—Dage, ¿qué haces aquí a esta hora? ¿Pasa algo importante?— Yan Tianhen se sorprendió un poco y preguntó de inmediato.
Lin Xuanzhi puso una cara seria a propósito y dijo —Por supuesto que algo serio sucedió.
—¿Qué ha pasado? ¿Alguien está tratando de causar problemas a Dage otra vez?— La única cosa importante en la que Yan Tianhen podía pensar era esto. Para él, cualquier cosa importante probablemente tenía algo que ver con Lin Xuanzhi.
Lin Xuanzhi dijo en secreto, —Nadie trató de causarme problemas. Pero cuando estaba a punto de dormir, de repente me di cuenta de que mi pequeño calentador había desaparecido.
Yan Tianhen se quedó atónito por un momento, pero enseguida entendió lo que Lin Xuanzhi insinuaba. De inmediato, empezó a balbucear: —Dage, antes dormía contigo porque esos dos tigres desobedientes orinaban en mi cama todos los días, y en aquel patio pequeño no había otra habitación disponible. Pero ahora que tenemos esta residencia más grande y A-Bai y Hu Po se portan mejor, no debería molestar a Dage compartiendo su cama…
Además, cada mañana se despertaba abrazando sin querer el cuerpo de Lin Xuanzhi lo que le hacía sentir muy avergonzado.
Al oír esto, Lin Xuanzhi lo miró durante un rato y luego dijo, con una sonrisa enigmática: —A-Hen, a veces no entiendo si eres realmente un tonto, o solo finges serlo.
Yan Tianhen respondió sin pensar: —Por supuesto que no soy un tonto, papá siempre solía decir que soy un chico inteligente.
Lin Xuanzhi se echó a reír ligeramente: —Parece que realmente eres un tonto.
Yan Tianhen se sintió ofendido. No sabía qué había hecho mal para que Lin Xuanzhi lo llamara así. Pero seguramente había cometido algún error.
—Ya que A-Hen lo ve así, entonces esta noche dormirás aquí en tu cuarto— dijo Lin Xuanzhi, y sin añadir nada más, se dio la vuelta y se marchó.
Yan Tianhen frunció su pequeña carita, pensativo, hasta que de repente tuvo una revelación: «¡Cuando Dage dijo que le faltaba su pequeño calentador, probablemente se refería a mí!»
Así que, básicamente, Lin Xuanzhi quería que se fuera a calentar su cama.
Pero… su cuerpo siempre estaba frío… En todo caso, ¡Lin Xuanzhi debería parecer más un calentador!
Yan Tianhen realmente quería ir a buscar a Lin Xuanzhi para preguntarle qué quería decir, pero después de pensarlo, pensó que como Lin Xuanzhi ya le había pedido que durmiera aquí, sería demasiado embarazoso ir a apretarse con Lin Xuanzhi en su cama ahora.
Olvídalo, debería dormir obedientemente en su propia habitación primero.
La calidad del sueño de Yan Tianhen siempre había sido muy buena, así que en el momento en que su cabeza tocó la almohada, se las arregló para caer en un sueño profundo. Olvidándose por completo del “pequeño calentador” y de Lin Xuanzhi.
Después de todo, aunque Yan Tianhen siempre había adorado y respetado a Lin Xuanzhi, antes de que Lin Xuanzhi resultara herido nunca habían vivido juntos ya que uno se quedaba en la residencia Lin mientras el otro estaba en la Secta Xuantian. Y cuando Lin Xuanzhi regresó, lo trató con frialdad.
Incluso ahora, aunque su actitud había cambiado radicalmente, no era suficiente para eliminar la distancia y la cautela que Yan Tianhen sentía hacia él.
Lin Xuanzhi sólo se culpó a sí mismo por eso.
Ahora, sentado en su cama con las piernas cruzadas, miraba la puerta oscura mientras reflexionaba sobre esto.
Lin Xuanzhi no pudo evitar suspirar en su corazón.
«Ganar la confianza absoluta de A-Hen será un camino largo», pensó con un suspiro interno.
A medianoche, en una de las habitaciones de otro patio, una tenue luz amarilla parpadeaba suavemente.
En lugar de velas o perlas luminosas, la iluminación provenía de luciérnagas que absorbían el calor para brillar. Estas criaturas, nacidas en cementerios, y aunque brillaban, eran criaturas frías y sombrías por naturaleza.
Lin Zhantian tomó la mano de Lin Yuhan y le susurró, —Yuhan, ya es bastante tarde, deberías dormir.
El rostro de Lin Yuhan, cubierto de cicatrices por quemaduras, mostró una expresión perdida. —Gege, muchas veces me pregunto… ¿Qué sentido tiene vivir así?
La cara de Lin Zhantian se endureció, y luego dijo suavemente: —Yuhan, no pienses esas cosas.
—No son solo pensamientos— dijo Lin Yuhan con dificultad —Hoy escuché a papá y mamá discutir por mi culpa.
Lin Zhantian se quedó atónito y dijo: —¿Sobre qué discutieron?
Lin Yuhan miró a Lin Zhantian y dijo: —Dage, ¿tú y mamá hicieron algo malo por mi?
Lin Zhantian frunció el ceño: —¿Quién te dijo eso?
—Papá regañó a mamá. Dijo que en nuestra familia no hay lugar para traidores, que ni siquiera por salvar mi vida deberíamos aprovecharnos de la desgracia ajena. Que como personas, debemos ser honestos y rectos, aunque perdamos la vida, no podemos perder nuestra integridad.
Lin Yuhan dijo con lágrimas en los ojos: —Gege, desde que nací, papá y mamá han tenido muchos desacuerdos y disputas sobre mis asuntos. No quiero que sigan sufriendo por mí. Por favor, déjenme en paz
—¡No digas tonterías!— Lin Zhantian sintió como si miles de agujas le atravesaran el corazón al ver a Lin Yuhan, intentando contener el llanto pero incapaz de llorar realmente. Apretó los dientes y dijo: —Yuhan, si ahora mismo tomara una gota de sangre de tu corazón, y en tres años pudieras vivir como una persona normal, aunque también existiera la posibilidad de morir… ¿lo aceptarías?
Lin Yuhan sonrió débilmente con una cara pálida y dijo: —Por supuesto que estaría dispuesta. Incluso si hubiera sólo un atisbo de esperanza de vivir una vida normal, no lo dejaría. Prefiero morir que vivir esta vida que no es mejor que la muerte.
Si no fuera porque nació en la familia Lin, o porque su padre era el maestro del Salón de Disciplina y su madre provenía de una familia influyente y es una asombrosa alquimista, entonces, Lin Yuhan, probablemente habría sido quemada hasta las cenizas junto con su alma en el momento en que nació por su fuego Chiyang?
Para poder vivir tantos años, Lin Yuhan sintió que ya era más que suficiente.
Ya estaba harta de vivir este tipo de vida, y estaba cansada de arrastrar a su familia.
—¿Incluso si perder esa gota de sangre del corazón significa que el yang de tu cuerpo te atormentará aún más?— preguntó Lin Zhantian con voz ronca.
Los ojos de Lin Yuhan se abrieron de par en par. Agarró con ansiedad la mano de Lin Zhantian y su respiración se aceleró mientras preguntaba: —Ge, ¿realmente tienes alguna forma de hacerlo?
Lin Zhantian asintió y dijo: —Tu Xuanzhi Tangxiong, puede que tenga una forma.
Lin Yuhan dijo enseguida: —¡Lo haré! Gege, dejando a un lado que esto es una oportunidad para mí, ¡sólo el hecho de que tú y mamá lo hayan decepcionado es razón suficiente para que le dé una gota de sangre de mi corazón como compensación!
—Me preocupa que tú…
—No te preocupes por mí, ¡puedo soportarlo!— Lin Yuhan dijo ansiosamente. Estaba aterrorizada de que Lin Zhantian no estuviera de acuerdo, —¡No tengo miedo al dolor, ni a las quemaduras, y aunque al final siga muriendo, lo aceptaré! ¡Gege, déjame apostar una vez!
Ante los ojos llenos de esperanza de su hermana, Lin Zhantian finalmente tragó su angustia y asintió con los dientes apretados. —Bien, buscaré a Lin Xuanzhi mañana.
Una sonrisa de alivio iluminó el rostro de Lin Yuhan.
A la mañana siguiente, Lin Zhantian fue a visitar a Lin Xuanzhi.
Yan Tianhen, sentado junto a una mesa de piedra en el patio, devoraba el desayuno preparado por Lin Xuanzhi. Al ver a Lin Zhantian, agitó su tenedor en señal de saludo: —Dage te está esperando en su habitación, puedes entrar directamente.
Lin Zhantian asintió y caminó hacia la casa.
Cuando pasó por Yan Tianhen, los ojos de Lin Zhantian se posaron en las copas de vino cuidadosamente alineadas sobre la mesa.
Se detuvo un momento y preguntó: —¿Los hizo Xuanzhi?
Yan Tianhen asintió y dijo: —Sí, mi Dage los hizo ayer en medio de la noche. Doscientas cincuenta monedas de oro cada una, ¿quieres llevarte una?
Lin Zhantian se quedó atónito. Tomó una de las copas, la examinó y dijo: —¿Doscientas cincuenta monedas de oro? Eso es demasiado caro.
Su asignación mensual apenas alcanzaba las cien piezas de oro.
—No es caro— replicó Yan Tianhen —Pruébalo y verás.
Lin Zhantian negó con la cabeza —No puedo permitírmelo.
Todo su dinero se había gastado en comprar plantas espirituales para Lin Yuhan.
Aunque la familia Lin le proporcionaba algunas hierbas, no es una organización de caridad después de todo. La cantidad de plantas espirituales que Lin Yuhan necesitaba eran como un pozo sin fondo, así que era prácticamente imposible para ellos dar todas las plantas espirituales que Lin Zhantian necesitaba de forma gratuita.
Lin Zhantian ya estaba increíblemente agradecido con ellos sólo por encontrar esas plantas espirituales y proporcionar un flujo constante de suministro.
Yan Tianhen asintió: —Bueno, si no puedes comprarla no pasa nada. Pero al menos eres honesto, no te haces el rico.
Lin Zhantian torció un poco la boca, dejó la copa; que para él claramente era un robo; y se dirigió hacia la casa principal de puertas abiertas.
Dentro, Lin Xuanzhi estaba limpiando los residuos de las piedras de refinamiento. Al oír los pasos, sin levantar la cabeza, dijo: —Siéntate.
Lin Zhantian no se sentó. En su lugar, se acercó al lado de Lin Xuanzhi y lo vio barrer los escombros de piedras de refinamiento que estaban esparcidos por todas partes mientras decía, —Ya he tomado una decisión. Estoy de acuerdo en entregarte una gota de la sangre del corazón de mi hermana.
Lin Xuanzhi no pareció sorprendido. Con un pequeño cuchillo recogió las pequeñas piedras incrustadas en la mesa, las guardó en una bandeja que sostenía en la mano y dijo: —Pronto saldré de viaje. Cuando regrese, tomaré la sangre del corazón.
Lin Zhantian vio en silencio a Lin Xuanzhi continuar limpiando los escombros y dijo: —Xuanzhi, estoy entregándote la vida de mi hermana
—El hombre propone, el cielo dispone— citó Lin Xuanzhi, alzando la vista —Sólo puedo garantizar que haré todo lo posible para reparar el Caldero Taiyan, pero no puedo garantizarte más que eso.
Ningún artesano se atrevería a decir que nunca fallaría.
Incluso Lin Xuanzhi, que ya llevaba casi mil años refinando artefactos como alma errante, había fallado la noche anterior al dejar que sus emociones nublaran su concentración. Las copas terminadas, aunque útiles, eran de calidad mediocre.
En el proceso de elaboración, cualquier cosa inesperada podía suceder. Y sólo había una oportunidad de reparar el Caldero Taiyan; si fallaba, lo más probable es que el Caldero Taiyan quedara completamente destruido.
Lin Xuanzhi no exageró y francamente le dijo a Lin Zhantian la verdad.
Lin Zhantian respiró hondo, y dijo con seriedad: —Entonces sólo puedo prepararme para lo peor.
Lin Xuanzhi asintió y dijo ligeramente, —Confía en el cielo, haz lo que puedas.
Lin Zhantian dijo: —¿Tu salida es para buscar un recipiente que pueda contener la sangre Chiyang?
Lin Xuanzhi respondió —Sí.
Lin Zhantian no preguntó nada más, y en su lugar dijo: —¿Hay algo que necesites que haga mientras estés fuera?
Lin Xuanzhi reflexionó un momento: —Ya que lo mencionas, sí hay algunas cosas que necesito que vigiles.
—¿Qué cosas?— Lin Zhantian realmente deseaba poder ayudar a Lin Xuanzhi de cualquier manera en este momento. Solo así podría aliviar su propia culpa y, al mismo tiempo, asegurarse de que Lin Xuanzhi se tomara en serio el asunto de Lin Yuhan.
Lin Xuanzhi bajó la voz hasta casi un susurro: —Madam Bai ha sido viuda durante muchos años y ha dedicado todas sus energías en la forja. Pero para que ella mantenga una posición tan estable, y haber mantenido la posición como supervisora de la familia Lin durante tantos años, debe haber alguien que la apoye desde las sombras.
Lin Zhantian frunció el ceño y dijo: —Ya había pensado en esa posibilidad antes. Me temo que esa persona debería ser uno de los cinco ancianos. Después de todo, sólo ellos tienen derecho a decidir quién ocupa el puesto de supervisor en la familia. Pero… nunca he podido identificar exactamente a cuál.
Una sonrisa cargada de significado se dibujó en los labios de Lin Xuanzhi mientras dejaba caer su revelación: —Hace unos días, alguien vio a Madam Bai y al Tercer Anciano salir de un pequeño bosque en las desoladas montañas traseras uno tras otro.
Y con ese comentario calculadamente ambiguo, Lin Xuanzhi dejó de hablar, permitiendo que las implicaciones se asentaran en el aire como el humo después de una explosión.

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