× Capítulo 5: Confesiones arrancadas del fondo corazón ×

Traducido por:

Publicado el:

Estado de Edición:

Editado

Editor/es responsable/s:

4 minutos
📝 Tamaño de fuente:

Jiang Xiaoshuai acababa de acompañar al paciente anterior hasta la puerta cuando divisó dos figuras familiares en la distancia. Los músculos de su rostro temblaron: 

—¡Mierda! ¿No han pasado ni tres horas? ¿Y ya lo traen de vuelta?

Esta vez, Yue Yue no mostró amabilidad alguna. Empujó violentamente a Wu Qiqiong contra Jiang Xiaoshuai, giró sobre sus talones y abandonó el lugar sin mirar atrás.

Jiang Xiaoshuai, sosteniéndolo por la cintura, lo llevó al interior de la clínica mientras Wu Qiqiong se quejaba lastimeramente con una expresión de derrota.

—Hombre, ¡estaba bromeando! ¿En serio te golpeaste? Si me extrañabas tanto, había formas menos drásticas…

—Insiste en terminar conmigo— respondió Wu Qiqiong, contorsionando el rostro en muecas de dolor.

Mientras desinfectaba la herida con algodón y aplicaba anestesia para suturar, Jiang Xiaoshuai intentó distraerlo con conversación trivial.

—¿Cuál fue el pretexto esta vez?

—Que soy un tacaño— murmuró con voz apagada.

Jiang Xiaoshuai soltó una carcajada.

—¿Parezco un tacaño?— Wu Qiqiong se quejó, agraviado. 

—Solo llevo dos años trabajando, gano poco, pero nunca le negué nada. Quería un iPhone, ahorré tres meses limitando mis comidas hasta juntar 5,000 yuanes. Vio unos cosméticos de 1,000 yuanes y usé todo el dinero para mi nuevo teléfono para comprárselos. ¡Uso el mismo móvil desde hace cinco años! Se cayó al inodoro cuatro veces y aun así me resisto a cambiarlo.

—Bajo ese razonamiento, entonces tu novia hizo bien en dejarte — sentenció el médico.

—¡¿Qué?!— Los ojos de Wu Qiqiong parecieron salirse de sus órbitas.

Jiang Xiaoshuai continuó, con tono desapasionado. —¡Así dejarás de torturarte!

Pero el corazón de Wu Qiqiong ardía en furia. Con un movimiento brusco tiró de la herida en su cabeza, haciéndolo gritar de dolor.

—¡Basta! Quédate quieto.

Jiang Xiaoshuai ajustó la posición de la cabeza de Wu Qiqiong. Al observarlo bien, notó que en realidad tenía rasgos bastante agradables. Cuando llegó por primera vez, su gordura distorsionaba sus facciones; ahora, algo más delgado, su rostro mostraba un contorno definido, alcanzando apenas un nivel medianamente atractivo. Aunque seguía estando muy por debajo de esa “diosa”, ciertamente no necesitaba maltratarse hasta este punto.

—Doctor, ¿cuánto tiempo tardaré en recuperarme esta vez?

—Esta vez no es tan grave. Si sanas bien, en un mes aproximadamente.

Durante ese mes, Wu Qiqiong visitó diariamente a Jiang Xiaoshuai para cambiar el vendaje. Con el tiempo, se familiarizaron, y Wu Qiqiong comenzó a contarle todo sobre él.

—En mi familia somos tres hijos. Tengo dos hermanas mayores. La mayor ya pasa los cuarenta, y su hijo está en secundaria. La segunda se casó y se fue al sur; este año tuvo un niño regordete. Mi padre sufrió de trombosis cerebral por más de diez años y falleció hace dos años. Yo soy el menor, y desde niño fui el consentido de mis padres. Siempre me daban lo mejor, y por eso mi segunda hermana solía enojarse mucho.

—De niño era muy destacado, siempre el primero de la clase. Todos en el vecindario me elogiaban diciendo: El pequeño de la familia tal, de un extremo a otro del barrio, no hay otro chico tan educado. Jamás hice nada malo. En la escuela era aplicado, y en casa ayudaba a mi madre. Recuerdo que, cuando pequeño, los buses no tenían tarjeta de pago. Una vez me bajaron a empujones antes de pagar, y corrí tras el bus desde la parada final hasta la inicial para pagar, y luego regresé caminando.

— En la universidad nunca falté a clases. Cada año ganaba becas. Una vez, mi novia me pidió faltar para acompañarla de compras, y me negué. La primera vez que fuimos a un hotel, me metí en la cama a ver televisión toda la noche. Incluso cuando ella me abrazó, no hice nada indebido. Más tarde, al trabajar, mis colegas solían tomar cosas de la oficina, pero yo jamás lo hice. Lo que era mío, lo tomaba sin faltar un centavo; lo que no, ni siquiera lo tocaba.

— …

Al escuchar el relato interminable de Wu Qiqiong, Jiang Xiaoshuai no pudo evitar suspirar.

—Después de todos estos años realmente no ha sido fácil para ti.


Donar con Paypal

🌸 El contenido de Pabellón Literario está protegido para cuidar el trabajo de nuestras traductoras. ¡Gracias por tu comprensión! 💖