Algunos de los ancianos de la familia Lin se dieron cuenta de todo esto y uno por uno comenzaron a llenar de elogios a Lin Zezhi.

En uno de los cinco asientos principales, Madam Bai, cuyo rostro usualmente frío como el hielo, mostró un rastro de calidez.

A su izquierda, se sentaba el que ejercía la autoridad absoluta sobre la familia Lin, Lin Ruhai, el cuarto hermano de Lin Zhan.

Lin Ruhai asintió levemente a Madam Bai y dijo, —Cuñada, tienes mucha suerte. Zezhi tiene tan buen corazón y es también el cultivador más destacado de su generación en la familia Lin; en el futuro será definitivamente el próximo joven jefe de la familia Lin.

Madam Bai enderezó su espalda, miró al tercer anciano que estaba sentado frente a ella y dijo con una voz fría que no mostraba ni tristeza ni alegría, —Qué palabras tan educadas. A-Ze puede tener un talento extraordinario, pero aún así se queda corto comparado con el anterior Xuanzhi.

Lin Ruhai miró al Lin Xuanzhi que se acercaba y reveló una mirada de disgusto, luego dijo: —Este bribón está empeorando de día. Hace unos días se mezclaba con la gente de ese vulgar salón marcial, e incluso había perdido todos los combates en los que había participado. No quiero saber cuánto dinero desperdició en ese lugar, ha perdido la cara de la familia Lin a lo grande. No importa lo increíble que fue en el pasado, ahora es un inútil.

Madam Bai sacudió su cabeza, luego curvó fríamente sus labios hacia arriba y dijo, —No subestimes lo que puede hacer. El número de tesoros que el segundo hermano dejó para su hijo es demasiado para contar. Quién sabe qué problemas puede causar con todos los tesoros mágicos y píldoras medicinales que lleva encima. Hoy usó un Martillo Quebrantatierras para aplastar a un portero hasta la muerte, mañana se atreverá a matar a sus compañeros del clan, y hará todo eso sólo porque esa gente estaba siendo sincera.

Cuando Lin Ruhai escuchó esas palabras, era consciente de lo que Madam Bai intentaba decir. Se acarició la barbilla pensativamente y tuvo su propia idea de qué hacer.

El que se sentó en el asiento principal era el verdadero jefe de la familia Lin, el quinto anciano Lin Runru.

Lin Runru puede ser considerado el abuelo del padre de Lin Xuanzhi, y por lo tanto es el bisabuelo de Lin Xuanzhi. Aunque siempre fue el jefe de la familia Lin, nunca se preocupó por los asuntos de la familia y siempre se sumergió en su propio cultivo.

Pero hace aproximadamente un año, el supervisor de la familia Lin, Lin Zhan, sufrió un accidente y Lin Xuanzhi quedó lisiado; las facciones internas comenzaron a luchar por el poder. Ante la inestabilidad, Lin Runru se vio obligado a salir de su reclusión antes de tiempo para regresar y supervisar a la familia Lin.

Después de un año de observar la situación, no estaba satisfecho con ninguno de los candidatos, sintiendo que nadie era realmente capaz de asumir la enorme responsabilidad de liderar la familia Lin. Por lo tanto, decidió posponer sus planes de reclusión temporalmente, manteniendo el control mientras buscaba al próximo líder adecuado.

Lin Runru permanecía con los ojos cerrados, inmóvil como una estatua, en aparente estado de meditación. Nadie alrededor se atrevía a perturbarlo.

Mientras todos discutían animadamente, Lin Xuanzhi caminó hasta la plataforma que se veía desde los cinco grandes asientos del salón. Después de detenerse, se inclinó educadamente ante el quinto anciano de la familia Lin, Lin Runru, y luego se puso de pie y dijo, —Lin Xuanzhi saluda al Patriarca, el quinto anciano.

Los clamorosos sonidos de la discusión comenzaron a disminuir.

La dama que estaba tirada en el suelo se abalanzó inmediatamente hacia Lin Xuanzhi cuando lo vio. Ella quiso agarrar la cara de Lin Xuanzhi, pero con un simple movimiento de manga, Lin Xuanzhi la hizo retroceder, haciéndola caer de nuevo.

—Aiyoyo….¡Está matando gente, está matando gente! Tú, demonio, asesinar a mi marido no fue suficiente para ti, así que ahora incluso quieres matar a una mujer impotente como yo delante de tanta gente. ¡Sé que intentas matarme para que no hable!

Su llanto desencadenó una cascada de gemidos en su familia: hombres, mujeres, ancianos y niños, todos llorando al unísono. El eco de sus quejas llenó el Salón de Disciplina amplificado por la arquitectura del lugar.

Lin Runru abrió los ojos y dijo: —Lin Xuanzhi, ¿admites tu culpa?

Lin Xuanzhi dijo: —Huarong no sabe de qué es culpable.

Lin Runru dijo, —Esta mañana, esta familia vino a la puerta de nuestra familia Lin y comenzó a llorar a gritos con quejas. Dijeron que era porque habían usado un tesoro mágico para matar a Wang Wu sólo porque tuvo una pequeña discusión contigo. ¿Realmente sucedió eso?

Lin Xuanzhi se comportó con una gracia parecida a la del jade, erguido como un pino en la montaña, respondió con voz clara y calmada: —Maté a alguien hace unos días. Si esa persona se llama casualmente Wang Wu, entonces admito haberlo matado. Pero no hubo ningún argumento involucrado.

—¿No hay discusión?— Lin Runru dijo.

—Es cierto, esa persona nos insultó unilateralmente a mí y a mi Ah Di, no le respondí ni una sola palabra.

El asistente que estaba al lado de Lin Runru casi no pudo contener una mueca. «Lo que Lin Xuanzhi quiso decir es que no era lo suficientemente vulgar para insultar a Wang Wu.»

Traducido por Ji Shenn

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