El viejo monstruo Pixiu salió a tirar la basura; la basura fue al contenedor, y un fantasma varón cayó en sus brazos. El fantasma, Wen Xi, era hermoso como una flor, de cuerpo frío y suave, perfecto para que el Pixiu, quien sufría un calor insoportable por un castigo celestial, lo usara como una almohada para abrazar. El Pixiu juró al cielo que solo trataba a este fantasma como una almohada, pero nadie le creyó. —Aunque el hilo rojo del destino esté atado a mi cuerpo, mi corazón sigue siendo un corazón soltero. Wen Xi había estado sellado en un jarrón fermentándose durante varios siglos. Finalmente fue liberado para ver la luz del día, solo para descubrir que se había convertido en un “prometido por deuda”. Para colmo, su “objeto de servicio” era un trabajador autónomo que debía pagar impuestos y devolver préstamos puntualmente cada mes. —Pixiu, ¿existe algún otro que viva tan miserablemente como tú? Ambos pasaron por un proceso de caos total y finalmente lograron su destino. El Dios de los Matrimonios (Yue Lao) trajo gente para entrevistarlos. El Pixiu insistió en que todo se debía a que la clasificación de basura estaba bien hecha, y así es muy fácil encontrar una pareja hermosa. Otro nombre: Encontré a mi pareja en el contenedor de basura (Es broma).