El jefe de escuadrón, Di Ye, es conocido por su estilo rápido y directo, con un aire rudo casi de bandido. Su especialidad: imponerse con pura presencia.
Últimamente, al equipo se unió un forense. No importa cómo lo mire, Di Ye siente que ese forense parece que se lo lleva el viento: tres partes de carita de bebé, siete de dulzura… tanto que ni está seguro si ya se destetó.
Un día, en medio de un caso criminal importante, Di Ye aparece con una botellita de leche AD y se burla del forense, que se ve tan inofensivo como un cachorrito:
—Vete a un lado a chupar tu leche.
El forense, Leng Ning, la recibe en silencio:
—Gracias.
Di Ye aparta a un grupo de jovencitos del equipo que están a punto de vomitar:
—¡Todos para atrás!
Echa un vistazo a la escena del crimen… y el estómago le da un vuelco.
Leng Ning, imperturbable, se acerca al cadáver, lo revisa de arriba abajo, y termina haciendo una autopsia en el acto.
Al terminar, guarda el bisturí, saca la misma leche AD, y se la toma como si nada.
Di Ye: —¿¿¿Qué estás haciendo???
Leng Ning: —Una autopsia.
Di Ye: —¿¿¿?!!
Leng Ning: —Ah, ahora estoy tomando leche.
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