Iván (Escape) #02

Escape

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Segundo día 

 

Habíamos decidido el orden de vigilancia por lo cual sigo después de Luchino, así que soy el último en vigilar. 

 

De pie fuera de la cabaña, miro el último brillo de la noche. 

 

Gian: -Han pasado 24 horas desde que escapamos de la cárcel. 

 

‘Eso quiere decir que no he visto a nadie más que a esos cuatro durante 24 horas. No puedo decir si esto es tan frustrante como a los demás.’ 

 

‘No lo entiendo’. 

 

Antes de que el sol comience a calentar empezamos a arreglar nuestros atuendos. 

 

Tenemos que ponernos en marcha para conseguir algunos suministros. 

 

Gian: –¿Creen que deberíamos eliminar las pruebas que indique que estuvimos aquí? 

 

Luchino: -De seguro no podríamos deshacernos de todo, solo déjalo. 

 

Gian: -Es cierto. 

 

Examinamos el mapa por un momento, pero al final decidimos dejar el auto escondido. 

 

Si seguimos el camino que está fuera de peligro, entonces sería la solución más cercana, pero ese camino también es el más largo a la ciudad del norte, incluso si nos dirigimos hacia los pueblos, está el problema de la gasolina. 

 

Dejamos el bosque para dirigirnos hacia el norte. 

 

Salimos de una suave pendiente. Nuestro punto de vista se extiende ampliamente en un instante.

 

Como pensé, cerca de aquí se puede ver un pueblo. Parece que caminando nos llevará como una hora el llegar allí. 

 

Bernardo: -¿Estará bien ir caminando para ver?

 

El mapa que se encontraba en las manos de Iván, es señalado por él en un punto en específico. 

 

Iván: -¿Con que el pueblo de Bowick? Suena como un lugar lúgubre. 

 

Gian: -¿Creen que podremos conseguir gasolina ahí? 

 

Giulio: -Vayamos. 

 

Continuamos avanzando entre los arbustos para evitar ser vistos caminando hacia Bowick. 

 

Un enorme campo de trigo se extiende a lo largo, al parecer el pueblo, se encuentra en medio de ese campo. 

 

Cuando llegamos a las afueras de la aldea, tenemos que continuar inclinados entre el campo de trigo para no ser descubiertos. 

 

Incluso se destacan 20 techos a lo alto entre este gran campo de trigo. 

 

Hay una pequeña plaza abierta en el centro de este pueblo, lo que parece una cosa común en los lugares rurales. Discutimos entre nosotros y decidimos mantenernos alejados de esa plaza. 

 

Seguramente para generar electricidad mantienen molinos de vientos que son suaves.

 

Gian: -Por estos rumbos, ¿será que ya habrá llegado la noticia de nuestro escape?

 

Bernardo: -Es lo más probable. 

 

No mucho tiempo después, nos encontramos con un cobertizo vacío que se ve que no se ha utilizado en mucho tiempo, así que nos tomamos un respiro allí. Por desgracia no hay nada de agua aquí, pero está bastante cerca de la ruta del pueblo.

 

Trataré de recordar esta zona; puede que después nos sea de gran ayuda. 

 

Dejamos el lugar para dar un paseo por los límites del pueblo. 

 

Llegamos a un pequeño canal de agua. Parece que es para el riego. 

 

Iván: -Esta agua parece limpia y clara, parece que se puede beber. 

 

Luchino: -Esto es agua primaveral. 

 

Meto la mano en el agua, está fría. Realmente está clara y se ve completamente potable. 

 

Iván: -Según el mapa, cerca de aquí hay como un estanque ¿no será un lago? 

 

Bernardo: -Puede que sea el estanque del pueblo. 

 

Mientras avanzamos a través del campo, charlamos entre nosotros, por lo cual tardamos en darnos cuenta de la presencia de una persona. 

 

Giulio: ¡Tsu! 

 

Giulio nos detiene alzando su brazo y se agacha rápidamente. Nosotros cuatro hicimos lo mismo que él. 

 

Justo delante hay una brecha en el campo. Habíamos estado cerca en uno de los caminos que conduce afuera del pueblo sin darnos cuenta. 

 

Aguantamos nuestras respiraciones, deambulando por la derecha y más allá de nosotros aparece una figura delgada que llevaba puesto un sombrero de paja. 

 

No hay señal de que esa persona se haya dado cuenta, todos suspiramos con alivio al mismo tiempo. 

 

Ahora que sabemos que estamos a salvo, empujamos la cabeza fuera y observamos a la persona hacia atrás. 

 

Gian: -¿Oh….?

 

En un instante nuestras miradas se vuelven climatizadas. 

 

Bernardo: -Esa es… ¿una mujer? 

 

Iván: -Es una mujer. 

 

Luchino: -Es una mujer. 

 

Gian: -Además es joven. 

 

Como si fuéramos hermanos les guiño un ojo.  

 

Nuestros gritos son inusualmente de excitación. Después de todo, habíamos estado encerrados hasta hace un tiempo. Ha sido un largo tiempo desde que habíamos visto a una chica, por lo que nuestra emoción salta haciendo muecas. 

 

Giulio: “….”

 

¿Pero qué? Solamente Giulio es que está actuando como si nada. Bueno él solo estuvo un corto tiempo, pero aun así ¡cómo puede llamarse un hombre italiano con esa actitud! 

 

Nadie dijo una palabra. Nos arrastramos a lo largo y comenzamos a seguir aquella silueta con sombrero de paja. 

 

Luchino: -No podemos hacer que grite por lo cual deberé de hacerme cargo de esto. Les demostraré que la tendré totalmente enamorada de mí en cinco minutos. 

 

Iván: -En esta clase de pueblo, se nota que los hombres jóvenes son populares así que iré yo primero. 

 

Bernardo: -No, no, ¡esperen!, si estamos hablando del orden, entonces debemos respetar la jerarquía de la familia ¿no es verdad? 

 

Gian: -Si es así ¿no les importaría que fuera yo primero, por ser el futuro jefe?

 

Cada uno de nosotros pelea entre sí para conseguir dar un paso hacia adelante, en ese momento el brazo de alguien se extiende hacia adelante tirando de nuevo. Es una pelea de cuartel.  

 

Cada uno trata de arrastrar violentamente a otro hacia atrás, a medida que continuamos avanzando, siguiendo al sombrero de paja. 

 

Su pelo largo llega más allá de sus hombros, y tiene la figura delgada. Ella lleva una camisa y pantalones sueltos algo feos supongo que es por el trabajo. 

 

Pero en lo poco que logré mirar, vi que su rostro era joven y ella mantenía mucha energía. La chica de sombrero de paja no se ha dado cuenta y sigue tarareando una canción mientras entra al campo. 

 

Luchino: -Parece que se dirige al lago. 

 

Gian: -¿Me pregunto para qué? 

 

Bernardo: -¿Tomará un baño? 

 

Él da justo en el clavo, al ver que la chica del sombrero de paja comienza a quitarse su camisa dejándola en la orilla del lago, nuestra emoción se dispara por las nubes.

 

Iván: -¡Oh, oh, oh, oooooooh! 

 

No estamos en un buen ángulo así que solo podemos ver su espalda, pero es clara y no tienen ninguna cicatriz en ella ¡qué bonita espalda! 

 

Luchino: -Es una buena temporada para venir aquí acompañado, vaya que si. 

 

Luchino poco a poco comienza a alzar su camisa. 

 

Gian: -Entonces, iré a acompañarla en dos segundos. 

 

Iván: –¡Yo voy primero! 

 

Bernardo: -Pues entonces elijamos el orden. 

 

Intercambiamos miradas calientes entre sí, y sacando una mano dijimos “preparados, listos…” 

 

  • Papel
  • Papel
  • Papel
  • Tijeras

 

Luchino es el ganador. 

 

Bernardo, Iván y yo miramos nuestras manos abiertas con el corazón lleno de angustia. 

 

Luchino: -Ustedes después pueden decidir el siguiente orden. 

 

Luchino alegremente nos dice esto quitándose su camisa. 

 

Mientras tanto la chica del sombrero de paja da unos pasos metiéndose completamente desnuda al agua del lago. 

 

Iván: -¡Voltea hacia aquí! ¡Un poco hacia aquí! 

 

Giulio: -Disculpe…. Señor Gian.

 

Gian: -¿Eh? 

 

Giulio, que estaba detrás nuestro, da un paso hacia mí tirando de mi manga como si quisiera decirme algo ¿Qué es lo que querrá? Me volteo a verlo un poco preocupado. 

 

Y finalmente me doy cuenta de la razón detrás de aquella extraña sensación que había sentido desde antes.

 

Rápidamente me dirijo hacia Luchino que está justo en medio, apartando la hierba alta y caminando hacia el lago. 

 

Gian: -Lo entiendo, Giulio. 

 

Comparto una sonrisa de complicidad a Giulio, él me devuelve el gesto con un guiño de ojo. 

 

Iván: -¿Qué pasa? 

 

Gian: -¿Todavía no te das cuenta?

 

Bernardo: -Darnos cuenta… ¿eh? 

 

Delante de nosotros Luchino se detiene. Parece que escucho nuestra pequeña charla. 

 

Luchino: -¿Qué pasa?, ¿notaron algo que los haya preocupado? 

 

Gian: -Es mejor que no vayas. Fíjate bien, Luchino.

 

Luchino: -¿Ah? ¿Pero qué dices? 

 

Su voz suena irritante, Luchino da solo unos pasos hacia adelante cuando de repente congela sus pasos, poniendo todo su cuerpo rígido. 

 

Iván: –¿Eh…? 

 

Iván: -Pero … ¿qué? ¡Guaah!

 

Nota: ¡ya se pueden subir las imágenes! Así que a partir de este capitulo, comenzaré a mostrar nuevamente las imágenes del juego n_n 

 

 

Iván se queja después de haber echado un vistazo más allá de Luchino. 

 

Giulio: -Como ven, aquel es un hombre. 

 

Giulio, se había dado cuenta desde el principio. 

 

Me habría gustado que nos lo hubiera dicho desde antes. 

 

El chico no se ha dado cuenta de nosotros y continúa disfrutando de su baño. 

 

Bernardo: -Hemos sido engañados. 

 

Iván: -¿Qué piensa hacer con nuestros sentimientos traicionados? 

 

Luchino: -Esa es mi frase. 

 

Todo esto fue una total pérdida de tiempo. 

 

Después de los extraños incidentes en el lago, volvemos al lugar donde estábamos y continuamos en lo que estábamos por hacer, que es recolectar suministros de la casa más cercana, aunque sé que no es momento para estar jugando.

 

Miramos alrededor en busca de signos de actividad por un momento. 

 

A juzgar por la casa, se puede observar por las cosas que pertenece a una pareja de ancianos. Por alguna razón se siente un aire como de mucho trabajo en esta casa. 

 

Cundo pongo atención, logro captar algunas voces, y la palabra festival aparece varias veces. 

 

Bernardo: -¿Va a ver un festival en el pueblo? 

 

Iván: -¿Era hoy un día festivo? 

 

No mucho después, la pareja sale por la puerta grande de la casa. 

 

Al parecer están llevando unos costales grandes y van hacia el centro del pueblo. 

 

Gian: -¿No es una oportunidad? Mientras estén en el festival aprovechemos para entrar a la casa. 

 

Luchino: -Pero, parece que aquí no encontraremos gasolina. 

 

Giulio: -Por aquel camino hay personas que se están acercando.  

 

Iván: -¡Oye! Baja tu cabeza. 

 

Los habitantes del pueblo están caminando sobre un mismo camino, todos van hacia la misma dirección, probablemente estén por salir hacia la plaza del pueblo 

 

Bernardo: –Parece que la suerte está de nuestro lado. Puede que las otras casas queden vacías muy pronto. Vamos a tomar esta oportunidad para apoderarnos de lo que necesitamos. 

 

Cuando el momento llegue, nos separaremos en este lugar para adentrarnos en las casas para abastecernos, después nos reuniremos …o ese es el plan. 

 

Bernardo trajo el equipo de comunicación que encontramos en esa casa de campo por si acaso; puede que esta sea la oportunidad para que podamos comunicarnos. 

 

No hay vuelta atrás si nos ven a todos llamando por teléfono con este atuendo de prisioneros, así que dejaremos el trabajo de contactarnos a Bernardo. El resto de nosotros solo tendremos que tener cuidado. 

 

Luchino: -Tengo mucha hambre…. Me encantaría comer algo de Beicon. 

 

Gian: -Está prohibido tomar comida que sea llamativa, solo toma lo que puedas o podrían darse cuenta los dueños de las casas. 

 

En este momento lo que más necesitamos es gasolina u otro auto; eso estaría también bien. Además, esta ropa destaca, necesitamos cosas que nos ayuden a pasar desapercibidos. 

 

Iván: –Oye Bernardo. Te encargamos especialmente de contactar con Daivan. 

 

Bernardo: -Si. Yo soy el que puedo ser más discreto de todos nosotros. 

 

Bernardo continúa con su plan arriesgado, que indica que debe ir directamente hacia el centro del pueblo. 

 

Bernardo: -Si alguien desea que le traiga algún regalito puede pedírmelo, trataré de traer lo que pueda. 

 

Iván: -Carne. 

 

Luchino: -Mujer. 

 

Gian: -Un helado de chocolate. 

 

Giulio: -Entonces yo…. Un helado de fresa. 

 

Bernardo: -Trataré de recordarlo, pero no esperen demasiado. 

 

Nos separamos por ahora, cada quien se aleja como un ladrón escabulléndose a su propia manera. Elegimos la cabaña vacía que encontramos antes como lugar de reunión.

 

Miro hacia la nada mientras estoy sentado en el suelo de la cabaña. Yo ya había comido algo durante la primera incursión así que no tengo hambre. 

 

Luchino, Giulio y yo llevamos a cabo la recolección de suministros esperando en la cabaña. Los tres estamos apoyados en la pared descansando.

 

Vemos, a través de la ventana de la cabaña, que el pueblo está casi vacío; vaya que tuvimos suerte. 

 

Nos agarramos algunas botellas de mermelada así como cintas para tratar de cubrir nuestras rayas en la cintura, son cosas que encontramos  sin previo aviso 

 

Pero por desgracia, la única cosa que no pudimos encontrar fue la gasolina. Estamos en medio de la nada, por lo que supongo que no hay ni una sola casa en este pueblo con auto. Por lo general para los aldeanos basta con carretas con caballos 

 

Luchino: -Bernardo e Iván se están tardando. 

 

Ya es casi el atardecer. Están tomándose demasiado tiempo. 

 

Ninguno de los dos llevó alguna lámpara o linterna. Si se hace de noche, los dos podrían terminar vagando en círculos para terminar siendo descubiertos por algún aldeano 

 

Gian: -Si vamos a buscarlos, podríamos terminar perdiéndonos. Mejor esperemos un poco más. De seguro harán terminado por echarle un vistazo a los puestos debido al festival y como está lleno de gente terminaron por no poder moverse rápido 

 

Todavía no oscurece, pero suena como que el festival se ha vuelto bastante ruidoso, a veces una melodía animada traída por el viento llega a mis oídos. 

 

A veces siento como si fuera el sonido de una radio, luego un CD, otras veces suena como una actuación en directo. 

 

Es probable que todos en el pueblo estén reunidos en la plaza y que tengan una gran fiesta. Me dan ganas de ir a echar un vistazo. 

 

Cuando el sol está por tocar el horizonte, Bernardo e Iván regresan. 

 

Bernardo: -Deben de seguir mis órdenes sin decir nada. 

 

Cuando Bernardo entra al lugar da un suspiro, y sin decir ni una palabra él comienza a quitarse la ropa poniéndose de nuevo su ropa de prisión. 

 

Iván detrás de Bernardo, muestra una expresión como de irritación. 

 

Sus ojos están mirando al vacío en este cuarto, sin centrarse en nada. Incluso si trato de atrapar su mirada, él la esquiva. 

 

Esto es muy extraño, Luchino y Giulio por sus expresiones concuerdan conmigo.  

 

Bernardo: -Entenderán la situación inmediatamente, así que síganme. 

 

Estoy preocupado así que señalo mi ropa de rayas, pero Bernardo niega con la cabeza. 

 

Bernardo: -Estamos bien con este atuendo, de hecho, necesitamos estar vestidos así. Somos actores ambulantes. 

 

¿Ahhh? 

 

Después salimos de la cabaña mientras que Bernardo nos guía hacia el centro del pueblo. 

 

Luchino no tiene de otra que obedecer a Bernardo y seguirlo, pero parece que no puede mantener sus dudas para sí, así que da un golpe. 

 

Luchino: -Bien, como que va siendo hora que nos expliques qué pasa. ¡No entiendo nada!. 

 

Bernardo: -Iván, fue visto por los aldeanos del pueblo. 

 

Luchino:-¿Qué? 

 

Disparo una mirada hacia Iván que ha permanecido en silencio todo el tiempo. Él, torpemente, aleja su mirada en la distancia. En verdad que es un idiota, ¡estúpido Iván! 

 

Bernardo: –No quería causar problemas, así que también me mostré y de alguna manera me las arregle para poder engañarlos. 

 

Bernardo: -Les dije que nosotros somos un grupo de actores ambulantes vestidos con traje de prisioneros. 

 

Gian: -¿Actores? 

 

Bernardo: -Todo está bien, ya que el alguacil está fuera del pueblo, así que solo debemos conseguir algo de tiempo. Todo lo que tenemos que hacer es mostrarnos ante ellos como si fuéramos actores. 

 

Bernardo: -Les dije que iríamos por nuestros compañeros; podría que pudiéramos huir, pero es preferible que vayamos a mostrarnos ante ellos para no levantar sospechas. 

 

Luchino: -¡¿Pero qué clase de broma es esta?!  ¡Es imprudente!

 

OPCIONES:

  1. Confiar en Bernardo 
  2. Huir pronto de aquí 

Elegir: Huir pronto de aquí 

 

Gian: -No, deberíamos…. 

 

Luchino: –¡¿Deberíamos huir de aquí?!

 

Luchino termina de decir la mitad de mi frase 

 

Mientras discutíamos, continuamos avanzando al pueblo hasta llegar a una altura en donde podíamos ver la plaza, con la multitud de gente acercándose, era demasiado tarde. 

 

Bernardo: –Bueno, vayamos. 

 

Esto ha dado un giro inesperado que no se siente real para nosotros, pero eso ya no importa ya que nos dirigimos hacia la plaza del pueblo. 

 

A nuestra llegada, somos bienvenidos por los aldeanos con una gran ovación. Parece que la bebida ya les afectó. 

 

Aldeano 1: -Hey, ¡!Si vinieron!! 

 

Niño 1: –Es verdad, y son cinco. 

 

Niño 2: -Son geniales, todos son artistas. 

 

Mis ojos se abren inconscientemente ante el entusiasmo de los niños. 

 

Aldeano 1: –Vaya son un grupo de cinco. Además, se han disfrazado de los cinco chicos de la mafia que no hace mucho se escaparon. ¡Es perfecto! 

 

Aldeano 2: -¡Whoo!, qué grupo de chicos guapos tenemos aquí 

 

Los comentarios vuelan a nosotros de todos lados del pueblo y es un poco abrumador. 

 

Bernardo: –Siento la espera, señora. 

 

Esposa del jefe del pueblo: -Ya ven, es como les dije, estos chicos regresaron como les dije ¿no es así? No pueden engañar a mis ojos. 

 

Jefe: -Perdonen, perdonen. Mis más sinceras disculpas como jefe del pueblo por haber sospechado de ustedes. 

 

La espalda de Bernardo fue golpeada un poco por la mano de la esposa del jefe. 

 

Esposa del jefe del pueblo: No debieron tardar tanto, ya que algunos cobardes comenzaron a decir que podrían ser ustedes los fugitivos y que fuéramos tras de ustedes. 

 

En verdad somos los fugitivos…. Qué bueno que decidimos no huir. 

 

Aldeano 2: -Ser actores ambulantes debe ser agradable. Sin embargo, no deben obtener noticias muy a menudo, ya que fue ayer mismo, o antier, que nos enteramos que algunos mafiosos se escaparon y que podrían ser los capitanes. 

 

Bernardo: -No podrían ser…. Son de CR5. 

 

Aldeano 3: -No fue antier, si no ayer que nos enteramos por medio de la radio. Fue todo un caos. 

 

Aldeano 4: -Si que da miedo, ¿aquí es un lugar escondido no? Pero qué tal si lograron escapar dirigiéndose hacia este lugar; no sería extraño que pasara. 

 

No tengo idea de cuánto tiempo más estos aldeanos creerán la idea de que somos actores.  Es un pensamiento desalentador. 

 

Lo más interesante es acerca de Bernardo, ¿Qué clase de poder mágico usó para convencerlos? 

 

Jefe: -No hay de qué preocuparse. Los verdaderos al parecer se dirigen hacia Suncreerk en este momento. 

 

Aldeano 2: -Lo dijeron en la radio…. 

 

¿Lo dijeron? Nosotros nos lanzamos una mirada el uno al otro. 

 

Jefe: -¿Se refiere a todos los policías y alguaciles de por aquí?. Lyin está esperándolos en Suncreerk, no hay que preocuparse por ellos todo lo tienen bajo control. 

 

Los aldeanos creen que tienen razón por eso gritaron con risa. 

 

Gian: -“……”

 

¿Pero qué pasa aquí? 

 

Se supone que en Suncreerk, según el plan, estaría esperando por nosotros una limusina que Bernardo consiguió.  

 

Todavía confundido por lo que está pasando, Bernardo me susurra al oído 

 

Bernardo: -Suponía que darían informes falsos en la radio, pero al parecer es cierto. 

 

No entiendo lo que está pasando, pero parece que es verdad que la policía está esperando por nosotros en Suncreerk 

 

Una cosa es segura, ya no debemos ir hacia Suncreerk, así que olvidemos la idea de ir en la limusina. 

 

Aldeano 4: -¿Por qué mejor no nos dan un espectáculo diferente? Estar actuando como prisioneros sería aburrido. 

 

Aldeano 3: -Se los encargamos, hermanos. 

 

Como si fuera lo normal, los aplausos de los aldeanos se expanden. 

 

Sus ojos expectantes se centran en nosotros ¿Qué deberíamos hacer? 

 

OPCIONES:

  1. Mirar a Giulio 
  2. Mirar a Iván 

Elegir: Mirar a Iván 

 

Yo dirijo mi mirada hacia Iván que permanecía a mi lado. Me pregunto si podrá hacer algo, este tipo. 

 

Sacude su cabeza mirándome como si me preguntara “¿Por qué me miras a mí?”. ¡Si será imbécil! 

 

Iván mira hacia Giulio, Giulio me mira a mi…. De repente, él camina hacia los aldeanos alzando un poco su mano. 

 

Giulio: -Ese cuchillo, puedo…. 

 

Le pregunta a uno de los aldeanos cercanos, señalando el cuchillo que usa para cortar trozos de tocino. 

 

Después, recoge una de las piezas de tabla de madera que usan para cortar y se la da a Iván. 

 

Giulio: -¿Podría alejarse? 

 

Iván: -Oh, si 

 

Giulio: -”……”.

 

Giulio juega un poco con el cuchillo de carnicero, como si estuviera probando su peso. Justo cuando le iba a hablar, da una mirada de satisfacción…. De repente aleja su mirada del cuchillo aventándolo hacia arriba en el aire. 

 

Aldeano 2: -¿Eh…? 

 

Y luego, cuando lanza el cuchillo en el aire, da vueltas en el mismo lugar que había sido aventado, cachándolo de nuevo sin dificultad. 

 

Repite esto varias veces. Cada vez que avienta el cuchillo hacia el aire, volteándolo, lo atrapa mientras está girando, agarrándolo de la empuñadura. 

 

¿Y si toma por accidente la hoja del cuchillo? ¿Fallaría haciéndose daño a sí mismo?  Estos son los pensamientos que pasan por la audiencia observándolo.

 

El temor causado por la fluidez y perfectos movimientos de Giulio, se observan lentamente en la audiencia. 

 

Aldeano 4: -Sí que es sorprendente…

 

Más o menos en el décimo lanzamiento, Giulio realiza sus trucos. Mientras crece la ovación, señala a Iván, que está de pie cerca a cierta distancia, con mirada de retrasado en su rostro. 

 

Giulio: -Sostenlo a la altura de su rostro. 

 

Iván: -¿Eh? 

 

Iván parpadea, pero trae la tabla de cortar que le dio Giulio, hacia la parte de arriba y delante de su cabeza, sin más opción. 

 

Mis ojos no se percatan del instante en el que Giulio mueve su mano, y una racha de plata es disparada. 

 

Sale un pequeño sonido y veo el cuchillo perfectamente clavado en el centro de la tabla. 

 

Los aplausos se intensifican. 

 

Iván levanta con orgullo la tabla con el cuchillo clavado que sale sobre su cabeza y los aplausos de los aldeanos del pueblo se vuelven aún más fuertes. 

 

No, tú no ayudaste en casi nada. Bueno ayudó un poco a la mitad. 

 

Todavía estoy sin palabras ante el coraje y habilidad que Giulio mostró, sin embargo, contengo mis observaciones hacia Iván. 

 

Niño 1: -¿Otra cosa? Oigan, ¿pueden hacer otras cosas? 

 

Jefe: -Estamos en medio de una festividad después de todo ¿Por qué no dan un espectáculo? Algo como para fiestas o incluso algo romántico, cualquier cosa es bueno. 

 

Bernardo: –Bueno verá, como nuestra camioneta tuvo un contratiempo en el camino tuvimos que dejarla con todos nuestros instrumentos musicales. 

 

Bernardo trata de evitar el tema del espectáculo, pero… no esperaba que un montón de aldeanos dijeran – “¡Use esto!”

 

Nos están dando sus propios instrumentos sin una pizca de cautela. A este ritmo, no habrá manera de que podamos rechazarlos. 

 

Bernardo: -Eh, ¿con que algo parecido?

 

Bernardo susurra para sí mismo, mientras acepta un acordeón. Ah, claro, él puede tocar un poco el piano. 

 

Bernardo: -Gian, tú canta. 

 

El golpea ligeramente mi hombro, me preparo para lo peor 

 

Gian: -”….” Claro. 

 

Nombro una canción que había sido un éxito hace aproximadamente medio año. 

 

Luchino: -Aah, si es aquella es posible que pueda tocarla. 

 

Luchino comienza a afinar la guitarra que había recibido de los aldeanos. 

 

Giulio toma un violín que le había dado una anciana refinada.

 

Se coloca debajo de la barbilla el instrumento y tira de las cuerdas sin dudar. Ese movimiento glacial, es como la forma en la que había manejado el cuchillo antes, al igual que lo había hecho muchas veces más. 

 

Giulio: -Parece que podré hacerlo. 

 

Iván: -Eeehh, entonces, yo…. 

 

Un niño le entrega a Iván un triángulo 

 

Iván: -Pues verás niño…. Esto …. 

 

Bueno, dejemos a Iván a un lado. 

 

Y así se ha formado la banda cinco estrellas del CR5; así que calentamos un poco juntos antes de subir al gran escenario. 

 

Pues somos cinco…. De alguna manera funcionara. 

 

Gian: pues bueno…. ¿comenzamos? 

 

Bernardo da un par de toques con un palo a un barril cercano, y Luchino comienza a tocar la parte inicial. Giulio empieza a tocar con su arco de atrás hacia adelante en las cuerdas del violín, con movimientos bruscos de forma inesperada. 

 

Iván al final da unos improvisados toques con el triángulo, y por un momento se hizo silencio después toda la multitud gritó como loca. 

 

Aldeano 3: -¡Ustedes son geniales! 

 

Aldeano 2: -¡Qué gran voz! 

 

Los aplausos se extienden aún más hacia nosotros, y yo doy una gran sonrisa hacia los espectadores. 

 

Bernardo: -De alguna manera logramos engañarlos. 

 

Luchino: -Si que mostramos tener grandes bolas, allá arriba. 

 

Gian: -Iván, lo hiciste bien. 

 

Iván se nos unió a la mitad cantando, mostrando una gran voz; en esa parte los aplausos comenzaron a surgir aún más; él mostró un gran ritmo que es como las personas negras del siglo pasado. 

 

Iván: -Pues me esforcé mucho… estaba desesperado. 

 

‘Me preguntaba ¿Cómo terminaría esto al final?’ 

 

Parece que ahora sí, todos los habitantes piensan de todo corazón que somos un grupo de actores ambulantes. Por la canción tomaron más cervezas, subiéndose el alcohol aún más. 

 

Esposa del jefe de la aldea: -Pues bien, ¡ustedes también vengan y coman más! En nuestro pueblo hay bastantes provisiones. 

 

Ahora que ya no hay más barreras, nosotros también podemos relajarnos, bebiendo y comiendo de las bebidas y comida que los demás están disfrutando. 

 

Giulio les ofreció más shows con su cuchillo por petición de algunos aldeanos que se le acercaron y le pidieron que lo hiciera.  

 

Cerca de ahí, Luchino tocaba la guitarra para todas las mujeres que lo rodearon. 

 

Yo podría haber permanecido solo, sentado y comiendo, pero les demostré a algunos aldeanos mis habilidades sobre mi pasatiempo favorito que es el escape, solo para entretenerlos. 

 

Ellos me dijeron “debería de dar algunas pláticas sobre esto a los presos, algún día” al parecer se los conté de manera muy real como si fuera mi propia experiencia ¡jajajaja!.

 

Iván por alguna razón resultó ser muy popular con los niños, no paran de seguirlo como unos pollitos siguiendo a su mamá gallina. 

 

Bernardo: -Fue todo gracias a usted jefe, que yo fuera capaz de negociar con ellos. 

 

Jefe: -No, no, no fue nada.

 

Bernardo está charlando con el jefe y su esposa. 

 

Bernardo: -Por cierto, jefe, sé que puede ser una molestia, pero ¿podría prestarme algún teléfono? 

 

Bien hecho, Bernardo. Con esto lograremos ponernos en contacto con Daivan. 

 

Y así la noche va pasando, todos los aldeanos se abarrotan de comida, y bebida mientras siguen celebrando. Se amontonan alrededor de nosotros hasta el punto de confundirnos.

 

Tal vez sea por la estimulación del hambre que viene desde los alrededores, todo esto para mi resulta ser bastante refrescante y animado. 

 

Gian: -Pues bueno, veamos. 

 

Creo que iré a molestar un poco con mis charlas a mis compañeros. Me levanto de la banca que he estado usando como silla. 

 

OPCIONES:

  1. BERNARDO
  2. LUCHINO
  3. GIULIO
  4. IVAN 

Elegir a Iván 

 

Gian: -Hey, Iván. ¿Te estás divirtiendo con los niños? 

 

Lo llamo mientras me acerco. Todavía tiene a niños que se aferran a él. 

 

Iván: -¡No es nada de eso!

 

Gian: -Vaya que eres popular, tu. Voy a molestar. 

 

Cuando me pongo a lado de Iván, los mocosos se miran entre ellos hasta que salen corriendo alejándose de nosotros.

 

¿Ellos huyen porque me tienen miedo? De alguna manera me duele, eso quiere decir que soy odiado más que Iván. 

 

Iván: -¿Qué es lo que quieres? Gian. 

 

No es que necesite algo. Solo pensé en molestarlo como siempre. 

 

Cambio el idioma al italiano. 

 

Gian:-¿Quién podría haber pensado que terminaríamos tocando y cantando una canción, en una fiesta de pueblo?

 

Iván, incómodamente, mira hacia otro lado. Sé que él no es muy bueno con el italiano, pero parece que comprende el idioma bastante. 

 

Gian: -Tú, ¿entiendes que fue por tu culpa? 

 

Gian: -Todos estamos en medio de la fuga de la cárcel. ¿Cómo crees que nos metimos en esta situación en primer lugar? 

 

Iván: -Pues parece que todo salió sin problemas ¿no está bien eso? Además qué harías si alguien nos escucha hablando de esto, no es lugar para hablar de esto. 

 

Es por eso que estoy hablando en susurros y en italiano.

 

Aldeano 4: -Pero ¿qué pasa? ¿Están bebiendo? 

 

Gian: -Aaah, estoy bebiendo. 

 

Aldeano 4: -¿Y usted hermano? 

 

Iván: -Gracias. Por eso Gian, hay que sacar algo  del desastre ¿no? No todos los días podemos beber de esta deliciosa cerveza. 

 

Iván grita esto como si quisiera que todo el mundo a su alrededor lo escuchara. 

 

Aldeano 4: -¿Desastre? Ohh ya. Se refieren a que su camioneta se quedó sin gasolina. No se preocupen les compartiremos algo de gasolina. 

 

Aldeano 4: -Después de todo es gracias a ustedes hermanos que el festival se hizo más emocionante. Así que beban todo lo que quieran. 

 

Mi vaso casi se desborda después de que vertió más bebida en él. Iván y yo solo le damos una sonrisa hasta que el aldeano se va. 

 

Nuevamente cambio el idioma a italiano, en susurros. 

 

Gian: -De todas formas, no vayas a beber demasiado. 

 

Iván: -Si. Esta cerveza, está deliciosa. 

 

Gian: -Por cierto, hay algo que me intriga. 

 

Iván: -¿Qué es? 

 

Gian: -Tu, no habrás sido descubierto por los aldeanos al tratar de escapar por tu cuenta ¿verdad? 

 

Iván parpadea varias veces. Como si le costara entender mi italiano. 

 

Gian: -Me refiero a que, ¿no intentaste huir por tu cuenta alejándote de nosotros, no? 

 

Iván: -Eh…. ¿Qué dices?  Dilo de alguna manera que pueda entenderlo. 

Yo sospecho que Iván podría vendernos y escapar en algún momento por sí mismo. 

 

Ha anunciado públicamente que quiere el puesto del jefe. Es claro, como el día, que a él no le importa ni una mierda la línea de sangre italiana. En resumen…. 

 

Gian: -¿No planeas vendernos verdad?

 

Iván: -¿Aaahh? 

 

Él me está mirando como si no entendiera nada de lo que estoy diciendo. ¿Puedo confiar en él? Probablemente no he visto más que un lado de Iván hasta ahora. 

 

Puede que nosotros logremos regresar a Daivan en un par de días más. En Daivan, puede que logre ver otro lado que no conozca de él. 

 

Gian: -Creo que ya has bebido demasiado. 

 

Iván: -Si. 

 

Con su rostro algo sonrojado él deja de beber. 

 

La noche comienza a verse aún más en medio del campo. Todavía no son ni las 8:00 de la noche y el festival parece como si ya se estuviera acabando. 

 

Los niños y los ancianos regresan primero a las casas. Probablemente tendrán una gran noche de sueño. Otros comienzan a quitar la comida y también la cerveza. 

 

Lo que significa, que nosotros al fin podemos dejar de actuar. Estamos llenos de tanta comida y bebida muy rica. 

 

Nos levantamos y nos reunimos. 

 

Bernardo: -Hace poco el jefe de la aldea me prestó un teléfono, y pude lograr contactar con alguien en Daivan. 

 

Luchino: -¿Qué dijo el jefe? 

 

Bernardo: -No lo sé. No pude contactarlo. Pero le dejé un mensaje. 

 

Bernardo: -Le dije a mi subordinado que viniera a recogernos alrededor de esta área, mañana por la mañana, ya que parece que será imposible abordar la limusina en Suncreerk. 

 

Bernardo: -También, como pueden ver, aquí traigo la gasolina. El jefe de la aldea me dio una poca. 

 

Hay un pequeño tanque bajo sus pies. 

 

Todo esto sonó como una mentira al inicio; aunque al final logramos convencer a los aldeanos del pueblo, que habíamos quedado varados con nuestro auto porque se quedó sin gasolina y que caminamos todo el recorrido hasta Bowick. 

 

Para poder encubrir a Iván, Bernardo engaño diciendo que él es uno de los actores ambulantes que formaba parte de un grupo, luego nos llevó hacia los habitantes del pueblo que nos invitaron a su festival y ahora aquí estamos. 

 

Pero qué cosas tan locas… al final, todo salió bien, sin embargo, esto no podría haber salido bien si no fuera por mi suerte ¿verdad? Claro que sí. 

 

El jefe del pueblo nos detuvo un momento para agradecernos en nombre de todos los aldeanos.

 

Jefe: -No nos importaría que ustedes se quedaran a pasar la noche en una de las posadas de aquí. ¿Por qué mejor no se quedan y se van mañana? Ya está oscuro. 

 

Bernardo: No, pero gracias. Debemos irnos. Además tenemos una linterna y no podemos dejar el auto solo. Nos preocupa ya que tenemos todas nuestras cosas en él. Será para la próxima vez.

 

Los aldeanos restantes nos dan ofrendas y aceptamos algunas de ellas hasta despedirnos y salir de allí. 

 

Pretendemos caminar por el camino principal hasta que nos alejamos un poco y nos metemos por el campo para llegar a la cabaña que habíamos encontrado. 

 

Debido a que en esa cabaña está la ropa y comida que robamos antes. 

 

Desde ahí nos dirigimos a la misma cabaña en donde pasamos la noche. Nos quedaremos ahí hasta que los miembros que son parte de CR5 vengan por nosotros. 

 

Iván: -Ahhhh.. Y finalmente que nos habíamos emborrachado. Y ahora que regresamos ya estamos sobrios. Debimos habernos quedado en la casa del jefe hasta mañana temprano. 

 

Bernardo: -No podíamos correr más riesgos. Podría comenzar a sospechar en cualquier momento. ¿Estaría bien para ti que al despertar tuviéramos a la policía junto a la cama? 

 

Iván se queja a medida que seguimos caminando en la noche y Bernardo le responde. Buscamos un pequeño camino para entrar al bosque. 

 

Iván: –Estará todo bien ya que los habitantes de este pueblo son tontos. 

 

Gian: -No, cuando amanezca y estén sobrios se darán cuenta de que es extraño. Es lo normal. 

 

Luchino: -Si el auto del jefe no hubiera sido más que para dos personas, la opción de secuestro sería la única opción que nos quedaría. 

 

Nos alejamos del pueblo con pasos rápidos y susurrando entre sí. Si no nos damos prisa, entonces nos tomará más de una hora llegar a la cabaña que tomamos como refugio en la montaña. 

 

Si no nos damos prisa…… Pero cuando estábamos por poner un pie en el camino….

 

Aparece una persona. Todo se hizo silencio…. Incluso Giulio no se había dado cuenta 

 

Gian: -¿Eh?

 

Ahí había una persona … 

 

No sé desde cuándo se ha dado cuenta de nuestra presencia; nos tomó por sorpresa ver a una anciana en mitad de la carretera con su expresión rígida y sorprendida. 

 

Ella me resulta familiar. En sus manos está el violín que Giulio recibió prestado antes. 

 

No recuerdo haberla visto en las afueras de la plaza del pueblo antes. ¿Se le habrá pasado por accidente la hora para regresar a casa? 

 

¿Ella habrá escuchado de lo que estuvimos hablando? 

 

OPCIONES:

  1. Silenciar matándola.
  2. Silenciar sin matarla.

Elegir Silenciar matándola. 

 

Gian: ¡No dejen que se vaya con vida! 

 

Mi voz rompe el silencio entre nosotros. 

 

En el instante siguiente, nosotros tomamos medidas.

 

A la distancia la anciana desaparece porque nosotros la atrapamos, empujándola al suelo. 

 

Le cubrimos boca y nariz evitando que gritara. 

 

Giulio atraviesa su estómago con un cuchillo de una puñalada. Él golpeó alrededor de su hígado. El grito de la anciana se filtra a través de la mano de Luchino amortiguado en su boca.  

 

Giulio mueve de nuevo su mano dando puñaladas por encima de la clavícula. El cuchillo viaja a través del cuerpo de la anciana, poniéndose rígido y así penetrando su corazón. 

 

Esperamos unos segundos. Giulio agarra su cuello tirando el cuchillo por las fugas de sangre que terminaron rociando su ropa. 

 

Se acabó. 

 

Solté la muñeca de la anciana delgada, que ahora está desgarrada. 

 

Iván: -¿Está…? ¿muerta? 

 

‘Nosotros somos de la mafia. Vivimos día a día rodeados de violencia.’ 

 

La masacre comenzó a callar terminando en un instante. Esto podría haber sido la primera vez que todos nosotros nos movimos como uno solo. 

 

Gian: Hay que ocultar la sangre del suelo. 

 

Bernardo: No hay tiempo para hacer eso. Debemos alejarnos lo más pronto posible. 

 

Luchino y Bernardo cargaron el cadáver poniéndolo encima de los campos de cultivo. 

 

Luchino: -Una matanza sin sentido; no se especificará que fue hecha por la familia. 

 

Luchino me dice esas palabras amargas mientras me mira. Él está queriendo decir que el asesinato de antes ocurrió por mi grito. 

 

Siento algo de culpa por el asesinato, pero un sentimiento diferente me domina haciendo que mis labios mostraran una sonrisa. Una eufórica luz cae sobre mí. 

 

‘Los demás, cada uno de ellos, obedecieron mis órdenes sin pensarlo dos veces…. Se sintió horriblemente maravilloso’. 

 

Luchino: -Tú, ¿lo entiendes? 

 

Al otro lado de Luchino, Bernardo también me está mirando. 

 

Gian: -Pues claro, más tarde iré a confesarme a la iglesia. 

 

Doy un encogimiento a mis hombros y recojo el violín que había caído en la carretera, sin dudarlo lo tiro al campo. 

 

En el momento que llegamos a la cabaña de la montaña ya era bien entrada la noche. 

 

Nos sentimos en alerta máxima, comprobamos la cabaña para asegurarnos que no hubiera nada diferente desde que salimos en la mañana y que el auto todavía estuviera seguro. 

 

No podemos tener por más tiempo la gasolina abierta así que rápidamente la introducimos en el auto. El indicador de combustible sube. Una cosa menos de que preocuparse. 

 

Todos estamos llenos así que lo que queda es dormir. La ida y vuelta hacia el pueblo de Bowick nos ha dejado a todos cansados, así que decidimos dejar el orden de vigilancia igual que ayer. 

 

Todas las personas que van tras nosotros están reunidas en Suncreerk así que no hay de qué preocuparse. 

 

Sentí patadas en mi espalda pensando “Otra vez” este pensamiento se arremolino en mi cabeza. 

 

Fue un sueño corto pero profundo, así que me siento renovado. No tengo efectos por el cansancio ni por el alcohol. Oh, supongo que solo estoy un poco sediento. 

 

Iván comenzó a poner más fuerza en las patadas que le da a mi espalda. 

 

Me duele la espalda. Me levanté, llenando mi mente de quejas por el dolor en mi espalda, me levanto tratando de no despertar a los demás y dejo la cabaña con Iván. 

 

Gian: -¿Qué es lo que quieres, Iván? 

 

Iván: -Pensé en devolverte el favor de ayer. 

 

Es cierto, recuerdo lo que pasó anoche, algo no muy agradable que digamos.

 

Gian: -Aprecio el sentimiento, pero con sus palabras es más que suficiente…. Así que me retiro. 

 

Cuando trato de darme la vuelta para alejarme, Iván se pone en mi camino y con su cuerpo bloquea mi ruta. 

 

Siento mi irritación creciendo ¿Qué carajos es lo que quiere? 

 

Iván: –Rápido, desnúdate. Solo la parte de abajo. Es una orden. 

 

Gian: -Solo la parte de abajo, ahhh… ¿te refieres a mí? 

 

Iván: -Hoy es mi turno de ofrecer mi servicio.

 

‘¿Está bromeando?’ 

 

Me congelo al pensar que él quiere darme una mamada. 

 

Gian: -No quiero… 

 

Iván: -¡Ya desnúdate! 

 

‘Eeeeeh, ¿habla en serio?’ Qué clase de trampa es esta. No pensará en morderme ¿verdad?

 

Iván se arrodilla y tira mis pantalones hacia abajo. ¿Es en serio? 

 

Sin poder reaccionar por la sorpresa, Iván se las arregla para bajar mis pantalones hasta las rodillas mientras yo sigo con la guardia baja. 

 

Gian: -Uhh….

 

Él se me queda mirando dando un resoplo de irritación. 

 

Iván: -Abre más las piernas. Eres alto…. Lo cual se me dificulta. Muéstrame más tus caderas. 

 

Estando aún de pie, Iván me ordena eso mientras con su mano agarra mi pene. Al parecer esto no es una broma. ¿Está pensando realmente en hacerme una mamada? 

 

Gian: -Pues perdóname, por tener las piernas largas. 

 

Lo único que puedo hacer es lanzarle un comentario sarcástico, obedeciendo sus órdenes. Esta postura es extrañamente embarazosa. 

 

Iván: -En verdad que eres un tipo molesto.

 

Y así… Iván toma el saco de mis bolas.

 

 

Gian: -Uuh … 

 

‘Él los levanta. Temo que me los vaya a aplastar’ 

 

Iván: -Eh, ¿se te están encogiendo? 

 

Sin tocar mi base, uno de sus dedos deja mis bolas moviéndose aún más hacia….

 

Gian: -¿Eh …? espera, ¡¿Oye?! 

 

Al momento en que me di cuenta, ya era demasiado tarde. 

 

Gian: -¿Qué estás metiendo? Ahkk, ya para. 

 

Iván introduce uno de sus dedos en mi interior. 

 

Trato de moverme para alejarme, pero con toda seguridad su dedo continúa introduciéndose más en mi interior. Mi espalda golpea en un árbol. No puedo moverme más. 

 

Iván: -No te alteres. Lo meteré más. 

 

El me amenaza metiendo su dedo aún más en mi interior. Lo odio, pero no puedo hacer nada contra él. 

 

Puede sentir como el segundo dedo de Iván entra en mí. 

 

Gian: -¡Sácalos! Me…. ¡duele! ¡oye! Se siente horrible. 

 

Levanto mi voz, pero todavía sigue empujando con fuerza en mí. La feroz fricción que causan los dedos secos que despiadadamente se empujan me provocan un dolor que hace que quiera correr. 

 

Iván: -Deja de quejarte solo por unos dedos. Sé que incluso te has tragado cosas más grandes. 

 

Gian: -¡Yo no soy como las mujeres! 

 

Iván: -¿Es así? 

 

Me pongo bastante molesto cuando Iván susurra eso como si fuera algo inesperado. 

 

Iván: -Aun así, cuando estuviste en la cárcel, sé que inspeccionaron para verificar que no tuvieras algo escondido incluso en este lugar. 

 

Gian: -Lo mismo va para ti. 

 

Iván: -Oh, no digas eso, que me lo harás recordar. 

 

Iván comienza a mover los dedos enterrados dentro de mí. 

 

Gian: -Duele, …. ¡Ahhh..tsu…! 

 

Estoy en agonía por el dolor y algo más. Con mi pene siendo estimulado con la otra mano, comienzo a sentir un nebuloso placer, diferente al dolor que siento en mi interior, pero algo está ocurriendo… 

 

Gian: -Ahh, ya para, ahí, se siente asqueroso… ahhh…

 

Iván: -Pero si estás haciendo una voz extraña … Whoo, tu pene está comenzando a ponerse erecto. ¿Lo estas sintiendo en tu interior? 

 

Gian: -Es… es una reacción biológica. 

 

Cuando uno de sus dedos presiona contra un determinado lugar en mis paredes internas, el éxtasis y el placer corren a través de mí. Todavía estoy en una posición rara, mis caderas sobresalen cada vez que siento los dedos de Iván jugando. 

 

Iván: -¿Es aquí? Hmm, parece que es aquí. 

 

Comprobando mis reacciones, Iván mueve aún más su dedo contra ese lugar. 

 

Gian: -Para, Iván…. n…. Kuuah. 

 

Iván: -Ya deja de poner esa expresión tan erótica por esto. ¡Tú homosexual! 

 

Gian:-A quien le dices, ah, ya detente…. 

 

Ha tomado toda la energía que tenía. Incluso estoy a punto de perder aún más energía con solo quejarme ante él. ‘Todo este placer, es demasiado’. El tener mi próstata siendo embestida por el dedo de otra persona. 

 

No es el mismo tipo de estimulación que con alguien jugando con mi pene. Este tipo se extiende, y se escurre hacia fuera. Las olas de placer dan vuelta alrededor de mí, entendiéndose desde las caderas hasta más allá de mi ombligo y más allá debajo de mis rodillas. 

 

Iván: –¿Estás feliz? Te estoy dando mis servicios. Al menos deberías darme las gracias. 

 

Gian: -”… ya…, para…”. 

 

‘Digo esto, pero si realmente se detuviera, sería yo el que estaría en problemas.’ 

 

‘Más… más…. Quiero correrme. El peso de mi lujuria me impide pensar en otra cosa. No puedo luchar.’ 

 

‘Mis caderas comienzan a estremecerse. Mi pene está tan erecto, tan alto como una pulgada. Quiero agarrarlo, pero no puedo hacerlo delante de Iván.’ 

 

‘No me importa si está bromeando o lo que sea, solo quiero que toque mi pene una vez más. Si lo hace, podría correrme de inmediato.’

 

Iván: -A pesar de que no te lo estoy tocando, ya está tan duro y palpitante ¡que tal esto!

 

Iván, dobla su dedo en mi interior. La punta del gancho apunta el pulsante y dulce punto que es del tamaño de una nuez dentro de mi. 

 

Si empuja con todo lo que tiene…. Si lo hace…. 

 

Iván: -Es en este lugar. Aquí, ¿quieres que lo embista verdad? Dímelo. 

 

Gian: -¡Uuuhhh! 

 

No puedo soportarlo más y comienzo a moverme por mi cuenta. ¡Solo una vez! Solo una vez es suficiente. Solo necesito que el dedo de Iván me dé una vez más.

 

La sacudida final que había estado esperando, corre por mi abdomen. 

 

Gian: -¡Uuu…… hmahhhh….! 

 

Sin avisar a Iván, me corro dándole una sorpresa. 

 

Iván: -¡Whaa?! ¡No te corras tan de repente!

 

El líquido blanco que dejé brotar, cae repentinamente sobre Iván. Saca el dedo que estaba profundamente dentro de mí, dejándome con una extraña sensación de vacío. 

 

Gian: -Ahhh…, todavía estoy, corriéndome…, Fuahhhh mmmm.

 

Mi orgasmo continuó por un tiempo inesperadamente largo. Realmente es cierto, lo que dicen acerca de cómo obtener un fuerte final. Realmente me hizo venir como una manguera. 

 

Iván: -¡¡Si estoy todo manchado!! ¡!Oye!! 

 

Gian: –Y yo que se…, ¡ha, ahhh…!

 

Iván espera a que mi jadeo termine. Está esperando el momento perfecto para lanzarme algunos insultos. 

 

Por supuesto que quiero evitarlo lo más posible. 

 

Me repongo lo más rápido que puedo, y le lanzo una sonrisa un poco natural y brillante. 

 

Gian: -Ahhh, ¡me vine!  Oye, Ivan, gracias; por hacer tanto para hacerme sentir bien. 

 

Iván: -¿Ahha?

 

Lo dejo con una expresión de irritación y sorpresa y continuó alegremente. 

 

Gian: –He escuchado que la estimulación de próstata es buena para la disfunción eréctil. Últimamente no he estado muy bien de esto, supongo que debe ser por todo el estrés. 

 

Por supuesto que estoy tratando de actuar frente a él diciéndole estas cosas. Por conveniencia. Soy un actor de cinco estrellas. 

 

Gian: -El que hayas hecho todo esto por mí, en verdad estoy muy agradecido. 

 

Iván me mira con cara de “¿Pero qué carajos estás diciendo?”. Lo interrumpo antes de que hablara. 

 

Gian: -Ahh, si se me vuelve a poner mal debido a todo el estrés, pediré tus servicios nuevamente. Sin embargo, ahora que seré el futuro jefe pueda que se me complique pedir por tus servicios 

 

Iván: -¡¡Estás equivocado!! ¡! ¡¡No lo hice por esa razón!! ¿Quién lo haría de nuevo!? 

 

Gian: -¿Ya no lo harías de nuevo? 

 

Iván: -¡¡No lo haría de nuevo!! 

 

Inclino un poco mi cabeza haciendo un pequeño puchero, probablemente por esto, Iván se apresura para ocultarse entre la sombra de los árboles retirándose. 

 

‘Por el momento he logrado esquivar el tema.’ 

 

Pero, la extraña sensación que quedó en la entrada de mi culo no desaparece. Es como si fuera una puerta que era mejor haber dejado cerrada. 

 

Gian: -En verdad se sintió bien, pero, mi trasero me duele. 

 

¿Esto es lo que se siente al tomar el papel del pasivo? 

 

Fin del segundo día 

 

Traducido por Sakurada Di
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