“Estoy cansado.” Después de intentar muchas veces sin éxito sacar el brazo de Fang Juexia, Pei Tingsong se dejó caer contra la pared, exhausto, respirando junto a él. Sin embargo, Fang Juexia seguía ahí quejándose en voz baja
“Duele…”
“¿Dónde te duele?”
Con la cabeza enterrada, Fang Juexia murmuró con enojo y voz amortiguada:
“La cabeza… y la mano.”
Pei Tingsong suspiró, resignado.
“¿Y qué hacemos? Levántate, déjame ver si te golpeaste.”
“¡Duele!” Esta vez el pequeño “avestruz” parecía impaciente, con un tono de voz más irritado.
“Está bien, está bien, duele, duele.” Pei Tingsong tenía una mezcla de emociones. Una hora antes, había estado preocupado por lo incómodo que sería estar a solas con Fang Juexia después de su reciente conversación. Pero ahora, de repente, ese Fang Juexia había desaparecido, dejando en su lugar a una versión confundida y desorientada.
“¡Tócame la cabeza!” ordenó el pequeño “avestruz”.
Pei Tingsong no se atrevió a ignorarlo.
“Está bien, ya entendí, voy a tocarte la cabeza.”
Puso su mano suavemente sobre la cabeza de Fang Juexia, acariciándola con cuidado. No pudo evitar recordar al perro maltés de su infancia, que era hermoso y adoraba que le acariciaran la cabeza.
Después de unos pocos movimientos, Fang Juexia murmuró con la cabeza gacha:
“Ya no duele.”
“¿En serio? ¿Tan efectivo?” Pei Tingsong se sintió algo complacido, como si ahora fuera un experto en cuidar a las personas. “Bueno, entonces levántate, lávate la cara para despejarte un poco.”
Pero el pequeño “avestruz”, con la cabeza aún enterrada, extendió un brazo hacia él.
“Me duele el brazo.”
Pei Tingsong miró ese brazo delgado y pálido con confusión.
“Entonces… ¿te lo toco?”
“Ajá.”
¿Cómo se supone que iba a hacer eso? Pei Tingsong se sintió incómodo. ¿Qué clase de hombre le toca el brazo a otro hombre así?
“Mejor te lo masajeo un poco.” Dicho esto, comenzó a frotarle el brazo torpemente, como un masajista novato, cerrando los ojos mientras amasaba de manera imprecisa. No se atrevió a ejercer demasiada fuerza, temiendo que Fang Juexia reaccionara bruscamente de nuevo.
De verdad estaba sacrificándose mucho por esta familia, pensó Pei Tingsong.
“Ya terminé, gege” Pei Tingsong estaba agotado, sosteniéndole la muñeca. “¿Podemos levantarnos ya?”
“Está muy oscuro.” Fang Juexia seguía sin dar señales de querer moverse; al contrario, se encogió aún más.
Pei Tingsong estaba al borde de la desesperación.
“Claro que está oscuro. Si levantas la cabeza, ya no lo estará. Tengo la luz encendida.” Dicho esto, se acercó más, girando a Fang Juexia para que dejara de mirar hacia la pared y lo mirara a él. Estiró la mano, intentando ayudarle a levantar la cabeza. No podían seguir así.
Pero Fang Juexia no solo no cooperó, sino que de repente mordió la mano que Pei Tingsong había acercado a su barbilla, apretando con fuerza.
“¡Ah, duele, duele, duele!” Pei Tingsong estaba entre molesto y asustado. Solo logró que dejara de morderlo sujetándole firmemente la nuca.
“¡Mira lo que me hiciste! Levanta la cabeza y mira esta marca de dientes, ¡hasta me sacaste sangre!”
Fang Juexia seguía sin levantar la cabeza. No solo no la levantó, sino que se movió de nuevo, girándose para quedar frente a la pared, sin mostrar el más mínimo arrepentimiento.
Eso agotó por completo la paciencia de Pei Tingsong. Sacudió un par de veces su mano herida y, sin decir palabra, levantó a Fang Juexia y lo cargó sobre su hombro como un saco. Fang Juexia se retorcía como un pez recién sacado del agua, al punto que sus pantuflas volaron por los aires. Pei Tingsong lo sujetó con firmeza por las piernas.
“Quédate quieto.”
“¡No quiero volar! ¡No quiero!”
Pei Tingsong estaba entre irritado y divertido.
“¿Volar? ¿Qué volar? Yo también quisiera volar.” Con cuidado, colocó a Fang Juexia en la cama, agotado y jadeando. Él mismo quedó medio inclinado, apoyado con las manos en el colchón. “Por suerte soy yo. Hoy, si hubieras estado con Ling Yi…”
Se quedó en silencio a mitad de la frase, paralizado.
Fang Juexia estaba debajo de él, con los labios entreabiertos, respirando profundamente. Su pecho subía y bajaba, y sus hermosos ojos, normalmente obstinados, ahora estaban llenos de una suave neblina. Incluso la mirada que le dirigió era completamente delicada.
La garganta de Pei Tingsong se movió mientras tragaba saliva, y su respiración comenzó a volverse irregular.
Tal vez por el alcohol, los extremos de los ojos de Fang Juexia estaban rojos, conectándose con la marca de nacimiento carmesí que se extendía en su piel. Su piel era tan blanca que el rubor provocado por la embriaguez parecía teñirlo completamente de rosa, como si alguien hubiera estado frotándolo.
“Tengo sed…” Fang Juexia se retorció en la cama, girando la cabeza hacia un lado mientras murmuraba con voz pegajosa. “Estoy sediento…”
Pei Tingsong se sacudió esos pensamientos poco apropiados y retomó su papel de cuidador
“Está bien, voy a traerte agua.”
Después de mucho esfuerzo, logró acomodar a Fang Juexia dentro de las mantas. Pei Tingsong, acalorado, se quitó la chaqueta y caminó hacia la mesa.
¿Cuándo alguien está borracho debería beber agua caliente, cierto?
Pei Tingsong buscó el hervidor, pero no sabía cómo usarlo. Le tomó un buen rato averiguar cómo encenderlo.
“Hace mucho calor.” Echó un vistazo hacia atrás y vio que Fang Juexia estaba quieto, acurrucado en la cama, aunque murmuraba cosas que Pei Tingsong no lograba entender del todo.
“Esto es demasiado para mí.” Murmuró Pei Tingsong, volviendo la cabeza. “Déjame decirte algo: en toda mi vida, nunca he cuidado a nadie. Siempre me han cuidado a mí. De verdad, Fang Juexia, deberías sentirte honrado. Seguro en tu vida pasada fuiste mi ancestro.”
Finalmente, cuando el agua hirvió, torpemente la vertió en un vaso. Casi se quema a sí mismo en el proceso, así que mezcló agua mineral para enfriarla un poco y probó la temperatura antes de llevarla a Fang Juexia.
Al acercarse, se dio cuenta de que Fang Juexia estaba recitando la tabla de multiplicar del nueve. Ya había completado una vuelta y estaba empezando de nuevo.
“¡Bebe agua!” Le quitó la manta, pero el susto lo dejó paralizado al ver un destello de piel blanca y desnuda. “¡¿Por qué te quitaste la camiseta?!”
Fang Juexia, acostado de lado, se giró hacia Pei Tingsong, moviéndose hacia el borde de la cama.
“Tengo calor.”
“¡Así te vas a resfriar!” Pei Tingsong lo envolvió rápidamente en las mantas y acercó el vaso a su boca.
“Bebe.”
Bajo su supervisión, Fang Juexia terminó de beber toda el agua de un solo trago. Después, le sonrió tontamente, con una expresión dulce y suave, como si fuera otra persona.
“Cierra los ojos y duerme.”
Tan pronto como Pei Tingsong terminó de hablar, Fang Juexia obedeció y cerró los ojos.
Qué obediente. Pei Tingsong, casi sin pensarlo, extendió la mano, a punto de acariciar el cabello suave de Fang Juexia. Pero de repente se detuvo.
¿Qué estoy haciendo?
Pei Tingsong se levantó apresuradamente, preguntándose si él mismo también estaba ebrio.
¿Por qué siento la necesidad de acariciar su cabeza?
“Hace mucho calor.” Con una mano, Pei Tingsong se quitó la camisa y, tomando su pijama, entró al baño.
Necesito una ducha para calmarme.
Mientras se duchaba, no pudo evitar recordar lo que Shang Sirui había mencionado mientras bebían. ¿Podría ser que la estrella que no llegó a un acuerdo con el equipo del programa, realmente fuera la persona que ocupó el puesto central que originalmente pertenecía a Fang Juexia?
En aquel entonces, ambos estaban en A-star. Probablemente habían sido aprendices en la misma época.
Qiyao era ahora la boyband más popular del país. Liang Ruo, el centro oficial del grupo, había recibido los mejores recursos desde el debut. Era el bailarín principal y vocalista secundario, con una posición fija en el centro tanto en la apertura como en el cierre de las coreografías. Ya había aparecido en dos programas de variedades importantes, acumulando tanto fanáticos como detractores. Pero, respaldado por una gran empresa, su carrera había sido sencilla y sin obstáculos.
Apuntar al programa Escape Alive From Heaven seguramente era un intento de construir una imagen de persona inteligente y astuta.
Pei Tingsong nunca entendió la necesidad de crear una imagen falsa. Lo falso siempre sería falso, y cuanto más auténtico lo intentaras parecer, más vergonzoso sería cuando se descubriera la verdad.
No pudo evitar preguntarse cómo se sentía Fang Juexia al escuchar sobre Liang Ruo. ¿Le parecía una lástima? ¿Se sentía triste?
¿Y si… si Fang Juexia no hubiera sido obligado a dejar A-star, cómo habrían sido las cosas?
¿Entonces ellos no…?
¡Bang, bang, bang!
El ruido de golpes continuos sacó a Pei Tingsong de sus pensamientos. Al girarse, casi resbaló del susto, soltando una serie de palabrotas que comenzaban con “f”. Fang Juexia, a quien había creído dormido, apareció de repente en la puerta del baño, pegando todo su cuerpo contra el vidrio esmerilado. Con las manos, golpeaba el cristal mientras gritaba:
“¡Déjame, déjame entrar!”
El vidrio empañado hacía que su silueta se viera aún más siniestra. Pei Tingsong se apoyó en la pared, tomó una toalla y se secó apresuradamente.
Fang Juexia, con la cara completamente pegada al cristal, tenía el rostro tan aplastado que se veía deformado.
“Mis ojos están rotos, no puedo ver nada…” dijo, mientras seguía golpeando el vidrio. “Conté hasta cien, ¡te atrapé!”
Perfecto. Esta noche no voy a dormir.
Pei Tingsong se vistió apresuradamente y abrió la puerta del baño. Pero Fang Juexia, que estaba listo para abalanzarse, lo envolvió en un abrazo tan pronto como salió.
“¡Te atrapé, te atrapé!”
Sin camisa, con el torso desnudo, Fang Juexia se lanzó sobre Pei Tingsong como un niño de tres años. Pei Tingsong no tuvo más opción que seguirle el juego.
“Sí, me atrapaste, ganaste. ¿Ahora puedes dormir?”
Fang Juexia levantó la mirada, sus ojos llorosos brillaban mientras parpadeaba.
“¿Dormir?”
“Sí, dormir” Pei Tingsong lo arrastró a la cama, metiéndole brazos y piernas bajo las mantas. “Mira cómo estás, helado. Si sigues así, no me voy a preocupar más por ti.”
“No quiero” Fang Juexia lo abrazó del brazo, con una expresión tan afligida que parecía que estaba a punto de llorar.
Justo cuando Pei Tingsong estaba a punto de ceder por compasión, Fang Juexia lo miró con dulzura y canturreó:
“¡Pequeño ábaco~!” Mientras decía esto, insistió en alargar la mano y rascarle la barbilla. “¿Pequeño ábaco, tienes hambre? ¡Voy a traerte croquetas para perros~!”
“¡No soy tu perro!” Pei Tingsong le agarró la mano. “Fang Juexia, fíjate bien, ¡soy Pei Tingsong, soy tu…!”
Se detuvo. Fang Juexia parpadeó con esos ojos brillantes e inocentes.
Tras una breve pausa, Pei Tingsong continuó.
“Soy tu compañero de grupo, ¿entiendes?”
“Lo sé, pequeño ábaco.”
No sirvió de nada. Pei Tingsong suspiró, acomodándole las mantas mientras pensaba resignado quien seria “pequeño ábaco”. Fang Juexia estaba en un estado infantil, y no le quedaba más remedio que tratarlo como a un niño.
“Hagamos esto, ¿Qué tal si jugamos un concurso de quién se duerme primero? ¡El que se duerma primero, gana!”
Fang Juexia parpadeó.
“¿Habrá premio?”
“¿Premio?” Pei Tingsong preguntó. “¿Qué quieres de premio?”
Los labios de Fang Juexia se torcieron un poco.
“Quiero… quiero que mi papá vuelva a ser como antes.”
Al escuchar esto, Pei Tingsong frunció el ceño.
¿Qué significa eso? ¿Cómo era su papá antes?
No podía profundizar en el tema ahora. Esto era algo personal de Fang Juexia, y que claramente le había dicho porque estaba borracho; seguro al día siguiente no querría que nadie supiera de esto.
“Está bien, lo que quieras. ¡Vamos, comencemos el concurso!” Pei Tingsong apagó la luz, pero dejó encendida la lámpara de la mesita de noche, recordando la ceguera nocturna de Fang Juexia.
Se dejó caer en su propia cama, agotado tras el largo viaje en avión y la interminable serie de eventos. Cerró los ojos, exhalando un largo suspiro.
Por favor, que este tipo no se vuelva loco otra vez.
A medida que su cuerpo se relajaba, su conciencia comenzó a desvanecerse, deslizándose hacia el sueño.
De repente, sintió que las mantas se movían. Algo se arrastraba desde el pie de la cama hasta su lado. Medio dormido, murmuró:
“¿Hmm?”
Entonces escuchó la voz de Fang Juexia junto a su oído:
“¿Puedo abrazarte para dormir, pequeño ábaco?”
El casi dormido Pei Tingsong se despertó de golpe. Al abrir los ojos, vio a Fang Juexia mirándolo con esa expresión inocente y vulnerable.
Esto me está volviendo loco.
“¿No tienes una cama?” Pei Tingsong suspiró, agotado. “Ya eres un niño grande, deberías aprender a dormir solo.”
“Pero…” Fang Juexia torció los labios, como si fuera a llorar otra vez.
“¿Pero qué?” Pei Tingsong lo miró, tratando de mantenerse firme como un adulto.
“Es que… mi papá volvió a casa hoy, y tengo un poco de miedo. Él… él volvió a beber. ¿Me va a regañar?”
Su tono carecía de la lógica habitual de Fang Juexia, y sonaba como un niño asustado. Aunque solo eran palabras inconexas, Pei Tingsong captó la idea.
“No lo hará.” Le acarició la cabeza. “No tengas miedo.”
Fang Juexia sorbió por la nariz y lo miró.
“Pequeño ábaco, ¿sabías que mis ojos están enfermos?”
Pei Tingsong asintió, tocándole los ojos suavemente.
“Lo sé.”
“¿También me vas a odiar?” Los ojos de Fang Juexia brillaban con lágrimas, a punto de caer. Algo se retorció dentro de Pei Tingsong, un sentimiento extraño y doloroso.
“Claro que no.” Le pellizcó suavemente la mejilla. “¿Qué clase de persona, o perro, crees que soy?”
Finalmente, Fang Juexia sonrió.
“¿Dormirás conmigo?”
Al final, Pei Tingsong cedió. Aunque siempre había sido un rebelde de mal carácter, cada vez que estaba con Fang Juexia terminaba haciendo cosas que normalmente nunca haría. Era como si este chico le arrebatara cualquier derecho a decir que no.
“Está bien, está bien” dijo, sabiendo que Fang Juexia probablemente se arrepentiría al día siguiente y pensaría que le estaba tomando ventaja. Sacó su teléfono y activó la grabadora. “Esto lo pediste tú mismo, ¿eh?”
“¡Sí!” Fang Juexia se iluminó, sus ojos brillaban como dos cuentas de vidrio perfectas que reflejaban el rostro de Pei Tingsong. “¿Puedo abrazarte?”
Pei Tingsong sintió cómo la lengua se le trababa y las orejas le ardían.
“Ha-haz lo que quieras.”
Se giró de inmediato, dándole la espalda a Fang Juexia. En todos sus años, nunca había compartido cama con nadie. Esto ya era suficiente compromiso para él.
Pero apenas se giró, Fang Juexia tiró de su camisa desde atrás.
“Ya no puedo verte.”
“Si sigues actuando así, mañana te vas a arrepentir.” Pei Tingsong suspiró y se giró para mirarlo. “¿Así está bien?”
“¡Sí!” Fang Juexia se acurrucó, abrazando la cabeza de Pei Tingsong, como si fuera un cachorro, incluso dándole unas palmaditas en la espalda. “Pequeño ábaco, vamos a dormir~”
Pei Tingsong, un hombre alto cercano a 1.90, estaba encogido en los brazos de Fang Juexia, con su cabeza descansando sobre la clavícula de este último, sin atreverse a respirar fuerte, mucho menos a dormir.
“¡A dormir, dormir~!” Fang Juexia empezó a cantar tonterías, como si de verdad estuviera tratando de arrullar a un cachorro. Primero fue una canción de cuna desafinada, y luego, de alguna manera, empezó a cantar “El Caracol y el Mirlo”, aunque solo sabía la primera línea. La repetía una y otra vez hasta que Pei Tingsong finalmente no pudo soportarlo más.
Con un solo movimiento, apartó el brazo de Fang Juexia, lo abrazó contra su pecho y deslizó un brazo debajo de su cuello, rodeándolo con el otro para sujetarlo completamente.
“Es más cómodo si yo te abrazo.” Su barbilla descansaba sobre la cabeza de Fang Juexia mientras le daba unas suaves palmaditas en la espalda. “Duerme.”
Con una mente infantil, Fang Juexia lo imitó y le dio unas palmadas en la cintura a Pei Tingsong, abrazándolo con fuerza.
“Duerme, Pequeño ábaco.”
Finalmente, todo se calmó. Pei Tingsong cerró los ojos y respiró hondo. Este fue el primer abrazo real y estrecho entre ellos, aunque ninguno lo había planeado ni deseado.
Siempre había estado seguro de que él y Fang Juexia eran dos personas en trayectorias completamente diferentes. Pensaba que, si sus caminos se cruzaban, el resultado nunca sería bueno.
Por eso, este momento lo tomó por sorpresa.
Si los viajes en el tiempo existieran de verdad, el Pei Tingsong de hace un mes se habría quedado atónito al ver esta escena. Al recordar lo que habían vivido en esos días, Pei Tingsong sentía que los habían arrastrado a un remolino dramático. Mientras más intentaban separarse, más se acercaban.
Cuando notó que Fang Juexia estaba tranquilo, Pei Tingsong alargó la mano para alcanzar su celular y detener la grabación. Pero justo en ese momento, la persona en sus brazos levantó la cabeza de repente, tomó su rostro entre las manos y, bajo la tenue luz, le plantó un beso. Quizás pretendía besar su barbilla, o tal vez su mejilla, pero por casualidad, sus labios se tocaron.
Su respiración se detuvo.
“Gracias por acompañarme, Pequeño ábaco.” Fang Juexia sonrió como un niño, luego volvió a acurrucarse en el pecho de Pei Tingsong, restregándose contra su clavícula hasta encontrar la posición más cómoda para cerrar los ojos con tranquilidad.
Pei Tingsong sentía como si su sistema nervioso estuviera anestesiado. Incluso ahora, la sensación de aquel toque en sus labios seguía persistiendo. Esta vez, no había un envoltorio de caramelo entre ellos; fue un contacto completamente directo. El suave recuerdo de ese roce parecía prolongarse en su mente: tocarse, hundirse, separarse, y volver a unirse. Una leve presión que agitaba su corazón como si pesara mil kilos.
Maldita sea.
Había sido atacado por un pequeño oso de gominola.
Diez minutos, veinte minutos, o tal vez mucho más tiempo… Su corazón no volvió a su ritmo normal. Ese abrazo tan estrecho parecía darle energía infinita, haciendo que sus latidos se descontrolaran.
Fue su primer beso.
Pei Tingsong intentó convencerse a sí mismo de que estaba bien, que seguía siendo muy cool, que solo había sido un beso, nada del otro mundo. Además, ya lo habían “practicado” antes con el papel de caramelo.
Pero su autoconvencimiento no estaba funcionando. La adrenalina subía sin control, y el aroma del champú de Fang Juexia confundía su mente. Se sentía mareado y con dificultad para respirar.
Aunque estaba exhausto, no podía dormir. Ni siquiera se atrevía a moverse, temiendo despertar a la persona en sus brazos.
Un beso accidental había llenado su pecho con mil mariposas que revoloteaban como si quisieran escapar por su garganta, organizando una tormenta en un océano lleno de alcohol.
Finalmente, ese inocente “asesino” en sus brazos estaba agotado y se quedó profundamente dormido, como una muñeca de trapo, tranquila y suave. Solo Pei Tingsong sabía cuán peligrosa podía ser esta arma tan hermosa.
Y él era el tonto que abrazaba esta pequeña bomba con ternura.
No sabía cuánto tiempo había pasado cuando un dolor de cabeza sacó a Fang Juexia de su profundo sueño. Medio consciente, movió su cuerpo dolorido y, para su sorpresa, una vez más sintió un par de brazos rodeándolo, apretándolo suavemente mientras le daban palmaditas en la espalda.
En su confusión, escuchó una voz baja y familiar, llena de somnolencia.
“Tranquilo…”
¿Tranquilo?
¿Qué clase de sueño raro era este?
El abrazo inconsciente redujo aún más la distancia entre ellos, hasta casi no dejar espacio. Lo incómodo fue que, aunque Fang Juexia no estaba seguro de si la voz era real, lo que su pierna accidentalmente tocó definitivamente lo era.
Volvió en sí de golpe y empujó a Pei Tingsong, quien aún no estaba completamente despierto. Luego se acurrucó contra el borde de la cama con la sábana enredada.
“¡Pei Tingsong!”
Era la primera vez que su tono mostraba tanta emoción.
Pei Tingsong frunció el ceño. “¿Qué pasó ahora?” Abrió los ojos y vio a Fang Juexia en una postura típica de una mujer intimidada en los dramas, lo que finalmente despertó a su lento cerebro.
Como esperaba.
Sabía que esto pasaría.
“Espera, cálmate.” Pei Tingsong se acercó un poco, pero en realidad estaba tratando de agarrar su celular para mostrarle evidencia a Fang Juexia.
Sin embargo, Fang Juexia no tenía idea de lo que estaba planeando y solo sabía que había despertado para encontrarse medio desnudo, envuelto en un abrazo firme. Y ahora, ese “culpable” parecía estar acercándose aún más.
“¡Quien debería calmarse eres tú!” tosió antes de añadir, “¡Y tú… ahí abajo!”
¿Abajo?
Todavía medio dormido, Pei Tingsong miró hacia abajo y murmuró una maldición en voz baja.
“Esto es normal en las mañanas, ¿sabes?” No mostraba ni un rastro de vergüenza mientras se pasaba la mano por su cabello despeinado. “Tú también eres hombre, ¿qué tiene de raro? Es señal de que todo funciona bien. ¿No lo sabías?”
“¡Cállate!” Fang Juexia no quería recibir una clase de biología para adolescentes. “Entonces, ¿por qué estabas abrazándome mientras dormías? ¿No decías que no eras gay?” disparó con una pregunta directa.
Pei Tingsong se quedó sin palabras.
¿No deberías preguntarte eso a ti mismo?
Aunque estaba molesto, Pei Tingsong sabía que Fang Juexia tenía una personalidad obstinada que solo reaccionaba al enfrentarse con evidencia. Así que decidió encontrar las pruebas que había guardado con tanto cuidado.
“Está bien, te lo voy a explicar ahora mismo.”
Fang Juexia entró en pánico de inmediato. Su mente estaba hecha un desastre, y esa persona seguía acercándose.
¿Dónde estaba su camiseta?
¿Y si Pei Tingsong realmente era gay? Ese pensamiento no lo dejaba en paz.
Extendió la mano para defenderse, pero Pei Tingsong lo agarró por la muñeca.
“No te muevas.” Mientras decía esto, buscaba algo alrededor de la almohada. “¿Dónde está?”
“¡Suéltame!” Fang Juexia comenzó a forcejear con su otra mano.
Pei Tingsong perdió la paciencia y terminó sujetando ambas muñecas, empujándolo hacia abajo en una postura que parecía demasiado dominante.
“Te dije que no te movieras. ¿Sabes lo bien que te portaste anoche?”
“¡Tú!”
“Y ahora te haces el ofendido…” Lo miró directamente, y la ira en su expresión se suavizó.
“Solo espera. Déjame encontrar…”
Antes de que pudiera terminar, el sonido de golpes en la puerta los interrumpió, seguido por la voz fuerte y clara de Ling Yi.
“¡Toc, toc, toc! ¡Especial del reality de Kaleido! ¡Inspección sorpresa matutina!”
Maldición.
★☆★ ♪ ★☆★ ~●~★☆★ ♪ ★☆★
Notas del autor:
Camarógrafo: “¿Crees que ya están despiertos?”
Ling Yi: “¡Juexia no duerme hasta tarde!”
Camarógrafo: “¿Seguro que es apropiado entrar a grabar ahora?”
Ling Yi: “¿Qué tiene de inapropiado? ¡No van a estar durmiendo en la misma cama!”
☆Notas del traductor:
1. La canción del “Caracol y el Mirlo” (蜗牛与黄鹂鸟, Wōniú yǔ huánglí niǎo) es una canción popular infantil china. Originalmente, es una adaptación del tema “The Cuckoo and the Donkey” de Alemania, un clásico infantil europeo, pero en la versión china se cambió la historia y la letra para hablar de un caracol y un mirlo. Es comúnmente cantada por niños en China y es conocida por su melodía alegre y repetitiva. La letra generalmente presenta a un caracol y un mirlo que interactúan, y el tono es juguetón, ideal para cuentos o canciones de cuna.

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