Prisión #10

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Prisión 10 – 20%

 

Gian: ¡Iván, por allá!

 

Iván: ¡Ya cállate! ¡Lo sé! ¡Deja de estar dando órdenes a cada rato!

 

Ivan y yo corrimos hacia la pila de materiales desde diferentes direcciones, y nos sumergimos en la brecha. Montañas y montones de madera que se han apilado.

 

En el camino entre ellos, atravesé el hueco en el laberinto, y avanzamos como un ratón en un laberinto y detrás de eso …

 

Guardia 14: ¡Desde hace rato no paran de estar armando alboroto! ¡Los voy a matar! ¡Todos aléjense! ¡Dejen de moverse, bola de bastardos!

 

El grito del guardia se mezcló con sangre. Ese alboroto comenzaba a ser suprimido por disparos y palos. No nos quedaba demasiado tiempo.

 

Di la vuelta a la montaña de madera. Allí, encontré a los hombres vestidos de negro y blanco reunidos.

 

…………………………………………………………………………………………………..

 

Detrás de toda la montaña de madera apilada. Finalmente llegamos a aquel lugar de reunión, después de cruzar aquel camino estrecho. Ese lugar era un pequeño terreno baldío rodeado de madera y por el muro exterior de la prisión. 

 

Me doy prisa en encargar la misión de vigilancia a unos miembros del CR:5 que estaban cerca de aquel camino angosto. 

 

Y en las profundidades de aquel camino, ya estaban ahí. Todos los capitanes reunidos. 

 

Gian: Lo siento, me llevo un poco de tiempo. 

 

Bernardo: Ah, si. Gian… tu…

 

Me inclino ante Benardo, a quién tenía bastante tiempo sin ver, y también hacia Luchino e Iván. Luego terminó de atravesar el sucio y angosto camino que huele a baño. 

 

Gian: ¿Entonces? Se puede decir que esta es una reunión de solo capitanes, ¿cierto? ¿Qué hago? ¿Puedo quedarme aquí?

 

Pregunto esto tomando en cuenta mi posición.

 

Bernardo: Ah, si…Digo, no… Gian. Puedes quedarte aquí. Después de todo, esto te incumbe a ti. 

 

Diciendo eso, una sonrisa a medias aparece en el rostro de Bernardo. ¿Cómo decirlo? De alguna manera no se siente como el Bernardo habitual. Me hace sentir ansioso. 

 

Luchino: Bueno, el que nos metió a este lugar desde un inicio fue él. No hay problema dejar que se quede. Por otro lado, ¿qué debemos hacer, Bernardo?

 

Iván: ¡Te pasaste con el relajo que armaste, imbécil! ¡Los tipos del GD no tardaran mucho en regresar a vigilar! ¡No tenemos mucho tiempo, así que si hay algo de lo que tenemos que hablar, háganlo rápido!

 

No se sentía el alivio de haber logrado hacer que Luchino, e Iván hayan podido reunirse con Bernardo. Se siente como si quisieran agarrar a golpes a alguien.

 

Bernardo: Lo siento. Originalmente, se supone que teníamos que llevar un ritual simple de iniciación hoy y en este mismo lugar. Gian, tu…

 

La cara de Bernardo, con sudor insalubre me miró, sus labios se movieron, tratando de decir algo. Pero se detuvo. ¿Qué pasa?

 

Luchino: Las órdenes del jefe no llegaron. ¿Eso está confirmado, Bernardo?

 

Bernardo: Así es. No se trata de un retraso. Si fuera un retraso, hubiera recibido una llamada de aviso, pero… No hubo nada. Solo recibí un aviso de emergencia.

 

“Órdenes” Esa palabra hizo que mi corazón comenzara a agitarse. ¿Acaso no se trataba de aquello? Lo que Bernardo trataba de insinuarme antes.

 

Lo que estoy pensando todavía sigue siendo una suposición. Pero no puedo decirles ahora a los capitanes. Decirles sobre aquella suposición que solamente yo puedo hacer.

 

Como un pez dorado, respire profundamente, inhale aire tan profundamente que sentí como mis ideas se aclaraban por la fuerza. 

 

Sin embargo, Bernardo mencionó antes algo sobre un ritual. ¿A qué ritual se refiere? ¿una ceremonia? ¿O qué?

 

Gian: ¿Nm?

 

Una sombra apareció repentinamente en mi campo de visión. 

 

Gian: ¿Eh? ¡Uaaahhh! Ah, eres tú .. Ehm… tú eras…

 

Giulio: L-Lo siento. Tarde un poco en llegar.

 

Realmente apareció de la nada. Fue como si hubiera bajado mi mirada del cielo y en tan solo un parpadeo él ya estaba allí. Eso es lo único que pude pensar.

 

Es aquel chico guapo, el asesino conocido como el usuario de cuchillos. De la nada, el capitán Giulio estaba en nuestro círculo de reunión. Sus zapatos están cubiertos de barro a pesar de que no aparenta haber corrido. 

 

Iván: ¡Agh! ¡Tu …! ¡¿De dónde saliste?!

 

Parece que los otros capitanes parecían un poco sorprendidos por la repentina aparición de este hombre. ¿Se supone que no debo estar con una cara de tonto por tanto tiempo al ver la aparición de este chico, no?

 

Los subordinados que estaba vigilando, se apresuraron a venir después de notar la aparición repentina del hombre. Pero al observar de quién se trataba, y ver la señal a la que estaban acostumbrados, regresaron a sus puestos. 

 

Bernardo: Ah, ¿Giulio? Veo que lograste escapar de la vigilancia con éxito.

 

Giulio: Si. Estaba en medio de una visita con mi abogado.

 

Ante la palabra visita, todos excepto yo, voltearon sus miradas hacia Giulio, pero él…

 

Giulio: ¿No les llegó la orden?

 

Nadie respondió ante las palabras cortas y crueles de Giulio.

 

Probablemente pasaron alrededor de 10 segundos, pero por la impresión se sintió como si hubieran pasado 10 minutos. 

 

Bernardo: Giulio… ¿tampoco te llego la orden, verdad?

 

Giulio: No. No recibí ninguna orden del jefe.

 

Bernardo: Ya veo…

 

Luchino e Iván ya terminaron de hablar, y comenzaron a distraerse en sus propios pensamientos.

 

Me aventuro a interrumpir.

 

Gian: Oigan, en este lugar todos los capitanes están reunidos. Entonces, puede que suene pretencioso, pero todos somos familia. Entonces, se supone que no violó la ley de Omerta…

 

Gian: ¿No va siendo hora que me metan también en su conversación? ¿Entonces? ¿Qué tengo que ver con la orden que se supone tendría que haber llegado?

 

Tal vez haya sido el primero en la organización que trajo a relucir el tema de Omerta. Luchino me miró malhumorado por un rato para luego girarse a ver a Bernardo.

 

Bernardo me miró con unos ojos que nunca antes había visto e inmediatamente bajó su mirada. 

 

Gian: Bernardo, casi no tenemos tiempo.

 

Gian: ¿Cuál es esa orden directa del Jefe que me involucra? Como capitanes que son, escucharon sobre esa orden antes ¿cierto?

 

Bernardo me miró como si buscara las palabras adecuadas para decir. 

 

Bernardo: La orden fue esta: “Giancarlo Bourbon del Monte. Debe escapar de inmediato de la prisión de Madison junto con los cuatro capitanes y regresa con ellos a Daivan”

 

¡…..!

 

Al escuchar aquellas palabras que se supone que ya esperaba que viniera, no pude evitar sentirme nervioso.

 

En algún lugar de mi cabeza y de mi estómago presentía que algo así pasaría. Sin embargo, al escucharlo en palabras, realmente me sorprendió.

 

Luchino: Eso es también lo que escuché. No hay duda alguna. Es por eso que acepté mi traslado a esta prisión dejando a un lado si se lograría o no. Bueno, a fin de cuentas era una orden. 

 

Iván: Heh, yo lo supe por medio de una carta que me enviaron los ancianos de la junta. Definitivamente el jefe se ha vuelto mal de la cabeza. Bueno, actualmente sigue así

 

Giulio: Es lo mismo que me dijo el abogado.

 

Giulio: Bernardo, se supone que todavía hay algo más.

 

Por las palabras de Giulio, Bernardo se confundió por un momento, y luego me miró como si le estuviera dando una descarga eléctrica. 

 

Bernardo se inclinó como si fuera un borracho con ganas de vomitar y se llevó una mano a la boca. Comenzó a hablar con un tono de voz como si hubiera perdido el sueño brillante de esperanza por venir.

 

Bernardo: El jefe …. El jefe del Salto. Aceptó el retiro del capitán ejecutivo Cavalli. Informó a todos los miembros de la junta sobre la aceptación de la retirada del anciano Cavalli como capitán ejecutivo. 

 

Bernardo: Y entonces, se decidió que ese puesto sería ocupado por Giancarlo Bourbon del Monte. Gian, serás un capitán al igual que todos nosotros.

 

¿Eh? ¡¿Yo?!

 

¿Un pandillero como yo, sin sentido del deber y sin un nacimiento adecuado, será capitán?

 

Giulio: Muchas felicidades, Señor Gian.

 

Luchino: Correcto. Eso es lo que también escuché.

 

Gian: Entonces… ¿Es en serio?

 

Bernardo: Gian, todavía hay más. Tal vez no sea un lugar adecuado de decirlo además de informarte sobre tu nueva posición como capitán para ocupar el lugar dejado por el anciano Cavalli. También …..

 

Bernardo: Como lo dije recién, una vez que consigas con éxito escapar con todos los capitanes de esta prisión y regresar…

 

Bernardo: El jefe actual, Alessandro del Salto, se retirará como jefe, y dejará su puesto al capitán del Monte …..

 

Bernardo: Gian, serás el jefe de la segunda generación …..

 

Gian: ¡¿ …. ?!

 

Bernardo: Se supone que la orden llegaría por escrito. En cuestión de la veracidad del contenido, puedo jurar por mi orgullo que es verdad.

 

Gian: ¿Es en serio?

 

¿No deben estar bromeando, verdad? Digo, alguien como yo que repentinamente da un saltó enorme como capitán y de repente mencionan todo eso de ser jefe, ¿realmente es verdad?

 

Bueno, probablemente la orden de escapar de aquí sea cierta. Por otro lado, tal vez sea una tarea difícil de llevar a cabo dado que tengo que llevar conmigo a los cuatro capitanes sin ninguna experiencia en escape. 

 

Pero una vez que haya logrado eso con éxito, ¿seré el próximo jefe?

 

¿Cómo quiere que reaccione ante algo que dice tan de repente? ¿Es alguna clase de broma dicha por el jefe? 

 

En primer lugar, fue bastante sorprendente el hecho de ser un nuevo capitán y todo lo demás, pero después de escuchar lo demás… Me siento como que “¿es en serio?”

 

Ciertamente el anciano Cavalli ya está viejo, y no es tan raro que piense en jubilarse para dejar libre su puesto a alguien más joven. 

 

Sin embargo, ese terco anciano nacido en el siglo 19 decida repentinamente jubilarse en medio del conflicto donde nuestra organización y Daivan están en juego. ¿Acaso esa jubilación no se verá como si estuviera escapando?

 

Mientras estaba sumergido en mis pensamientos …..

 

Giulio: Señor Gian ¿Se encuentra bien?

 

Gian: Ah, si estoy bien. 

 

Que repentinamente me haya convertido en el centro de este tema… De alguna manera, y si es posible, realmente me gustaría escapar de aquí. 

 

Ya me veo atrapado en una esquina de la calle por un grupo de reporteros y luces estroboscópicas diciendo: “¡Un nuevo tesoro ha aparecido, quien lo atrape recibirá una recompensa de 100,000 dólares!

 

No es de extrañar que me sienta así.

 

Iván: Espera. ¿Qué sucede cuando la orden no llega de forma formal? ¿Acaso eso no significa que todo saldrá mal?

 

Luchino: Si, además si no tenemos la orden formal por escrito, no tendremos pruebas de que la orden es verídica. 

 

Ante las palabras de reproche de aquellos dos, la cara de Bernardo se volvió aún más angustiada.

 

Iván: Sumando el hecho de que ahora la organización y Daivan están en una situación delicada. No sería tan extraño que el anciano Cavalli saque a relucir repentinamente su jubilación.

 

Iván: Pero, ¡que un perro callejero como este! ¿Será el próximo jefe? ¡Realmente todos podrían pensar que el jefe ha perdido la cabeza!

 

Giulio: Cállate, Iván.

 

Iván: ¡….!

 

Incluso desconocidos que escuchan las palabras frías del manejador de cuchillos, no pueden evitar temblar, e Iván no es la excepción; más en esta sociedad donde existe la jerarquía de clases. Iván se calla inmediatamente como si hubiera sido golpeado fuertemente en el estómago.

 

Giulio, quién había estado en silencio hasta ahora, gruñó fríamente ante las palabras de Iván mientras mantenía apretado su cuchillo oculto en el interior de su ropa de prisionero y dijo a continuación. 

 

Giulio: El jefe… Alessandro. No es una persona que da órdenes importantes al azar. Una vez dadas las indicaciones, es imposible cambiarlas. 

 

Giulio: Eso es imperdonable. Y eso, lo comprendes perfectamente, ¿cierto Iván?

 

Iván: ¡Ngh…! ¡¿Qué has dicho?!

 

Luchino: Oye, Giulio. ¿Qué significa eso? No me digas que…

 

Bernardo: ¿Eso? ¿No me digas que te estás refiriendo al sello del jefe de la organización?

 

Giulio: Así es. Hoy, me acaba de llegar.

 

Bernardo: Yo no sabía nada de eso.

 

Giulio permanece de pie con una postura que no te hace pensar que sea un asesino, mientras sostiene entre sus manos un sobre blanco que tenía algo escrito.

 

En aquel sobre sellado, pude ver el estampado de algún tipo de círculo de color sangre goteando desde el costado.

 

Entonces, repentinamente Giulio se colocó al lado de mí. Después de mirarme fijamente por unos segundos, dijo:

 

Giulio: Usted, señor Gian, ha sido promovido a capitán por el retiro del ejecutivo Cavalli y… 

 

Giulio: Con respecto al escape, está todo en manos de usted por orden del Jefe. Después de haber logrado ese cometido, el Señor Gian, será nominado para ser el Jefe de la segunda generación. Eso es lo que está escrito aquí.

 

Bernardo: ¡¿Qué?!

 

Iván: ¡¿Qué?! ¡¿Qué carajos es esa carta?! 

 

Antes de que yo pudiera expresar mi asombro, Iván se me adelantó expresando lo que estaba pensando. Giulio abre la carta con una mirada como de una piedra mojada. 

 

Giulio: Bernardo, por favor, leela. 

 

Bernardo: ¿…? Ah …. Ah, claro. ¡¿Está es una carta de Don Bondone?!

 

Bernardo, mientras se sacudía por la sorpresa y la vergüenza, tomó la carta de la mano de Giulio y la miró con una mirada fija desde detrás de sus lentes. La carta que alcancé a ver estaba escrita a mano y en italiano.

 

Bernardo: No hay duda alguna. Esta es una carta de Don Bondone, miembro del consejo administrativo. También está escrita la orden directa del jefe.

 

Luchino: Ya veo, eso quiere decir que los miembros de la junta también escucharon sobre esto. 

 

Gian: ¿Miembros de la junta? ¿Qué era eso? ¿Eh? Don Bondone … ¿acaso es aquel …?

 

Giulio: Si, él es mi abuelo.

 

Iván: ¡¿Q-Qué?! ¡¿Qué carajos es lo que tiene escrito esa carta?! ¡También muéstrenmela, joder!

 

Cuando Iván estaba a punto de arrebatarle la carta a Bernardo, este lo esquivo mirándolo con una expresión despectiva. ¿Desprecio? Un color parecido al desprecio se mostraba flotando frente a su mirada.  

 

Bernardo: ¿Puedes leer italiano?

 

Iván: ¡Nhg….! Kugh……

 

Bernardo: En esta carta, contiene el informe del retiro del Señor Cavalli, dejando su puesto a Gian. También está escrita la orden directa del jefe sobre el escape. 

 

Bernardo: Hay prueba de que el contenido de esta información ya fue aceptada por los miembros de la junta. La carta fue enviada a Giulio, quien es el nieto de Bondone. El contenido describe que Giulio debe de participar en este escape, y de ser posible, lograr con éxito huir de aquí.

 

Bernardo: Está descrito a detalle sobre el retiro del capitán Cavalli, la orden directa de escape dada por el jefe y la aceptación de esto por parte de los miembros de la junta.

 

Iván: ¡¿Qué?! ¡Joder! ¡Esos malditos desgraciados ancianos!  

 

Luchino: Hah, es una carta digna de ser enviada por aquellos zorros de la junta directiva.Si todo sale bien, no habrá problema. Pero, si falla…

 

Bernardo: La responsabilidad caerá hacia nosotros y el Jefe. Bueno, es un alivio tener esta carta. Muchas gracias, por mostrarnos esto, Giulio.

 

Giulio: No quería desperdiciar tiempo en vano por tonterías.

 

Gian: Ehm… No entiendo nada… ¿Por qué esa carta llegó al usuario del cuchillo, el tío Giulio? 

 

Preguntando aquello con una expresión de confusión en mi rostro Giulio respondió.

 

Giulio: Eso es porque soy nieto del jefe de la familia Bondone. Mi abuelo, Cosimo Bondone es miembro de la junta directiva del CR:5.

 

Gian: ¿Junta directiva? Ah, con tan solo escuchar eso, no puedo evitar pensar en la expresión de cansancio del anciano Cavalli….

 

Escuchar eso, de alguna manera comienzo a entender la razón de la importancia de este usuario de cuchillos, Giulio. Con que este chico, es un hombre proveniente de una familia rica y el líder de su familia es miembro de la junta directiva. 

 

Luchino: Cierra esa boca tuya, rubio. Gracias a esa junta directiva, ahora eres un capitán. Y este sello en la carta de Don Bondone, lo prueba oficialmente. 

 

Gian: Ehm, perdón pero alguien como yo no sabe nada. El sello del miembro de la junta, Bondone, en esta carta, ¿es la prueba? ¿Tiene algo que ver con la veracidad de la orden del Jefe?

 

Luchino: Vaya con este capitán, serás cabrón. 

 

Bernardo: Los sellos son dados a cada miembro importante en la organización. Su valor es tan poderoso como una tarjeta de presentación de Rockefeller en un teatro lleno de aspirantes a ser actores y actrices en Broadway.

 

Gian: Eso es increíble. Me pregunto si debería ir preparando mis mejores calzoncillos. 

 

Iván: ¡Hah! Eso dilo después de haber tenido éxito

 

Iván: Ahhh, que estupidez. Oigan, será mejor que regresemos. Sería una molestia si nos encuentran reunidos aquí.

 

Luchino: ¡Fuh! Ya veo. Que relajado estás, bueno es obvio que lo estes ya que solo estarás por tres meses en presión, hahaha. Vaya que lo tienes fácil solo por ser un pequeño pandillero a quien condenaron por tan poco tiempo.

 

Iván: ¡¿Qué has dicho bastardo?!

 

Iván se enoja, su estómago, cabello y cuerpo parecieran estar ardiendo, y se acerca a Luchino. Inmediatamente antes de que volara el puño, Ivan se detuvo y se encogió de hombros sonriendo maliciosamente.

 

Iván: ¡Así es! Yo saldré mucho antes que ustedes y disfrutaré de la Navidad rodeado de mujeres y cocacola. Mientras ustedes seguirán encerrados aquí. 

 

Iván: ¿Al friki le dieron 10 años, cierto? Y a ti … ¿4 años? Al usador de cuchillos solo le dieron 8 años a pesar de haber sido acusado por asesinato. Es tan afortunado de haber escapado de la silla amarilla. 

 

Incluso yo me estremecí de miedo al escuchar las palabras de Iván. El usar palabras como silla amarilla es una frase muy mala para expresarse. Con, hace referencia a la condenas que pasan por la silla eléctrica, queestá pintada de amarillo.

 

Como era de esperar, yo nunca debería de estar sentado ahí… pero ¿Giulio sabe el significado de esa frase? Él continúa con una expresión guapa y genial en su rostro como si nada.  

 

Iván: Claro, para cuando salgas de aquí te enviaré un regalo de felicitaciones. Aunque me pregunto si para ese entonces la organización todavía se mantendrá a pie. 

 

Luchino: Maldito perro callejero.

 

Iván: ¿Qué has dicho, desgraciado león cabeza hueca?

 

La sonrisa tranquila de Iván desaparece. En su mano, hay un garrote de goma gruesa (probablemente objeto que habrá encontrado entre los restos) escondido debajo de su ropa). 

 

Bernardo: ¡Ya paren ustedes dos! ¡Dejen de estar discutiendo en este lugar!

 

Bernardo intenta detener a los capitanes, pero ni su voz ni sus manos son suficientes para hacerlo. Esto es malo. 

 

Tal vez estén tensos al saber que no recibieron ninguna clase de apoyo por parte de la directiva del CR:5.

 

¿No es esto malo?

 

Me pongo a pensar. Doy medio paso hacia atrás, comenzando a caminar más hacia atrás para tomar distancia. En ese momento me di cuenta. No importa que tanto lo piense, el hecho de que esta situación se ha vuelto cada vez más terrible y no se puede cambiar. Algo que puedo notar con tan solo echar un vistazo.

 

No es necesario pensarlo dos veces, esta situación es claramente mala, y más por cómo los capitanes están actuando.

 

Si los comparo,  los perros callejeros resultan  ser más unidos que este grupo de compañeros capitanes.

 

Bernardo: ¡Paren y calmense! ¡Aunque discutamos ahora no servirá de nada!

 

Luchino: ¡¿Entonces qué es lo que propones que hagamos?! ¡¿Qué podemos hacer en esta jodida prisión de mierda?!

 

Iván: Desde el principio, toda esta situación ha estado hecha un desastre. Bueno, eso es algo que puedo ignorar simplemente actuando ya que no los conozco.

 

Giulio: Las ordenes del Jefe son absolutas. Lo único que podemos hacer es …..

 

Bernardo: ¡Joder! ¿Porqué mi información fue filtrada?!

 

Luchino: En lo único que puedo pensar es en que quizás nos tendieron una trampa para mantenernos encerrados en esta clase de caja.

 

Iván: ¡Ni puta idea! Más importante, es mejor usar todos nuestros jodidos sentidos para evitar ser aplastados por este desastre

 

Evito estar muy cerca de ellos para no dejar que mis pensamientos sean mordidos por sus palabras. Permaneciendo a esta distancia, puedo notar que hay algo diferente.

 

Entrecierro mis ojos para concentrarme en mis propios pensamientos y no distraerme con nada.

 

Esto es malo. Parece ser que mi rango en la organización ha subido, y no solo eso, podría ser el próximo jefe de este grupo de mafiosos. ¡Vaya cosa que se le ha ocurrido al jefe, es ridículo!

 

Por otro lado, ¡esta podría ser la mayor oportunidad de mi vida! ¡Como hombre que soy, esa posibilidad es algo que no puedo dejar pasar! ¡Obtendré un futuro brillante y rosado después de llevar a cabo esta misión con éxito!

 

Antes me preguntaba porque se me permitió estar en una reunión de capitanes, ¡y aquella duda se aclaró después de escuchar semejante historia! ¡A partir de ahora tengo que ver cómo escapar con todos ellos! 

 

¡Esto es ridículo! Incluso si logro escapar yo solo,es bastante complicado, y ahora me dicen que debo escapar con estos cuatro chicos aficionados que no están acostumbrados a estar encerrados en esta prisión.

 

Suena fácil solo decir “toma contigo a estos tipos y fugate con ellos” ¡esto es completamente una ridiculez! ¡Se pasa ese jodido viejo Alessandro! 

 

Cuando estaba en libertad, se me ordenó hacer algunas cosas locas, ¡pero nunca pensé que ese viejo estuviera tan mal de la cabeza como para decidir algo tan ridículo como esto!

 

¿Acaso eso se debe a que como he estado mucho tiempo jugando dentro de las prisiones, Daivan realmente ha caído en una situación muy mala? ¿Es por eso?

 

Escapar con Bernardo y Luchino estaría bien, ya que podríamos arreglárnoslas como podamos si regresáramos. Y eso es porque ellos son tranquilos y pacientes.

 

Por otro lado, me pregunto si esta orden ridícula surgió porque el Jefe, el padre Alessandro, ha sido perseguido hasta el punto en que ya no pudo continuar manejando la organización satisfactoriamente. 

 

¿Y no le quedó de otra más que recurrir a utilizar una pieza barata como yo? ¿Me eligió por mi buena suerte? ¿porque estaba encerrado junto con los capitanes en la misma prisión?

 

¿O porque simplemente se quedó sin manos de obra y no tuvo  de otra que elegirme a mí y empujarme a toda esta historia tan ridícula? Si es así, entonces significa que si decido escapar de aquí yo solo sin esperar a que mi condena termine y regrese a Daivan, cabe la posibilidad de que ya no tenga un lugar al cual regresar.

 

Ahora mismo, ni mi hermano ni los otros capitanes están usando sus cabezas.

 

¿Qué debería hacer? ¿abandonó a la organización y a estos capitanes y escapó para regresar a ser un simple pandillero sin hogar?

Traducido por Sakurada Di
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