Iván (Daivan) #08 – (+18)

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No hay ni una lámpara de calle o incluso luz de la claridad a la vista. El único signo de civilización son los faros brillantes y el sonido del motor del auto. Entonces al darse cuenta de eso, Iván al fin, paró el auto. 

 

Aparcamos en la esquina de alguna carretera oscura. Hay un silencio pesado. De vez en cuando el motor hace un sonido de cuando se enfría. 

 

Gian: -………

 

Iván: -…….. 

 

La luz comienza a brillar más allá del vidrio roto de la ventana. ¿Será la luz de la luna? ¿Luz de las estrellas? Quien sabe…. 

 

En nuestro camino, nos despertó el dueño de una gasolinera que estaba abierta y tenía que llenar el tanque. Mientras tanto, compramos un poco de cola y agua de soda. No había teléfono ahí. 

 

El encargado de la tienda estaba un poco asustado, pero…. cuando fui a ver el auto vi al hombre que lo atendía en estado de shock, debido a los agujeros de las ventanas y vidrio roto, crítico a lo lejos. 

 

No es algo para que evite que siga moviéndose. Si hubieran logrado darnos todo hubiera terminado. Como saben, en verdad soy el perro de la suerte. 

 

Gian: -Debemos regresar al hotel. 

 

Iván: -Ya lo sé. 

 

Gian: -Me pregunto si el bastardo de Honus y sus lacayos nos estarán esperando…

 

Iván: -Se puso demasiado salvaje allí. Los chicos del CR5 probablemente han controlado la situación ahora mismo. El gordo no es tan estúpido como para seguir persiguiéndonos. 

 

Gian: -Entonces… deberíamos de volver. 

 

Iván: -……… 

 

Enciendo la lámpara eléctrica del salpicadero y entrecierro mis ojos. La luz brillante se borra al instante, lo que sea que fuera la luz, ya sea si era luz de luna o estrellas, desaparece. 

 

Saco el tapón de la cola y se la ofrezco a Iván. Este perezosamente, la toma. 

 

Gian: –Oye… la sangre… ¿estás bien? 

 

Iván: -¿Hm? Sí.… no me duele ni nada. 

 

Tomo el tapón de la soda y la lleno un poco para salpicar encima de un paño limpio. Me pregunto si esta soda contiene un poco de ácido carbónico que pueda servir como desinfectante.

 

Iván: -O..oye… ¿Qué haces?

 

Gian: -No te muevas, o caerá en la ropa. 

 

Limpio la cara de Iván con un trozo de tela mojada. Por alguna razón, limpiar su cara de mal humor es algo divertido. 

 

Iván: -Tsk… ya está bien. 

 

Cuando llegue al rasguño minúsculo escondido en el cabello de Iván, la cara de Iván se arruga y me toma de la mano apretándomela… que problemático. 

 

Gian: –¿Qué pasa?

 

Iván: -No, no es nada…. Tú… ¿no estás herido en alguna parte?

 

Gian: -Ahh, solamente mi cabeza sigue doliéndome, pero eso es todo. 

 

Iván sonríe y suelta mi mano. 

 

Gian: -El apostar por mí valió la pena ¿no? Aunque todavía no hemos terminado el desafío, ni nada de eso. 

 

Iván: -Nosotros…

 

Iván gira hacia el techo del Mercedes… Se queda mirando por un tiempo como si hubiera algo en el techo que fuera muy importante.

 

Iván: -Somos amigos ¿verdad?

 

Gian: –Claro. Pero ya no lo repitas, que se siente raro. 

 

Iván: -Nosotros, lo somos de verdad…

 

Gian: -Nosotros seremos amigos de corazón por la eternidad. Mientras el sol y la luna existan, permaneceremos fieles el uno al otro, lo juro.

 

Un segundo más tarde…

 

Iván: -¡Tú tonto! ¡Deja de decir bromas cuando estoy hablando seriamente! Pero en serio, ya deja de decir esas cosas que me darán ganas de llorar. 

 

Gian: -Lo siento.

 

Un ceño aparece en la cara de Iván mientras mira fijamente al techo de nuevo. Él se mantiene tranquilo, tranquilo, muy tranquilo… el tiempo suficiente para que yo comience a sentirme ansioso, entonces me habla en voz baja.

 

Iván: –Hey, nosotros… ¿Por qué no lo intentamos solo nosotros dos?

 

Me toma por sorpresa, a pesar de esas pocas palabras.

 

Gian: –¿Qué… acerca de qué? 

 

Iván: -No quiero quedar atrapado bajo una montaña de basura como lo está Honus. Pero, yo soy estadounidense. No podré subir más alto en la mafia.  

 

Gian: -Eso es….

 

Estoy a punto de decir algo más cuando mis labios se detienen. Soy el próximo jefe del CR5, lo que significa que estoy en un camino superior al de Iván…

 

Iván: -¿Por qué nosotros dos… no intentamos hacer un nuevo grupo? No un grupo de mierda como esos bastardos del GD…

 

Iván: -Sino un grupo donde podamos dirigir nuestros propios territorios. Y sin importar que seas estadounidense o italiano, no habrá ninguna jerarquía o estúpidas líneas de sangre. Podríamos hacer uno de esos nuevos grupos combinados como….

 

Gian: -No puedo. 

 

Las palabras salen volando de mi boca antes de siquiera pensar en ello. Interrumpo a Iván que se quedó cortado en seco… sus ojos muestran de inmediato, irritación 

 

Iván: -¡¿Por qué no?! Bueno, puede que llegues a ser el próximo jefe… ¡Pero! Yo y mis subordinados…

 

Esto es malo. Algo en mi interior se siente cálido… casi me dan ganas de llorar. 

 

Gian: -¡Imbécil! Si tu no estas, entonces no me daría ganas de ser el nuevo jefe. 

 

Gian: –Después de todo… ¿planeas dejarme solo? 

 

Iván: –¡Eso…! No es eso…. es por eso, que te digo que nosotros dos….

 

Gian: –¡Es por eso que eres un idiota! ¿Qué pasará con el jefe Alessandro, el abuelo, además de Luchino y Bernardo…? ¿Planeas dejarlos? 

 

Gian: -Tu ideal de compañerismo… ¿Son tan baratos los amigos para ti que puedes dejarlos así como así? 

 

Iván: -Ellos… son… mis compañeros….

 

Gian: -Si no fueran tus compañeros, entonces nosotros ya hubiéramos sido eliminados por los limpiadores ¿no? 

 

Gian: -Además, si alguno de ustedes hubiera faltado, entonces no hubiéramos sido capaces de habernos escapado de la cárcel. ¡Eso es todo lo que mi suerte puede llegar! 

 

Gian: S-i crees que mi suerte es como una clase de amuleto, entonces te llevarás una sorpresa. La sección de adivinación del periódico es más acertante. 

 

Iván: -¡Id… idiota! ¡No es eso! Ahh, ¡joder! ¡Me rindo! Y justo cuando yo….

 

Iván, estando enojado por esto, simplemente se da la vuelta en el asiento del conductor, alejándose de mí y se queda en silencio… Doy un suspiro… Este idiota es tan….

 

Una nueva organización con este tipo en este mundo… 

 

El decirle que no, es como si le hubiera dicho una mentira. Pero no puedo traicionarlos, por lo cual….

 

Gian: –Joder…

 

Como lo supuse, la idiotez es contagiosa. No puedo buscar palabras para lanzárselas a Iván…

 

En lugar de pensar, solamente me muevo en mi asiento. 

 

Gian: -Oye, Iván, déjame ver tu mano. 

 

Iván: – ¿Hmm?

 

Mirando todavía hacia el frente, Iván solo voltea un poco su cabeza… A juzgar por su expresión, él todavía sigue enojado… No, él está haciendo muecas.

 

Gian: –Esta mano…

 

Iván: –¿Qué pasa? No me he lastimado ni nada de eso… ¿Whooo? 

 

¡Eso estuvo cerca! Apenas logré sacar mi ataque furtivo. Si se hubiera dado cuenta, me hubiera golpeado en la cara por reflejo.

 

Le doy un tirón a la mano de Iván, mientras que todavía está de espaldas a mí, lo llevo fuera del balance… Al ver mi oportunidad, lo empujó hacia abajo y me subo en él.

 

Iván: –¡Qu…que! ¡Whaa, bastardo! ¿Qué haces? 

 

Tomo las manos de Iván, y las pongo detrás de él para atarlas con el trapo que todavía estaba mojado por la soda, usándolo como cuerda 

 

Iván: -¿Q-Que planeas hacer? 

 

No me sorprende que Iván esté en guardia.

 

Gian: –No es nada. Solo que estaba pensando en darle una meada a tu cara.

 

Iván: –¡¿Haa?! Bastardo, si llegas a hacer eso….

 

No para de gimotear. Comienzo a tararear una melodía, ignorando por completo sus quejas, comienzo a quitarle la ropa a Iván, capa por capa. 

 

Iván: -¡¿O…oye?! Tú ¿Qué estás haciendo?

 

Gian: -Bueno, la otra vez, tú trataste muy bien mis pezones ¿no es así? 

 

Iván: -¿Ahaa?

 

Gian: -Yo también quiero darles un trato especial a los tuyos. ¿Estás feliz?

 

Iván: -¿Ahaa? Tú, ¿En qué estás pensando…? 

 

Antes de que Iván pueda terminar de hablar, paso mi lengua por los pezones del pecho de Iván que está enfrente de mí. 

 

Iván: –¡Tsuk…! ¡Hey…oye! Tú…..

 

Después de estar moviendo mi lengua sobre ellos un par de veces, les doy un mordisco. 

 

Gian: -Apestan a sudor.

 

Iván: –Entonces, no los lamas. 

 

Gian: -Bueno, no pasa nada. Está bien, aguantaré el sudor, aunque apesta. 

 

Iván: –Bastardo….

 

Mientras escuchaba las quejas de Iván, me quito mi cinturón y empujo hacia abajo mis pantalones y mi ropa interior. 

 

Iván: -¿Por qué te estás desnudando? 

 

Gian: -No quiero que mis pantalones y mi cinturón queden manchados, además de que mi ropa interior podría quedar apestando. 

 

Iván: -¿Haaaa?

 

Escupo un lote de saliva en mi palma y la extiendo uniformemente con mis dedos. Iván probablemente ya se dio cuenta de lo que va a pasar ya que comienza a agitarse desesperadamente tratando de liberarse. 

 

Gian: -¿Eh? ¿Acaso has sentido alguna clase de alarma? 

 

Iván: –¡No bromees! ¡Ya deja de actuar así mientras estoy amarrado aquí! 

 

Como lo supuse, tiene realmente una fuerza estúpida. Debido a las luchas desesperadas de Iván, el trapo que usé para amarrarlo casi se desata. Molesto, le meto la ropa en su boca para callarlo. 

 

Iván: –¡Mugg! ¡mugg,muggg!

 

Gian: -Muy bien…

 

Estando a horcajadas sentado en los muslos de Iván, prosigo a dejar caer mi peso sobre él. 

 

Casualmente, agarro el pene de Iván que ya está erecto.

 

Gian: –¿Hm? Ya estás duro.

 

Iván: –¡Muggg! ¡ugggg!

 

Gian: -Hmmm, tengo una idea de lo que estás tratando de decir. Haré que saques una agradable voz…

 

Iván gira su cara ante mis palabras.

 

Iván: -¡Fuugg! ¡uggggg! ¡uggggggggggggg!

 

Gian: -¿Hm? ¿Estás feliz? Ya entiendo, ya lo entiendo. Solo espera un poco, wan, wan. 

 

Iván: -¡Muggggggggg! ¡guggggggggggg!

 

Ohh, ohhh, está tan enojado que está sacando lágrimas. 

 

Esto es muy divertido. Más bien, me estoy emocionando. 

 

Ignoro a Iván y froto un rastro de saliva con mi mano que había empapado antes para dirigirme a mi ano. 

 

Iván: –¿Hmmmm?

 

Iván pone una expresión de sorpresa cuando ve lo que estoy haciendo y él ladea su cabeza.

 

Gian: –Te quitaré eso. 

 

Saco la ropa que le había metido a Iván en su boca, Iván abre su boca a punto de decir algo, hago que la cierre. 

 

Gian: –Nhmmm… mgnnnn mmmm.

 

Iván: –¡Unnnnnn! Mmmm ammmm fummmm Gian, ¿Tú?….

 

Gian: -Te joderé de la manera que más me gusta. Hasta el fondo. 

 

Tomo la cosa de Iván para apuntarla en mi trasero mientras él sigue sin hablar debido a mis palabras, y me trago la cabeza de su pene deslizándome en ella.

 

Iván: -Ttsmm! Haaaa….

 

 

Había planeado prepararme más a mí mismo, pero creo que no fue suficiente. 

 

Gian: -Duele…. Duele….

 

Joder, todavía me duele… Pensé que ya me había acostumbrado a esto.

 

Iván: -Tú……

 

Gian: -Aun a mi propio ritmo, me sigue doliendo… Me alegro que tu cosa no sea colosal 

 

Al decir esto, empujo el pene de Iván aún más dentro de mí. Aún voy poco a poco, pero aun así, entra con bastante facilidad, pero el hecho de que me duele no cambia. 

 

Iván: -Aaahhaaaa…

 

Lamo suavemente, de arriba abajo, el cuello de Iván, recorriéndolo por completo con mi lengua… Olí el aroma de Iván,… 

 

Gian: -Uuwooo, que mal…. Me estoy mareando. 

 

Iván: -Fuuu…, Tú…

 

Puedo sentir cómo el pene de Iván se ha hinchado en mi interior. Al darle un apretón, siento como arde.

 

Poco a poco, me muevo de arriba hacia abajo, y cuando Iván comienza a moverse siento como la cosa de Iván me penetra aún más dentro, con fuerza. 

 

Gian: –¿Se siente bien?

 

Iván: –Es… obvio que se siente bien…

 

Gian: –¿Ah?  ¿Qué? Dilo más fuerte…

 

No pude oírlo muy bien, así que giré alrededor un poco, sintiendo a Iván dentro de mí. Me deslizo a lo largo, con suavidad, apretándolo todo el tiempo. 

 

Iván: -¡Aahhhh! Ahhhh…. Es… obvio que se siente bien.

 

Una sonrisa de satisfacción se abre paso en mi cara. Cuando levanto mi cadera de nuevo me doy cuenta de algo…

 

Hay un punto dulce en mi interior. ¡Bam! Me dejo caer. Puedo sentir un escalofrío pasar por mi columna. 

 

Gian: -Ahh, ahhhhhhhhh.

 

Iván: -Poniendo una expresión…. Tan indecente…

 

Gian: –Tú también…. Has estado goteando todo el tiempo. Crees que no me había dado cuenta…. Hnmmm.

 

 

Callo la boca ruidosa de Iván con mis labios, y a la vez que él me golpea en ese punto una u otra vez, puedo sentir las oleadas de placer recorrerme. 

 

Gian: –¡Ahhhhhh! Aquí…… ahhhh.

 

Cada vez que me empujo sobre él, mi cuerpo comienza a temblar dando espasmos en mis movimientos torpes, que van creciendo.

 

Iván: –¿Se siente bien ahí? 

 

Antes de que pueda responder, Iván me embiste fuertemente 

 

Gian: -¡Hyaaaa! ¡fuaaaaaa!

 

El embiste en ese punto en especial y siento como me doblo hacia atrás. Se siente tan extraño. ¿Qué es esto? Mierda…. 

 

Iván vuelve a entrar en mi agujero y comienza a embestirme golpeando ese lugar una y otra vez.

 

Gian: -Ahh, yaahhhh…

 

Iván: -Ehee, ¿con que ahí es tu punto especial? 

 

Molesto, tomo los pezones de Iván para darles un fuerte tirón. 

 

Iván: -¡Agggg!

 

Gian: -Tú, eres el que debe permanecer sentado hoy y dejar que te joda. 

 

Iván: -¡Ca….cállate! Poniendo una expresión tan erótica… no tienes derecho de decir eso…. 

 

Le doy vueltas y vueltas en los pezones de Iván como él me lo había hecho antes. El cuerpo de Iván se tensa y puedo sentir como se hincha aún más en mí. 

 

Iván: -¡Oohhh! ¡Ya deja de tocarme ahí! 

 

Gian: -¿Ehh? ¿Puedes sentirlo en tus pezones, ehh?

 

Iván: -¡Si serás…! 

 

Sigo picoteando sus pezones mientras comienzo a moverme de nuevo. 

 

Gian: -Ahnmm…. Ahhh…. Mmmm…

 

Iván: -Ahaa …. kummm… Es…espera, me moveré también. 

 

Ante mis movimientos, Iván empieza a mover su cadera también. 

 

Gian: -¡Aahhhhhhhhhhh!  ¡haaaa! ¡haaaaaaaaaaaa!

 

Nunca esperé que fuera tan difícil moverse estando arriba. La sensación de lentitud se transforma en éxtasis en cada empuje que Iván da. 

 

Iván: -Ahh, desata… mis manos. 

 

Gian: –No….

 

Iván: -¡Tch! Por dios…

 

Hace un sonido con su lengua antes de disparar su cadera hacia arriba, atascándose justo en ese punto sensible.

 

Gian: –¡Haaaa…..! ¡kuggg! Siempre dándole ahí….

 

Iván: –Se siente bien ¿no es así? 

 

Parece que Iván está bastante emocionado… A pesar de que él está bromeando, sus ojos no están sonriendo. 

 

Iván: –¡Joder! Haaa… estoy por correrme…

 

Está casi en su límite. Tengo que alejarme de él… o de lo contrario se correrá dentro. 

 

Gian: -Yahhhhh… ahh… kuahhhh

 

Pero…. no puedo hacer que mis rodillas logren moverse más allá de un cierto ángulo. Quiero que su cosa dentro de mí me joda aún más, estimulándome duramente. 

 

Estoy por correrme también. 

 

Estará bien. Si me vengo primero, entonces lograre quitarme antes. 

 

Extendiendo mi mano, agarro mi propia cosa. No es suficiente. Quiero más. 

 

Gian: -kug…. Aghh…

 

Quiero sentir todo el placer que pueda. Quiero que se estrelle contra mí, más. Sintiendo como si estuviera dentro de un sueño, la cosa de Iván se levanta aún más dentro de mí.  

 

Iván: –¡Ugaaaa! ¡Idiota! Si sigues haciendo eso, ahhh me corro. 

 

Trato de levantarme a mí mismo, sintiendo la polla de Iván tirando de mí… pero no puedo. La erección de Iván empuja hacia arriba y en contra de mis entrañas, empujando todo a un lado mientras se hincha. 

 

Iván: –¡Ahaaaa…! Me corro…. 

 

Puedo sentir el líquido caliente de Iván fluyendo dentro de mí, empujando. 

Gian: -Ahhh, yeahhhhh, ohhh… ahhhhhhhhhh

 

 

Y al mismo tiempo, mi miembro todo hinchado expulsa todo mi semen que había estado conteniendo, y sin querer, algo cae sobre el estómago y cara de Iván. 

 

Iván: -¡¿Uagwww?!

 

Gian: -Haaa… ahhh…. Lo… expulse en tu cara…. Perdón, perdón…. 

 

Iván: –¡Joder! ¡uwaaaaa! ¿Qué es esto? ¡Límpialo rápido!

 

Gian: -Veamos, los pañuelos… pañuelos…

 

Iván: –¡Tú idiota! ¡Date prisa!

 

Quinto Día

 

El Mercedes avanza sobre la calle principal con nosotros en él, y nos dirigimos a lo largo del camino hasta casi ver el hotel.

 

Incluso a esta hora de la noche, las luces radiantes de los autos y camiones fluyen sin cesar como un río por la calle. Nuestro Mercedes golpeado terriblemente atraviesa la calle. 

 

Y da la vuelta en el aparcamiento detrás del hotel. 

 

Iván: -¿Qué pasa? Parece que está muy lleno por aquí. 

 

Hay un montón de autos estacionados. Los sedanes habituales que siempre están alineados de manera ordenada en un día ordinario, ahora están estacionados por todo el lugar como si hubieran sido arrojados y abandonados allí. 

 

En cambio, en su lugar, hay estacionados un sinnúmero de otros autos. Camiones de la familia también están avanzando con las luces encendidas. 

 

Gian: -Me pregunto si habrá alguna clase de pelea por ahí. 

 

Los rayos de luz en movimiento se entrecruzan sobre los autos en movimiento. Una sombra en forma humana negra, se desliza a través de ellos y hace su camino hacia nosotros.

 

Los ojos de Iván miran hacia la sombra y da un par de sonidos con la bocina del Mercedes. La persona sorprendida, junto con varios más, se apresuran hacia el Mercedes. 

 

Subordinado de Iván A: –Jefe… ¿Está bien?

 

Iván: -Si. Aunque a este le dieron duro. Más importante ¿Qué ha pasado? 

 

Subordinado de Iván A: -Escuche que es la guerra. El señor Ortolani nos ha llamado a todos para una reunión, no entiendo muy bien lo que pasa. 

 

Gian: -¡¿Guerra?! ¿Eso es lo que dijo Bernardo?

 

El subordinado da un fuerte suspiro ante mis palabras. Así que los chicos se reunieron y todavía no se conocen los detalles sobre lo que está pasando…

 

Subordinado de Iván A: –Además nos encargaron que cuando llegaran el jefe y el señor Giancarlo, los lleváramos de inmediato. 

 

Gian: -Whaaao.

 

Iván: -Lo supuse. Por ahora, te encargo que lo llenes de gasolina y que le des el mantenimiento adecuado. Por el momento, procura que pueda correr bien. 

 

Cuando bajamos del auto, Iván le entregó, a su subordinado, el mando del Mercedes. Entonces los chicos miraron el auto de manera trágica por el pobre auto nuevo, para después dirigir su mirada hacia nosotros. 

 

Al entrar al piso por atrás. Vimos cómo estaba iluminado a pesar de lo tarde que era, y varias siluetas humanas se encontraban merodeando por ahí. 

 

Por supuesto, que cada uno de ellos es parte de nuestras tropas. Ni hay ningún tipo respetable alrededor. La puerta principal, la puerta giratoria, así como las ventanas….

 

Tienen signos de que fueron limpiadas actualmente. Parece que han pedido que limpiaran. 

 

Gian: –¿Teníamos tantos subordinados en nuestro grupo? 

 

Iván: –Y que se hayan reunido a esta hora de la noche. ¡Oigan! ¡Bastardos! 

 

Iván da un grito insultante hacia los hombres de expresión dura. Al capturarlos por sorpresa, todos ellos saltan y giran a su alrededor y de repente, una estampida se reúne a nuestro alrededor. 

 

Aunque lo entiendo, me da un poco de miedo. No importa de dónde lo mire, todos estos tipos reunidos son mafiosos, más bien pandilleros. Así que tenerlos todos reunidos a la vez, es un poco….

 

Subordinado de Iván E: -¡Jefe! ¡Buen trabajo!

 

Subordinado de Iván B: -Nos llegó información acerca de una explosión… Parece que está bien. 

 

Iván: –Obviamente. ¿Hay alguien aquí que sepa para qué es esta reunión? 

 

Ante la voz de Iván, todos los rostros que habían estado brillando de manera áspera y dura, de repente se vuelven desanimados y el silencio surge. 

 

Iván: -Vamos a estar prendiendo fuego pronto; así que, bastardos, agarren sus pelotas y estén listos para ir. 

 

Los gritos de “Sí señor” y “si” suenan llenando el lugar con sus voces. Mirando alrededor, me doy cuenta de que más de la mitad de los subordinados que estaba en este piso se reunieron alrededor nuestro. 

 

Entonces, los otros subordinados que no respondieron ante Iván, pueden que sean parte de las tropas de Luchino, Bernardo o del abuelo Cavalli.

 

Wow, la diferencia en números está muy clara. Sin Iván alrededor, no tendríamos oportunidad. 

 

Más bien, si Iván nos llegara a traicionar, nosotros….

 

Hay algunos subordinados que también se reunieron en el salón principal. La mayoría de ellos están usando trajes pulcros y de marca, lo que haría que ellos son subordinados de Bernardo.

 

Wow, todos estos tipos que llegan en hordas, hacen pensar en ¿ATF? ¿Qué es eso? Todos ellos se están acumulando con ametralladoras y pistolas por el lugar.

 

Gian: –Al parecer con esto, demuestra que Bernardo va en serio. 

 

Iván: –¿Estará pensando en matarnos a nosotros también? 

 

Nos deslizamos más allá de todos los subordinados reunidos en grupo para llegar a la sala de estar en la parte de atrás. 

 

Bernardo: -Sean bienvenidos, mis queridos hijos prodigios. Sé que les gustaría preguntar varias cosas pero eso será para más tarde. 

 

Gian: –Perdón…. En serio, discúlpame. No puede mantenerme en contacto contigo…

 

Iván: -Discúlpame por haber dudado de ti, Bernardo. Los traidores, eran parte de mis subordinados… 

 

Las palabras inesperadas brotan de la boca de Iván, que hace que voltee mi mirada hacia él. 

 

Bernardo: -Lo básico de nuestra limpieza es comenzar desde arriba hasta abajo. Continúa con la eliminación con todo lo que puedas antes de que llegue a nosotros.

 

Bernardo hace una señal con su mano, en dirección hacia el sofá. De pie, hay una línea ordenada de guardias, y…. 

 

Giulio: -Señor Gian, qué bueno que esté bien. 

 

Luchino: -Pensábamos que podría pasar esto. Procura no hacer llorar mucho a las chicas, Iván. 

 

Iván: –Cállate. Da igual lo que pase con esa niña. 

 

Iván aprieta sus dientes por donde salieron sus palabras antes de arrojarse sobre un sofá vacío.  

 

Al sentarse Bernardo, también me siento. Todos los capitanes del CR5 forman un círculo alrededor de la mesa redonda y aparece el ruido de alguien trayendo café. 

 

Ragtliffe: -Tomen algo de té. 

 

Gian: -Ahh. Con que eres tú. 

 

Ragtliffe: –Debido a que todos han estado muy ocupados. Yo estaré muy ocupado más hasta más tarde. 

 

El limpiador trae las tazas de café y las pone sobre la mesa con una brillante sonrisa en su rostro.

 

Bernardo: -Pues bien. Hemos esperado a que llegaran. Gian, Iván. 

 

Iván: –Los soldados han dicho que es una guerra.

 

Gian: -Esos bastardos del GD, ¿Nos han declarado la guerra? 

 

Bernardo: -No. Fuimos nosotros los que la declaramos. Es por eso que te estábamos esperando, Giancarlo. 

 

Gian: -¡¿Nosotros?! Ah. Como no está el jefe, entonces me toca a mí… 

 

Bernardo: –Se ha consentido después del hecho… He conseguido ponerme en contacto con casi todos los soldados que están directamente bajo las órdenes de los capitanes a través de mi red, por lo que todo el mundo está aquí armado.

 

Nosotros… ¿atacaremos?

 

Luchino: -Bueno, échale un vistazo a esto. 

 

Luchino agarra una bolsa de plástico que estaba en sus pies y la coloca sobre la mesa. Después de algunos susurros, él saca algo blanco. ¿Qué es esto? ¿Una camisa de vestir? 

 

Gian: -¿Qué es? Es algo pequeña para que sea tuya.

 

Luchino: –¿No te parece familiar? 

 

Él lanza la camisa hacia mí, y la toma. 

 

Gian: -¿Eh…..?

 

Es solo una camisa de vestir ordinaria para hombres. Es normal… pero algo anda mal. Algo está fuera de lugar… 

 

Es una sensación extraña, como cuando me encuentro al azar ropa en algún lugar que había olvidado por completo. ¿Qué es este sentimiento extraño? 

 

Bernardo: –Esa tela y esa forma. ¿No la reconoces? No hay duda de que es obra del maestro Silvio. 

 

Gian: –Te refieres a….

 

Esta extraña sensación que siento y las palabras de Bernardo, se funden juntos en mi mente, entonces… 

 

Gian: -¡¿Esta, no es la ropa del jefe?! 

 

Una grieta de destellos blancos fluye por mi mente. Ya sé lo que es este sentimiento ahora. El olor se puede detectar débilmente en la camisa… ¡No hay duda! 

 

Gian: -¡Es del viejo Alessandro! ¡¿Por qué esto está…?! 

 

Luchino: -Esta camisa al parecer se mezcló con algunas ropas de la colada de mis subordinados. Además de que solo la camisa fue la que apareció. 

 

Gian: -¡Entonces…! ¡¿El jefe está en la ciudad?! Por qué está escondido… 

 

Emocionado me pongo de pie.

 

Bernardo: –Te equivocas. El hombre que nos trajo la camisa no es de la ciudad. Venía de un campo de golf en las afueras.

 

Luchino: -Se mezcló con la ropa que hay en un parque de golf llamado Royal Forest Park. Por supuesto que ya había mandado a alguien a que investigara el lugar. 

 

Luchino: -Entonces… apareció el bingo. Al parecer ese parque de golf se convirtió en un lugar para los sepultureros del GD. Además de eso, el negocio ha estado cerrado desde hace dos semanas por renovación. 

 

Iván: –Hey, Hey, Hey. No será que… 

 

Gian: -¿El jefe estará allí? 

 

Iván y yo estábamos a punto de saltar de nuestros asientos cuando Bernardo empezó a hablar de nuevo, en voz baja, entrelazando los dedos.

 

Bernardo: -Existe la posibilidad. ¿Por qué solo la camisa fue encontrada en ese lugar? ¿El jefe realmente estará allí? 

 

Bernardo: –Hay muchas cosas que no entiendo, pero lo único que sí es seguro, es que al fin ha aparecido algo relacionado con el jefe. 

 

Por fin… pude averiguar la razón del porque los soldados y los subordinados se reunieron para prepararse para la batalla, esto me trae escalofríos. 

 

Gian: –Entonces…. ¿Vamos a atacar allí? 

 

Bernardo asiente lentamente.

 

Bernardo: -Sé que este ataque de guerra está basado en una base débil. Si no le dije a nadie es porque pensarían que no era una broma y me creerían. Pero, estoy apostando todas mis cartas en esto. Luchino y Giulio están conmigo. 

 

Bernardo: -Ahora solo esperaba la opinión de ustedes. Como es una reunión de capitanes, actualmente solo estaban la mitad de los miembros. 

 

Giulio: -Como el jefe no está ahora. Señor Gian, usted es nuestro líder. 

 

Luchino: -Debido a que esto es una guerra, más de la mitad de los soldados son tuyos, Iván. No tendríamos ninguna oportunidad con solo nuestros subordinados. 

 

La respuesta de Iván viene de inmediato. 

 

Iván: -Si vamos a comenzar la guerra con esos perros del GD, sin importar cuál sea la razón, yo le entro. 

 

Iván me mira. Yo…. Mierda, aun mi mente está en blanco… El lugar en donde está el jefe…, la guerra…

 

Además, puede que Iván y yo…

 

Que todos, mueran. 

 

Gian: -Discúlpenme. ¿Podrían dejarme pensarlo bien mientras bebo una taza de café? 

 

Bernardo: –Esto es a lo que se le conoce como “si tienes mucha carga, entonces no hay porque apresurarse”. Entonces, iremos dándote información. 

 

Bernardo coloca un block de notas en la mesa y empieza a dibujar letras y símbolos formando un mapa con un lápiz romo. 

 

Bernardo: -¿Estarán teniendo cautivo aun al jefe? O…. ¿Ya lo habrán despedazado? 

 

Bernardo: -Eso no lo sé. Pero, el hecho de que esos bastardos nos han atacado sabiendo que nuestro jefe está ausente, pensaron que no íbamos a tomar represalias. 

 

Luchino: -Y es ahí donde volteamos las cosas.

 

Luchino al decir esto, voltea a mirarme con una sonrisa aunque sus ojos no estén sonriendo.

 

Luchino: –No es como que el GD no haya ya notado que estamos reuniendo a todos nuestros soldados. Pero, ellos no saben cuál es nuestro verdadero objetivo. 

 

Iván: –Todavía no saben sobre lo que pasa en el, no sé cómo se llama, el parque de golf, ¿verdad? 

 

Bernardo: –Los únicos que están enterados acerca del jefe, somos solamente nosotros cinco y también el consejero Cavalli. Los subordinados y todos los miembros de la junta no lo saben aún. 

 

Gian: -Estaría mal despertar tan tarde a los ancianos de la junta. Eres muy amable con los mayores de edad, Bernardo. A excepción del abuelo Cavalli. 

 

Luchino: –El consejero Cavalli se encuentra por llegar. Más tarde tendrán que aguantar su regaño. 

 

Iván: -Geg…

 

Gian:-Whaaaoooo.

 

Tomo la taza de café y me lo bebí todo de una sola sorbida…. Por ese movimiento, un sonido metálico suena al dejar la taza en el plato. 

 

Gian: -¡Muy bien! También le entro. Vayamos a explotar algunos fuegos artificiales. 

 

Luchino: -Está decidido. 

 

Antes las palabras de Luchino, los dedos de Bernardo finalmente caen libres de su agarre. Miro a todos. 

 

Bernardo: -No sé si el jefe realmente se encuentra en la sede del GD o en el Real parque Forestal o si aún siga con vida… 

 

Bernardo: -Puede que lo tengan como rehén y lo usen como escudo… Si pasa eso, Gian, te dejaremos tomar la decisión. 

 

Esta vez, todo el mundo me mira. Yo… trato de meter mi asustado sentimiento en mi estómago para mí mismo. 

 

Gian: -Si actuamos tan indecisos… entonces solo lograremos hacer lo que el GD quiere. ¡Es la guerra! Vamos a barrer el lugar para dejarlo limpio hasta matar al último enemigo que esté allí. Haremos que ellos lamenten todo lo que han hecho. 

 

Gian: -Van a tener mucho tiempo para lamentarse en el infierno… por haber provocado una pelea contra nosotros, por haber tomado rehenes, y por traicionar el estado de alto al fuego… y también por ser tan estúpidos como para pensar que nos podían superar. 

 

Luchino: -Me preocupa el estado en el que se encuentre el jefe Alessandro, pero… puede que el jefe haya previsto que esto sucedería.

 

Luchino: –Y es por eso que el jefe nos envió esas órdenes en las cartas que nos llegaron dentro de la cárcel. 

 

En mi mente… no, más bien, justo enfrente de mis ojos, veo los terrenos de la cárcel una vez más, con todo el mundo de pie a mí alrededor y con el sobre y el sello de cera carmesí enfrente de mí. 

 

Me paro…

 

Y Bernardo, Luchino, Giulio e Iván también. Todos nosotros juntos, volteamos la cabeza hacia el elevador. 

 

Gian: -Pues bien. Es hora de darles las órdenes a los soldados que están reunidos. Bernardo, ¿Cómo van los preparativos de los autos y las armas? 

 

Bernardo: -Referente a las armas, tomaremos todas las ametralladoras y granadas que hemos reunido en nuestra sede. He preparado también un mapa del Royal Forest Park. 

 

Luchino: -En cuanto a los autos, hemos preparado uno de esos camiones utilizados para transportar alcohol. Probablemente en esa cosa podría caber todo un regimiento. 

 

Iván: –¿Qué haremos con la policía? Va a ser realmente molesto, si comienzan a ladrar en medio camino.

 

Bernardo: -Por supuesto que he cortado todas las líneas telefónicas hacia y desde el parque de golf durante el ataque. Sobre la policía de la ciudad…. Ya hablaremos más tarde con ellos. Algo así como: “¿A quién prefieren, a nosotros o al GD? 

 

Caminamos en línea recta hacia el elevador. Detrás de nosotros, los guardaespaldas armados nos siguen en el mismo orden, como si fuéramos alguna clase de imán. 

 

Luchino: -Si nos vamos ahora, podremos terminar con todo esto antes de la salida del sol. 

 

Iván: -En el parque como se llame, los bastardos del GD, no tendrán oportunidad de ver de nuevo el salir del sol. 

 

Giulio: –Nosotros…. ¿Estará bien que no tomemos prisioneros? 

 

Giulio mira hacia mí, preguntando eso con una sonrisa. Sin ralentizar sus pasos, Bernardo le da una respuesta inmediata. 

 

Bernardo: -Maten a todos. Las negociaciones y conspiraciones han terminado. Ellos fueron los que nos dijeron eso con ataques y sangre. 

 

Ohhh. Bernardo está enojado. Realmente debió afectarle el estrés debido al trato de negociación y enviar espías en cada tropa. 

 

Nos detenemos delante del elevador… en ese momento, la puerta se abre por sí sola.

 

Cavalli: –…..

 

Gian: -¿Abuelo….?

 

Bernardo: -Consejero Cavalli. 

 

Dentro del elevador, se encontraban dos hombres montando guardia en torno a él. Puede que debido a que el elevador es pequeño, el consejero Cavalli en medio de ellos parece terriblemente pequeño y envejecido. 

 

Cavalli:-Uh….uhg…..

 

El consejero Cavalli mantiene sus ojos fijos en sus pies y en silencio da unos gemidos…Él no se mueve para nada. 

 

Luchino: -Consejero ¿Qué le pasa? 

 

Ante las palabras de Luchino, el abuelo se tambalea hacia adelante. 

 

Iván: -Qué es lo que pasa, justo cuando estamos por ir a la guerra. 

 

Por la voz de Iván, el rostro del abuelo Cavalli se muestra furioso con ojos inyectados en sangre, mira hacia arriba en un instante y dirige su mirada a Iván.

 

Cavalli: –Es…. Es tu…. Culpa…..

 

Iván: –¿Aha? Ahh, es debido al compromiso de antes…. 

 

Cavalli: –Por ti…. Esos tipos…

 

Gian: -¿Abuelo….? E…. eso es….

 

Finalmente me di cuenta de lo que el abuelo tiene apretando en sus manos. Al mismo tiempo, los ojos de todos miran hacia sus dedos.

 

Él apretaba un pañuelo. Es azul y oscuro con dobladillos blancos… Al instante, me doy cuenta de lo que es. 

 

Iván: -¡¿…..?! ¡¿Rosalía?! ¡No puede ser! 

 

Iván arrebata el pañuelo de las manos del abuelo y lo mira como si quisiera hundir sus dientes en el pañuelo. Al mismo tiempo, una tarjeta desde el interior del pañuelo cae al suelo. 

 

Bernardo recoge esa tarjeta. 

 

Iván: -¡Joder! ¡Ella está…!

 

No hay duda de ello. Esta es una prenda de la enana… este pañuelo, más bien esta bufanda es de su uniforme de marinero que siempre anda colgando en su pecho. 

 

Luchino: –No puede ser, ¿consejero?

 

Consejero: -Ella… por esos tipos fue….

 

Gian: -¿Cómo pudo pasar esto?

 

Luchino: -¿La señorita no se encontraba en la mansión? 

 

Cavalli: –El auto…. El auto que fue por ella a los dormitorios de la escuela… no regresó… En cambio, lo que vino fue…. Ahh….

 

Bernardo: -Esos matones desvergonzados….

 

Todas las miradas se enfocan en la tarjeta que Bernardo mantenía en sus manos. Y allí, en inglés…

 

Para los miembros del CR5.

 

Los perros deben de mantenerse en jaulas a donde pertenecen. Darse la vuelta solo provocará que esta pequeña flor sea pisada. 

 

Intercambiaremos a la chica por Iván Fiore. Estaremos esperando por él en el lugar acordado. 

 

Mientras la leía, siento que mi visión se va volviendo negra. 

 

Iván: -¡¡ESOS MALDITOS BASTARDOS DE MIERDA!! ¡¡ESA NIÑA NO TIENE NADA QUE VER CON ESTO!! 

 

Giulio: -Esos tipos, no son parte de la Cosa Nostra… El irse en contra de mujeres y niños… ellos son unos pandilleros. 

 

Luchino: –Esto se ha complicado. ¿Qué hacemos Bernardo, Gian? 

 

Bernardo: -No están solamente podridos… también son persistentes. Ahora quieren que entreguemos a Iván… 

 

Las miradas de todos se dirigen hacia Iván incómodamente. La mirada de Cavalli se pegó a la de Iván. 

 

Cavalli: –¡POR TI! ¡ES POR HABER SIMPATIZADO CON ESOS TIPOS QUE…! ¡ROSALÍA FUE RAPTADA! 

 

Iván: -Kug…..

 

Gian: -Tranquilícese, abuelo. Iván no tiene nada que ver. Esos tipos, harían cualquier cosa para poder sobrevivir, son unos jodidos bastardos.  

 

Cavalli: –Uhh…. Ugh….. Per… Perdóname, Iván. Esos tipos… a ella…. 

 

Luchino: -Nunca pensé que les interesaría conseguir el horario de la señorita también. Tsk… Mierda, esto significa que pueden haber predicho nuestro ataque y está esperándonos allí, ahora mismo. 

 

Giulio: –Deberíamos darnos prisa… 

 

Como era de esperar de Giulio. La idea de cancelar el ataque nunca ha pasado por su mente. 

 

Cavalli: -¡Por favor! ¡Salven a Rosalía! Esa niña… ¡No tiene nada que ver en esto! ¡Por favor! 

 

Ver como el consejero Cavalli está tan destrozado… Todo el mundo mira hacia otro lado… Nadie quiere verlo así. 

 

Si no recuerdo mal… ella es el último recuerdo de su hijo y su esposa que fueron asesinados… su único pariente, su querida nieta. Me imagino lo que sería para alguien tan importante para mí fuera secuestrado por una pandilla… y siento ganas de vomitar.

 

Cavalli: –¡Si algo le llegara pasar a esa niña!… ¡Por favor! 

 

Bernardo se arrodilla hacia el consejero Cavalli. Toma las manos del consejero Cavalli… pero las únicas palabras que le dice son crueles. 

 

Bernardo: -Consejero, sé muy bien lo que siente. Pero… ahora mismo estamos procediendo de acuerdo al plan de declarar la guerra y atacar. No podemos ceder ante sus amenazas.  

 

Cavalli:  -Hug…. Ugh… ¿Qu…que…?

 

Bernardo ha dicho las palabras que todos queríamos decir pero que no podíamos. 

 

 

Traducido por Sakurada Di
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