Han Yanran pisoteó sus pies, luego corrió y se sentó frente a Han Yuran. Ella dijo enojada, —¿Todavía estás de humor para disciplinarme? ¿Sabes qué clase de quejas enfrenté en la casa de la basura de Lin Xuanzhi?

Han Yuran la miró, luego continuó con lo que estaba haciendo y dijo: —¿Qué clase de dolor puede darte? Lin Xuanzhi no es un tonto, por ahora todavía necesita aferrarse a la familia Han para ayudarlo.

—Pero nunca jamás ha pedido nada a nuestra familia —Han Yanran se burló. Puso los ojos en blanco, luego se acercó a Han Yuran y fingió ser misteriosa mientras decía: —Dage, sospecho que el padre de Lin Xuanzhi le dejó bastantes tesoros antes de morir.

—Por supuesto —Han Yuran hizo una pausa en lo que estaba haciendo, y luego dijo—, No importa qué, Lin Zhan era un poderoso cultivador que tenía en sus pies el reino de nivel primario, y tenía considerables activos, así que no es que no dejara nada para su propio hijo después de su muerte, pero…

Han Yuran cambió el tema y dijo: —La mayoría de las cosas buenas que heredó deberían haberse desperdiciado en los últimos dos años.

Lin Xuanzhi gastó dios sabe cuánto dinero en comprar píldoras de reparación de grado supremo, y después de que se convirtió en un inútil, no tenía ningún método para ganar dinero. Ese hermano suyo, feo y cojo, sólo podía ganar un poco de dinero a través de los trabajos ocasionales que hacía, así que Lin Xuanzhi vendía naturalmente los tesoros que su padre le había dejado.

Y recientemente, a juzgar por el hecho de que Lin Xuanzhi no tenía suficiente dinero para comprar píldoras medicinales, la mayoría de los tesoros que su padre le dejó ya deberían haber sido vendidos.

Probablemente no le quede nada.

Han Yuran reflexionó un poco, y pensó que después de poner sus manos en esas dos bestias demoníacas tigre blanco, se dirigirá a la familia Lin para romper su compromiso. Ya tenía un mejor candidato en mente, así que naturalmente no gastaría demasiada energía en Lin Xuanzhi. Además, a su pareja no le gustaba su ambigua relación con Lin Xuanzhi, aunque fuera sólo de nombre.

Cuando pensó en esto, Han Yuran reveló una dulce sonrisa.

Han Yanran se dio cuenta de todo esto, y supo lo que su hermano estaba pensando.

Han Yanran no pudo evitar poner los ojos en blanco, y luego dijo fríamente: —Esas dos bestias demoníacas tigre blanco, ya no necesitas pensar en conseguirlas.

Han Yuran estaba aturdido, —¿Qué pasó?

Han Yanran dijo: —Fueron vendidas por ese feo Yan Tianhen, ¿y sabes por cuánto las vendió? ¡1000 de oro!

—¿Qué? —Han Yuran se levantó de inmediato. Su movimiento fue demasiado repentino, lo que causó que las piedras de refinamiento que utiliza para la artesanía se volcaran.

Cuando Han Yanran vio su reacción, añadió aceite al fuego diciendo: —Yan Tianhen es realmente un feo idiota al que le gusta causar problemas, e incluso se atrevió a contestarme. Y también miró con desprecio a Dage, trató de sembrar la discordia entre tú y Lin Xuanzhi justo delante de mí. No sé qué otras cosas sucias hizo a nuestras espaldas.

La cara de Han Yuran se ennegreció inmediatamente, luego miró hacia Han Yanran y dijo: —¿Dónde vendió ese chico feo esos tigres blancos?

—Dijo que se los vendió a alguien que compra bestias demoníacas —Han Yanran también anhelaba esos dos tigres blancos, frunció los labios y dijo: —Pero hay tantos mercados de bestias demoníacas, ¿cómo sabremos a quién se los vendió?

Han Yuran entrecerró los ojos, luego reflexionó un poco antes de decir: —Debería haber usado el dinero para salvar a Lin Xuanzhi, si es así, entonces no debería haber corrido muy lejos. El mercado de bestias demoníacas más cercano al Salón Batian es el Mercado Este en una de sus calles. Los domadores de bestias de allí probablemente ya se han ido, yo personalmente haré un viaje allí mañana.

Han Yanran se sorprendió un poco y dijo: —Dage, ¿vas a redimir a esas dos bestias?

Han Yuran asintió y dijo: —Definitivamente.

Han Yanran inmediatamente frunció el ceño y le dolió el corazón al decir: —Pero, sin duda, costará más de 1.000 de oro redimirlos.

Han Yuran la miró y dijo: —¿Qué sabes? Esos dos no son cualquier bestia demoníaca, son…

Han Yuran cerró la boca.

Han Yanran preguntó: —¿Qué son qué?

Han Yuran dijo, —Nada, le explicaré todo a Padre mañana y luego tomaré el dinero para redimir a esas bestias demoníacas. No importa cuánto dinero cueste, definitivamente tenemos que poner nuestras manos en esas bestias demoníacas.

Han Yanran no podía entender a su hermano y preguntó: —Aunque las bestias demoníacas tigres gemelos son raras, pero no es que sean indispensables. Tenemos tantas bestias, no hay necesidad de gastar tanto dinero para redimir a esas dos bestias demoníacas, ¿verdad?

Han Yuran sólo sacudió la cabeza y no dio más explicaciones.

¡Ja!, si esas fueran sólo bestias demoníacas ordinarias, entonces él, Han Yuran, ni siquiera las tendría en la mira. ¿Pero quién dijo que esos dos eran bestias demoníacas ordinarias?

Lin Xuanzhi fue más allá de sus medios e intentó presumir dándole esos dos cachorros tigre. Por un lado, Han Yuran estaba encantado de conseguir tan buen negocio, y por otro lado, rechazó a Lin Xuanzhi por ser tan ciego como para no reconocer el valor de esos cachorros tigre. En realidad no podía decir que esos cachorros eran bestias espirituales… pero, cuando pensó en cómo Yan Tianhen vendió realmente esas bestias espirituales por un asunto tan trivial, un impulso extremadamente fuerte de matar a Yan Tianhen surgió dentro de Han Yuran.

Traducido por Ji Shenn

☕ Apoya el proyecto en Ko-fi