Ning? ¿Algo que pudiera contenerlo y encerrarlo?
Quería que Chi Ning le pertenezca sólo a él.
Si el escaso vínculo entre Maestro y discípulo no podía encerrar a Chi Ning, entonces Gu Lingxiao trajo unos grilletes de hierro.
Acercarse y sostener un puñado de nieve era como encarcelar la luna menguante.
Entonces arrastró a Chi Ning a un profundo y lúgubre pantano…
Dentro del Salón Dengxian.
—Desprecias mi sangre impura, me odias porque soy un asesino, pero ahora estás siendo tan dócil debajo de mi. —Gu Lingxiao sujetó el tobillo de Chi Ning: —Durante más de diez años mostraste tu falso afecto actuando como mi Shizun, dime, ¿alguna vez te mostraste tan entusiasmado como ahora?
Chi Ning estaba extremadamente avergonzado: —Si hubiera sabido que tenías malas intenciones, entonces yo… no te habría tomado como mi discípulo en primer lugar…
Gu Lingxiao se burló: —Las malas intenciones están guiadas por el odio, pero yo no siento nada por ti, sólo eres digno de ser el objeto de mi diversión.
Chi Ning enroscó sus dedos tan blancos como la porcelana en las sábanas carmesí, con cada movimiento la cama crujía y las mantas de seda roja se arrugaban y se empapaban de sudor. Con un gemido similar al maullido de un gatito, los cinco dedos de la mano de Chi Ning se volvieron flácidos, exhausto, se dejó caer sobre el montón de seda arrugada y manchada de humedad.
Finalmente, el único movimiento que quedó en la habitación fue el de las cortinas rojas del dosel de la cama que se balanceaban suavemente como ondas de agua en la superficie de un lago.
…
Gu Lingxiao salió de aquel largo y profundo sueño, cubierto de un sudor frío.
Hacía mucho, mucho tiempo que no soñaba con esto. Su vida anterior con Chi Ning en el Pico Cuyu era una especie de región prohibida en sus recuerdos.
En su vida anterior, Gu Lingxiao había intentado olvidar intencionadamente la bondad de Chi Ning, expandiendo su odio sin detenerse ante nada, para que pudiera sentirse a gusto consigo mismo.
Siempre atribuyó su ferviente deseo por Chi Ning al odio, poseerlo era la venganza más despiadada y hacerlo suyo la mejor humillación.
Gu Lingxiao se levantó y se sentó en la cabecera de la cama, cuando se movió, rozó cierta parte muy sensible de su cuerpo, y dejó escapar un siseo ahogado.
La parte inferior de su abdomen estaba ardiendo, también estaba… muy animada.
En realidad, tenía una erección…
De pronto, el movimiento de las cortinas rojas del dosel de la cama apareció frente a él.
Gu Lingxiao recordó las palabras “yo no siento nada por ti” que dijo en su sueño.
¿Realmente no siento nada por ti? Pero desde que era pequeño, mi corazón ya latía por ti.
Cuando Zong Dai entró, vio a Gu Lingxiao sentado y dijo gratamente sorprendido: —¡Por fin estás despierto!
Gu Lingxiao se levantó y salió de la cama, ocultando la tienda en la parte inferior de su cuerpo: —¿Dónde está Chi Ning?
Zong Dai todavía recordaba los ojos escarlatas de Gu Lingxiao y tenía un poco de miedo de que pueda atacar a Chi Ning otra vez: —Acuéstate un poco más, Shizun volverá más tarde.
La mirada de Gu Lingxiao era feroz y obstinada: —Quiero verlo ahora.
—Shizun está en… el Departamento Xingjian.
…
En una sala separada del Departamento Xingjian.
Sobre la mesa había dos enormes montones de pergaminos, los que se habían leído en un lado y los que no en el otro. Entre los dos montones, Chi Ning yacía sobre la mesa, durmiendo pacíficamente.
Durante los últimos días, Chi Ning estuvo trabajando muy duro, cuidando de Gu Lingxiao por la noche y trabajando en los casos durante el día, para aumentar sus números de casos resueltos, dejándole sin tiempo libre para descansar.
Tenía el sueño ligero, y cuando escuchó la puerta siendo abierta y cerrada, sus largas pestañas temblaron y se despertó.
Aturdido, Chi Ning levantó la vista y sus ojos llorosos recién despertados se posaron en el rostro de Gu Lingxiao: —Estás bien.
Elevó su tono hacia el final, pero su voz era demasiado ronca.
—Estoy bien. —Gu Lingxiao se acercó al escritorio: —¿Qué le sucedió a tu voz?
El escote de la túnica que Chi Ning llevaba hoy era muy alto y cubría su cuello. Unos mechones de cabello tan oscuro como la tinta estaban esparcidos por su pecho, Chi Ning evadió la pregunta y dijo: —Dormiste durante cuatro días, te perdiste muchas cosas, Xiao Jing ya se fue y ni siquiera pudiste despedirte de él.
—Te pregunté qué le sucedió a tu voz. —Gu Lingxiao apoyó la mano sobre el escritorio y se inclinó hacia delante, mirando opresivamente a Chi Ning.
—Es solo un resfriado. —Chi Ning susurró.
Gu Lingxiao levantó directamente la mano para desabrochar el cuello de Chi Ning.
—Oye. —La mano de su discípulo tenía demasiada fuerza, Chi Ning no pudo detenerlo.
El broche de jade cayó al suelo, y su cuello quedó expuesto, su pálida piel estaba plagada de horribles marcas de dedos de color azul oscuro.
Cada vez que Gu Lingxiao se volvía loco, no podía recordar claramente lo que sucedía en ese momento.
Sólo ahora, mirando los moretones en el cuello de Chi Ning, recordó vagamente lo que había hecho.
Gu Lingxiao estaba muy deprimido: —Lo siento.
—No hay nada que lamentar, tampoco es que hubieras querido hacerlo. —Chi Ning vio que el cuello de su túnica estaba dañado, pero no afectaba al resto de su atuendo, así que cambió de tema: —Ahora que estás despierto, puedes revisar la otra mitad de los casos.
Gu Lingxiao se acomodó para revisar los casos con Chi Ning, pero por dentro estaba muy inquieto.
Chi Ning estaba sentado a su lado, tan cerca que incluso podía tocarlo con sólo levantar la mano.
Cuando Gu Lingxiao inclinó la cabeza, vio a Chi Ning con la cabeza gacha, sus suaves mechones de cabello cubrían parcialmente su nuca, que era tan blanca como el jade.
—Antes, te ocupaste de muchos casos, y ahora todos ya fueron registrados. —Chi Ning dejó su pincel: —Sólo queda un último caso.
El expediente del último caso todavía estaba en la estantería, Gu Lingxiao y Chi Ning se levantaron al mismo tiempo para buscarlo.
—Aquí está. —Con ojos agudos, Gu Lingxiao levantó la mano y sacó un rollo de pergamino de la estantería de madera.
El expediente estaba colocado justo encima de la cabeza de Chi Ning, Gu Lingxiao inevitablemente se acercó a él.
De repente, el espacio se hizo más pequeño.
En el estrecho espacio, Gu Lingxiao casi se pegó al cuerpo del hombre frente a él.
La respiración de Gu Lingxiao se hizo más pesada.
—¿Tienes calor? —Al sentir la temperatura inusual, Chi Ning presionó el dorso de su mano contra la frente de Gu Lingxiao.
El tacto frío y suave permaneció brevemente en su frente, Gu Lingxiao bajó la mirada y escuchó a Chi Ning susurrar: —Tienes un poco de fiebre.
Gu Lingxiao se contuvo y dio un paso atrás: —No pasa nada.
Chi Ning lo jaló de regreso: —¿Tu energía demoníaca todavía no desaparece?
Gu Lingxiao miró los pálidos labios de Chi Ning mientras se abrían y cerraban, su corazón era como un mono juguetón, y su mente como un caballo al galope, el deseo que antes había logrado reprimir con mucha dificultad volvió a salir a la superficie.
—Iré a buscarte un médico…
Antes de que pudiera terminar de hablar, Chi Ning sintió un gran peso sobre su cuerpo. Era Gu Lingxiao, quien se inclinó y lo abrazó con fuerza, sus largos dedos presionaron los labios de Chi Ning.
—No vayas a buscar a ningún médico, solo déjame abrazarte.
Traducido por Harilind
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