Volumen 1: Reunión de las Cien Familias
Sin editor.
Las palabras del hombre enmascarado eran claras: sabía la verdad.
—Lo sé, pero aún no es el momento de decírtelo— respondió el hombre.
Yan Tianhen se mordió el labio inferior y lo miró fijamente: —Entonces dime… ¿están vivos?
El hombre enmascarado respondió: —Deberían estar vivos.
«¿Deberían?»
—Hace años que no los veo, ¿cómo voy a saberlo con certeza?— El hombre puso los ojos en blanco —Tus padres te dejaron al cuidado de otros para que te criaran como su hijo, ¿para qué sigues pensando en ellos?
Yán Tianhen bajó la cabeza, un poco desanimado, y la movió suavemente. —Tú no lo entiendes. Mis padres nunca me habrían abandonado solo por ser feo o cojo. Yo creo que debieron tener sus razones, algo que los obligó.
Los ojos del hombre enmascarado se volvieron un poco más profundos al oír eso, pero estaba escondida bajo su enorme máscara, por lo que Yan Tianhen no se dio cuenta en absoluto.
El hombre enmascarado le lanzó un libro a Yán Tianhen y dijo: —Este es el manual de nivel Xuan de la Secta Yin Shi: “Técnica de Control de Cadáveres”. Se divide en tres etapas y nueve niveles. Léelo cuando tengas tiempo libre, practícalo o no como prefieras. Además, este venerable no tiene tiempo para ser guardaespaldas de tu hermano y tuyo. Ahora estoy disgustado contigo y he decidido no aceptarte como discípulo. Quédate con el libro y arréglatelas solo.
Yan Tianhen: —….
¿De verdad hay que ser tan caprichoso?
—¿Y entonces?— preguntó, agitando el manual.
—Entonces, lo que puedas lograr con esta técnica dependerá completamente de tu talento y capacidad de comprensión. Si terminas entrando en estado de desviación de Qi, este venerable no se hace responsable— respondió el hombre enmascarado con tono frío.
Yán Tianhen soltó un suspiro y comentó: Eres el típico que solo mata y no se molesta en enterrar el cadáver.
El hombre enmascarado, —….
Yan Tianhen tomó el viejo manual entre las manos, lo observó con atención y preguntó: —Si lo practico… ¿qué me pasará?
—No notarás grandes cambios en tu aspecto— respondió el hombre enmascarado —Pero podrás empezar a transformar poco a poco el qi yin oscuro de tu cuerpo, y convertirlo en una energía para tu propio uso. Además, cuando domines la cuarta etapa de la Técnica de Control de Cadáveres, mientras cuentes con alguna técnica o artefacto capaz de ocultar tu aura, nadie podrá notar que eres un cultivador demoníaco.
Yan Tianhen parecía estar en una lucha interna.
—No voy a practicar esto, mi Dage quiere llevarme a la Secta Xuantian.
—Haz lo que quieras. Aunque aprovecho para decirte algo— añadió el hombre enmascarado con desdén: —Sólo en este mundo cerrado y mediocre hacen esa distinción tan rígida entre el camino ortodoxo y el demoníaco. Si algún día logras salir al mundo verdadero, te darás cuenta de que en muchas sectas, cultivadores demoníacos y ortodoxos conviven bajo el mismo techo. Nadie juzga el método, solo el resultado. No hay caminos correctos o errados, solo fuertes y débiles.
Los ojos de Yan Tianhen brillaron con intensidad. —¿De verdad es así?
—¿Para qué habría de mentirte?— respondió el enmascarado. —Todos buscan el mismo Dao, todos quieren volverse más fuertes. Cuanto más alto llegas, más claro se vuelve: el método no importa. Lo único que cuenta es volverse invencible… alcanzar la inmortalidad.
Yan Tianhen guardó silencio, sumido en sus pensamientos.
La verdad, desde el primer momento en que conoció a ese hombre enmascarado, y desde que él le reveló todos los problemas ocultos en su cuerpo, una parte de Yan Tianhen ya había comenzado a considerar seriamente recorrer el camino del cultivo demoníaco.
No es estúpido. Al contrario, era muy consciente de su situación. Sabía perfectamente que con su cuerpo, no podría avanzar ni un solo paso en el cultivo ortodoxo… al menos no en un plazo breve.
Pero Lin Xuanzhi no podía esperar.
y no uno cualquiera sino uno con un talento casi monstruoso, Lin Xuanzhi estaba destinado a atraer la atención de cada vez más poderosos. Sin embargo, a su lado, no tenía a ningún cultivador marcial en quien pudiera confiar plenamente, y que fuera capaz de protegerlo.
Yan Tianhen podía fingir ser alegre y despreocupado, con esa expresión de inocente ignorante que parecía no temer nada. ¿Pero cómo podía ser que realmente no le importara? ¡Al contrario! ¡Le importaba demasiado!
Odiaba ser una carga. Odiaba ser un inútil que no podía cultivar.
Camino demoníaco… camino ortodoxo…
Sin importar el nombre que llevasen, mientras uno de esos caminos le permitiera volverse más fuerte, dejar de ser un estorbo y convertirse en alguien capaz de proteger a Lin Xuanzhi… entonces, incluso si tenía que atravesar montañas de espadas o sumergirse en los nueve círculos del infierno, Yan Tianhen estaba dispuesto a hacerlo sin dudar.
Pero había una condición absoluta: No podía dejar que Lin Xuanzhi lo descubriera.
—¿Y ahora? ¿Vas a practicarlo?— preguntó el hombre de la máscara.
Yan Tianhen negó la cabeza con firmeza: —No. No practicaré esta técnica.
Sin embargo, sus manos seguían aferradas al manual, sin intención de soltarlo.
El Hombre de la Máscara asintió, satisfecho, y aplaudió con una risa burlona: —¡Impresionante, impresionante! Yan Tianhen, ¿sabes? Estoy seguro de que algún día serás alguien extraordinario.
Yan Tianhen esbozó una sonrisa que, a pesar de su rostro marcado, logró ser tan inocente como aterradora: —Si lo creo o no, no te lo diré… pero sé que tú sí lo crees.
Hombre de la máscara: —…
El hombre enmascarado no tenía ganas de seguir hablando con este mocoso testarudo, así que le arrojó otro manuscrito incompleto y dijo: —Este texto incompleto se llama “La Danza del Demonio Celestial de los Tiempos Eternos”. Cuando sientas que ha llegado el momento adecuado para cultivarlo, podrás comprenderlo por ti mismo. Este libro… bajo ninguna circunstancia debe ser mostrado a nadie. Si alguien más llega a saber de su existencia, te traerá una calamidad.
Yan Tianhen lo abrió apenas por curiosidad, pero en un parpadeo, el texto se convirtió en una ráfaga de luz negra que se precipitó directo a su frente, fusionándose con su conciencia y manifestándose en su mar espiritual.
—No puedo abrirlo —dijo Yan Tianhen con el ceño fruncido.
—Porque aún no ha llegado el momento— respondió el hombre enmascarado con una sonrisa. —Cuando llegue, se abrirá por sí solo. No hay que forzar nada.
Y tras decir eso, desapareció sin hacer el menor ruido.
Yan Tianhen ya no tenía sueño.
Bajó de la cama y fue a revisar cómo estaban los dos cachorros de tigre. Al ver que seguían dormidos boca arriba, patas estiradas, roncando con burbujas saliéndoles de la nariz, no pudo evitar pincharles el vientre con el dedo y fruncir los labios. —Pequeños inútiles.
Una vez que se dormían, ni un trueno los despertaba. Yan Tianhen ya se había resignado a que no podía contar con esos dos felinos descarriados, que cada vez se parecían más a perritos, para vigilar durante la noche.
Después de sobar un rato las panzas suaves de Ah Bai y Hu Po, regresó a la habitación, se sentó sobre la cama y no pudo contener más la emoción: abrió el manual de cubierta negra, que por fuera parecía bastante ordinario.
En el momento en que lo abrió, una escalofriante ráfaga de frío Qi viajó desde el papel hasta las puntas de sus dedos, luego continuó a lo largo de su corriente sanguínea y meridianos y se precipitó hacia su corazón.
Apenas lo hizo, una corriente de Qi helada y penetrante brotó desde las páginas, recorriendo sus dedos, internándose en sus venas, y disparándose directo hacia su corazón.
Pero lejos de ser incómodo, ese frío le resultaba extrañamente reconfortante.
Desde que tenía memoria, las manos y pies de Yan Tianhen siempre habían sido fríos como el hielo. Si no fuera por su pulso y los latidos de su corazón, cualquiera que lo tocara podría haber pensado que tenía ante sí un cadáver.
Pero Yan Tianhen tenía mucho miedo al frío; no importaba que tan caluroso fuera el clima, nunca había sido capaz de sentir calor.
Sin embargo, ahora, al tocar las páginas del libro con esos trazos de símbolos cargados de dao y misterios, pudo sentir un cálido Qi que le hizo querer suspirar de alivio.
En ese momento, Yan Tianhen aún no sabía que, cuanto más oscuro y maligno fuera el arte marcial, más natural le resultaría controlarlo.
Sus dedos rozaron los símbolos mientras leía atentamente los caracteres, intentando comprender los significados profundos y misteriosos que estos representaban.
La Técnica del Cadáver Imperial es un método de cultivo básico que perteneció a la Secta del Cadáver Yin. Tiene un total de tres etapas introductorias y nueve capas. Las tres etapas introductorias son: Refinamiento del Cadáver, Refinamiento Gu y Cadáver Imperial. Las nueve capas se dividen según el nivel del cadáver que se puede controlar.
La Técnica de Control de Cadáveres es un manual básico de la Secta Yin Shi, dividido en tres etapas y nueve niveles. Estas tres etapas son: Refinamiento de cadáveres, cultivo de gusano venenoso, y control de cadáveres.
Los nueve niveles se clasifican según el rango del cadáver que puede controlarse, y son: Cadáver soldado, Cadáver general, Cadáver fantasma, Cadáver monstruo, Cadáver demonio, Cadáver maligno, Cadáver rey, Cadáver ancestral, Cadáver emperador.
Para que la técnica de control se considere verdaderamente dominada, el refinamiento del cadáver, el cultivo de los gusanos venenosos que permiten que el cadáver se mueva con libertad y establezca conexión con el controlador, así como el nivel personal del controlador, deben estar en equilibrio. El nivel al que puede llegar a controlar un cadáver dependerá de su propia fuerza, del talento innato del cadáver y también de las circunstancias y oportunidades posteriores.
Yan Tianhen leía con gran interés, tan concentrado que no se dio cuenta de que ya había amanecido.
Su cuerpo contenía muy poca energía interna, y leer este tipo de manuales requería tanto uso de la conciencia espiritual como consumo de qi. Así que, muy pronto, ya no pudo continuar.
Sin embargo, aunque su energía interna se había agotado por completo, era como si de repente hubiera tenido una epifanía y comprendiera los misterios del cultivo. De inmediato se sentó en posición de loto, recitando el conjuro básico de iniciación que aparecía en el manual, marcando con los dedos las posturas descritas, y entró en estado de cultivo.
En las primeras etapas, las diferencias externas entre un cultivador demoníaco y uno ortodoxo eran mínimas. Ambos absorbían la energía espiritual del mundo, así que cuando Lin Xuanzhi percibió que Yan Tianhen estaba cultivando, no sospechó que ya estuviera practicando un arte del dao demoníaco.
Cuando Yan Tianhen salió de la habitación, ya era la mañana del segundo día.
Lin Xuanzhi había preparado el desayuno y lo había dispuesto en la mesa. Al ver a Yan Tianhen salir desperezándose del dormitorio, sonrió y dijo: —Ah Hen, hoy tienes buen semblante. ¿Tuviste una epifanía de repente?
Yan Tianhen corrió con una sonrisa a sentarse a su lado y respondió: —Anoche me acordé de un libro de alquimia que me dio papá hace tiempo, y tuve cierta inspiración. Quise probar a ver si podía sentir algo… y resulta que sí, logré captar unos cuantos misterios.
Lin Xuanzhi levantó las cejas con sorpresa. —¿Alquimista?
Yan Tianhen asintió. —Siempre he tenido un fuego de alquimia en mi interior, pero hasta ahora no había encontrado un camino adecuado ni tenido comprensión alguna, así que tenerla o no daba lo mismo.
Lin Xuanzhi lo miró fijamente y preguntó: —¿Y cuál es el nombre del manual de cultivo que estás usando ahora?
—Pian Yi Men/Tratado de lo Heterodoxo— respondió Yan Tianhen.
—¡Resulta ser el “Tratado de lo Heterodoxo”! —Lin Xuanzhi se mostró visiblemente sorprendido. Sin embargo, tras pensarlo un poco, asintió y dijo: —Claro, solo una técnica tan poco convencional como Pian Yi Men podría encajar contigo. No sé cómo no lo pensé antes.
El ‘Tratado de lo Heterodoxo’ era un texto que se situaba entre el camino ortodoxo y el demoníaco. Lo que registraba no se limitaba únicamente a técnicas de alquimia, aunque esta era su principal disciplina, incluyendo además conocimientos secundarios de otras artes.
Sin embargo, este libro no podía juzgarse simplemente como “bueno” o “malo”, pues solo aquellos con constituciones físicas especiales podían practicar sus métodos.
Por ejemplo, alguien con una flama alquímica de naturaleza extrema, ya sea extremadamente yin o extremadamente yang, o un cultivador con el alma dividida entre el refinamiento de herramientas y la alquimia, o incluso alguien absolutamente inepto para los arreglos de formación.
Las píldoras, artefactos y formaciones que aparecían en el manual eran completamente distintos de los que se encontraban en los caminos ortodoxos. Se los podía describir como rarísimos o incluso extravagantes: píldoras que hacían brotar alas de pájaro en la espalda, elixires que mantenían el cuerpo con apariencia infantil durante cien años, trampas capaces de capturar bestias espirituales…
Debido a sus limitaciones, Pian Yi Men nunca se difundió demasiado. Muchos cultivadores ortodoxos lo despreciaban por considerarlo poco serio, e incluso indigno de atención. Por eso, hoy en día, salvo por algunos linajes poderosos o grandes sectas que aún conservaban copias aisladas, era casi imposible verlo en circulación.
De hecho, la mayoría de los cultivadores ni siquiera sabían que existía.
Lin Zhan, sin embargo, era alguien con una pasión por coleccionar todo tipo de manuales, y ese extraño pasatiempo suyo le había permitido reunir una buena cantidad de manuales raros.
Lin Xuanzhi había visto el Pian Yi Men cuando era muy joven, pero solo le había echado un vistazo por curiosidad. Nunca se le pasó por la cabeza convertirse en un alquimista o un cultivador de tipo auxiliar.
Incluso ahora, Lin Xuanzhi no tenía intención alguna de cultivar Pian Yi Men.
Pero por supuesto, apoyó mucho a Yan Tianhen para que pudiera comprender un camino de cultivo que le convenía a través de este manual.
Por supuesto, apoyaba totalmente que Yan Tianhen pudiera, a través de ese libro, encontrar el verdadero camino de cultivo que le pertenecía. —Ah-Hen posee un cuerpo de extremo yin, y su fuego alquímica también es de extremo yin. Pian Yi Men te sienta como anillo al dedo— Lin Xuanzhi no pudo evitar sonreír con satisfacción. —Como dicen, el cielo nunca cierra todas las salidas. Ayer todavía estaba pensando en cómo hacer que Ah-Hen se animara a cultivar, y quién diría que ya había encontrado la clave por su cuenta.
Yan Tianhen también mostró una sonrisa alegre y dijo: —Siento que este método de cultivo me hace progresar muy rápido. Debería haberlo empezado a cultivar hace mucho tiempo.
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