—Así es. Se los di porque me salvo
—¿Lo ves? ¡Es verdad!
—Estaré en problemas si ella no los toma. Los pendientes incluyen el pago por el silencio.
Pensé que me tomaría un año si esto continuaba, por lo que deje de hablar con el hombre. Cualquiera que fuera su expresión, parecían que se le acababa de ocurrir algo.
Aun así, traté de ahorrarme la molestia de tener que buscar un gremio de información con respecto del sacerdote llamado Matheus, por lo que me ahorré el esfuerzo.
—No sabes quién soy e incluso si se entera después deseo que guarde el secreto, además estoy buscando un gremio que de información.
—¡Yo sé!
—¡Cállate!
La niña levantó la mano para responder, pero el hombre la agarró apresuradamente y tiró de ella hacia abajo. Respiro hondo antes de mirarme directamente.
Había un atisbo de incertidumbre.
No había nada bueno para los plebeyos el que se juntaran con los nobles. Era un lugar en donde no se podía emitir ningún sonido, incluso si lo aprovechabas debías seguir siendo reservado.
—Ja, señora.
—Si conoces a mi familia no tendrás más remedio que obedecer a mi pedido.
—Entonces simplemente la llamaré señorita. Lady, me disculpo por las molestias ocasionadas por la pequeña niña. Ella no sabe nada al respecto, somos pobres e incompetentes por lo que no podemos traer lo que nos pide la señorita.
El hombre inclinó la cabeza en una reverencia profunda. Fue educado y sabio, pero desafortunadamente, eso hizo que me agradara más. Ser cortés y sabio era mejor que ser estúpido.
Mi esfuerzo por no enredarme de ninguna manera no era posible, además estaba desesperada. Me senté en la cama desocupada y crucé las piernas.
—Si salgo ahora, mi familia pensará que me has secuestrado, entonces todos los niños pequeños se verán envueltos e interrogados ¿Eso es lo que quieres? En cambio, si usted cumple con mis demandas, puedo hacer lo contrario. Casi lo pasé mal, pero ustedes me salvaron ¿Qué vas a hacer?
La niña golpeó el costado del hombre, ¿Porque estaba dudando? El hombre asintió mientras eliminaba su expresión de preocupación.
De hecho, esa amenaza era mi única opción, por lo que no me sentí culpable. No deberían de haberme arrastrado de esa forma. Miré a la niña antes de hablar.
—Busco un gremio informante que sea altamente capaz, pero lo más importante es que debe de garantizar que la información no se filtre, así que debes de tenerlo en cuenta.
—El padre de Nancy, que está en el callejón trasero, hace los servicios de informante y es una persona sincera y muy confiable.
—De acuerdo, pídele que averigüe en donde está el sacerdote Matheus.
—¿Cuánto es el pago?
—¡Oh! Debes de tener bastante confianza para pedir un pago por adelantado. Si no lo encuentras, será complicado.
La niña asintió como si estuviera convencida. Le encargó al hombre que estaba de pie, me estuvo mirando en todo momento.
—No pareces muy feliz.
—¿Viniste aquí a propósito?
Esa nueva percepción errónea era linda. Mi ropa podía estar arrugada ya que me escondía, pero todo lo que vestía eran lo suficientemente caros como para comprar todo un vecindario.
Incluso si es una trampa, no había manera de que viniera hasta ese lugar para hacerles daño. Simplemente tenía que ordenar a los caballeros de mi familia que actuarán como un matón en servicio.
—Para nada ¿Crees que tengo tanto tiempo libre como para venir con alguien que ni siquiera sabe quién soy? Me estaban persiguiendo.
—Los nobles no le ordenan a la primera persona que encuentran que busquen un gremio de informantes. Podrían revelar sus secretos a otros.
¡Oh, ya veo! Sospechaba de mí.
Me levanté de la cama, me puse ligeramente de puntillas para acercar mi rostro al de ese hombre. Pensé que se pondría nervioso al hacer eso, pues no eran palabras vacías al decir que Eris era la segunda mujer más bella en todo el país, pero para mi sorpresa el hombre solo bajó los ojos para verme.
—Eso es, porque sí así lo quiero podrá matarte en menos de un día. Incluso si una rata de alcantarilla amenaza con morder ¿Un humano le temería? Solo deben de matarla y dejar atrás todas las cosas que dijo la rata.
Incluso en el mundo moderno, era común ver cómo los poderosos sometían a los débiles de esa manera. Además en una sociedad donde existía el sistema de clases abiertamente, no era un desafío y tampoco era un defecto. Por eso, el hombre estaba tratando desesperadamente de alejarme de la niña.
Fue solo después de escucharme que vi como la pequeña estaba temblando. aterrorizada. Bueno, si en verdad no pensaban en decir nada, no tenía la intención de matarlos; así que era mejor asegurarse intencionalmente de su confiabilidad.
Sonreí y acaricié la cabeza de la niña.
—Tú…ni siquiera nos ves como seres humanos.
—Bueno, soy un poco diferente de los nobles promedios.
El hombre se encogió de hombros como si estuviera molesto. No estaba interesada en como los otros nobles veían a los plebeyos, incluso en la novela, recordaba que no había tratos buenos.
La razón por la que podía ser cruel, no era porque tenía un alto estatus y ellos no, era que desafortunadamente para mí, ellos no eran verdaderos humanos.
Nadie simpatiza con un personaje virtual que no es real, a menos que esté bastante inmerso en él. Cuando un personaje que no es diferente del de un juego mata a otro personaje, en lugar de llorar y lamentarse, lo aceptan como si nada, como un texto que dice “muerto”.
Para la inmersión en un personaje, se necesita de una narración convincente que, a su vez, genere ese efecto. Nadie espera que un personaje al que aprecia muera. Desafortunadamente, en esta novela tan cliché, no hubo un personaje que me hiciera sentir de esa manera.
¿Cuáles eran las cosas que amaba y me encantaban? Todo eso existía en mi mundo, no aquí. Mi familia, mis amigos, las canciones que me gustaban y los paisajes que me encantaban. Para recuperar todo eso, estaba preparada para morir.
—…Ahora, llévame allí.
El hombre me miró desconcertado, de pronto se quitó sus zapatos, se arrodilló para colocarlos en mis pies. Me quedaban sueltos ya que no eran de mi talla, pero era imposible que se salieran.
Mirando las circunstancias de la casa en las que entré, parecía que no había otro par de zapatos, pero no sabía qué hacer, incluso con el pago que les di las tiendas estarían cerradas a estas horas.
—Parece que no hay otro par de zapatos ¿Por qué me los das?
—Eso no significa que deba dejar que una lady camine descalza. —respondió el hombre abriendo la puerta mientras esperaba en silencio a que saliera.
Honestamente no deseaba salir…Si cruzaba esa puerta, la historia continuaría de nuevo, ni siquiera podía adivinar cuánto más tendría que soportar del futuro que venía. La novela fue corta cuando la leí, pero decía que pasó mucho tiempo.
Todavía deseaba huir.
Pero si en verdad pensaba en huir, no debería apresurarme de esa forma. Son las personas más poderosas del país y sí no planificaba con cuidado, me encontrarían de alguna manera. Si me escondiera en esta casa, me hallarían antes del amanecer.
Además, era ridículo que yo, que estaba preparada para la muerte, le temiera al príncipe heredero, solo por haberme abofeteado una vez o que mantuviera un perfil bajo porque estaba preocupado por el futuro que podría no suceder.
Probablemente, si publicará estás preocupaciones en una comunidad o en un programa de transmisión, por supuesto habrían muchos comentarios preguntando por qué me sentía tan frustrada si solo debía abrazar a un hombre.
Me sentí mucho más cómoda, sí, ¿Por qué debía de evitarlo? Mataré a ese príncipe heredero.
Tenía un poco de curiosidad por saber qué pasaría con este mundo, si yo me mantenía con vida en lugar de su protagonista masculino.
Cuando volví a casa, la gente no pudo castigarme y solo me miraban sin comprender. Sonreí con indiferencia, porque nadie podía maldecir a una cara sonriente.
—Estaba frustrada por lo que deseaba tomar un poco de aire a solas.
—Pero mi señorita, pudo haber llevado un escolta.
—¿No regresé sana y salva? Estoy agotada por lo que iré a descansar.
Como si no pudiera evitarlo, una sirvienta le dijo a otra que le llevara agua para que pudiera lavarme.
*** ** ***
Mientras me bañaba, pensé que tenía que encontrarme con Heebris lo antes posible.
Fue un poco vergonzoso el tener que admitir que yo no era una persona de este mundo, pero eso se debió a que había mucha gente alrededor. De ninguna manera el benevolente Sumo Sacerdote fingiría ignorancia ante un cordero que está en problemas.
De hecho, debería de haberme probado la ropa, de esa manera hubiera podido asistir adecuadamente a la ceremonia de juramento, pero en vez de eso salí corriendo.
Dado que en el palacio Imperial es un lugar en el que solía estar Heebris, decidí que no huiría y asistiría en silencio.
Sin embargo, la gente de la familia del marqués no se sintió aliviada, por lo que más personas de lo habitual me escoltaron en el carruaje, incluso si me escapaba no podría dar más de diez pasos, ya que se moverían de manera que me atraparían de inmediato.
En cuanto llegué al palacio imperial, tuve que saludar al emperador, pero esta vez me dijo que no era necesario tras la prueba del otro día. El príncipe estaría allí en representación del Emperador, así que pensé que fue bueno que me escapara ayer de todos modos.
La tela morada, que era el color representativo a la Familia Imperial ondeaba. Debido a que era un día caluroso, los hombros y la espalda del vestido estaban abiertos; la elegante tela alta cubría mi cuello.
Era una tela suave que ondulaba, pero se veía impecable después de varias capas de relleno, pensé que lavarlo sería trabajoso porque la cola se arrastraba y enredaba.
—¡Oh, vaya! Es una prometida tan hermosa, todos sentirán envidia de usted.
—Mmm
—¿Hay algún lugar que se sienta incómoda?
Realmente no deseaba responder, así que mantuve la boca cerrada, la sirviente se dio cuenta rápidamente por lo que se apresuró a regresar. Cuando negué bruscamente con la cabeza, me examinó con cuidado y retiró mi ropa.
Al mirar a la sirvienta que me quitó lo que había usado, ella sonrió suavemente diciendo que no me preocupara ya que solo mandaría a lavar mi vestido y me lo entregaría en la mansión.
Estaba cruzando el jardín trasero para regresar como eran mis costumbres cuando lo divisé.
—¡Su santidad!
No debía de perder esa oportunidad por lo que corrí de forma imprudente. Si bien no era tan largo como el vestido que me medí antes, aún era engorroso ya que no era corto.
Traté de sujetarlo de alguna manera, pero tropecé y caí.
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Editor: Hikari.
¡Gracias por editar el capítulo!~