Prisión #05 – 0%
Al día siguiente, después de aquel horrible día.
Los prisioneros que habían estado encerrados en celdas solitarias durante todo un día, sin comida y agua, saludaron al mañana con temor a que este encierro continuará también.
Mi estómago ya estaba tan vacío que no podía sentir el hambre. Sobre todo es más difícil sobrellevar esa situación sin agua. Mi boca está seca y me duele la garganta con tan solo respirar.
Gracias a la falta de agua y a la incapacidad para usar el baño, me quedé atrapado con el olor de ese huevo podrido todo el día.
A pesar de que limpie con papel el huevo y luego lo aventé al inodoro, el olor fétido continuó llenando la celda, como si estuviera frente al rey demonio, haciendo que me enfermara y entonces, por la mañana, los guardias simplemente abrieron las puertas del pasillo y vinieron a llamarnos para luego desbloquear las celdas, los prisioneros gritaron como si hubieran sido rescatados del infierno.
La voz de uno de los guardias que leían los números de los prisioneros no se me hacía muy familiar.
…¿Se incrementó el número de guardias?… Maldición, si la otra parte fueran Joshua o Lloyd, podría haberme escapado.
Espero frente a las barras de hierro para que vengan los guardias, esperando como siempre, sin moverme o dar un paso. Después de todo, son tres. La seguridad es más fuerte de lo habitual.
Guardia 6: Oye, tu, el prisionero 02856, sal.
Gian: Si…..
No hubo insultos al momento de llamarme. Sin embargo, mientras el guardia lee el panel en el que está escrito el número de la celda, un extraño hace una llamada y otro guardia desbloquea la celda.
Guardia 7: ¿Nm? ¿Qué pasa contigo? Apestas… ¿acaso no te pudiste aguantar la mierda?
Gian: Lo siento.
No dije nada extra, y respondí con la voz de un tonto brabucón para que no pudieran darse cuenta de que había estado ocultando un huevo podrido.
Guardia 6: Bien, vamos con el siguiente número del prisionero.
Parece que el nuevo guardia no quería perder más tiempo conmigo, así que me dejó salir y se dirigió rápidamente a la siguiente celda.
Me sentí aliviado de salir al corredor. Entonces, después de esperar a que vinieran los prisioneros de este piso y de haber esperado alrededor de unos treinta minutos y debido a la lentitud de los guardias, finalmente todos estamos afuera.
Estando caminando por el pasillo con los demás, me hacía sentir como un tonto insecto maniobrable. La razón por la que nos hicieron caminar en fila por el pasillo, era porque algo extraño estaba pasando. En lugar del curso habitual de bajar las escaleras y dirigirse al comedor, pasamos por otro pasillo.
Prisionero 7: ¿Qué diablos…? ¿Qué está pasando?
Prisionero 3: ¿No iremos al comedor? ¡¿Qué significa esto?!
De alguna manera nos llevaron fuera del edificio. Ahora estamos en la plaza abierta. El clima es demasiado bueno y el sol brilla a través de mis ojos. Es decir, ¿no es realmente fuerte el sol de hoy?
Prisionero 8: ¡Hey, guardia! ¡¿Por qué no fuimos al comedor?!
Guardia 8: ¡Ya cállate! ¡El que continúe armando alboroto, será castigado!
El guardia que nos llevó hasta ahora fue reemplazado por otro guardia al salir del edificio. Era un guardia que nunca había visto antes.
Guardia 9: Ah, nm. Ustedes son…los prisioneros del grupo B del piso 2 ¿verdad?
El guardia mira la nota entre las tablas con una voz que claramente no está bien debido a la falta de sueño y al fumar en exceso.
Guardia 9: En primer lugar, las reglas internas han cambiado.
El rebaño de prisioneros tembló ante la voz del guardia. Había un tipo que gritaba porque se sentía intimidado por los bastones que los guardias tenían en la mano y rápidamente se calló.
Guardia 9: De ahora en adelante, las comidas prescritas se distribuirán solo a los prisioneros que hayan ingresado a trabajar. Los únicos que no trabajen se les dará de comer al último. Trabajen si quieren comer. ¿Lo han entendido?
Prisionero 7: No puede ser…..
Ante esta declaración, a su vez, generó confusión entre los prisioneros, también por la voz pesada del guardia. Los guardias los callaron.
Guardia 9: La gestión laboral de hoy es el transporte y el procesamiento de la madera importada. Vamos, dense prisa y diríjanse a trabajar. Eso es todo.
Cuando el guardia dijo eso algunos de los prisioneros imprudentes no podían soportar elevar sus voces.
Prisionero 8: ¡Por favor, espere! ¡No hemos bebido agua ni comido desde ayer! ¡No podemos trabajar así, al menos déjenos comer algo antes….!
Guardia 8: ¿Hah? ¿Acaso no son el grupo que comió el desayuno de hoy? ¿No son del grupo B del segundo piso? ¿Qué está pasando?
Guardia 9: Mierda, ¿acaso el tipo que los trajo se equivocó de grupo? Bueno, da igual. ¡¿Qué están esperando?! ¡Dense prisa y vayan a trabajar!
Malditos sean. Estos oficiales de mierda se equivocaron de prisioneros y nos trajeron a nosotros que todavía no habíamos comido nada.
Sin embargo, parece que no les importo y ahora nos obligan a trabajar. El ambiente de ahora es de lo peor. Me muerdo los labios ante la impotencia de no poder hacer nada.
Pero los prisioneros seguían dejando escapar zumbidos frustrantes y la formación comenzaba a colapsar. Los hombres que ya no soportan el hambre.
Prisionero 7: ¡Espere por favor! ¡Para los prisioneros, el trabajo forzoso está prohibido por la ley estatal!
Guardia 8: ¡¿Acaso no escucharon que las leyes han cambiado?!
Prisionero 7: ¡Le diré sobre eso a mi abogado! ¡Y Apelaré a la Comisión de Derechos Humanos!
Ante este hombre imprudente pensé que los bastones de los guardias volarían hacia él, pero el guardia mantuvo una expresión cansada en su rostro.
Y entonces, los que actuaron primero no fueron los guardias aventando sus bastones.
Prisionero 9: Hey, maldito.
Prisionero 7: ¿Q-Qué te pasa…?
Prisionero 7: ¡Gughh…!
Ese prisionero imprudente fue golpeado con un garrote por otro prisionero que lo había rodeado desde detrás. Incluso yo también estoy aterrorizado de que podría pasar por lo mismo
Prisionero 10: Está prohibido hablar, ¡¿Acaso no escuchaste?!
Ante el pequeño discurso de ese hombre el prisionero se congeló de repente, y frente a ellos, estaba el guardia que se reía ligeramente al golpear el hombro con un palo como si nada estuviera pasando.
Prisionero 7: ¡Guugh…! ¡aahg..!
El prisionero, que fue golpeado por cierta cantidad de hombres de manera ridícula, cayó sobre el polvo y la sangre hasta dejar de moverse.
Esperen un momento… ¿Han hecho ese tipo de cosas frente a los guardias…? Más importante, ¿por qué ese prisionero está armado…?
Mi cabeza, que estaba impaciente, recuerda una palabra que fue más dañina que la oficina de impuestos y la pena de muerte.
Los hombres con palos arrastraron al prisionero maltratado como si se tratara de una bolsa de basura.
Prisionero 9: Esta basura. Parece que no aprendió la lección como es debido.
Prisionero 10: Ey, señor guardia, ¿qué deberíamos hacer con él?
Guardia 8: Fun, oigan “hallman” (como no pude encontrar un significado de esta palabra, decidí ponerla tal y como suena), solo deben de tirarlo a la celda de castigo subterránea. Es el más sucio agujero donde se arrojan a los enfermos.
Los hombres llamados “hallman” arrastraron al hombre medio muerto que solo había intentado proteger los derechos de los prisioneros.
Los pocos “hallman” que permanecieron aquí sacudieron sus garrotes.
Prisionero 10: ¡Oigan, imbéciles! ¡Será mejor que no piensen en estupideces! ¡¿Lo han entendido, bola de basura?!
Prisionero 8: Uhh… uhhh… Dios…..
Los prisioneros que han estado expuestos a la violencia inevitable del otro día se han convertido en ganado. Hambrientos, susurrando y dominados por el miedo.
“Hallman” … No había escuchado esa palabra antes. Bueno, es solo una palabra que suele escucharse en las prisiones.
Incluso en una prisión con escasez de recursos humanos, es imposible controlar a todos los cientos de prisioneros con solo unas pocas docenas de guardias.
“Hallman”… es la palabra que se usa en esos lugares.
A cambio de participar en tareas como la restauración y el transporte, se otorgan beneficios como la exención del trabajo forzado y la libre circulación dentro de la prisión.
Además, ser un “hallman”, te da el privilegio de actuar como un guardia, puede vigilar a los prisioneros y, a veces, incluso tomar el control de las sanciones … como se acaba de ver.
Por así decirlo, se supone que para ser elegido como uno, des de ser un prisionero modelo … Bueno, esa es la realidad aquí.
En otras palabras, se podría decir que esos prisioneros son los jefes de la prisión y los guardias que se quedaron juntos se encargan de la conexión y otras cosas en la prisión. Todo esto es un tormento para los pobres prisioneros.
¿Qué tipo de situación de mierda ha provocado que el sistema “hallman” se haya establecido en esta prisión también? …. Maldita sea…..
Y entonces, aun con hambre, nos dirigimos al lugar de trabajo bajo las instrucciones de los guardias y los hallman. Y fue así, como todos nos “ofrecimos” a trabajar.
Prisionero 9: ¡Oigan! ¡No pierdan el tiempo! ¡Muévanse, malditos insectos!
No hay nada que pueda llamarse “trabajo” en un lugar designado como área de empleo.
Nuestro equipo recibió instrucciones de transportar tambores pesados y madera de forma manual desde el área de espera del tren hasta una esquina del patio de recreo.
Los prisioneros hambrientos realizaban la pesada actividad mientras sentían que morían. Algunas personas salieron desde otros lugares, pero no preguntaron y siguieron su camino. Fue así, como nos vimos obligados a seguir trabajando innecesariamente.
Guardia 8: ¡Grupo B, fórmense! ¡De inmediato!
Se nos permitió ir a la cafetería aproximadamente al mediodía y nos dirigimos al comedor como una procesión de gusanos.
Prisionero 11: ¡Vamos! ¡Malditos bastardos! ¡Más les vale que se comporten bien y se mantengan callados!
Ciertamente, había un hombre de mediana edad que se comportaba como una bestia salvaje, lo vi antes entre los prisioneros del primer piso del Edificio B y que ahora estaba agitando todo su poder como un hallman.
Antes de ir al comedor, nos llevaron a los baños, avanzando como un ganado de bacterias que salían en el agua del grifo, con las manos llenas de alquitrán y polvo.
Finalmente bebo agua por primera vez en un día y medio mientras me mantengo imperceptible al borde del ajetreo y el bullicio. El agua se derramó entre mis manos polvorientas.
Manteniéndonos formados, más de lo habitual, finalmente llegamos al comedor con nuestras bandejas en mano. Malditos sean.
Puede ver la pobre comida en las bandejas que era lo habitual en esta prisión, después de haber pasado por lo peor …Estoy tan agradecido de poder ver esta comida de mierda una vez más que hasta estoy a punto de llorar.
¿Qué ha pasado con las personas de los otros pisos y edificios? Sosteniendo una bandeja, busco una mesa disponible, hasta que me topo con una cara familiar.
Simon: ¡Hey…! ¡Por aquí!
Encontré una pequeña figura a la sombra de los grandes ocupantes que ocupaban la mitad de la mesa, y me encontré una vez más con el anciano Simon. Así que decidí sentarme a su lado.
No se si esto sea bueno, ¿estos tipos grandes son de México? Hablan gritando con palabras que no tienen sentido…Parece que no habrá problema si hablamos en inglés.
Simon: Parece que algo grande está ocurriendo. ¿Te obligaron a realizar trabajos pesados?
Gian: Si, fue horrible. ¿Qué tal fue para ti, anciano?
El viejo Simon presionó el pan empapado en su boca con muy pocos dientes y lo empujó hacia el fondo. Comenzó a masticar hasta tragarlo.
Simon: Fue de lo peor, nos tratan peor que un cerdo. Parece que los recién llegados no tenían un lugar establecido para quedarse, así que nos dividieron junto con ellos hasta llenar las celdas entre 2 o tres personas en cada una.
Gian: Whaao… eso suena terrible. Parece ser que a ambos nos fue de la patada.
Aunque me va mejor que a otros. Sin embargo no se cuando pueda pasar por algo peor.
Agarró el pan.
Gian: Uwah, ¿qué es esto? Es horrible…..
De repente, mis dedos temblaron como si hubieran tocado alguna clase de insecto. El pan está congelado, aún no se ha derretido.
Esto es… ¿Lo congelaron como los alimentos que son para el almacén de comida de emergencia? Me lo dieron sin antes haberlo descongelado.
Si fuera una situación normal, las quejas ya hubieran aparecido provocando un gran alboroto, pero ahora… todos los prisioneros que fueron sometidos por los guardias y los hallman, se han convertido en pequeños animales debiluchos.
Simon: Incluso esos tipos se atreven a responderle a un anciano como yo… Si esto continúa, terminará por ser recogido primero.
Escondiendo el pan congelado o en mi bolsillo, ingiero solo la sopa. Esto es malo, pero gracias a eso mi cerebro comienza a moverse.
¿Es posible que el personal de la cocina no pudiera estar preparado para atender la cantidad que aumentó de manera repentina a causa de los nuevos reclutas?
No hay duda de eso. Puedo verificar eso. Si se conoce la cantidad de personas que eran habituales desde el principio, se puede llegar a la conclusión de que el gordo director no le quedó de otra más que recurrir a eliminar la cantidad de alimentos y depender de comida enlatada.
Y esa es la razón del problema desastroso de ahora. ¿Cuándo regresará todo a la normalidad? No, más bien, me da la sensación de que esto se pondrá peor.
Analizo las cartas que tengo en mano ahora. ¿Debería seleccionar las mejores opciones? ¿Debería hacer mi movimiento mientras todavía están las apuestas en la mesa?
Murmuré eso mientras vertía la mala sopa en mi estómago que estaba totalmente vacío y hormigueaba. Por como están las cosas ahora, sería bastante arriesgado hacer algo, pero…
Creo que sería mejor aguantar mientras me quedo en la prisión sin hacer nada esperando a que el medio año que me queda de encierro pase y pueda ser liberado, si es que no tengo a ningún guardia de mi lado.
Sin embargo ahora mismo la prisión de Madison tiene encerrados a los capitanes del CR5.
¿Esperan poder hacer “algo” aquí? Probablemente ese “algo” que esperan hacer y que tiene que ver conmigo. Existe una alta posibilidad de que sea yo el que tenga que hacer ese “algo”.
Gian: Anciano, hablemos de negocios.
Me deslizo más cerca del viejo. Verificando que nadie viera, le enseño el contenido que tengo en mi bolsillo. El anciano se da cuenta de lo que pretendo.
Gian: Lo que yo quiero no son armas.
Simon: ¿Entonces qué es?
Deliberadamente dejé caer la cuchara … Fingiendo recogerla, metí un paquete de cigarrillos que había escondido en el bolsillo de Simon.
Y entonces le meto otro. También deslizó la medicina que había conseguido cuando fui a la enfermería antes en el bolsillo del anciano.
La medicina eran sedantes para los prisioneros que llegan a sufrir convulsiones.
Gian: Con esto creo que podrás realizar un buen trato con esos fabricantes de licor.
Simon: Ohh… Hasta conseguiste esto. Veo que te gusta hacer cosas peligrosas. ¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres?
Gian: Quiero que me consigas un trabajo como un hallman. ¿Podrás hacerlo? Se que sería un poco complicado dado que ya se han elegido a varios, pero… ¿puedes hacer algo por arreglar eso?
Le muestro al anciano las cartas que tengo para ganar este desafío. Si lo que ha ocurrido hoy continúa todos los días, este movimiento me será de gran ayuda si llega a suceder algo más.
Incluso si esto significa obtener una libertad falsa, si no lo hago… seguramente se convertirá en una desventaja.
De ser posible, me gustaría evitar cualquier cosa que tuviera que ver con los hallman, pero no me queda de otra
Simon: ¿Con que un hallman, eh? Lo intentaré.
El anciano pronuncia esas palabras en voz baja provocando que mi ansiedad disminuya. Al realizar este negocio con éxito, sorprendentemente hizo que terminara de comer el resto de ese asqueroso pan.
Sin decir nada, el anciano Simon se retira para dejar su bandeja. Aunque él dijo casualmente que lo intentaría.
Hizo que me animará cuando estaba a punto de rendirme. Justo cuando me puse de pie…
Alrededor del lugar donde estaban las bandejas, una de ellas se derrumbó provocando un sonido fuerte. Los prisioneros y yo dirigimos nuestras miradas hacia allá.
Prisionero 11: ¡Maldito imbécil! ¡¿Qué pretendes al estar tan distraído?! ¡Maldito bastardo que no conoce su lugar! ¡Estás despedido!
Prisionero 10: ¡¿Qué…?! Yo no fui…
Ah… es uno de esos bastardos hallman que estaban supervisando nuestro lugar de trabajo…Ahora él está a corta distancia de donde estaba, pero…
El jefe de los hallman fue más rápido en hablar que ese hallman y lo interrumpió antes de que pudiera escupir más excusas.
Prisión 11: ¡Cállate! ¡Date prisa y recogela, maldito cerdo!
Sin dudarlo más, el bastardo hallman que antes se creía superior a los demás, abandonó el lugar después de recoger la bandeja. Parece ser que regresó a ser un prisionero cualquiera y volvió con su pandilla anterior.
Ese bastardo que regresó a ser un ordinario prisionero, era uno de los miembros del GD. Y pensar que él era el que estaba intimidando antes. Vaya que el mundo es duro. Entonces, una voz envenenada resonó fuerte en mis oídos.
Prisionero 11: Nm…. ¡Oigan! ¡¿Está aquí un maldito italiano llamado Bourbon del Monte?! ¡Si estás aquí responde inmediatamente!
Ese malvado jefe de los hallman lo pronunció mal, pero seguramente quiso decir mi nombre. No debería haber alguien más con el apellido Del Monte en este lugar más que yo.
No, incluso si llamaba a un chico que no era yo, y aunque hubiera una persona que en realidad se hiciera llamar Del Monte, no era el momento de dudar.
Gian: ¡Hey! ¡Aquí, aquí! ¿Qué pasa?
Prisionero 11: ¡A partir de hoy, tú serás el nuevo hallman que se encargará de este grupo! ¡¿Sabes como encargarte de las cosas, verdad?!
Gian: ¡Lo sé perfectamente, jefe!
Saludo con cortesía al hombre y me inclino con gran reverencia. Podía sentir las miradas llenas de envidia y odio de los prisioneros que estaban a mi alrededor.
No era buena idea convertirse en un hallman y aprenderse de memoria rostros inútiles.
Además, era bastante negativo comprar sentimientos de rebelión incluso para aquellos que hasta ahora solo habían pensado en el nombre de Lucky Dog era solo algo conveniente de usar.
Sin embargo, ahora he apostado todo por este juego. Pero… ¿cuándo llegará el momento de actuar?
A simple vista parecía que el anciano Simón no tuviera contacto alguno con esta bestia, pero bueno el resultado salió bien. Ahora soy un hallman.
Prisionero 10: ¡Tch…! !Jodete, esto lo recordaré!
El hombre que había sido despedido de su lugar para que yo tomara su puesto, se giró hacia todo el mundo con una expresión bestial hasta luego dirigirla a mí para luego girarse y retirarse. Bueno, no hay de otra… he hecho un nuevo enemigo.
Al darse cuenta que ahora yo era el nuevo hallman, los demás tipos se apresuraron a limpiar los platos sucios y comenzaron a distribuir en secreto los cigarrillos. Bueno, objetivo conseguido.
Aunque fue una comida terrible, todos los platos volvieron como si hubieran sido lavados. Bueno, de todos modos yo no los lavaba.
Empujé la carreta hacia arriba y me dirigí hacia la barra, la reemplacé con una olla grande de agua caliente que parecía ser sopa y volví al comedor. En ese momento, los prisioneros en el mismo piso que yo, ya habían sido expulsados del comedor, regresando al lugar de trabajo. Ahora, el lugar está lleno de prisioneros que no se ven mucho.
Según lo programado, los hallman no tenían trabajo hasta el anochecer. Por lo cual, los otros hallman podrían estar cómodamente tomando el té de la tarde. Bueno, antes de que me ponga a trabajar.
¿Qué debería hacer? ¿Qué harás Giancarlo? ¿Debería hacerme cercano a mis “compañeros” para asegurar un buen futuro, o…
Nota: debido a que esta novela está en formato de un juego visual novel, habrán decisiones que el jugador deberá tomar para ir cambiando y continuando con la historia. Dependiendo de las decisiones, puedes ir a diferentes finales.
OPCIONES:
- Bernardo
- Luchino
- Iván
- Prisioneros
- Guardias
Elegir la segunda opción.
En los últimos días, las cosas cambiaron como si estuvieran lanzando cartas, en lugar de dados. Los capitanes estaban abarrotados y si creían que el ser arrojados a la prisión de Madison era de lo peor, esta vez tendrán que soportar a los nuevos reos que fueron trasladados. Es claro que la prisión no puede responder ante tal situación.
Anteayer, cuando me dirigí hacia el comedor, sentí que los capitanes todavía mantenían un poco de libertad, pero ¿qué pasa ahora? Después de todo, ellos no están acostumbrados a estar en prisión.
Con lo que respecta a mí, solo soy un “empleado” de los grandes capitanes. Incluso ese segundo capitán León Luchino, está en esta jodida situación.
Bueno, creo que ya no somos unos niños para estarnos quejando. Aun así, sigue siendo un gran jefe, y en la prisión, donde continúa la peor situación, sería de gran ayuda si tomo prestada la ayuda de ese capitán.
Tal vez haya tenido noticias de un abogado o algo así.
Fui a una celda solitaria viendo a un conserje que comenzó a escabullirse del trabajo y rodeado de hallmans siendo golpeado. Cada quien hace lo que quiera, y eso no es de mi incumbencia.
Una vez que regresé a mi celda y escondí bien los muchos cigarros y cerillos que conseguí.
Cuando estaba en el comedor, repentinamente una gran cantidad de prisioneros me dieron todo eso, pero por si acaso me asegure de preguntarles el número de celda a cada uno de ellos.
Mientras no haya sido cambiado de celda, Luchino debería estar aquí. Su celda estaba en el mismo piso que la de Bernardo, solo que se encontraba a dos celdas de la de Bernardo… Así que me dirigo hacia aquella celda
En el pasillo de ese piso, todavía había filas de prisioneros alineados. Los guardias no reconocidos los empujaban a una celda con voces roncas y garrotes en mano.
Pretendiendo que estaba ahí para hacer un recado, camino por el pasillo. En la fila de prisioneros vestidos de blanco y negro, no pude ver a Bernardo ni a Luchino.
¿Eso quiere decir que ellos dos ya están en su celda? Que suerte. Continúo avanzando fingiendo ser un prisionero que estaba llegando para hacer un “negocios”.
Gian: Ehh…Hoy también traigo ricos cigarros. ¿No les gustarían algunos, hermanos?
Camino mientras hablo con los prisioneros detrás de los barrotes.
Si no tienen cerillos para poder encender los cigarros en el comedor y en el área de descanso donde puede usar el fuego, sólo pueden conseguirlos de un hallman como yo.
Por supuesto que no son gratis.
Al comprar un cigarrillo se pueden llevar de 3 a 4 cerillos. Uno de los privilegios de ser un hallman, es ser absuelto de llevar productos que pueden provocar fuego en la prisión.
Por las voces de los guardias, parece que todavía no han regresado todos los prisioneros a sus celdas. Así que aproveché para seguir con mi venta como hallman.
Luchino: ¡¿Nm?! ¿Gian? ¡Oye! ¿Por qué estás aquí? ¡Hey, Gian por aquí!
Inesperadamente una voz grave sonó desde el interior de unos barrotes de hierro.
¡Me ha asustado! Me quedé sorprendido al escuchar tan repentinamente la voz pesada de ese hombre que luce como un león.
Luchino: ¡Maldita seas, cabrón! ¡Eres de lo peor, mierda!