Gian: -Giulio…… ¡Oye! ¿Qué estás haciendo…?
Giulio: -Uf…. ahhh…. Ahhh….
Gian: -Hey… oye….
Giulio no me estaba mirando. Es cierto que su cara, sus ojos estaban mirando hacia aquí, pero…. pero sus ojos, que están en una profunda oscuridad, no me estaban viendo.
Giulio: -Fu, fu….. haa….. fuu….
Giulio da vueltas con su guante de cuero y su cuchillo lamiéndolos, ¡no, más bien, lo saborea….! Caminé hacia atrás con el deseo de correr lejos, muy lejos….
Gian: ¡Oh! ¡Oye, Giulio!
Me acerco un poco hacia la mano de Giulio para tomarla y acercarla a mí. La cara y los ojos de Giulio tiemblan violentamente balanceándose.
Giulio: -Ah…. Uh… señor Gian….
Centrándose en mí, la locura prende de nuevo la mecha en los ojos de Giulio… sustituyéndolo por algo parecido al miedo.
Gian: -¡Por qué…. la sangre! Eso es….
Giulio: -Yo…. yo….
Los ojos de Giulio se vuelven como canicas de vidrio
Giulio: -¿Le parece sucio?
Gian: -…………
OPCIONES:
- No, no es nada de eso.
- Ya para de hacer ese tipo de cosas.
Elegir la segunda opción
Gian: -Ya para de hacer ese tipo de cosas.
Agarro la mano de Giulio, lo cual hace que mi mano también se ensucie de sangre, pero aun así le doy una fuerte sacudida.
Giulio: -Señor Gian….
Los ojos de Giulio, que parecen como canicas de vidrio, vuelven a tener emociones nuevamente.
Las emociones de miedo y ansiedad.
Giulio: -¿Yo… soy… sucio?
Al principio no comprendí el significado de eso. ¿Se refiere a la sangre? O… ¿es por haber lamido la sangre? O….
Gian: -No estás sucio para nada.
Me acabo de dar cuenta. Los únicos lugares en donde Giulio está manchado de sangre son en sus manos, cuchillos y labios. También en la parte inferior de sus zapatos.
No hay salpicaduras de sangre en él en absoluto, y lo mismo para mí. Mi ropa está impecablemente limpia…. A pesar de que hubo mucha sangre volando por todas partes.
¿Giulio calculará todo lo referente a la velocidad en sus ataques? ¿Y será por eso que tampoco tenga sangre encima? Esto se está haciendo difícil de creer.
Gian: -Pero… pero aun así. Creo que el lamer la sangre está fuera de lugar
Giulio: -Yo…. lo siento…
Gian: -¿Por qué haces eso?
Giulio: -Es raro ¿verdad? El ver ese tipo de cosas…. Como que me vuelvo raro….
Giulio se queda en silencio, con una expresión como si él, así como su cuerpo, hubiera desaparecido en el pantano sangriento. Tomo una respiración profunda para calmarme… y no ahogarme con el olor de la sangre.
Gian: -Mira a estos tipos… te has pasado en matarlos ¿sabías? Ellos no son señoritas vírgenes que fueron asesinadas por Drácula.
Giulio: -Pero, la sangre… es igual….
Descentrado de nuevo….
Gian: -Tipos como estos, pueden que tengan alguna enfermedad. El que lamas la sangre y termines contagiándote no es para reírse.
Giulio: -Si….
Gian: -Si llegas a tener una enfermedad sexual como una virgen, el llorar no lo arreglará ¿cierto?
Giulio se queda mirando hacia abajo, mirando el lodo sangriento donde entierra sus zapatos y saca un pañuelo del bolsillo… un pañuelo blanco puro y caro, ya que está hecho de seda y lo pasa alrededor de su boca.
Cuando estoy pensando en cómo salir de este lugar, su voz llega a mis oídos
Giulio: -Si no estoy limpio….
Gian: -¿Eh?
Giulio: -Si no hago esto… y estás conmigo, el señor Gian quedaría sucio también.
Jajaja, no hay duda de que está torcido… Es una máquina de matar, además de que se emociona con los cadáveres y con la sangre, sin embargo, él está allí de pie como un niño regañado.
Gian: -No estás sucio
Giulio: -¿Es verdad?
Antes de que pueda responder, la mano de Giulio, temblando ligeramente y todavía con algo de suciedad por la sangre seca que se aferra en el guante a pesar de que lo limpio con el pañuelo, se mueve hacia mi cara.
Gian: -¿Giulio?
Lo entiendo, sé que él no me hará daño, pero no puedo evitar temblar un poco.
Se siente como si una apisonadora cubierta de sangre viniera volando a 55 mph hacia ti y que solo se detenga a unas pulgadas enfrente de tu cara. Eso es lo que se siente.
Los dedos de Giulio, suavemente tocan mis mejillas, las acuna como si estuviera tomando un vaso de vidrio. Sus manos tiemblan…. ¿Será por nerviosismo? ¿Miedo?
Los ojos llenos de ansiedad en la cara de Giulio… a mí…
Gian: – Giulio, oye….
Giulio: -Nm… fu…..
Gian: -Ngnm…. Mmm… ah….
Me planta un beso lento, suave como si estuviera arrodillándose ante una estatua de la Santa Madre, y sella mi boca. Aquí, en medio del mar de cuerpos como si fuera un festival de color rojo.
No sabía si esto era el sabor de la sangre.
Siento un escalofrío, y luego los labios cálidos.
Giulio: -Ah…. Fu… ah… señor… Gian.
La cara y las manos de Giulio se alejan, a la misma velocidad, la misma trayectoria, con los mismos movimientos con los que había venido. Me rasco un poco mi cabeza.
Gian:- En serio, sí que eres repentino.
Gian: -Tenemos que irnos. Debemos contactar a Bernardo.
Giulio: -Vayamos hacia allá. Por donde ellos vinieron.
Giulio y yo caminamos alrededor de los cuerpos, tratando de evitarlos.
De repente, mis ojos se detienen en uno de los cadáveres tendidos en el suelo. Ese es…. Si ma nol recuerdo, es el jefe llamado Max o algo así. En su cuerpo….
Hay algo que sale de los bolsillos traseros de sus pantalones de tela de algodón color carmesí debido a las manchas de sangre. Una billetera… y algún tipo de nota….
Giulio: -¿Qué es?
Gian: -Puede que sea algo muy importante. Alguna clase de secreto del GD….o puede que no.
Me guardo rápidamente la nota en mi bolsillo. Giulio y yo despegamos rápido para salir del callejón del almacén.
A mitad de camino, vamos más despacio, como si estuviéramos dando un paseo, nos mantenemos así a medida que nos alejamos del bloque de la fábrica.
En el camino, tomamos un taxi, para después bajarnos y caminar una cierta distancia, para después tomar nuevamente un taxi. Hacemos esto una y otra vez, hasta que finalmente me seguro de que nadie nos seguía y me relajo un poco.
En el camino, nos detuvimos en una cafetería y entramos para lavarnos las manos. Eso fue todo lo que hicimos para hacer que el rastro de la masacre desapareciera del cuerpo de Giulio.
Busqué en los alrededores para encontrar un teléfono público cerca. Saco la nota en la cual está anotado el número de teléfono que Bernardo me había dado.
Gian: -Oh….
La nota que había tomado del cuerpo muerto, se cae de mi bolsillo. Cuando estoy por recogerlo…. Veo unos números anotados.
¿Un número telefónico? Bueno, supongo que aunque sean gánsteres saben cómo utilizar el teléfono. ¿Será de alguna mujer? ¿De alguna tienda? ¿O de un hogar?
Guardo esa nota en mi otro bolsillo y llamo a Bernardo.
Bernardo: -Ya veo…. ¿Están bien?
Gian: -Claro, ni siquiera tenemos un rasguño. Fue como dijo el viejo Bondone. Alguno de los líderes del GD trajo a sus matones para asentarse en ese lugar.
Bernardo: -¿Mataron a todos? ¿Algún prisionero…?
Dudé y miró a Giulio que está de pie un poco alejado, está tieso como una estatua mientras se mantiene vigilando las calles
Gian: -Sobre eso…. lo siento, matamos a todos.
Bernardo suspira como si hubiera sabido todo esto desde hace un tiempo.
Bernardo: -Entiendo. Lo hicieron bien, regresen y tengan cuidado.
Dijo eso con una voz como si se hubiera reído un poco.
Gian: -Ah, es cierto. Hay un montón de cuerpos tirados como si fuera un equipo de béisbol que perdió. Deberían ser limpiados rápidamente.
Ante mis palabras, escucho otro suspiro de Bernardo desde el otro lado de la línea, pero esta vez sonaba como a migraña.
Bernardo: -Sobre ese asunto… no debes porque preocuparte, simplemente regresa por favor.
Gian: -¿Aha? Espera, espera, eso sería malo. Ese desorden, definitivamente va a sacar polémica por todos los lugares. ¡Hay personas aquí que han visto nuestras acciones!
Bernardo: -Parece ser que no es necesario que te preocupes por eso. He recibido otras órdenes por parte de Don Bondone. Y son: que dejen los cuerpos tal como están para mostrar…
Gian: -¿Mostrar…?
Bernardo: -Es para proporcionar a nuestro enemigo un espectáculo de terror y fuerza. Él quiere dejar los cuerpos como mensaje para el GD: “Esto es lo que es una guerra” es lo que dijo.
Su voz suena desde el otro lado de la línea de manera baja de tono como si pensara “¿qué sentido tiene?”. Prácticamente puedo ver la mueca de Bernardo.
Bernardo: -Parece ser que Don Bondone se hará cargo de la policía local y los residentes. Él tiene dinero después de todo. Así que por favor regresa. Lo siento.
Gian: -¿Es en serio?
Siento un estremecimiento nuevamente por mi espina dorsal dándome sacudidas. Dejar todos los cuerpos asesinados, es como si dejáramos claramente huellas…. Además, los testigos…. Igualmente dejarlos…
Bernardo: -No hay manera de que el señor Bondone dejara que su lindo y querido nieto fuera sentado en la silla eléctrica. Lo mismo va para ti, Gian…
Gian:- Pues no se puede saber con ese viejo.
Bernardo: -Yo no permitiré que eso pase.
Gian: -Ya entendí, regresare. Gracias.
Cuelgo el teléfono, dejo de esa manera el cono donde mantengo las monedas para las llamadas mirándolo como un niño. Luego camino hacia Giulio.
Gian: -Regresemos. El trabajo de hoy ha terminado .
Giulio: -Tenemos que comprobar el trabajo de los limpiadores…
Gian: -¿Los limpiadores? Me dijeron que debíamos dejar ese lugar tal y como está. Que es para mostrar.
Rascándome la cabeza, transmito las órdenes estúpidas sin sentido que escuche de Bernardo.
Giulio: -El abuelo… entiendo. Vámonos.
Caminamos hacia la calle para tomar un taxi.
Giulio: -He fallado….
Gian: -Parece que sí. El dejar huellas… supongo que tendremos que tirar estos zapatos.
Giulio: -No…. Si era para mostrar…. Entonces debí haber dejado más cuerpos destrozados. Pero el haberlos dejado así….
Gian: -……………….
Dicen que los seres humanos pueden acostumbrarse a cualquier cosa….
Creo que eso es una mentira. Creo que nunca me acostumbraré a las manías de Giulio…
Lo que nos esperaba al regresar al hotel fue….
Subordinado de Bernardo B: -Don Bondone los está esperando.
Al juzgar por el tono de su voz y los movimientos incesantes, es obvio que es una alerta roja por parte del ejecutivo Bondone; parece que él no está aquí para darnos caramelos por el buen trabajo.
Giulio: -Entendido….
A mi lado, la respiración de Giulio tiembla por un instante… y la voz que emite de su boca suena como si de repente tratara, pero no pudiera hablar.
Miro a Giulio… y luego miro al otro lado.
Nosotros dos estamos rodeados de subordinados ignorantes, evidentemente son miembros de la familia Bondone que divagan a través de la planta del salón, asustando a todos los clientes respetables.
Subimos en el elevador que está lleno hasta el borde del límite de peso.
Gian: -¿Qué significa esto? El ir directo hacia Bernardo para tirar de nosotros que somos los capitanes.
Escupo mi queja de rabia que me burbujea en el estómago, pero….
El viejo Bondone da unos pasos hacia adelante, rodeado por ambos lados por su guardia como si estuviera siendo apoyado por ellos…. Continúa caminando hacia nosotros como si no escuchara mis palabras… y entonces…
Giulio: -¡Kug! Uh….
Gian: -¡¿Qué…?! Oye, ¿Qué…?
Giulio: -¡Hiiiii! Uuh…
El viejo Bondone con su cara arrugada como una ciruela, pone una expresión rígida como una piedra mientras balancea su bastón y golpea a Giulio. Él le golpea su espinilla, el golpe es débil, pero….
Giulio: -Uh…. Uh… abuelo, perdóneme….
Giulio se balancea cayendo de rodillas. Esta clase de golpes con ese palo no sería una molestia para Giulio. Pero, Giulio…. Giulio… se desmorona.
Gian: -¡Oye, ya para!
Trato de detener al viejo que está haciendo gemir a Giulio sin ningún tic en su expresión, pero sus guardias privados se interponen en mi camino. Ellos me tocan con sus manos, en lugar de utilizar sus cuerpos para bloquearme.
La sesión de disciplina de un solo lado continúa. Y luego termina.
Giulio: -Lo siento, yo….
Gian: -¡Giulio!
Bondone: -¡Idiota! ¿Por qué no seguiste mis instrucciones? ¿Cuándo vas a aprender a llevar a cabo tu trabajo como un hombre adulto?
El viejo escupe esas palabras como si fuera un alimento congelado. Se rompe mi línea de paciencia y la sangre fluye directamente a mi cabeza, estoy a punto de maldecir a ese bastardo viejo cuando….
Giulio: -Discúlpeme….
Giulio dice eso con voz como de un niño tembloroso. No puedo hacer más que mirar sorprendido por el espectáculo de debilidad.
Giulio: -Yo…. yo… no pude cumplir su orden…
Bondone: -En el momento en que has crecido y eso es todo lo que haces. ¿Se te subió a la cabeza la arrogancia después de haberte convertido en capitán?
Giulio: -Yo…
Giulio: -Uh… ah….
Gian: -¡OYE! ¡YA PARE ANCIANO!
Al estar cerca de romperse, alzo mi voz… y los ojos del anciano me miran nuevamente como si yo fuera la suciedad en el fondo de la cuneta. Creo que no es necesario que lo llame gordo también.
Bondone: -¿Alessandro permite que hables con esa boca sucia? Debe de ser porque ese hombre es muy blando, siempre ha sido así.
Gian: -Pensé que sería la única manera de hacer que se callara. Y si que di en el clavo. Don Bondone, ¿Cuál es la causa de esta amonestación?
Cambio mi idioma al italiano, esos globos oculares flemáticos centrados en esa cara de ciruela arrugada parpadean hacia mí.
Bondone: -¿Debo de decirlo para que lo entiendas? Es por esto que los jóvenes de hoy en día….
Gian: -Claro, si no me lo dice no lo entenderé. Cumplimos bien con sus órdenes. Fuimos a ese lugar que nos indicó, y ahí estaban.
Al decir eso… ¿Qué pasó?
Siento que hay una contradicción terriblemente desagradable oculta en las palabras que acababa de decir….
Y al mismo tiempo, recuerdo la nota que casi había olvidado. La nota que había tomado del cuerpo del hombre llamado Max, y que guardé en uno de mis bolsillos traseros. Siento un mal presentimiento recorrer mi cuerpo
Bondone: -¿Y qué pasa? Yo sé que ustedes dos fueron a la fábrica. Hice que mis hombres hicieran el conteo de los cuerpos que estaban allí.
Gian: -¡Entonces…! ¡¿Qué es lo que no le gustó?!
Bondone: -¿Por qué no usaron el auto y los soldados que les preparé?
¿Se refiere acerca de eso? Creí que se refería a algo más grave ¿no? Suspiro desde el fondo de mi estómago debido al pánico que sentí.
Gian: -Nosotros no lo hicimos porque estábamos preocupados por las mismas cosas que tú.
Bondone: -¿Qué dices?
Gian: -Hay un traidor infiltrado en la organización. Aunque tenga a esos guardias bien portados, trate de subir a un auto llamativo si puede.
Gian: -¿O quiere hacer que su sucesor, Giulio, muera?
Bondone: -Fun…. Los jóvenes de hoy, parecen disfrutar particularmente de dirigir guerras con nada más que un indicio de conocimiento.
Gian: -¡Tú puedes salir en filas ordenadas con lindos soldados por las calles o algo así! Yo, sin embargo, quiero sobrevivir como un hombre de honor junto con el CR5.
Bondone: -Si es así…. Si consideras tu vida importante, entonces deberías de quedarte en tu habitación bebiendo té.
Gian: -Si el GD nos dejara salirnos con la nuestra, si me quedara encerrado en la habitación como una rata, entonces con gusto lo haría.
Los viejos ojos de Bondone brillan con una luz espesa, él me mira. Sus ojos…. hierven con una mezcla turbulenta de odio y algo así como la codicia, algo peligroso.
Bondone: -Como sea. El estar discutiendo con alguien que no conoce muchas palabras solo me cansara. A partir de mañana, deberán moverse de acuerdo a mis órdenes.
¿Desde cuando este viejo se siente como mi jefe? Quiero escupir ante esto, pero por ahora, si puedo aguantarlo como lo he hecho hasta ahora, estará todo bien.
Bondone: -Giulio…
Giulio: -S… Si…..
Bondone: -No hagas algo que pueda dañar la reputación de la familia. Recuérdalo bien, hay quienes pueden reemplazarte. Si deseas seguir en la familia, sé de utilidad para mí.
Giulio: -Abuelo…. discúlpeme….
¿Remplazarlo? ¿Remplazos de Giulio? Ante esas palabras, un mensaje de advertencia pasa a través de mi mente…. Y aunque no comprendo muy bien lo que realmente significa, me da una mala sensación.
Gian: -Hoy, todos los tipos del GD que están cortados y muertos, fue porque Giulio se encargó de todos ellos ¿sabías? ¿Y aun así lo tratas como si fuera un inútil?
Bondone:- Incluso un simple matón teniendo un arma podría hacer eso.
Gian: -Qué……
Bondone: -Giulio, solamente obedece mis órdenes. Eso es lo único que puedes hacer por mi bien.
Dejando solo esas palabras….
El anciano da su espalda hacia Giulio y a mí, arrastrando su grasa corporal de edad a lo largo de su bastón, apoyándose en sus hombres y se marcha.
Después….
Giulio: -Uh… uh…..
Gian: -¡¿Hey… oye?! Mantente firme, Giulio….
Después de ser golpeado por ese viejo, Giulio permaneció enroscado sobre él mismo como una muñeca de arcilla. Lo levanto…. Y me sobresalto por la falta de fuerza en su cuerpo.
Giulio: -Ah…. Ah…. Señor Gian….
Gian: -¿Qué te ha pasado? El que tú hayas sido dañado por esa cosa insignificante….
Giulio: -Lo siento…. Ya estoy bien…. Yo….
La voz de Giulio, así como su cara han vuelto a la misma de siempre. No…… en el interior de los ojos de Giulio hay algo turbio, como si hubiera aceite atrapado en el fondo de una sartén.
Esa sensación aceitosa….
Gian: -¡Joder! Ese viejo. Porque sea su nieto, no significa que deba tratarlo como le plazca. Además de que me trató como un matón de escoria.
Giulio: -Discúlpeme…Por haber hecho enfadar al abuelo….
No, te equivocas, no es eso. Fue cuando los hombros de Giulio están todavía temblando, tratando de mantenerse de pie….
Bernardo: -Ku…. ¡¿Gian?, ¿Giulio?!
Bernardo junto con sus guardias familiares viene corriendo hacia nosotros.
Gian: -En serio. ¿A eso es a lo que se refieren con ejército? En verdad me alegra no haber nacido en la era de las guerras.
Bernardo: -La guerra a la que se refiere el hombre anciano no es más que una ilusión. El orgullo, el honor…. En el momento en que eso entra en la conversación todo queda fuera de la cuestión.
Gian: –Pero al ejército le encantan esas palabras.
Bernardo: -Es de la misma manera en que a un niño le gustan los dulces…. Hace un momento, ¿te golpeó?
Gian: -Ah, sí. Fue a Giulio. Joder, estoy seguro que ese maldito gorila también golpearía a una hembra incluso si se disculpara antes.
Suavemente, quito mi mano que había puesto en el hombro de Giulio…. Él está de pie… supongo….
Bernardo: -Sentémonos un momento. Haré que nos traigan algo.
Bernardo nos señala el sofá junto a las ventanas y nos sentamos ahí. Con una orden pide a alguien que traiga tazas de café y una botella de whisky.
Bernardo: -Y pensar que incluso a mí me haya clavado…. Tal vez me pase un poco.
Murmura esto a sí mismo en un tono algo irritado. Bernardo en verdad debe estar algo estresado.
Bernardo: -Puedo soportar que me trate como a un mocoso. Ya que aquí estamos rodeados por ancianos. Pero, el que te haya tratado de esa manera a ti, que eres el próximo jefe…
Gian: -Bueno da igual. Pero, si el jefe estuviera aquí…. De hecho creo que el viejo Alessandro tuvo momentos difíciles….
Bernardo: -Pues si….
De repente me doy cuenta…. Miro a Giulio que se había sentado a mi lado, estando todavía como si fuera una decoración de mesa. Justo apenas acabo de hablar mal de su abuelo en frente de él….
Giulio: -………..
Pero Giulio simplemente mantiene sus ojos fijos hacia el vapor que sale flotando lentamente desde las tazas de café que se habían servido para él, que es negro y sin azúcar… ¡Ni se movió!
Bernardo: -Ya me he quejado con el consejero Cavalli. Por culpa de que la mayoría de los miembros de la junta se pusieron de lado de Don Bondone, están haciendo que su voz tenga más voto.
Gian: -Demasiados cocineros arruinan la sopa ¿no?
Bernardo bebe su taza de café sin nada agregado, poniendo una expresión como si estuviera bebiendo alcohol. ¡Sí que está estresado!
Bernardo da un suspiro compuesto de un poco de todo hacia su taza vacía.
Luchino: -Hahaha, lo están haciendo. ¿Me dejarían unirme a la fiesta de té, señoritas?
Una voz alegre viene de la dirección del elevador, expensa como el aire. Luchino camina solo hacia nosotros, dejando a sus hombres en alguna parte.
Gian: -Llegas tarde, Luchini…. ¿Está abajo el conejo con el reloj esperándote?
Luchino: -Si tuviera que decirlo, me siento más como si hubiera visto a Humpty.
¿Se refiere al viejo Bondone? Luchino se sienta en el sofá. Él vierte whisky en el vaso hasta la mitad, tomándola con su gran mano.
Luchino: -Estaba estacionado enfrente al hotel, un Lincoln lujoso, ilegal, interfiriendo el tráfico.
Bernardo: -Hace un momento estaba aquí. Justamente aquí, estaban discutiendo con Bondone. No sé porque se queja si cumplieron sus órdenes como es debido.
Luchino: -Ya veo…Siento venir a interrumpirlos en este mal momento…. Pero hoy solamente traigo malas noticias.
Bernardo: -Fuu… ¿las buenas noticias solo ocurrirán en los sueños?
Luchino: -Recibí una llamada de mi tienda. Parece que ha habido movimientos en la financiación. Algunos de los directores me han notificado que debería mantener el dinero lejos y no registrarlo en los libros por un tiempo.
Hay un “click” en Bernardo y aprieta el borde de su taza con sus dientes, y respira con un gemido irritado.
Bernardo: -¡Estamos en media guerra! ¿Creen que no pagamos por el armamento y que no les damos salario a los soldados? Mierda. Supongo que no me podrá prestar dinero ahora, ¿verdad Luchino?
Luchino: -Dice la junta que, si es absolutamente necesario, primero deberá revisar los gastos.
Bernardo pasa sus dedos a través de su largo cabello, rascándose la cabeza.
Bernardo: -¿Esos tipos tendrán algún resentimiento hacia mi estómago y mi cabello?
Gian: -Tal vez tú estómago y cabello mataron a sus familias y violaron a sus hermanitas….
Luchino: -Bueno, entonces no podremos hacer nada ante eso. En cuanto al dinero, tengo reservado unos 100,000…. ¿Si te lo doy, como por cuantos días te duraría?
Bernardo: -Dependiendo de la situación… yo diría que como dos semanas. No, si incluyo las cosas que debemos llevarle al alcalde, entonces… como una semana.
Gian: -Whoa…. La guerra… sí que cuesta dinero, incluso si es una guerra entre mafiosos.
Bernardo:- Esto no se puede comparar con la guerra que hay entre los países.
Con una sonrisa amarga, Bernardo toma la taza que había estado tomando de café para luego servirse whisky. Bebiendo hasta el fondo
Bernardo: -Lo siento, Luchino. Te regresaré el dinero con intereses.
Luchino: -Esperare con paciencia. Si perdemos la guerra, no habrá intereses ni nada.
Mientras Luchino sonríe, nos envía un guiño, pero… la nube oscura se cierne alrededor de la mesa redonda y se mantiene persistente. Estaba listo para el baño de lluvia cuando….
Giulio: -Lo siento…. Por no haberlo hecho bien…. El abuelo, les ha causado problemas….
Gian: -Ehhhmm….
Al principio todos nos quedamos callados, preguntándonos a qué se refería Giulio.
Gian: -Ya te dije que no es culpa tuya, Giulio.
De alguna manera me lo digo a mí mismo…. Más que tratar de consolar a Giulio, trato de decir algo que no le cause más daño.
Bernardo: -Para ser honesto, las cosas iban bien cuando el jefe estaba aquí, así que… oh espera, Gian. Esto no es algo por lo que debas deprimirte.
Gian: -Ahh!… Quiero ser alguien grande. Ser un hombre increíble para hacer las cosas más fáciles a todos.
Bernardo: -Lo serás.
Luchino: -A mí me gusta más cuando hay mucho trabajo.
Gian: -Ustedes malditos. Dejen de decir cosas difíciles.
Giulio: -Yo, seguiré al señor Gian…
Justo cuando Giulio habló….
Escucho el sonido del elevador y de pasos acercándose… son pisadas fuertes que incluso la alfombra podría ahogarse. Es la forma de caminar de un idiota que quiere volcar su rabia en alguna parte.
Iván: -¡!AHHHHHH! ¡¡¡JODER, JODER, JODER!! ¡MIERDA! ¡TODOS ESOS MALDITOS PANDILLEROS! ¡DEBERÍAN MORIR! ¡MÁS BIEN LOS MATARÉ A GOLPES!
Y de repente él aparece; ni siquiera saludó como de costumbre. El idiota se deja caer en uno de los asientos vacíos y se sirve whisky en un vaso…
Iván: -No los dejaré vivos…
Vacío el vaso en un solo soplo y finalmente después de eso….
Iván: -Haaaaaa… ¿Por qué todos los capitanes están reunidos?
Bernardo: -Supongo que se ha convertido en una reunión de emergencia. Parece que te pasó algo, Iván.
Iván: -¡Nada de que me pase algo ni nada! ¡Esos malditos bastardos del GD… esos tipos….!
Iván vuelve a servirse más whisky en su vaso, llenándolo hasta el borde. Lo agarra con fuerza y lo aprieta tanto que casi le deja grietas.
Parece que también a Iván le pasaron varias cosas hoy.
Justo cuando apenas terminamos el intento de ataque, además…. Tener que encargarse de su territorio, de las prostitutas del barrio rojo, al mantener esas áreas limpias de las bandas y no poder hacer cualquier negocio…
Iván se queja como si estuviera en un programa de radio que habla sobre él, dejando volar sus emociones.
Por último, la reunión continuó escuchando las quejas de Iván, al terminar regresamos a nuestras habitaciones.
Y lo primero que hago es ir directamente al baño. Giro la perilla del agua caliente y el agua llena la bañera.
Y luego, obligo a Giulio a meterse al baño. Mientras la bañera se llena, busco algo de ropa limpia.
Y pensar que yo, ¡el que odia más tomar un baño de todos del CR5!, termine por tomar un baño casi todos los días…
Gian: -Pero hoy sí que necesito uno….
Doy un suspiro al enterrar mi nariz sobre mi ropa.
Recuerdo todo lo que sucedió, y yo estaba allí, de pie en medio de todo.
Pero… no hay olor a sangre en mi ropa. Tal vez mi nariz solo esté insensibilizada o algo así….
Pero, si no tomo un baño por causa de mi estado de ánimo, sentiré como un desagradable líquido estuviera empapando mi cuerpo por todas partes, y me impedirá conciliar el sueño.
Giulio: -Ya terminé…
Giulio sale del baño envuelto en vapor y calor. Su cuerpo, todavía húmedo, está cubierto solamente con una toalla de baño suave y esponjosa.
Gian:- Oh, sí. Entonces…. perdón, pero, podrías pedir algo para cenar.
Giulio: -Si, ¿hay algo que quiera?
Gian: -Te lo dejo a ti.
Me desnudo y tiro la ropa en el baño lleno de calor y humedad, envolviéndome con una ducha suficientemente caliente como para picar…
Trato de lavar esos recuerdos negros y rojos de mi mente pero….
Es imposible. Mierda, el pesar que fuera un hombre tan débil. Todos los cuerpos de nuestros enemigos, la sangre, el que debería ser una gran vista, pero….
El ver a Giulio allí de pie. Incluso ahora, me hace temblar.
¿Lo mismo pasará mañana de nuevo?
Puede que mi cordura termine por romperse….
Al fin me calmo. Después de haber tomado un baño tibio, o más bien, hasta que me cansé, y por fin, el ruido de mi cabeza se calmó.
En algún momento, la mesa de la habitación está llena de comida que trajo el servicio de habitaciones, rodeando a Giulio. Estuvimos comiendo por un momento sin hablar.
Hay algo que quiero preguntarle a Giulio, pero… de seguro será un tema que podría molestarlo, e incluso a mí, haciendo que nuestro apetito se vaya.
Pongo los utensilios a un lado después de haber terminado de comer y bebo suavemente mi café.
Gian: -Oye, Giulio. Tú…. ¿Siempre has tenido esa clase de relación con tu abuelo?
Giulio: -………………..
Gian: -Hoy te estuve viendo…. Y como supuse, eres increíble, Giulio….
Gian: -Y aun así… ese abuelo, ¿Qué es lo que le disgusta de ti, Giulio?
Giulio: -Aunque sea bueno para matar a las personas, no debería ser así. No es algo que un hombre de la familia Bondone debería ser.
Gian: -………………….
Que mal, he entrado en un tema de indiferencia. Además…. No se trata solo de este indiferente Giulio… Aquel viejo Bondone, ¿Es tan indiferente?
Giulio: -Pero, eso es lo único que yo puedo hacer….
Gian: -Ohh….
¡¿Desde qué momento…?! En la mano de Giulio, se encuentra balanceándose un cuchillo. Mejor dicho, ¿desde dónde salió?
Giulio sola tiene puesto una toalla…un pensamiento sorprendentemente estúpido atraviesa mi mente, y obvio que no debe de tratarse de eso, pero….
¿El cuchillo salió de su cuerpo como el sudor?
Gian: -Haha. Dices que solo puedes hacer eso…. Nosotros somos de la mafia ¿no es así?
Giulio: -Si…
Sé que Giulio es de sangre italiana al 100%, por lo cual utilizo la palabra mafia, en vez de cosa nostra.
Gian: -Basta con que seas bueno en matar, eso está bien. Mañana con seguridad, cumpliremos con nuestro trabajo.
Giulio: -Muchas gracias.
Gian: -¿De qué?
Giulio: -Porque el señor Gian… me ha reconocido….
¿Reconocer? Si hay alguien a parte de mí que ha visto “eso” y todavía dice que es un inútil, entonces me gustaría ver a los ojos a esa persona. Cualquiera que sea menos a ese viejo.
Gian: -No tenemos opción más que ir a hacerlo….
Giulio: -Ah… si….
Giulio asiente con la cabeza, como si hubiera aceptado todo lo que le dije sin ningún pensamiento profundo.
Suspire…. Y dejo a un lado mi taza de café, dirigiendo mi mirada hacia el techo.
Giulio… ¿le tendrá miedo a ese viejo?
A decir verdad, hay un montón de niños por ahí que han sido golpeados por sus familiares y han resultado ser bastante raros por causa de eso, y he visto a muchos de ellos.
Pero…. referente a Giulio… siento que es algo diferente. Definitivamente Giulio le tiene miedo a ese viejo… pero a la vez siento que eso no es todo.
Mañana, me pregunto qué clase de locuras hará…. O bien, ¿será solamente una sencilla masacre? O….
Gian: -Fuuuuu…. Por alguna razón, como que no tengo ganas de beber alcohol.
Giulio: -¿Quiere que encargue algo dulce para usted?
Gian: -Hnm… El comer dulce a diario, no es muy bueno….
Giulio dando un suspiro se levanta de su asiento. Con solo ese movimiento hizo que me sorprendiera. Después, continúa como si estuviera avergonzado o molesto.
Giulio camina hacia su ropa que dejó colgada en uno de los muebles, deslizándose como el viento, y regresa directamente. Entonces… deja algo sobre la mesa.
Giulio: -¿Quiere?
Gian: -¿Ha?.. ¿Qué es esto?
Lo que dejo encima de la mesa es un paquete de medicamento en polvo…. Los hombres viejos suelen tragar eso cuando tienen indigestión.
No, después de un instante me doy cuenta. Son drogas. Aunque no puedo decir para que son.
Gian: -Tú…. ¿Sueles usar drogas?
Giulio: -Ah, no… pues… no mucho…
Lo usa. Pero, el rostro de Giulio nunca ha lucido como ido. Parece que su lado peligroso no es culpa de las drogas.
Giulio: -Pensé que ayudarían a cambiar el ambiente.
Gian: -Lo dices como si fuera fácil….
Nunca imaginé que después de hablar de dulces terminara por invitarme a droga. ¿Qué debería de hacer con esto…?
OPCIONES:
- Tomar uno
- No, absolutamente no
Elegir la segunda opción
Gian: -No, espera, espera, espera. Las drogas son malas. ¡Absolutamente me niego!
Considero su oferta por una milésima de segundo para después agitar mis manos a toda prisa para negarme. Giulio agacha su cabeza en ese momento, decepcionado, siento como si fuera a llorar con solo verlo.
Giulio: -Después lo tiraré en el inodoro
Gian: -Ah, no. Puedes mantenerlas. Después de todo somos mafiosos. Solamente me niego a usarlas.
Giulio: -Si el señor Gian se niega entonces…. Yo tampoco las usaré.
Gian: -Claro, será mejor de esa manera. El ver a ese fuerte Giulio, moviéndose todo ido, no me gustaría verlo.
Giulio: -Discúlpeme….
Al pensar “¿Por qué se disculpa?”…. Me doy cuenta, de que puede que Giulio lo haya hecho cuando está solo.
Pero no hay rastro en su aspecto de que lo haya hecho. Su lado peligroso debe de ser por otra razón….
Gian: -Por cierto. ¿De dónde sacaste esa droga? ¿La obtuviste por parte de Luchino?
Giulio: -No, es nuestra.
Gian: -¿Nuestra? Ahh, te refieres a la familia Bondone.
Giulio: -Si. El jefe del Salto nos prohibió hacer negocios con las drogas, pero…es imposible prohibirlo por completo. Solo una parte de los capitanes y directores están autorizados para manejar eso.
A decir verdad, al jefe probablemente le hubiera encantado erradicar completamente la droga, pero sinceramente… es imposible. Definitivamente imposible. De hecho, hacer que todos la erradiquen sería imposible.
Si nos descuidamos y reprimimos mucho a los chicos, ellos terminarían muertos por tanta droga, y las personas sacarían su astucia para tratar de traficar con ellas y venderlas…es decir, terminaríamos peleando entre nosotros y con los del GD
Gian: -Luchino, eh!. Él es muy estricto a lo que se refiere con su negocio. Oh… entonces quien te lo da es ese viejo Bondone ¿verdad?
Giulio: -Si. Las rutas de distribución de Luchino son: el sudeste de Asia, India y Tailandia dándolas en pequeñas dosis. La familia Bondone los importa directamente desde Colombia.
Gian: -¿Eh? ¿Y las inspecciones?
Giulio: -La familia Bondone participa en la Alianza de las frutas en América del sur. Podemos importar las drogas junto con la piña y los plátanos. Hay muchas maneras legales de hacerlo.
Gian: -¡Como que siento que he escuchado algo muuuuy malo!
Ya veo…. Creo que ahora puedo entender una de las razones por la cual el viejo Bondone tiene tanto a su favor.
La importación en América del sur funciona a través de una corporación de plantación de frutas donde básicamente las grandes empresas mantienen aliados de arriba. Eso es lo que es la Alianza de fruta.
Es en este negocio donde todos los ricos y senadores se unen… y la familia Bondone también está dentro de ella. No solo se meten con el dinero, si no también traen las drogas.
Si la droga se vende a la intemperie… surgirá mucho dinero, tanto para poder hacer que Bernardo se jale más su cabello por la preocupación de las finanzas del CR5.
Tal vez eso es lo que el viejo Bondone quiere. Si es así, nosotros, los cinco capitanes que somos los que tienen la confianza del jefe del Salto, seríamos nada más que un obstáculo en el camino.
El viejo Alessandro ha estado manteniendo un control estricto sobre ese oficio, en especial en el manejo de drogas. Y nosotros, los cinco capitanes seguimos su voluntad.
Si no estuviéramos aquí, lo más probable es que el negocio de las drogas crecería aún más alto debido a ese viejo, que trataría de abocar su zona en Chicago para así extender su fuerza y tratar de arrancarnos el poder. Creo que esa razón sería más que suficiente para querer hacernos desaparecer.
Gian: -¿Nm? ¿Eh….?
Algo dentro de mi mente se iluminó. Hay algo que me preocupa de esto…. Algo está mal…. De alguna manera hay algo que no encaja.
Entonces, ¿Por qué Giulio es un capitán?
El que convirtió a Giulio en capitán fue….
Es cierto. Fue el viejo Alessandro.
Gian: -Ya veo… ese viejo. Es como si le hubiéramos quitado a Giulio.
Giulio: -¿Señor Gian…?
Gian: -No, no es nada.
Es una teoría mía o más bien, si pienso en la indiferencia en que lo trata, entonces sería un bingo. El viejo Alessandro, convirtió a Giulio en un capitán para mantener en control a Don Bondone.
Y al mismo tiempo, lo hizo para proteger a Giulio. Siempre y cuando Giulio sea un capitán del CR5, no habría manera que lo dejara participar en el negocio de las drogas.
Lo que en verdad quería hacer ese viejo Bondone era utilizar a Giulio por su propia habilidad en vez de su posición como capitán. Pero… él no pudo hacerlo.
No importa la cantidad de dinero o el poder político que tenga, en la familia del CR5, las órdenes del jefe Alessandro son absolutas. No hay duda que por eso por lo que ese viejo odia tanto al jefe.
Gian: -Tsk…. Ese viejo, en verdad que sabe cómo hacer las cosas, es increíble.
Ese viejo, ¿hasta dónde ha pensado las cosas?
Y aun así, ¿por qué tiene que faltar en este momento?
Giulio: -Yo…. Si yo fuera el líder de la familia Bondone, sería capaz de eliminar el tráfico de drogas…. Lo siento.
Sí que lo dijo. No será que me dice eso solo porque a mí no me gustan las drogas. Y que solo por esa razón, él tiraría un negocio que vale unos 100 millones ¿verdad?
Gian: -Ha, haha… Bueno, volvamos a pensar en esto de aquí a unos diez años. Para ese entonces, Giulio será el líder ¿no es así?
Giulio: -Me pregunto…. ¿si podré serlo?
Gian: -No pongas esa cara. Si tuviera que decir algo, sería que es más intrigante el que yo pueda convertirme en el próximo jefe.
Gian: -Qué mal. Creo que me he golpeado tan fuerte a mí mismo que ya quiero hasta llorar.
Giulio: -Estará bien… Yo siempre estaré a su lado.
Whoa. Este bastardo, lanzando esa sonrisa brillante que es lo suficientemente brillante para hacer que una chica caiga muerta a sus pies en un instante, diciendo algo tan embarazoso como si nada….
Y además se lo dice a un tipo como yo. Por dios….
Gian: -Entonces…. Vamos a hacer una celebración anticipada. Giulio, ¿qué prefieres? ¿Helados o dulces?
Giulio: -Ehm…. Lo que prefiera el señor Gian.
Gian: -Eso significa que serán ambos.
En fin…
Esa noche, llamamos al servicio de habitación para que nos trajeran una montaña de cosas dulces, y nosotros dos, tuvimos nuestra fiesta. Disfrutamos del mejor dulce, mientras tuvimos una agradable charla.
Si viviera siempre así, antes de que termine haciéndome gordo, puede que termine muriendo de una enfermedad. Pero no me importa.
Por decir algo, sería que tengo un presentimiento…
Esto es lo mismo de siempre. Todos los días de mi vida, los he vivido como si estuviera en un escenario. Sabiendo que hay un límite de tiempo con esta persona rara que está conmigo.
No lo presiento en mi mente, sino que lo siento en mi estomago.
Y siento que este presentimiento está en lo correcto.
Es por eso que yo…
Subordinado del GD 1: -¡Mierda! ¡¿Qué es esto?!
Subordinado del GD 2: -¡¿Uwa….?! Todos…. Todos están muertos….
Subordinado del GD3: -¡Joder! ¡¡Mataron a todos!! ¡Malditos macarrones!
En la oscuridad de la noche, varias sombras de hombres musculosos se mueven.
De vez en cuando, una linterna parpadea e ilumina el suelo. Los pies de los hombres cavan profundas huellas en el fango formado de la suciedad y la sangre que aún no se había secado.
Subordinado del GD 1: -Jefe, también han matado a Max.
Subordinado del GD 2: -Pero, ¿qué es esto? Debe de ser una broma….
Subordinado del GD 3:- ¿Pero, que carajos?
Subordinado del GD 2: -No fue con una pistola…. Ni fue con una ametralladora o una escopeta… ¡Todos ellos fueron asesinados por un cuchillo!!
Subordinado del GD 1: -¡No puede ser! ¡Eso es imposible, no hay manera!
Los hombres tropiezan, casi haciendo que sus armas y linternas caigan. El olor de la podredumbre, el barro con sangre, el hedor a muerte, y la muerte inundando el espacio.
Cuando los hombres estaban por huir del lugar….
Bakshi: -¿Por qué están temblando, basuras?
Enfrente de esos hombres, una sombra grande se para enfrente de ellos.
Subordinado del GD 1: -¡¡Jefe!! ¡Mire todo esto! Joder, ¡Mierda!
Bakshi: -Ah… ahhh. Masacraron a todos, hasta trataron con mucho cuidado el trasero de Max. Qué los jóvenes deberían hacerse un lado, ni que nada.
Subordinado del GD 2: -¡Esos malditos bastardos italianos! Pero, ¿Por qué esos bastardos fueron tras Max cuando él apenas había llegado a la ciudad?
Subordinado del GD 3: -Y, sobre todo, ¡El que mataran a todos! ¿Qué significa esto? ¡Joder, malditos!
Bakshi: -¿No es obvio? Por ver estas heridas se puede deducir que quien lo hizo es un maldito bastardo italiano que se moja por hacer este tipo de cosas. Y entonces, le da placer el tratarlos a ustedes como sus esclavos.
Subordinado del GD 1: Decir que se moja…. ¡¿No será que…?!

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