Olivia murió tres veces.
Una vez sin saber nada.
La siguiente, huyendo imprudentemente.
Y la última vez, confiando únicamente en la protección de los demás.
—Vive tranquilamente. Olvida todo lo que eres, escóndete y sobrevive.
Pero antes de su tercera muerte, Teodoro la sujetó del hombro y la besó apasionadamente, expresando sus primeros y últimos sentimientos sinceros.
Ella ya no quería eso.
Por eso soportó innumerables dolores y volvió a la vida.
Esta vez sería diferente.
Ella misma subió al escenario.
Donde finalmente le pondría fin a
su desesperación.