La luz de la luna se filtraba a través del papel de la ventana, iluminando ligeramente la habitación y añadiendo un tenue brillo a la escena. Las cortinas de gasa cercanas se mecían suavemente, proyectando sombras que esbozaban las formas de dos cuerpos desnudos y entrelazados en la cama. Los sonidos ahogados de respiración pesada resonaban desde dentro.

El joven esbelto estaba tumbado boca abajo sobre las suaves mantas, su rostro enrojecido como si estuviera a punto de gotear sangre escarlata. Su frente estaba cubierta de una fina capa de sudor, y aunque apretaba los dientes con fuerza, de vez en cuando no podía evitar dejar escapar un gemido ahogado, una mezcla de resistencia y placer.

La cintura del joven estaba arqueada hacia abajo, mientras que sus caderas se elevaban alto.

Encima de él, un hombre mucho más grande y robusto se movía como una bestia, rugiendo con cada embestida. Su miembro, grueso y firme como un bastón, entraba y salía de él con un impacto que sacudía todo su cuerpo.

El sonido del agua resonaba con cada movimiento, proveniente del lugar donde ambos estaban unidos. No estaba claro si era sudor o algo más, pero las mantas debajo de ellos ya estaban empapadas.

Al final, An Ziran cedió a sus deseos.

Un hombre debería ser directo y decidido. Aunque casarse con otro hombre no había sido su intención original, lo hecho, hecho estaba. Si seguía siendo tímido y reticente, realmente no se diferenciaría de una mujer.

—Wangfei, tu interior es increíblemente cómodo.

Fu Wutian, aparentemente insatisfecho con solo estimularlo, se inclinó hacia él justo cuando su mente comenzaba a nublarse. Su voz, cargada de deseo, era áspera y profunda.

An Ziran se estremeció, y su racionalidad comenzó a regresar. —…¡Cállate!

An Ziran estaba dispuesto a permitirse ser dominado temporalmente, pero eso no significaba que Fu Wutian pudiera aprovecharse de la situación. Sin embargo, no iba a dejar las cosas así. Si alguna vez tenía la oportunidad, definitivamente se vengaría.

—Jeje…

Fu Wutian, satisfecho, continuó provocando a su princesa consorte. Como él deseaba, An Ziran cerró la boca y comenzó a concentrarse en la tarea en cuestión. El ritmo de los movimientos de su cintura se aceleró ligeramente, y la fuerza con la que penetraba el cuerpo de An Ziran también aumentó un poco. Cada empuje llegaba directamente a sus puntos sensibles, y aunque acababa de eyacular, su miembro se levantó de nuevo en poco tiempo.

—Ah…

An Ziran dejó escapar un gemido reprimido, sus dos manos aferrándose con fuerza a las sábanas debajo de él, tan fuerte que las yemas de sus dedos se volvieron blancas. Si no fuera porque Fu Wutian sostenía su cintura, ya se habría derrumbado.

Su cuerpo era demasiado sensible; el más mínimo toque provocaba una reacción, y el placer crecía exponencialmente.

A medida que los movimientos de Fu Wutian se volvían más intensos, An Ziran sintió que su parte inferior estaba a punto de explotar. Finalmente, no pudo resistir más y extendió una mano hacia abajo, buscando aliviar su propio deseo. Pero antes de que pudiera tocarse, una mano grande lo detuvo, y la voz ronca de Fu Wutian resonó de nuevo.

—Hagámoslo juntos.

Luego siguió una serie de embestidas feroces y brutales.

Cada empuje lo hacía temblar por completo, y su interior se contraía involuntariamente, provocando oleadas de placer abrumador.

El hombre emitió un gruñido bestial, soltó su mano y continuó con una serie de movimientos brutales, liberando un torrente caliente dentro de él. An Ziran se encogió de placer, incluso los dedos de sus pies se curvaron, y finalmente eyaculó también, aunque no mucho. No era la primera vez que lo hacía, pero el cuerpo joven no podía soportar tantas provocaciones seguidas.

An Ziran se desplomó sobre el edredón, sin fuerzas para preocuparse por si las sábanas estaban sucias o no.

Fu Wutian no se retiró, permaneciendo dentro de él, acostado a su lado en una posición que no lo aplastaba. Incluso él, después de un ejercicio tan intenso, jadeaba ligeramente, su rostro apuesto mostrando una expresión de satisfacción.

—Sal…

An Ziran recuperó el aliento y levantó la mano para empujar el pecho de Fu Wutian.

Fu Wutian extendió la mano, le tomó la barbilla y la giró hacia sí, inclinándose para darle un beso profundo y apasionado.

Justo cuando An Ziran comenzaba a resistirse, Fu Wutian lo soltó. En el siguiente instante, el miembro que estaba dentro de él comenzó a retirarse lentamente. El movimiento pausado hizo que, inconscientemente, An Ziran imaginara una escena extremadamente lasciva en su mente. Su rostro no podía estar más rojo.

Con el movimiento de retirada, el líquido espeso que había sido liberado dentro de él comenzó a fluir, deslizándose por sus muslos. Sin necesidad de mirar, sabía que la escena debía ser bastante obscena.

El rostro de An Ziran se oscureció.

No debería haber permitido que Fu Wutian eyaculara dentro de él. Era tan tarde, ¿cómo iba a limpiarse?

¿Acaso tendría que despertar a los sirvientes y contarles la verdad?

¡Diablos, no!

Fu Wutian, que ya había recuperado sus fuerzas, se levantó de la cama completamente desnudo, se puso una bata y salió de la habitación. Cuando regresó, llevaba un gran balde de agua caliente sobre el hombro, demostrando su gran fuerza.

An Ziran escuchó el sonido del agua y se sintió sorprendido.

¿Todavía tenía fuerzas después de haberlo agotado tanto? Pero al recordar que Fu Wutian solo lo había hecho una vez esa noche, se sintió aliviado. Un hombre joven y fuerte como Fu Wutian probablemente tenía más energía de la que él podía imaginar, y además, los practicantes de artes marciales tenían una resistencia superior.

Las cortinas de gasa se abrieron, y una brisa fresca entró en la habitación.

An Ziran frunció el ceño y estaba a punto de cubrirse con la manta cuando, en el siguiente instante, fue levantado en brazos. Se sobresaltó. —Bájame, puedo caminar solo.

Fu Wutian respondió con seriedad: —No hay nadie más aquí, no tienes que preocuparte por que te vean.

¡Ese no era el problema!

An Ziran frunció el ceño aún más.

Fu Wutian ya lo llevaba hacia la tina de baño. En realidad, solo eran unos pasos, pero con sus pasos relativamente largos, la distancia se acortó rápidamente. Resistirse en ese momento ya era inútil.

La tina solo era lo suficientemente grande para que una persona extendiera sus extremidades. Fu Wutian lo colocó en el agua.

El agua caliente calentó su cuerpo, alejando parte del cansancio. An Ziran exhaló un suspiro de alivio mientras el agua corría por sus hombros, vertida por Fu Wutian. Se volvió y dijo: —Yo me lavaré solo. Báñate tú mismo.

—¿Está Wang Fei invitando a este príncipe a bañarse juntos?

An Ziran cerró la boca de inmediato.

Cuando ambos guardaron silencio, la habitación se llenó solo con el sonido del agua.

Después de lavarse las extremidades, An Ziran intentó limpiar lo que Fu Wutian había dejado dentro de él, pero… Miró de reojo a Fu Wutian, quien aún lo observaba fijamente. Sabía que pedirle que se fuera no funcionaría, así que bajó la mirada y dijo: —Tengo una pregunta para ti.

—¿Qué pregunta?— Fu Wutian siguió vertiendo agua sobre sus hombros.

—¿Recuerdas el acuerdo al que llegamos antes de casarnos?

Fu Wutian detuvo sus movimientos por un momento. —Oh… ¿había algo así?

An Ziran: —…

Después de presenciar sus actos descarados, ahora se daba cuenta de que podía llevarlo a un nivel aún más alto. Debería haberlo adivinado antes. La forma en que Fu Wutian lo trataba no era en absoluto como si estuviera planeando dejarlo ir. En realidad, lo había estado engañando desde el principio, fingiendo aceptar sus condiciones, pero sin tomarlas en serio.

—¿Por qué?

¿Por qué lo había elegido a él? Esa era una pregunta que nunca había logrado entender.

El escape de An Yuzhi del matrimonio debería haber sido una excusa perfecta para que Fu Wutian rechazara el acuerdo entre las dos familias. Así no tendría que casarse con una mujer que no le gustaba solo para cumplir con los deseos de sus mayores. Sin embargo, no solo no lo hizo, sino que exigió que An Ziran se casara en su lugar.

Incluso si Fu Wutian era homosexual por naturaleza, no había razón para elegirlo a él.

—Al principio, solo era curiosidad.

Después de un largo silencio, justo cuando An Ziran pensaba que no recibiría una respuesta, la voz profunda de Fu Wutian resonó, y la respuesta lo tomó por sorpresa.

An Ziran escuchó su propia voz: —¿Curiosidad por qué?

La mano de Fu Wutian se acercó de repente, levantando su barbilla con descaro. Sus ojos en la oscuridad se volvieron profundos. —Curiosidad por cómo una persona podía cambiar tanto, de adentro hacia afuera, de arriba abajo. Todo me parecía intrigante— dijo. —Así que comencé a observarte, y luego supe muchas cosas sobre ti.

—¿Y por eso me hiciste casarme en lugar de An Yuzhi?— An Ziran sintió que Fu Wutian no tomaba en serio el matrimonio. Aunque, debido a los deseos de los mayores, no tenía muchas opciones, después de eso, Fu Wutian claramente tenía la libertad de elegir.

Fu Wutian captó el descontento en su voz, pero no le dio importancia. —En nuestros encuentros posteriores, descubrí que eres como un libro que vale la pena saborear…

—Una comparación cursi.

—No seas así, wangfei. Este príncipe rara vez se permite ser sentimental.

—¡Ve al grano!

—Está bien, el punto es que este príncipe cree que casarse contigo valió la pena. Me gusta mucho tu “belleza interior”, así que nunca me he arrepentido.

—….¿Belleza interior?— An Ziran estaba un poco incrédulo. «¿De verdad estaba diciendo eso?»

Fu Wutian asintió. —Sí, tu belleza interior.

An Ziran finalmente lo entendió, pero aún había algo que no le quedaba claro. —¿Así que, porque te interesé, decidiste casarte conmigo? ¿Entonces eres bisexual?

—¿Eh? ¿Bisexual?

—Es decir, que te gustan tanto las mujeres como los hombres.

Fu Wutian entendió lo que quería decir y lo miró fijamente. —Si es hombre o mujer, realmente no me importa. Pero, ¿no son todos los hombres así?

An Ziran se quedó sin palabras.

¿Todos los hombres son así? ¿Era su forma de pensar anticuada, o este mundo estaba demasiado adelantado? ¿O acaso la comprensión de Fu Wutian sobre hombres y mujeres estaba fuera del rango de lo normal?

De repente, tuvo la sensación de que la verdad era la tercera opción.

Traducido por Ji Shenn

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