¿Qué hago? Volver a ser una persona decente ¿A esta altura podría volver a ser una persona decente?
No, absolutamente es imposible. El mundo no es lo suficientemente amable como para rehabilitar a 25 pandilleros.
Entonces ¿qué hago?
¡Lo que sea! ¡¿No habrá alguna carta bajo la manga?!
Sin importar que trate de engañar usando carne de cerdo en una olla y haga un escándalo, o cualquier juego difícil, mientras mi suerte siga conmigo…
Podré apostar las cartas en mi mano sin importar el lugar en donde me encuentre.
Bernardo: Es por eso que ya no tenemos más remedio que confiar en él.
Luchino: ¡Cabrón! ¿qué carajos ha pasado!? Ya no tenemos otra cosa que hacer, maldita sea.
Iván: No podría decir que el tirar nuestras vidas como una herramienta sea una apuesta ¿O acaso él podría?…
Giulio: Hagan lo que quieran, yo obedeceré las órdenes.
¿Nm? Repentinamente escuchó una voz venir hacia mí mientras estaba distraído en mis propios pensamientos.
Esa voz sola se escuchaba clara y cordial, a comparación de las voces que al hablar al mismo tiempo me provocaba dolor de cabeza.
Dentro de mí, el sonido de aquella voz se extendió como si estuviera intentando cambiar la imagen de mis pensamientos. Este chico…
Al aclarar mi mente, veo a Bernardo, Luchino, Iván y al usuario de cuchillo, Giulio frente a mí.
Una extraña sonrisa se escapa de mi boca mezclada con mi aliento. De alguna manera, ¿cómo podría describir esta sensación?
Sentí como si encontrara una de las mejores cartas en medio de la montaña de naipes sobre una mesa pacchi.
No, me equivoco, esto no puede ser una buena carta. Si la usó sola puede ser de ayuda, pero para que se vuelva una de las mejores jugadas, al menos necesito cuatro de las mismas cartas.
Como sea, al menos pude ver una.
Esto lo convierte en una historia muy simple. Es extremadamente sencilla, tanto que no había necesidad de preocuparse. En cualquier caso, no importa en qué dirección vaya.
Mientras tenga a Dios apostando por mí, tener aunque sea solo una buena carta es de lo mejor. En otras palabras, seguiré viviendo sin abandonar las esperanzas. Esa es la única forma genial de seguir adelante.
Si continúo adelante sin dudar y nunca abandonar la esperanza, entonces nunca podré refutar como un niño diciendo que “Dios no existe”.
Y sí realmente existe, sería muy bueno que pudiera rezarle para pedir una vida sencilla, sin abandonar la esperanza.
Lo que sí es seguro, es que no podré seguir adelante si no apuesto. Esa es la única realidad, incluso yo puedo entenderlo.
El desafío en esta ocasión es realmente simple. Solo debo escapar con los capitanes y que regresen con la mafia. Luego, seré recompensado por el Jefe que emitió la orden.
Eso es todo. Es una apuesta ajustada y un poco difícil, pero no es imposible ¿cierto?
¡Muy bien! No me queda más remedio que hacerlo ¡No, lo voy hacer!
Gian: Entonces, hagámoslo. Funcionará.
Frente a todos, casualmente asentí con positividad. Bueno, aunque en realidad estoy intentando forzarme a mí mismo.
La realidad es, que esta apuesta es más peligrosa de lo que aparento que sea y más si estoy solo.
Luchino: Espera, ¿qué quieres decir?
Preguntó Luchino al escucharme.
Gian: Yo me iré de aquí.
Ante mis palabras, los hombres frente a mí, ellos que son los capitanes, inhalaron aire por la sorpresa. Lo note con claridad.
Al ver eso, no puede evitar golpear a su sorpresa un más.
Iván: Dices ¿irte? ¿Vas en serio con eso, cachorrito? ¡Deja de estar bromeando, joder!
Gian: Si este lugar fuera la prisión de Madison de antes, con seguridad habrían recibido la orden, pero no es así. Antes no me atrevería a cruzar un puente tan peligroso sin embargo…
Antes de continuar con mis palabras, vuelvo a ver hacia donde están los guardias reprimiendo al grupo de prisioneros por medio de la violencia.
Gian: Esta prisión ya es nuestra enemiga. Se ha convertido en un lugar lleno de pandilleros del GD. Dudo que pudiera pasar el medio año que me quedan de condena con facilidad.
Ante la palabra “medio año”, aplicado en la oración, Bernardo dejó escapar un suspiro entre dientes.
Decido continuar empujando en ese punto.
Gian: ¿Qué van a hacer ustedes?
Luchino: ¡…! ¿Qué estás insinuando?
Gian: ¿Eran 10 años? ¿Vas a esperar con miedo y sin hacer nada a que pase el tiempo de tu condena?
Gian: ¿O buscaras la manera de conseguir una cuchara del comedor e intentar cavar un túnel a escondidas simulando las acciones del Conde de Montecristo?
Gian: O… ¿escaparás conmigo?
Bernardo: Gian… tú.
Luchino: Este chico…
Gian: ¿Cómo ven? ¿No se atreven a apostar por mí?
Iván: Espera un momento bastardo. Escapar contigo, dices ¡¿Sabes que esta fuga va ser completamente distinta a las que sueles hacer?!
Gian: Por supuesto que lo sé. Para ser franco, yo casi no he intentado escapar trayendo personas conmigo.
Gian: Pero lo conseguiré. ¡Lo voy hacer! Si ustedes deciden seguirme, entonces, nosotros cinco lo conseguiremos y…
Golpeó el muro de hormigón de la prisión cubierta de barro y olor a baño que no pudo ser arrastrado por la lluvia.
Gian: Les mostraré como puedo sacarlos de este jodido lugar asqueroso.
Rodeados por el silencio, todos los capitanes se miran entre sí para luego mirar hacia lo alto del muro.
Yo, señale el cielo con mi dedo.
Luchino: ¿Vas en serio? ¿Es en serio podrás sacarnos de aquí?
Iván: ¿Estás diciendo esto porque tienes una manera para ganar, cierto? Joder, si solo estas diciendo esto siendo poco serio.
Gian: Claro. Si no fuera serio y no tuviera manera de ganar, no me atrevería a retar de esta manera a los capitanes.
Bernardo: Pero… Gian. El riesgo es demasiado alto. Si al menos estuvieras tú solo…
Gian: ¿Qué estás diciendo, Bernardo? No me atrevería a dejar a mi hermano mayo en este agujero de mierda. Eso es lo que a uno lo hace ser hombre.
Gian: ¿O algo así? Hahaha
continuo ,mientras señalo el cielo brillante por la luz del sol.
Gian: ¡Bien, bien! ¡Es hora de apostar! ¡Apuesten por mí! De seguir así, tendrán que pasar sus vidas en este lugar de mierda durante 10 años ¿no es así? ¡Eso está jodido, de cualquier forma!
Bernardo: Gian…tú.
Después de 10 años, tanto Daivan como el CR:5 ya habrán desaparecido ¿no? Eso es lo que estaba a punto de decir. Pero era mejor no decir algo como eso.
Estos chicos frente a mi son mis postores. Esperan ansiosos por ver qué tipo de cartas lanzare a la mesa. Incluso estarán ansiosos con tan solo verme repartir y cortar las cartas.
Entre estos postores, el que mejor trabaja es el usuario del cuchillo.
Giulio: Entonces, señor Gian. Como el futuro Jefe, lo obedeceré.
Gian: Muy bien. Cuento contigo de ahora en adelante. Por otro lado, es bastante increíble que me convierta en el siguiente Jefe.
Sonrío ampliamente. Con esto, he puesto la primera ficha sobre la mesa. Al decirle aquello al primer jugador, el usador de cuchillos, Giulio respondió.
Giulio: Las ordenes del Jefe son absolutas. Por eso, el señor Gian debe sacarnos de aquí y entonces…
Iván: ¡Oye! ¡No hables por todos nosotros! ¡Mierda! ¡¿Vas en serio con esto?! ¡Joder!
Iván se mostraba poco interesado, pero aún así incluso él, que tenía la condena más corta que entre los demás, por su voz y por la carta de escape de la prisión ,temblaba sus manos mostrando nerviosismo que trataba de aguantar.
Bernardo: Entendido. Gian, por favor, demuéstrame que puedes sacarnos a todos nosotros de aquí. Si eres tú…
Bernardo: Si eres tú, Lucky Dog (perro de la suerte), podrás hacerlo. No, mejor dicho, si no eres tú, sería imposible. ¡Gian, muéstranos un milagro usando tu suerte!
Bernardo ha tomado su decisión. A pesar de que antes, Bernardo había estado deprimido y sombrío, su voz ahora mostró determinación mientras me agarraba fuertemente la mano.
Gian: ¡Claro! ¡Déjelo todo a Gian! ¡Deja que yo me encargue de todo! Demostraré cómo puedo dejar cinco marcas negras en la prisión de Madison. (Con marchas negras, creo que se refiere a que sus nombres en la prisión serán marcadas por su fuga n.n)
También Luchino, que había estado pensando mientras mantenía sus brazos cruzados.
Luchino: Bien. También apostaré por ti. Incluyeme. Dejaré todas mis fichas de apuesta a ti. A fin de cuentas, aunque las tenga, no podría hacer un buen juego.
Gian: ¡Gracias! Me encanta tener hermanos mayores tan amables. Me encargaré de pagar todo de regreso usando mi ficha mágica, la ficha roja.
Luchino: Arrogante. Más te vale que esa arrogancia sea equivalente a tus habilidades de escape.
Gian: Por supuesto que lo son.
Bernardo: Tienes una forma de escapar, ¿verdad Gian?
Otra vez. Vaya que Bernardo es experto en preguntar cosas difíciles de responder. Pero, a pesar de todo lo que he dicho anteriormente, no puedo decirles que mi plan no tiene un 100% de posibilidad de escape. Ya que no puedo decirlo, solo debo de esquivar la pregunta con afirmación.
Gian: Exactamente. Yo me haré cargo, ya que ahora soy como un golpe que se le ha dado a una máquina tragamonedas. Mantente tranquilo y espera la victoria.
Cuando estaba en medio de mi imitación de Popeye y haciendo poses para mostrar los bíceps, finalmente el último jugador se decidió.
Iván: ¡Joder! ¡¿Realmente van en serio?! ¡Joder, mierda, mierda! ¡De ser así no puedo quedar atrás, mierda!
Iván: ¡Qué remedio! ¡También apostaré por ti! Pero que te quede claro algo. Esto no lo hago porque sean órdenes del Jefe.
Iván: Si no porque estás insistiendo que vas hacerlo, así que no me queda más remedio. ¡No vayas a malinterpretar, ¿de acuerdo?!
Gian: Si, si.Ya lo entendí. Si quieres subir al barco de escape del famoso escapista reconocido como Lucky Dog, Giancarlo, solo debes de tocar la puerta del encargado.
Iván: Hah, ese tipo de cosas puedes decirlas solo después de que hayas tenido éxito.
Gian: Bueno, mis queridos esposos. Con esto, ya todos están reunidos ¿cierto? ¿Todos de acuerdo? Todos lo están, ¿cierto?
Digo todo aquello con una voz parecida a aquellos repartidores de cartas en pensiones de mala muerte en el centro de la ciudad. Rodeo con mis brazos a los capitanes que parecen tener poca conexión con esos tipos de lugares.
Y entonces, una vez más, colocó un puño sobre la palma de mi otra mano. Enseguida de eso, me inclino un poco y giro mi cabeza tratando de tirar el barro sucio que estaba sobre ella.
Gian: Muy bien. Entonces, si me disculpan, me retiro de esta reunión, tíos.
Nuevamente me disculpo por mi retirada y luego me inclino ante mi hermano mayor y los demás capitanes como lo hice aquella vez que recién me había unido a la organización en Daivan.
Gian: Gian Carlo Del Monte. Se retira ahora para cumplir con las obligaciones de su trabajo. Espero que se encuentren bien.
Bernardo: Gian…
Luchino: Entendido. Si hay algo que nosotros podamos hacer, por favor, dilo.
Gian: Muchas gracias. Más bien …. “Thank you, estoy muy feliz” (la frase que dijo entre comillas lo dijo con un tono de voz que usualmente usan las esposas con sus maridos jajajaja)
Bernardo: Bien…entendido. Bien…
Bernardo, quien se ha recuperado de la dolorosa depresión de ver, asiente una y otra vez mientras dice eso y luego me mira.
Bernardo: Por favor, Gian. Haz que regresemos a Daivan. Una vez hecho eso, veremos al Jefe.
Giulio: Así es. Y entonces, usted podrá ser el siguiente Jefe.
Ante las palabras de Bernardo, Giulio sonrió entrecerrando los ojos en su rostro guapo. De alguna manera parece estar feliz.
Bernardo: Si la red de contactos de Bondone sigue viva .Giulio, si tienes la oportunidad, ¿podrías decirle de nuestro plan a través de este tubo?
Bernardo: Dile que haremos con el plan original.
Giulio: Entendido. Mañana voy a solicitar una entrevista con el abogado. Sospecho que de alguna manera me han acusado de otro caso, y creo que como acusado que soy, puedo usar mi autoridad para ver a mi abogado a puerta cerrada como hoy.
Luchino: ¿Autoridad como acusado? Que cabrón. En cambio a nosotros, nos niegan rotundamente ver a nuestros abogados. Parece que algunos trabajan para la sociedad oscura.
Iván: Oye, Gian. Te dejaré en claro algo. Aunque ya te hayas convertido en un capitán, debes de entender que eres el más joven. No lo vayas a olvidar.
Gian: ¿Nm? Ah, si … ya lo se. Bueno, cuento contigo tío… digo, Iván.
Pero por otro lado, ¿debería alegrarme por esta promoción? Me pregunto si me darán mi propio territorio una vez que regresemos a Daivan. Pero más importante que eso, dejando aparte a mí hermano Bernardo, no creo que sea necesario que siga llamando a los otros hombres “tíos”, especialmente a Iván.
Gian: Bueno, ya está decidido.
Calculando el tiempo restante que nos queda a partir de los sonidos de gritos que provienen de la plaza central, aprovechó para dar una confirmación final a todos.
Gian: ¡Ah, lo siento! Se me estaba olvidando decirles algo muy importante
Gian: Para que este plan de escape pueda llevarse a cabo con éxito, creo que tendrán que obedecerme en todo lo que les pida realizar.
Gian: Quiero que cierren sus ojos y hagan de la vista gorda en caso de que llegue hacer un poco grosero con ustedes. Si tenemos éxito con la fuga y regresamos a nuestro territorio sin problemas, podrán conseguir una recompensa ¿de acuerdo?
Bien, casi todos estuvieron de acuerdo en silencio con esta afirmación. Obviamente Iván era el único que no asintiotió pero no comenzó a joder como lo haría antes. Muy bien.
Luchino: ¿Entonces? ¿Qué debemos hacer primero?
Entre estos hombres, Luchino, quien siempre ha sido realista y activo, me escuchó atentamente mientras se tronaba su cuello.
Gian: Primero buscaré a un tipo que me pueda ser útil para descubrir una ruta segura. A partir de ahí, comenzaremos con los preparativos. Mientras tanto…
Gian: Todos ustedes, les agradecería que no actuaran por su cuenta para evitar llamar la atención, solamente vivían su vida en prisión como normalmente lo han estado haciendo Serán de mucha ayuda si no hacen nada hasta que yo se los diga.
Gian: Y también, sin que se sobreesfuerce demasiado, les agradecería que pudieran investigar la situación desastrosa por la que está pasando la prisión en estos momentos.
Giulio: Entendido.
Bernardo: Déjamelo a mí. Limpiaremos los movimientos de la prisión. Y también Gian, me encargaré de contarles sobre ti a mis subordinados, así que puedes usarlos como quieras.
Iván: Tsk. ¿Realmente todo estará bien que te encargues de esto tú solo?
Gian: Si, al menos por ahora. En esta ocasión, a diferencia de las anteriores, no estoy solo. Tengo que escapar con todos ustedes.
Gian: Además, si no logro regresar con ustedes cinco a Daivan, lo acordado no tendrá valor. A mi no me gusta hacer apuestas sin sabor.
Bernardo: Cierto. Si el plan de escape es descubierto por un error de alguno de nosotros, terminaremos atrapados en una celda de castigo durante mucho tiempo, o incluso podrían transferir a algunos a otra prisión.
Luchino: Bueno, y yo pensando que las fugas eran agresivas.
Gian: Cuando sea el momento de ser agresivo se los diré. Bueno, ya va siendo hora que regresemos a la plaza.
Al hacer una señal con mis manos, Bernardo y Luchino asienten. Hicieron una señal en silencio hacia los subordinados que estaban vigilando el pasaje.
Bernardo: Estaré esperando otro milagro como el que hiciste apenas al conseguir armar todo ese relajo y lograr que todos nos reunamos a escondidas sin ningún problema. Cuento contigo.
Luchino: Cierto. Por otro lado, lo que es más molesto de esta situación, es ver que la arrogancia de los tipos del GD está en aumento en lugar de los guardias.
Giulio: señor Gian,estaré esperando sus órdenes.
Tomando las palabras de Giulio como una señal, todos comenzamos a movernos sobre el lodo apestoso.
Gian: Claro. Sobre el resto. Voy a tratar de hacer todo lo posible para buscar momentos para reunirme con ustedes.
Gian: Por el momento, chicos les pido que aguanten una semana.
Sin estar todavía completamente convencido del éxito de esta fuga, levanté uno de mis dedos y les dije a los capitanes sobre el tiempo que me llevaría en efectuar el escape.
Con ese dedo y la palabra “una semana” …. Emociones como la sorpresa, ansiedad, esperanza y el coraje, se reflejan fuertemente en las expresiones de los chicos. Esas emociones parecían fluir como varios autos en una carretera.
Bernardo: Entendido. Me comunicaré con el equipo lo antes posible para pedir su ayuda. Una vez que hayamos salido de estos muros, déjame el resto a mí.
Iván: Bueno, esa cantidad no es tan mala comparada a la realidad.
Luchino: Estaremos esperando. Si pasa algo, contactanos.
Todos los capitanes comienzan a dispersarse entre el sendero donde había un montón de madera contaminada por la lluvia y el barro tratando de hacer un camino a través de la brecha que los separa.
Bueno, primero regresaré a la plaza, y comenzará el turno del profesional del escape, Lucky Dog, Giancarlo.
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Iván: ¿Nm? Hey … ¡hey, hey, hey! ¡Oye, tu! ¡Usuario del cuchillo!
Iván: ¡Esa! ¡Más te vale que te deshagas de esa carta de mierda enviada por esos viejos! No soportaría que todo esto se echara a perder por esa mierda.
Giulio: Lo sé.
Bernardo: Esa orden también viene escrita ahí. Una vez que hayas leído el contenido se ordena que hay que eliminar esa carta, Giulio. Será mejor que la elimines rápido y con cuidado.
Cuando los chicos se alejaron …..
Giulio acarició la carta secreta de Bondone que había guardado dentro de su camisa. Luego puso una cara como de: “lo sabía, sin necesidad de que alguien me lo dijera.”
Originalmente debió haber eliminado esa carta antes de venir aquí. Esa carta, que no debe ser mostrada a otros, incluso si es un amigo, Giulio…
Sostenido de una forma tan cálida contra su cuerpo helado por un tiempo. Entonces, solo sus labios parecían temblar.
Giulio: Aquí está escrito sobre el señor Gian…. señor Gian.
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Atravesando la pila de vigas de madera acomuladas, camino hacia la plaza desde una esquina parecida a la salida de un laberinto. Tan solo pasaron unos instantes desde que los disturbios fueran controlados rápidamente.
Los prisioneros fueron puestos en cuclillas sobre el suelo cubierto de barro.Solo los prisioneros verdaderamente desafortunados, eran los que permanecían de pie y esposados.
Los guardias con escopetas miraron a los prisioneros fangosos con ojos inyectados en sangre.
Pude ver que la Guardia Nacional en la torre de vigilancia y en la puerta que se supone ya habían terminado su turno, permanecían ahí mientras que fumaban y se reían.
Escondido, observó la situación. Todavía no muestro mi cara aquí. Si salgo ahora, un guardia me encontrará.
Guardia 11: ¡No se muevan! ¡Joder! ¡¿Por qué han hecho algo así de desastroso?!
El guardia que me está dando la espalda, dijo aquellas palabras mientras apuntaba con su arma a los prisioneros. Yo miro la situación.
Los guardias se están moviendo. Por lo que pude observar, parecían estar hablando sobre cómo cambiar a los prisioneros.
Guardia 14: ¡Bien! ¡Comencemos primero con los prisioneros del bloque A! ¡Levántese lentamente! ¡Despacio!
Guardia 11: Grupo de trabajo … Tch, ¡los Hollman experimentados, levanten sus manos y luego parense! ¡Haganse cargo de toda la demás escoria!
Las voces de los guardias volaban hacia los prisioneros que habían comenzando a moverse lentamente. Los prisioneros marchaban hacia el camino que los llevaría de regreso a sus celdas.
La mayoría de ellos parece que no pudieron comer la comida en esta agitación. Me siento un poco culpable … Echo un vistazo a la cantidad de Hollman que los guardias habían gritado y ordenado que se hicieran cargo de recoger el desorden.
En el barro, habían vajillas desechadas que estaban rodando, también habían platos y cuencos que parecían como esas conchas que la gente usaba para jugar con el barro.
El número de Hollman planteados para recoger el desorden es claramente pequeño. Había más chicos que estaban respaldando a los guardias.
¡Es ahora!
Aprovechando que los guardias no estaban mirando hacia mi dirección, me apresuro y me mezclo con los que estaban recogiendo.
Y entonces, me doy prisa en recoger algunos utensilios de comida.
Gian: ¡Eh, guardias! ¡guardias! ¿Dónde debería colocar los utensilios de comida que he recogido?
¡Comencé a trabajar tan pronto como lo ordenaron! Hice una enredadera, sosteniendo los platos cubiertos de barro con ambas manos y me puse de pie.
Guardia 11: ¡En el comedor, idiota! ¡Pon todo eso en el carrito y llévatelo!
Contesté y seguí trabajando. He conseguido regresar al camino de los pobres prisioneros con éxito. También puedo ir al misterioso comedor que se había podido usar por alguna razón
¡He matado dos pájaros de un tiro!
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Empuje el carrito directamente hacia el edificio mientras ocultaba mi rostro detrás.. Gire en la intersección de tres vías hacia el comedor.
¿Nm ….?
De repente me encuentro con una vista extraña y me detengo allí por un momento.
Varios hombres estaban caminando sin estar formados en línea, pero el lugar a donde ellos se dirigían era el mismo que el mío. Los prisioneros se dirigen hacia el comedor a paso lento.
Habían muchos reos vestidos de blanco y negro dirigiéndose al comedor por el pasillo solitario del primer piso.
¿Qué está pasando? ¿Qué van a hacer en el comedor?
Me he quedado medio cegado por el enjambre de reclusos que se dirigían hacia el mismo destino que finalmente alguien noto mi presencia.
La mayoría de estos prisioneros me ignoró.
Prisionero 31: ¿Es verdad lo de la comida?
Prisionero 32: Parece que el jefe González tiene comida. ¿Deberíamos mostrarnos y probar un poco?
Prisionero 33: ¿Estará bien? ¿No hay guardias?
Había muchos tipos que se encogían de hombros debido a la fatiga y la desesperación. La mayoría de ellos eran recién llegados, ya que estaban vestidos con diferentes uniformes de prisionero. No me había dado cuenta hasta que estuve cerca de ellos.
Estos tipos son casi todos ellos… ¡¿Acaso no son todos… de la pandilla del GD?!

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