× Capítulo 25: Molestar al pequeño doctor ×

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Apenas había terminado de limpiar el suelo de la clínica, dejándolo impecable, cuando un par de huellas de zapatos nada agradables aparecieron estampadas en el piso.

Jiang Xiaoshuai se enderezó y miró fríamente a Guo Chengyu. Esta era ya la enésima vez que este venía a molestarlo. Desde aquel día en que, por casualidad, lo había seguido hasta allí y habían intercambiado unas palabras, Guo Chengyu había desarrollado un intenso interés por Jiang Xiaoshuai. Venía casi a diario, cada vez haciéndose pasar por un paciente, solo para recibir unos cuantos regaños, de los que parecía disfrutar.

—Doctor Jiang, tengo una enfermedad muy grave.

Jiang Xiaoshuai ni siquiera lo miró. Directamente agarró el trapeador y restregó con fuerza las huellas de pezuña de burro que alguien había dejado.

Los ojos rasgados de Guo Chengyu seguían a Jiang Xiaoshuai sin pestañear, las venas rojas en sus pupilas casi parecían querer salirse disparadas y convertirse en cuerdas para atar de pies y manos a este apuesto doctor, meterlo en el coche y molestarlo a gusto. Cuanto más lo pensaba, menos podía controlar sus manos, y terminó rodeando la cintura de Jiang Xiaoshuai, pegando todo su cuerpo contra él.

—Doctor Jiang, ¿con qué lava su bata blanca? ¡Huele tan bien!

Jiang Xiaoshuai frunció el ceño, sus cejas bien dibujadas se torcieron con ferocidad. Girándose, lanzó un puñetazo directo a la comisura de los labios de Guo Chengyu. Este ni siquiera esquivó; simplemente lo recibió con total tranquilidad. Luego sacó la lengua y, con un gesto lascivo, se lamió el lugar donde Jiang Xiaoshuai lo había golpeado, mientras su mirada se llenaba de deseo.

Jiang Xiaoshuai iba a atacar de nuevo, pero Guo Chengyu lo agarró con firmeza, inmovilizándolo por completo.

—Si me examinas, dejaré de molestarte.

Jiang Xiaoshuai, indiferente, soltó su mano y se sentó junto al escritorio de consultas.

—¿Qué te duele?

Guo Chengyu habló con voz lenta y profunda: —Ayer me bajé los pantalones y vi que mis dos huevos son de diferente tamaño, la diferencia es muy notable. ¿Crees que es un problema patológico de mis órganos o que mi vista está fallando? Doctor Jiang, ¿qué tal si me bajo los pantalones ahora mismo para que me examines? Así podrás comprobar si mis dos huevos son iguales o no…

Su mirada, que claramente estaba buscando una paliza, se clavó en Jiang Xiaoshuai.

Jiang Xiaoshuai, sin enfadarse ni alterarse, mantuvo la calma mientras levantaba dos píldoras medicinales. 

—¿Estas dos son del mismo tamaño?

Guo Chengyu asintió.

Jiang Xiaoshuai emitió su diagnóstico al instante:—Entonces no hay problema con tu vista.

—Entonces debe ser un problema en mis órganos —fingió preocupación Guo Chengyu. 

—¿Qué tal si me ayudas a “ajustarlos”, doctor Jiang? En esa bandera de honor dice “Manos milagrosas que devuelven a la juventud”… Justo ahora necesito tus manos hábiles… — Mientras hablaba, guió la mano de Jiang Xiaoshuai hacia su entrepierna— …para rejuvenecerme.

—No es necesario —Jiang Xiaoshuai retiró su mano.

—Podemos extirparlos directamente y eliminar el problema de raíz.

Justo en ese momento, la puerta se abrió y Wu Suowei entró en la clínica.

La mirada serena que Jiang Xiaoshuai había mantenido hasta ahora dio un giro de 180 grados al ver la cabeza calva de Wu Suowei.

 —¿Por qué te has afeitado la cabeza así?

Guo Chengyu también echó un vistazo a Wu Suowei y dijo con una risa burlona.

 —¿Acaso los calvos están de moda ahora? Hace dos días me encontré con el Gran Calvo Chi, y hoy me topo con el Calvo Wu.

Wu Suowei entró a la habitación para cambiarse de ropa sucia y salió cubierto solo con una sábana gris.

Guo Chengyu lo observó detenidamente durante un buen rato, esa cabeza reluciente, esos ojos grandes y redondos, complementados con una sábana… De pronto, torció la boca con una sonrisa y, volviéndose, gritó: —¡Oye, Wangzi! ¿No te parece que se parece a Ikkaku?

Li Wang se rio a carcajadas.

Wu Suowei, con una calma cultivada por años de dominio interno incluso más sereno que su maestro, clavó su mirada directamente en las pupilas de Guo Chengyu:

—Tu problema ocular es grave. Hasta tienes mierda dentro de los ojos.

Guo Chengyu no entendió, pero Jiang Xiaoshuai lo captó al instante. Soltó una fuerte risa y luego no pudo contenerse; se dobló por completo de la risa, corrió hacia la habitación interior, rodó de la cama al suelo, y se aferró a los barrotes riendo hasta que le salió sangre interna.

Wu Suowei era daltónico. Mientras los demás veían los vasos sanguíneos rojos en los ojos de Guo Chengyu, él los veía amarillos. De ahí su comentario anterior.

Incluso después de que Guo Chengyu se fue, Jiang Xiaoshuai seguía riendo.

Wu Suowei se tocó su propia cabeza calva y preguntó: 

—¿Fue tan gracioso?

Jiang Xiaoshuai finalmente dejó de reír y preguntó con seriedad a Wu Suowei.

 —¿Qué mierda pasó con tu cabello?

Wu Suowei arrojó la sábana a un lado, exhaló un largo suspiro lleno de resentimiento y le contó a Jiang Xiaoshuai toda la historia desde el principio hasta el final.

Jiang Xiaoshuai mostró los dientes en una mueca: 

—¿En serio te atrapó?

—Sí —respondió Wu Suowei, aún con sombrío—. Llevaba puesta la máscara, ¿cómo diablos me reconoció?

—¿Crees que hay muchos en esta zona que se atrevan a golpearse la cabeza con un ladrillo?

Pero Wu Suowei no estaba de acuerdo. Tenía la vaga sensación de que habían sido sus ojos los que lo delataron. Frente al espejo, los miró fijamente, levantó el espejo y se observó desde todos los ángulos posibles. Por más que lo intentaba, sus ojos le parecían extraños.

—Oye, Xiaoshuai, ¿crees que podría ir a un cirujano plástico para que me suture las esquinas de los ojos? Parecen demasiado grandes.

—¿Quieres que te dé una bofetada? —Jiang Xiaoshuai se indignó—. ¡Esos ojos son lo único que salva tu cara! ¡Muchos estarían celosos de ellos!

—Los ojos demasiado grandes no pueden ocultar nada. Las personas astutas nunca tienen ojos brillantes y expresivos.

Pero Jiang Xiaoshuai tiró suavemente de las largas y rizadas pestañas negras de Wu Suowei y dijo con calma: 

—Te equivocas. Cuanto más brillante es el arma, más afilada es. Lo que necesitas es pulirla con paciencia, dominarla y convertirla en tu arma personal.

Lo que Jiang Xiaoshuai no dijo directamente fue que, sin importar las malas acciones que Wu Suowei hubiera cometido, con solo mirar sus ojos, él siempre parecía honesto. Una ventaja natural así, era algo que no se podía conseguir fácilmente.

Traducido por 21Rb_BINGQIU
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